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8. Límites rotos.



No pude pegar un ojo desde aquella pesadilla. Cada vez que cerraba los ojos, sentía que volvería a ese lugar, a esa oscuridad que me oprimía el pecho. Aunque no se lo pedí, Jungkook se quedó despierto a mi lado, vigilando cada uno de mis movimientos como si pudiera protegerme de aquello que solo existía en mi mente.

—Toma, te hice un té —dijo, ofreciéndome la taza mientras se sentaba a mi lado en la cama. Su voz era tranquila, intentando relajarme.

Lo acepté, aunque mis manos temblaban ligeramente. Mientras bebía, él empezó a hablar de otras cosas, temas triviales, intentando distraerme de lo que había sucedido. Me hablaba sobre un partido de fútbol que había visto hace unos días, sobre un restaurante nuevo al que quería llevarme, sobre cualquier cosa que pudiera apartar mi mente del caos. Y aunque agradecía su esfuerzo, era imposible dejarlo atrás.

La imagen de la chica en el suelo, la presencia en la azotea, y ese sueño... todo seguía ahí, como una película que se repetía una y otra vez en mi cabeza.

Jungkook se dio cuenta de que seguía ausente, pero no dijo nada más. Solo permaneció a mi lado, sin exigir respuestas, solo estando ahí. Y por un momento, aunque el miedo seguía presente, su compañía hizo que el peso en mi pecho se aligerara un poco.

Pero sabía que olvidar lo sucedido sería imposible. Las imágenes de la pesadilla seguían ahí, como sombras persistentes en el fondo de mi mente, y por más que trataba de alejarme de ellas, siempre encontraban la manera de regresar.

—¿Es posible que un sueño sea algo real? —Mi voz salió apenas en un susurro, mientras abrazaba mis piernas y mantenía la mirada fija en un punto invisible de la habitación.

Jungkook, sentado a mi lado, se quedó en silencio por un momento antes de responder. Sabía que no era una pregunta fácil de contestar, y tampoco esperaba que él tuviera la solución a algo que ni siquiera yo comprendía del todo.

—Depende —contestó finalmente, con su tono suave y considerado—. No he querido hablar del tema para no hacerte sentir mal, pero te veías como si hubieras visto a un fantasma, Heesul.

Se giró un poco hacia mí, tratando de captar mi atención. Sentí su preocupación como una presencia palpable, algo que flotaba en el aire entre nosotros.

—Fue algo shockeante de ver —continuó—. Siempre te has mostrado como una mujer que nada te afecta, pero últimamente no está siendo así. Estás diferente. Esto te está afectando de una manera que no esperaba.

Asentí lentamente, incapaz de negar lo evidente. Sabía que no estaba bien, que algo dentro de mí se estaba desmoronando poco a poco. Pero no podía evitarlo. Algo me estaba jalando hacia ese abismo, y no sabía cómo detenerlo.

—No sé cómo explicar lo que me está pasando —susurré—. Pero siento que estoy perdiendo el control. No puedo entenderlo. Estoy teniendo sueños muy extraños, sensaciones extrañas, todo ha sido extraño desde que decidí tomar este caso. Lo estoy intentando, pero siento que estoy al borde de la locura, es como si... —Me detuve, sintiendo cómo mi garganta quemaba, indicio de un inminente llanto que luchaba por salir—. Es como si nada tuviera sentido, Jungkook.

Mi voz temblaba, las palabras apenas salían, y todo en mi interior parecía colapsar lentamente. No quería que él me viera así, tan vulnerable, pero no podía ocultarlo. No esta vez.

Jungkook negó con la cabeza suavemente y se acercó más, envolviéndome en sus brazos. Su abrazo era firme, pero al mismo tiempo lleno de ternura. El tipo de abrazo que te hace sentir que, aunque el mundo se esté desmoronando, al menos hay alguien que te sostiene.

—Heesul, si esto te está afectando tanto, quizás deberías reconsiderar… —dijo, su voz suave, intentando no alterarme—. No te estoy diciendo que dejes el caso, pero tal vez necesitas tomarte un respiro. Alejarte un poco para ver todo con más claridad. A veces, la distancia es lo único que nos permite entender lo que realmente está ocurriendo.

Suspiré, apoyando mi cabeza en su pecho. Sabía que tenía razón, pero el pensamiento de dejarlo, aunque fuera temporalmente, me llenaba de ansiedad. No podía abandonarlo, no ahora.

—Siento que tengo otra pista —dije, cerrando los ojos por un momento—. No puedo dejar esto, Jungkook. Siento que soy la única que puede detener todo esto. ¿Te das cuenta de lo turbio que es todo? No es solo un caso más, algo está profundamente mal en todo esto, y yo... yo lo siento.

Jungkook me abrazó más fuerte, su respiración tranquila contrastaba con mi agitación.

—Lo sé, pero no puedes hacerlo sola.

—Entonces debes estar junto a mí — aseguré, alejándome un poco — si no puedo hacerlo sola, debes trabajar a la par mía.

Él soltó una pequeña risa, negando con la cabeza.

—Eso es lo que he hecho.

—En la comisaría... tú no estabas, desapareces en momentos, y siento que...

—Créeme cuando digo que estoy poniendo todo de mí para aclarar esto. Lo haremos, pero no quiero que estés mal —sus ojos se clavaron en los míos, más serios que de costumbre—. Está bien tener debilidades, solo debes saber cómo manejarlas.

No comprendía. Sus palabras parecían un acertijo, uno que no podía descifrar.

—¿Esto es algún tipo de adivinanza? Jungkook, ¿conoces a esas personas? —pregunté, frunciendo el ceño—. ¿Te amenazaron cuando intentaste investigar? Dime algo concreto, por favor.

—¿Si conozco al chico que desapareció? Por supuesto, era alguien muy cercano a mí. ¿Si siempre creí que hubo corrupción? ¡Sin duda! —rió sin gracia, dejándose caer hacia atrás hasta chocar con el colchón—. ¿Si intenté hacer algo antes? Lamentablemente, no. Cometí muchos errores, Heesul. Me enfoqué en cosas que no me ayudaron en absoluto y solo hicieron que esté con arrepentimientos que estarán en mí hasta mi último suspiro, y ahora que estoy decidido a hacer las cosas bien, siempre hay algo o alguien que se interpone en mi camino. Estoy tan cansado...

Se veía afectado, muy afectado, y de alguna manera me compadecí.

—¿Es tu hermano?

Él parpadeó rápidamente, como si intentara contener las lágrimas.

—No quiero seguir hablando de esto...

—Puedes confiar en mí —le pedí, acercándome para tomar su mano—. Estoy aquí contigo. Dejé de lado mis obligaciones en el pueblo para ayudarte con este caso. ¿Eso no demuestra que estoy contigo?

Jungkook guardó silencio, su barbilla temblaba, y de repente tiró de mí, abrazándome con fuerza, ocultando su rostro en mi cuello. Intenté alejarme un poco, pero él no lo permitió.

—Quédate así un momento, por favor...

—Estoy aquí junto a ti —repetí, acariciando sus hombros, aunque la posición era incómoda en la cama. Pero no me importaba. Lo único que quería era que él sintiera que no estaba solo.

Pasaron algunos minutos hasta que él se separó levemente, nuestras miradas se encontraron, y por primera vez lo tenía tan, tan, pero tan cerca. Sus ojos, hipnotizantes, aún brillaban por el llanto, con las pestañas húmedas y sus ojos enrojecidos. La vulnerabilidad que emanaba me atrapó completamente. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, como si quisiera salir de mi pecho. Sin pensarlo más, me incliné hacia él y dejé que mis labios rozaran los suyos, calmando un deseo que había estado oculto.

Esperaba que se apartara, que me detuviera. Sabía que el momento no era el adecuado, que la situación era demasiado delicada. Pero en lugar de retroceder, él respondió de inmediato, con una intensidad que me dejó sin palabras. Sus manos se deslizaron hacia mis mejillas y me devolvió el beso, primero con una ternura que pronto fue devorada por una pasión contenida. Apenas tuve tiempo de sorprenderme cuando me encontré sobre él, sintiendo cómo sus manos recorrían mi cuerpo con una mezcla de suavidad y deseo.

Era como si de pronto un fuego ardiente hubiera nacido entre nosotros, incontrolable. Sabía que estaba cruzando una línea peligrosa. Sabía que mezclar lo personal con lo laboral, especialmente con Jungkook, mi compañero de trabajo, era un error. Pero algo en él me hacía perder la razón, como si tuviera un poder inexplicable sobre mí, algo que no me permitía alejarme.

Cada roce, cada caricia, me empujaba más allá de cualquier límite que alguna vez me impuse.
Límites que quedaron rápidamente en el olvido.

Cuando Jungkook levantó mi blusa de dormir, mis brazos se alzaron por inercia, dejándome solo con el sujetador mientras besaba mis labios y cuello con una intensidad que me hacía gemir sin poder controlarlo.

—Es injusto que tú tengas tanta ropa — murmuré en su oído, sintiendo cómo mi deseo por él crecía a cada segundo.

—Eso se soluciona muy fácil — respondió con una sonrisa traviesa, mientras él mismo se quitaba la polera.

Me quedé mirándolo, admirando su torso desnudo, mordiéndome el labio. Me sentía como una adolescente hormonal, llena de fuego. Hacía tanto tiempo que no experimentaba esto con alguien. Mi cuerpo era un volcán en erupción, y la única persona que podía calmarlo, o encenderlo aún más, era él.

Las prendas volaron por la habitación mientras nuestros besos se volvían más intensos, cargados de pasión. Todo en ese momento era una necesidad urgente, innegable.

—Me gustas — confesó de repente, separándose un poco para mirarme a los ojos. — Eres alguien en quien puedo confiar, Heesul... no miento cuando digo que eres como un ángel.

La sinceridad de sus palabras me desarmó por completo. Mi respuesta fue un beso apasionado, cargado de todo lo que no me atrevía a decir en palabras. Y en ese instante, lo sentí dentro de mí, moviéndose con una delicadeza que me hizo estremecer. Aunque estábamos envueltos en el calor del momento, su piel seguía fría, lo que me hizo abrazarlo más fuerte, buscando fundirme con él.

Enrollé mis piernas alrededor de su cintura, haciéndolo sentir más cerca, más profundo. Cada movimiento era una sinfonía de sensaciones que nunca antes había experimentado. Y aunque sabía que esto podría cambiar todo entre nosotros, no podía arrepentirme. Porque, aunque no se lo dijera en ese momento, algo dentro de mí también empezaba a despertar sentimientos por Jeon Jungkook.

Y por primera vez en mucho tiempo, quería experimentar este nuevo sentir, junto a él.


O esto puede salir muy bien o puede salir muy mal.

No hay mas opciones 🙂‍↔️

Ustedes me dicen y subo el próximo para seguir en este camino de descubrir la verdad.

🥰.


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