Capitulo:

Sueños
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Las caricias que proporcionaba el mayor eran tan suaves y llenas de cariño que disfrutaba cada una. No podía describir con palabras la sensación tan deliciosa que sentía,era una noche tan bella y ellos dos llamandose a la luz de la luna llenaba ese vacío.

Darwin beso los labios rosados del contrario con necesidad,este le corresponde acostandolo en la cama. El de ojos azules brillantes baja hasta la parte íntima para empezar a masajearla.

- Gum...

- Te necesito,Darwin. Quiero hacerme uno contigo -a la vista del menor,el rostro de Gumball a la luz de la luna se veía muy hermoso.

A punto de recibir respuesta un ruido interrumpió.

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Abrió sus ojos,fue directo al baño para mirarse al espejo y descubrir su rostro completamente rojo acompañado de una erección.

Ya tenía bastante con los sentimientos hacia el de cabello azul y ahora un sueño sumamente candente.

Salió del baño encontrándose con el Rey de Roma. Gumball estaba medio dormido ahora,al observar al menor paso de largo directo a la planta baja.

- Arregla eso sí no quieres que Gumball te tome por pervertido.

Hablo su hermana asustandolo. Miro sus pantalones y por inercia se cubrió frunciendo el entrecejo.

- Deja de mirarme -cerro la puerta del baño.

- Suerte hermano.

- ¡Cállate,Anais! No me concentro.

La de cabello rosa carcajeo bajando las escaleras. Al mirar a Gumball se le vino a la mente la "cita" que le prometió al de sudadera de pez.

- Gumball.

- ¿Mmm?.

- Inútil,Darwin te dijo que quería salir contigo.

- Bien,en la tarde estoy desocupado -siguio mirando el televisor en busca de algo interesante.

- ¿Dónde esta Nicole?.

- ¿Mamá? Se fue a hacer compras.

Anais simplemente se volvió a subir para conversar acerca del plan para la tarde. Darwin apenas salía del baño.

El susodicho negó con la cabeza y señaló la mancha de agua. La menor soltó una risa para después entrar a la habitación.

Había pasado una semana desde aquel sueño,Darwin está vez esperaba no tener otro ya que últimamente aumentaba y continuaba.

Suspiro pesadamente para cerrar su casillero y caminar hacia el baño. Entro a este a mirarse al espejo,se veía cansado con ojeras visibles.

- ¡Auh! ¿Quien fue? -habia recibido un golpe en su cabeza.

- Ya te extrañaba,Darwin -salio Tobías de un cubículo- Te miras muy mal.

- No he dormido bien.

- ¿Qué te parece ir por una malteada?.

- Claro -recogio su mochila recargando su cabeza en el hombro del mayor de altura.

- ¿Como siguen las cosas con el idiota de tu hermano?.

Darwin no respondió,en cambio,beso los labios de Tobías haciendo que este se sonroje. El de ojos naranjas sonríe levemente y sigue caminando.

Al llegar a la cafetería,la sopresa de Darwin no podía ser más. Ahí estaba Gumball platicando con esa arpía. Tobías no hablo,camino hacia el mostrador para pedir las malteadas.

- Genial -se sentó en una de las mesas- Justo él...¿por qué me odias destinó?.

El de cabello tricolor acarició su cabeza brindándole tranquilidad.

- Gracias -abrazo al mayor tomando de la bebida.

- Darwin...-el mencionado lo miró- Deberías dejar a Gumball,el no es para ti y nunca te prestará atención por más que intentes -tomo con delicadeza las manos del menor- Tienes a alguien mejor,me tienes a mí...

- ¿Qué? Bueno,creo que tienes razón -desvio su mirada- Pero no me gustas,no sé si puedo.

Tobías soltó las manos- Ya veo,piénsalo -formo una sonrisa forzada mientras se alejaba de la cafetería.

- Esa misma noche....

Soltó un gemido al sentir la mano en su entrada,ejerció fuerza en el agarre de la sábana. Gumball movia lentamente los dos dedos dentro de Darwin. El último mencionado gemia y arqueaba su espalda.

- Gum...-acerco el rostro de su hermano al suyo para besarlo- Te amo...

- Mi querido,yo también -saco los dedos para penetrar al menor.

- ¡Ah!~ Me gusta~.

Gumball sonríe para comenzar a moverse,el placer es máximo para Darwin quien disfruta de la sensación.

- Anais...

- Bien,bien...

- ¡Ya no puedo! ¡Esos sueños se hacen más intensos y más placenteros! -grito frustrado.

- Déjalo que terminé,se acabará pronto -apago su celular mirando a su hermano- Además eso significa que los sentimientos son más profundos.

Darwin agarro un cojín del sofá,lo pego contra su rostro y libero un grito. Anais palmeo la espalda del contrario,el de ojos naranjas dejo el cojín y subió a la habitación.

Se dejó caer en la cama de Gumball percibiendo aquel aroma tan rico de su (NO) hermano. Su mano se deslizo hasta su pantalón bajandolo. Masajeo su miembro imaginando cada escena de sus sueños y aumentando más la calentura.

Recargó su cabeza en una almohada logrando más de aquel aroma. Cerro sus ojos para comenzar a mover su mano de arriba a abajo constantemente. Metió un dedo en su entrada simulando penetraciones. Gemía en silencio el nombre de Gumball.

Levantó con su boca su prenda para explorar con su mano su cuerpo imaginando que esa mano era Gumball. Su miembro dolía y estaba a punto,justamente volvió a explorar dentro tocando un punto débil de los hombres.

- Oh dios~ Gumball...

Mordió su labio inferior evitando liberar un sonoro jadeo,limpio su mano con papel higiénico y se dió una ducha fría. Una noche mágica con sueños tal vez no tan lejanos.