-𝙇𝙖 𝙙𝙪𝙡𝙘𝙚 𝙨𝙤𝙣𝙧𝙞𝙨𝙖 𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙩𝙚 𝙙𝙚 𝙘𝙖𝙣𝙚𝙡𝙖.
Nunca pensó que llegar a ese momento lo haría tan vulnerable.
Pensó que sería el primero en saltar de alegría ante tal propuesta.
Que la envidia y el egoísmo no existían en su ser...
—Shinobu... ¿te casarías conmigo?
Sin embargo todas las malas emociones lo inundaron, llenándolo de malos pensamientos, llenándolo de melancolía.
Deseando que ella, soltara una respuesta negativa para el, respuesta positiva para si mismo.
Ella aún mantuvo su mirada sorprendida, y miró una vez más a su alrededor, todos pensaron que fue causa de los nervios, pero Sabito sabía que lo buscaba entre la multitud.
"Todo sobre ti es hermoso, excepto lo lejos que estás de mí"
Pensó él, sintiendo su corazón detenerse cuando ella parecía lista para dar una respuesta;
—Si, —soltó, rompiendo, nuevamente, el corazón de aquel chico que observaba todo con tristeza y alegría fingida—, si Tomioka, me casare contigo...
Y al momento en que todas las personas empezaron a gritar y celebrar el recién compromiso, al momento en el que Giyuu la tomó para darle un abrazo, ella nuevamente lo busco entre la multitud, encontrandolo en un segundo.
Y la magia se produce cuando ves a esa persona entre tanta gente.
Su corazón quería articular un suave "Lo siento", pero sabia que eso sería más doloroso, solo se miraron por un segundo, momento que fue roto por el Urokodaki cuando volteó para poder tomar una de esas copas con alcohol.
"¿Por qué tomas eso? Dijiste que no te gustaba el alcohol"
Pensó ella cuando lo vio tomar aquel líquido transparente.
"¿Por qué sonríes de esa manera?"
Se cuestionó mientras lo veía acercarse hacia ella y su, ahora, futuro esposo.
—Felicidades Giyuu, —soltó alegre, mientras le daba un corto abrazo a su amigo—, es un gusto conocerte finalmente... —comentó viéndola esta vez—, soy Sabito Urokodaki.
"¿Estas terminando conmigo?"
Nuevamente pensó ella.
—Soy Shinobu Kocho, —soltó— es un gusto igualmente.
Se conocieron nuevamente, esta vez como el mejor amigo de su prometido, esta vez como la prometida de su mejor amigo.
Sabito sonrió y intercambió algunas palabras con Tomioka.
—Espero que sean muy felices. —dijo mirando a ambos, sonriendo y tomando otra de las copas que le ofrecieron.
"¿Por qué actúas así? ¡Solo di que me equivoqué!'
Nuevamente pensó, viéndolo caminar, alejándose de ella.
"Porque acabas de romper mi corazón, pues de qué sirve pensar en lo que fuimos si ya no somos"
Pensó él, está vez, alejándose de ella.
Le pedí al karma que no te la cobrara como último gesto de amor.
¿Cómo es que habían terminado así?
Suspiro mirando con enfado su teléfono, esperando una milagrosa llamada de su novio.
"Tomioka idiota, vamos, vamos"
Pensó millones de insultos con los que lo llenaría cuando lo viera ingresar a aquel lugar.
Quizá había sido mucho pedirle a una de sus compañeras que tomara su turno ese día, amaba el aroma a hospital, amaba el sonido de los instrumentos chocando con las bandejas de metal... pero también le había dado curiosidad el saber que "persona importante" le querría presentar Giyuu.
"Lo más probable, un inútil como él, tal cual"
Pensó, llena de cólera por la tardanza del azabache. Ahora podría estar recibiendo personas en emergencias, o peleando con sus compañeros por asistir en alguna cirugía, pero no, estaba aquí esperando a dos personas que probablemente no llegarían.
—Ey, —levanto la vista al ser llamada, encontrándose con un chico, cabellos color melocotón, alto, y parecía ser bastante lindo, lo hubiera sabido si este no traería puesto un cubre bocas negro y gafas de sol—, estuve observandote... y bueno...
—¿Qué? ¿Cómo un acosador? —esquivo al momento aquel intento de coqueteo.
El chico negó velozmente, moviendo su cabeza frenéticamente;—No, la verdad siempre es al revés pero... —hablo alzando algo del suelo—, se cayó esto, —continuó pasandole aquella chaqueta negra—, estabas intentando destruir tu teléfono con la mirada que no notaste que varias personas pasaron sobre ella.
Shinobu se sonrojo levemente por la vergüenza, pensó que estaban coqueteando con ella cuando no era-...
—Y bueno... podría hacerte compañía mientras esperamos ambos a nuestras citas...
Bueno... no sé equívoco del todo, pero le daba créditos al chico, parecía ser un experto coqueteando.
—¿Te puedo invitar algo?
—Esta bien... —aceptó, dispuesta a esperar que él trajera un poco de café, para tirarselo en la cara.
Él sonrió mientras se quitaba aquellos lentes de sol, dejando a la vista sus orbes grises, estos parecieron brillar por un momento.
Un asentimiento y se alejó de ella, empezando a hablar con la chica que atendía a los clientes.
Uso su abrigo para cubrir sus piernas y tomo levemente su bolso, esperaría que este le ofreciera café, se lo tiraría en la cara, alegaría que no le gusta el café y se marcharía de ahí con victora.
Tal sorpresa le llevó cuando aquel joven le ofreció una taza de té.
—Creo que no eres de las personas a las que les guste el café, ¿o me equivoco?
Ella no pudo evitar mostrar su mirada sorprendida, ¿cómo era qué?...
—Digamos que se leer a las personas. —soltó él, al momento ambos teléfonos sonaron. Como conectados miraron los mensajes entrantes.
"Lo siento, no podré llegar, ve a casa"
Shinobu suspiro con frustración, ganas de golpear a Tomioka no le faltaron, sin embargo todo se fue cuando oyó la risa del otro chico.
—Me acaban de cancelar —río.
Ella quiso comentar que le había pasado igual pero él pareció entenderlo con aquel suspiro frustrado.
—Es un gusto conocerte, soy Sabito Urokodaki —dijo mientras le pasaba aquel té de canela con una dulce sonrisa.
—Es un gusto igualmente, soy Shinobu Kocho —respondió ella, tomando con cuidado de aquel líquido.
Se conocieron por primera vez.
—¿Cómo supiste del té? —cuestiono ella mientras lo miraba ansiosa.
—¿Qué, no te gusta? —preguntó él.
"No, de hecho, es mi favorito"
Pensó ella...
Y toda la historia comenzó con... la dulce sonrisa de un té de canela.
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