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Capítulo 5: Algo arde en mi

Bajé con cuidado hasta llegar a la orilla de la cantera, el agua brillaba ante las últimos rayos fuertes del sol y se reflejaban los arboles en ella. Parte del agua tenia pequeños pétalos de flores por el viento fresco que había corrido esta mañana.

—¿Qué esperas?— JungKook habló y me giré hacia él viendo como se quitaba la camiseta y desabrochaba sus pantalones —. Te espero en el agua— pasó por mi lado en solo sus boxers blancos y se lanzó en un atlético zambullido para luego salir metros mas allá llevando su cabello hacia atrás.

La Sra. Kwon me dijo que a los hombres no le gustaba insistir tanto, sino que les gustaba esa sensación de control que le entregaba engatusar a una mujer, sin embargo, era más placentero que la mujer también tome el mando.

Desabotoné lentamente mi blusa y la dejé contra su ropa. Para quitarme el pantalón le di la espalda haciendo que tuviera una vista idónea de mis pantaletas de encaje rosa. Yo estaba haciendo esto por primera vez y me sentía completamente extraña, sin embargo, no dejaba de lado la idea de sentirme única en su presencia. JungKook lograba, quizás, sacar a relucir mi lado lujurioso.

Mi teléfono sonó y vi el nombre de mi padre en la pantalla. Mi estómago se apretó de inmediato quitándome todas las ganas de seguir quitándome la ropa. Subí mis jeans y me senté en la orilla para contestar su llamado.

— YuMi— suspiró al oír mi respiración a través de la línea —. Gracias a Dios que contestas—.

—Appa, no debes llamarme tan seguido para saber que estoy bien— miré a JungKook en el agua nadando. Se movía de un lado al otro hundiéndose y saliendo a flote con su pecho.

—El padre Lee me dijo que no habías ido a las ceremonias y pensé que estabas enferma—.

—No fui porque estaba ocupada — ocupada preparando la cena para JungKook y después besándome con él en la sala. Lo había olvidado completamente.

—Entonces haz tus oraciones más tarde como cuando eras pequeña y tenías tarea de la escuela, faltabas a la misa...— dejé de escuchar la voz de mi padre cuando vi a JungKook acercarse a la orilla, el agua dejaba de cubrirle el cuerpo. Pude ver cuán imponente era cada centímetro de su piel y lo que ocultaba entre sus piernas bajo el boxer cuya tela traslucía todo ahora totalmente mojada. Me sentí desesperada por dentro sin razón.

—¿YuMi?— mi appa tras la línea seguía hablándome y no hallé mejor respuesta que colgarle para evitar que oyera la presencia de JungKook.

—No te fuiste a dar un baño— tomó la toalla que había dejado contra su ropa y la tendió sobre la hierba acostándose contra ella. Yo lo miré al rostro evitando toda conducta promiscua de mi parte hasta que me di cuenta que no traía mi blusa puesta cuando la cogió entre sus manos, dejándola con su ropa a un costado para no mojarla.

— Tuve una llamada imprevista— le dije volviendo la mirada hacia el agua —. Además, se ve un poco fría—.

—¿Lo dices por mi piel erizada?— sacudió su cabello por el exceso de agua y lo estrujo mojándome un poco —. Creo que está perfecta para mi gusto— sentí como se acercó a mí con la toalla y la tendió más cerca de mi cuerpo. Miré a corta distancia mi blusa tendida contra su ropa y pensé en colocarla hasta que comenzó a acariciar mi brazo con sus manos frías.

—Recuéstate a mi lado— me dijo con su voz más ronca y yo, como hipnotizada por sus encantos, eso hice.

Sentirlo tan cerca buscando emanar calor de su cuerpo frío me hizo temblar un poco. Sus caricias fueron subiendo por mi brazo, cuello y mejillas hasta mover mi rostro hacia el suyo y besarme con lentitud, rozando sus labios contra los míos haciendo que mi piel se erizara como la de él.

— Oh YuMi... estuve pensando en ti— susurró entre el beso —. Pensando es el beso en tu casa, en ese lindo vestido que llevabas puesto, con esa mirada tan tierna y dócil— le dió un leve mordisco a mi labio haciéndome gemir del dolor y la sensación de lujuria.

Su mano se posó en mi costilla y subió con temor hacia mi sostén, abarcando uno de mis senos con toda su mano abierta y lo apretó sacandome un suspiro. Al sentirme así siguió haciéndolo pero con más presión y movimientos circulares haciendo que juntara mis piernas y las recogiera por las cosquillas internas que aquello me daba.

— ¿Me dejas besarte aquí? — se apartó de mi boca y miró su mano apoyada en mi seno mientras mi pecho subía y bajaba agitado por la sensación. Sentía mi rostro caliente y seguramente estaba ruborizada. El calor interno que sentía no me hacía pensar y solo asentí.

JungKook se acomodó en la toalla y descendió lo suficiente como para tener mis senos a la altura de su cara, yo cerré los ojos ya que sentía mucho pudor y vergüenza de enfrentarme a una situación como esta. Me apoyé contra mis codos ya que me mareaba la sensación de estar totalmente tendida en la toalla lo cual facilitó las cosas. Me miró regalándome una sonrisa de aprobación para acercarse a mi cuello y besar la piel expuesta.

— Hueles muy rico— dijo antes de comenzar el camino de besos que regó hasta mi esternón donde finalmente se detuvo y me miró. Con un dedo repasó la línea del bretel de mi sostén y siguió hacia la línea de la costura frontal siguiendo la forma de la copa y entre la tela que cubría mi seno y la piel de este metió este dedo para rozar esa porción de piel sensible que se endureció al primer toque contra su dedo aún frío. Entre abrí mis labios en respuesta a mi excitación y llevé mi cabeza hacia atrás disfrutando la sensación única que me provocaba aquel dedo que se movía de un lado al otro dando descargas eléctricas en mi vientre bajo.

—¿Te gusta?— me habló al oído luego de volver a besarme. Y mi suspiro reveló un sí, afirmando que aquello se sentía extrañamente excitante.

Su rostro descendió hasta la piel de mis senos dando lamidas tibias haciendo que mi piel se volviera porosa. Yo lo miré impresionada por el momento y fue ahí cuando su lengua se escabulló entre la tela buscando con necesidad mi pezón.

Lo tomé del cabello para apartarlo de mi ya que su acto me había hecho sentir increíble pero el lugar no era el apropiado por mucho que quisiera seguir haciendo aquello.

—JungKook— me alejé lo suficiente para mirarnos. Sus mejillas estaban rojas y sus ojos con pupilas dilatadas —. Aquí no—.

— Nadie vendrá— me miró para luego posar su mano en mi cadera y acercarse a mi pero la quité dejándola en la toalla.

— Debemos irnos, se hace de noche— me levanté y tomé mi blusa subiendo el borde de la cantera con rapidez.

Una vez junto al auto me abroché los botones de la blusa y busqué regular mi respiración. Parte de mi recordaba la llamada de mi padre, pero también la necesidad de saber que continuaría haciendo JungKook si me quedaba junto a él.

—¿Estás molesta por lo que hice?— alzó la voz mientras subía el borde hasta llegar a mi — Quería darte el placer que te mereces— .

— No estoy molesta por eso. Solo sentí que no era el lugar correcto— me giré hacia el auto y él se acercó a mi girándome por los hombros para que lo mirara.

— Si te sentías incomoda solo debías decírmelo— apegó su cuerpo hacia el mío envolviéndome en un abrazo. Su cuerpo ahora estaba tibio —. Jamás haría algo que no quisieras. Te sentí tan cómoda con mis besos y caricias que ni yo mismo sabía donde parar— besó mi frente y se apoyó contra la piel de esta —. Tu cuerpo reaccionaba a mis caricias. YuMi, estabas gimiendo de placer ¿no?— .

— Yo no había tenido ese tipo de acercamiento con nadie JungKook y menos en un lugar público— me aparté y lo miré — Yo quiero que esto sea íntimo y reservado. No me imagino tirada en la hierba dejando que me toques así por mucho que me guste que lo hagas— mi desesperación ante la idea de que alguien me haya visto haciendo aquello con JungKook me aceleró el corazón —. Y me besaste en el salón de clases...

—¡Quería hacerlo!— exclamó con una sonrisa de niño bueno —. Y quiero hacerlo ahora otra vez— me tomó el rostro para besarme nuevamente pero giré el rostro mirando hacia el camino —. ¿Qué fue eso? ¿Ya no quieres que sigamos con esto?— Su mirada de preocupación y decepción jugó en contra de mi ansiedad y la detuvo.

—¿Hice algo mal?— insistió con el tema —. Quizás fui muy rápido...— se apoyó contra la puerta del auto para verme al rostro y tomó mi mentón para que le mirara a los ojos pero yo estaba en mis pensamientos divagando —. Sería incapaz de obligarte a hacer algo, ángel. No es mi estilo— acarició mi mentón con su pulgar con dulzura y coquetería.

Me di cuenta que yo no era la única en esto y que él jugaba un papel importante en este momento. Parecía un chico indefenso totalmente expuesto ante mi rechazo, el cual no tenía que ver con él en sí, sino con mi temor a sentirme expuesta y rechazada por alguien más, por mi padre.

—Llévame a casa — le respondí apoyando mi mano en su pecho fuerte y firme —. Puede que ahí me sienta más segura de seguir— miré hacia sus pies apoyándome contra su pecho viendo el bulto en sus pantalones. Él al igual que yo quería deshacerse de estas ganas de intimidad que nos llenaban por dentro.

La excitación del hombre que tenía enfrente me hizo sentir aceptada, deseada y algo en mi se encendió de nuevo e inició una combustión que quizás solo él sabía cómo apagar.

— Está bien, vamos a tu casa— tomó mi rostro nuevamente y yo no me resistí a ese beso, no podía resistirme a nada ahora que sentía que solo éramos él y yo. Mi ansiedad se había ido al igual que mi sentido común o el millón de miedos que había implantado mi padre en mi.

Condujo hasta mi casa más rápido de lo común. Su cabello estaba húmedo y algo ondulado secándose ante los últimos rayos de sol de la tarde. Me miraba de vez en cuando y me rozaba el muslo por sobre los jeans haciéndome saber que estaba dispuesto a seguir con esto y yo tenía el corazón en la mano pensando en que haría el amor con él cuando llegáramos a destino.

o no...

— ¿El padre Lee?— miré hacia el árbol de la entrada de casa la figura de un hombre mayor. Lucía una camisa de piqué blanca y jeans de los 80's azules, alto y delgado con un cabello extrañamente negro a pesar de sus cincuenta y algo. Lo reconocí de lejos por sus lentes de marco de metal fino y su postura erguida.

— ¿Que busca?— JungKook fue acercándose más lento.

— A mi, es obvio. Mi padre debe haberle pedido que viniera a verme— miré a JungKook a metros de detenerse —. Tienes que irte a casa

—¡No voy a dejarte con ese hombre a solas!— miró con recelo hacia el hombre que estaba parado mirando hacia el auto.

— No pasará nada, es un hombre religioso. Seguramente viene a hablar de algo y se irá— me arreglé el cabello y la blusa que tenía unos botones mal enganchados.

— Puedo quedarme a unos metros y luego regresar— reiteró su oferta.

— JungKook, vete a casa— le miré a los ojos rogándole que lo hiciera — No quiero que mi padre esté aquí mañana pidiéndome que me vaya a casa por culpa de un rumor que le diga el padre Lee— supongo que le di una lastima tremenda porque cuando bajé del auto él siguió su camino.

Hice una reverencia ante el padre Lee y saqué las llaves de mi bolso para abrir la reja del exterior.

— Que grata sorpresa Padre Lee— le sonreí — ¿Desea pasar?— le abrí la puerta y él miró el lugar con cierta nostalgia.

— Por supuesto— dió el primer paso y yo le seguí hasta que juntos llegamos al pórtico y lo dejé pasar finalmente a la vivienda donde tomó asiento en el sillón de la sala.

Caminé a la cocina por un vaso con agua y se lo ofrecí con mucho respeto. El Padre Lee era como una eminencia para mi papá, ambos eran cercanos desde que tengo uso de memoria y de vez en cuando yo lo solía ver en el orfanato cuando vivía allí aún.

— Tu padre me ha enviado a verte. Yo he venido a verte y me encuentro a toda una mujer— me miró de pies a cabeza — Quién diría que hace unos años te daba dulces cuando nos encontrábamos en los pasillos del orfanato— sonrió.

— Lo recuerdo— tomé asiento en unas de las sillas del comedor — . Mi padre se preocupa en vano. Yo estoy muy bien aquí— .

— Y supongo que le dijiste que vivías en esta casa lejos de todos y que ese chico nuevo del pueblo te trae a casa horas después de tu trabajo en la escuela— bebió agua sin quitarme los ojos de encima.

Mi rostro seguramente se puso pálido y como no supe qué responderle me quedé en silencio y bajé la mirada con algo de vergüenza. Pensé de inmediato que si él no hubiera estado esperándome en la entrada de casa, yo estaría con JungKook en el cuarto.

— No pretendo preocupar a tu padre acerca de lo que está sucediendo aquí así que hagamos algo— dejó el cristal vació al costado de sillón contra el piso — Visítame mañana antes de la fiesta del artesano en la capilla para confesarte y hacemos que esto no ha sucedido— se levantó de su lugar y miró fijamente la pared de enfrente donde había un cuadro de un paisaje con flores blancas, un prado florecido en primavera algo viejo que estaba perdiendo su color.

— Está bien Padre, ahí estaré— lo vi pero él parecía perdido en la pintura, yo me miré a verla junto a él.

— Quita esa pintura de ahí. Está vieja y opaca el lugar— caminó hacia la puerta y antes de salir volvió a mirarla con algo de desprecio. Aquella mirada se me recorrió en el cuerpo, sobre todo cuando me miró a mi de la misma forma, como si existiera rencor en su interior.

Cuando se fue de casa me sentí triste o quizás desolada y algo culpable por haber pensando en que podría haber hecho algo semejante. Pensé en JiMin, en mi padre, en la gente que alguna vez se burló de mí por mi forma de pensar y ver las cosas.

Me quedé en cama, vestida abrazándome a mi misma llorando en ocasiones por algo que no sabía bien que era. No me podía quitar esa mirada de desaprobación del Padre Lee y el temor de que le dijera algo a mi padre así que lo llamé.

— Appa— hablé de inmediato tras la línea una vez que me respondió la llamada —. Appa no digas nada solo escúchame, ¿sí?— .

— Claro, YuMi. Dime lo que necesitas— respondió con pasividad y comprensión.

— Yo... quiero darte las gracias por hacerte cargo de mi cuando ni siquiera era tu responsabilidad— suspiré evitando llorar —. He buscado ser la mejor hija y que no te arrepintieras de adoptarme, toda mi vida...

— YuMi. Querida— habló él y yo simplemente me limpié lágrimas —. No tienes por qué agradecerme por ser tu padre. Se que de alguna forma estábamos destinados a estar juntos— el sonido de su sonrisa a través de la llamada me calmó el corazón.

— Pero siento que no soy perfecta— lloriqueo como una niña pequeña con angustia —. Yo tengo una vida por vivir pero quiero que te sientas feliz de que soy lo que tu querías que yo fuera...

— Yo estoy feliz con tu existencia, YuMi. No soy quien para decirte que no te equivoques— dijo con amor —. No soy perfecto pero fui un buen padre para ti ¿O no? Quizás un poco paranoico con ciertos temas pero es que yo sé como es el mundo y he visto cosas horribles en la vida como para exponerse a todo eso—.

— Pero los hombres...— me giré en la cama a mirar el techo pensando en JungKook.

— Los hombres no dejarán de ser bestias horribles y sin corazón YuMi, eso es un hecho. Por eso debes tener los ojos bien abiertos respecto a todo quien se te acerque— luego de que dijera eso me cuestioné si sabía de la existencia de JungKook, si el Padre Lee le había dicho algo — . Al final yo no sé si pueda protegerte de todo lo malo en el mundo—.

— Lo has hecho muy bien, appa— sonreí al decirlo a pesar de mis lágrimas —Soy una mujer fuerte, amable y buena—.

— Por supuesto que lo eres. Eres lo que jamás creí tener y lo que más he logrado amar en mi vida— escucharlo decir eso era usual, era un hombre que expresaba las mejores emociones, muy cariñoso. Con él jamás me faltó amor o una palabra de aliento, él si me adoptó amando lo que hacía.

— No tienes que ser ideal para que yo te ame. Siempre te lo he dicho— era cierto, siempre me lo decía —. Solo hazle caso a tu intuición y no pierdas de vista a la gente que te genera una mala sensación, es mejor tenerlas lejos— .

— Lo sé appa— cerré los ojos y me toqué el pecho buscando mis latidos.

— Iré a hacer mis oraciones, hoy es un día... un día importante para orar— dijo él algo acongojado— Duerme bien preciosa. Nos hablamos mañana o cuando puedas— cortó la llamada de inmediato dejándome en una sensación reconfortante.

— 16 de abril...— dije en voz alta en medio de mi soledad ¿Por qué era una fecha importante para orar?

El padre Lee estuvo apuntó de ver a YuMi ardiendo en el infierno de JungKook

¿Habrá sido una señal que apareciera o solo fue un estorbo?

No se olviden esperar las actualizaciones de @liveforjk @doraislove  

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