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Capitulo 14: La mentira adornada con verdades

Mientras todo era arreglado en el lugar de la ceremonia yo caminaba por las dependencias del orfanato. JiMin estaba conmigo en el lugar sacando copias de documentos necesarios para poder dejar los trasmites listos de la defunción, yo en cambio estaba en otro mundo flotando básicamente entre una nube de tristeza y culpa.

Entré a su oficina y vi todo exactamente como estaba. Caminé tras el escritorio y tomé la foto que había en el marquito dorado donde aparecía yo y él en un día de playa tomando helado; tenia unos 8 años y ese día yo conscientemente adopté a Han Woo Sik como mi padre, lo recuerdo muy bien, ese terminó siendo nuestro mejor recuerdo. 

Saqué algunas cosas de las gavetas y luego recordé que no tenia prisa con dejar todo listo hoy, había mucho tiempo para mover recuerdos y quizás hoy terminaría siendo más doloroso de lo que ya era.

Cuando estaba dispuesta a irme encontré bajo el escritorio unas fotos impresas, o al menos eso parecía ser cuando las saqué del sobre notando que en aquellas imágenes estaba yo y JungKook. La imágenes fueron tomadas la noche de la fiesta de agricultores, uno de los primeros encuentros incomodos con ese hombre; mi padre se había ido con la idea de que yo estaba con ese chico que al parecer él también conocía.

Tomé las fotos y las rompí en mil pedazos y las tiré a la basura siendo muy fría, pero no podía negar que tenía el miedo latente de que JungKook pudiera dar la cara luego desaparecer anoche y querer presentarse ante JiMin despues de todo lo que pasó entre nosotros.

—Srta. Han— una de las secretarias abrió la puerta de la oficina sorprendiéndome —. El joven Park la espera en recepción, dice que tiene todo lo necesario.

—Por supuesto— caminé hacia ella saliendo de la sala con el marco dorado en mano.

—El Sr. Han amaba tanto esa foto, la amaba mucho a usted y a los niños aquí— la mujer parecía tan conmovida como yo con su partida —. Había tenido días difíciles desde que su amigo de la universidad había venido a verlo y gritaba como loco en su oficina o despues de esa reunión con el padre Lee— suspiró —. Se terminó llevando todas las velas del orfanato incluyendo las de la capilla a casa y quizás eso provocó el incendio, quien sabe— reverenció  y caminó hacia la siguiente habitación dejándome a solas en ese pasillo.

JiMin me llevó al salón donde velaban a mi padre y me di el tiempo de recolectar las tarjetas de los arreglos florales mientras todos bebían café en la sala continua y entre las flores identifiqué unas amarillas; tomé la tarjeta y la abrí con cuidado notando que había algo escrito en ella.

Los ángeles no merecen mentiras, son libres de hacer el bien 

y caminar entre los mortales como uno más. 

Que la verdad te haga libre y de paso a mi también.

JungKook

Guardé la tarjeta el el bolsillo de mi cárdigan y miré la foto de mi padre en el altar.

—¿Quién eres papá?— le hablé a la imagen y me giré de inmediato al sentir la presencia de alguien en la sala.

—Antes de que quieras echarme necesito despedirme de tu padre— dijo él luciendo un traje de dos piezas negro y sus lentes de marco trasparentes y pequeños, su peinado al costado.

—No necesita su visita y yo menos— me interpuse en su camino al altar.

—YuMi yo...

—Vi las fotos, vi que le mostró aquello y por eso mi padre se comportó extraño y no me contestó las llamadas. ¡Usted hizo que me odiara y ni siquiera puede decirle que lo sentía!

—Él jamás te odiaría.

—Entonces estaba decepcionado de que yo no cumpliera su palabra— me giré a mirar su foto —. Si usted no hubiera venido a hablar con él nada de esto hubiera pasado.

—Lo siento— reverenció e incluso se hincó ante mi afirmando su frente contra mis zapatos.

—No quiero su respeto, padre Lee— corrí mis pies y caminé hacia la alfombra para inclinarme a orar por mi padre.

El hombre que se negaba a salir del lugar se hincó a mi lado y tuve que tolerar su presencia por respeto a mi padre.

—Cuando era pequeño mi madre envenenó sin querer a mi hermana mayor. Yo ayudé a mi padre a enterrarla en el patio aquella tarde y mis padres solo inventaron que ella se fue a un internado a la cuidad, nadie más preguntó por ella, excepto SoRa, su mejor amiga— suspiró, yo no entendía por que me decir aquello pero él continuó hablando y yo no hacía mas que escucharlo.

—Cuando mi papá comenzó a tener pesadillas fue a la iglesia y confesó lo que habían hecho y el sacerdote les dijo que para que Dios los perdonara tenían que ofrecerme a mi en servicio de él, a modo de perdón y arrepentimiento. Y lo hicieron pero yo me desvié al final del camino porque amaba a una chica y la dejé embarazada sin querer.

Comprendía que me estaba contando su historia y posiblemente cosas que ni la señora Kwon sabía de él.

—Los padres de SoRa me amenazaron con hablar con el obispado para que me dieran de baja o algo parecido y recibiría un castigo de cien latigazos por el pecado que había cometido, además del odio de mi familia. Yo solo pensaba en que el demonio se llevaría a mi familia porque yo era el perdón de su pecado por matar a mi hermana— comenzó a llorar —Y les di una solución con la intención de perdonar lo que había hecho, aquello conllevaba a que me alejara de SoRa y su familia llevándome a la criatura lejos.

Le miré porque sabía que por fin sabría la verdad de todo, frente a mi padre.

—Tomé esa noche a la criatura y me la llevé al orfanato más cercano y en ese lugar encontré a un  hombre que conocí cuando yo estaba en mis inicio de sacerdote, fue uno de mis primeros confesados en ese entonces. Él estaba en el orfanato trabajando, llevaba comida a los niños, frutas, comida de todo tipo y él recibió a la bebé— limpió sus lagrimas —Han Woo Sik era el hombre más bueno que había visto pero no podia obviar el pecado que cargaba consigo así que vi mi oportunidad.

—¿Qué oportunidad?— me giré a verlo, ignorando si había alguien más en la habitación.

—Si mis padres fueron perdonados por Dios debido la muerte de mi hermana entregándome a mi en servicio pues yo  podía entregar a esa criatura, que era un pecado, como perdón del mio a un hombre que estaba dispuesto a hacer lo que fuera por recibir el perdón de Dios— levantó la vista y me miró a los ojos —. Esa niña tenía prohibido vivir el pecado de la carne y debía ser entregada al servicio de Dios.

Le quité la vista y miré la foto de mi padre pidiendo en mis adentros que no fuera cierto. Yo no podía ser esa niña.

—Tenía tanto miedo de irme al infierno que me comporté horrible contigo y con la gente que te rodeaba con la intensión de que siguieras el plan que yo y Woo Sik habíamos hecho, porque tu eras el cordero que quita el pecado, nuestros pecados. Pero esa tarde cuando estaba furioso y te golpeaste la cabeza en la capilla me di cuenta que era un monstruo igual que mis padres, igual que Han Woo Sik.

—Mi padre jamás será un monstruo y usted miente. Él sería incapaz de hacerle daño a alguien— me levanté del lugar de oración.

—Quizás no mató a alguien con sus manos pero fue testigo y eso lo hace culpable—se levantó e hizo que me detuviera con lo que decía —Se quedó mirando y no dijo nada.

—¿Por qué no fue a la policía y lo denunció? Usted también se quedó sin hacer nada.

—Dios debía perdonarlo, él decidió confesárselo a Dios...

—¿Y donde está Dios ahora que mi padre está muerto y usted teme por su final?— me acerqué a él y lo miré fijamente — Toda esta mentira que proyectaron en mi para pedirle perdón a Dios es injusta y pervertida. Yo solo era un bebé y destruyeron mi vida por 26 años solo por un pacto de silencio a cuesta del dolor de mucha gente —  levanté mi dedo indice y lo apunté contra él. 

—No había otra opción 

—Si la había, pero prefirió verme como un cordero y sacrificarlo por el perdón de todos ¿No?— lo miré de pies a cabeza —. Mi padre no es un asesino a menos que hayan pruebas contra ello y usted jamás será mi padre, Sr. Lee

El hombre bajó la cabeza y se retiró del lugar dejándome a solas en la sala. Yo me giré hacia el altar y acomodé unas flores que se habían caído; mi pecho estaba agitado por las emociones que sentía en ese momento pero despues de mucho tiempo me sentía viviendo muchas cosas a la vez para las cuales me sentía capaz de afrontar, quizás si era lo suficientemente valiente como JungKook me preguntaba aquella vez.

Al funeral asistieron muchas personas incluso los niños del orfanato, algunos dieron algunas palabras y entre todos pensamos que mi padre se merecía el cielo por ser un hombre que dió todo por ellos, por los niños sin hogar y por mi a pesar de todo.

Cuando el momento llegó a su fin el oficial de bomberos se acercó al auto de JiMin donde me iba a subir y me llevó hacia un costado.

—¿Han YuMi?

—Sí, soy ella— le miré con curiosidad. 

—Tenemos algo para usted— me pidió que lo acompañara al camión y ahí me mostró algo que jamás pensé volver a ver —. Fue lo único que pudimos rescatar íntegramente del incendio

—La caja fuerte de mi padre— miré a las personas que estaban rodeándome, eran otros funcionarios que traían herramientas y comenzaban a forzar la caja para abrirla finalmente y dentro de ella todo estaba intacto a pesar del agua y el fuego que la habían corrido y oxidado.

—Traeremos una caja para que se lleve su interior, a menos que quiera quedarse con el metal— el oficial hizo señas a los presentes para que se movieran.

—No, solo me quedaré con el interior— miré aquello con curiosidad pero lo que más captó mi atención eran un par de zapatillas viejas.

Los bomberos dejaron todo en la caja de cartón y la subieron a la maletera del auto de JiMin. Ambos partimos rumbo a Gwang Yang Village por mis cosas que se habían quedado por casi una semana abandonadas ahí, además de saber sobre la Sra. Kwon.

Volver al pueblo me traía nostalgia y a la vez escalos fríos. Tenía el presentimiento de que JungKook estuviera ahí y debía preparar a mi mente y mi cuerpo para afrontar su presencia. Sentía la necesidad de ver a la Sra. Kwon y abrazarla con todas mis fuerzas.

—¿Aquí vive?— preguntó JiMin mirando la casa.

—Sí, solo espérame un momento aquí, puede ser mucho para ella presentarle a otra persona más despues de todo lo que debo decirle— antes de bajarme del auto besé la mejilla de él dándole las gracias por estar aquí.

Toqué la puerta tres veces hasta que se abrió la la vi del otro lado asombrada por mi aparición, me miró de pies a cabeza y yo me quedé helada sin razón alguna. La había visto tantas veces durante seis meses que ahora, con todo lo que ya sabía, no me atrevía a decirle nada.

—Oh YuMi, querida— me abrazó y me acomodé contra su hombro descansando al fin despues de todo lo que había pasado en estos días —Lo siento tanto por tu padre—. 

Me sentía tan querida en sus brazos, tan en calma. No estaba sola si ella estaba ahí ahora, siempre quise saber si mi madre me amó o al menos quería saber de mi y ahora que me tiene en sus brazos solo me atrevo a decir la unica palabra que no supe escuchar de mi boca antes de este momento.

—Omma

—Mi bebé— besó mi cabeza.

—¿Cuándo lo supo?

—Siento que lo supe desde el momento en el que te enfrentaste a él en la capilla. Él mismo me lo dijo en la sala del centro de salud cuando te llevamos y se fue. Era todo lo que yo necesitaba saber— suspiró y tomó mi rostro entre sus manos —. Mi bella YuMi

Me aclaró luego de un momento que JungKook no ha vuelto despues de que me llevó a Seúl, ni los Choi saben algo de él pero todos parecen obviar la falta de su presencia. Sin embargo no era lo más importante.

—Cuando sea el momento te presentaré a alguien muy importante para mi, pero primero necesito que me haga un favor muy grande—le sonreí tomándole las manos.

—¿Qué necesitas?

—La necesito conmigo para nunca más estar solas— acaricié su rostro —. Vengase conmigo a Seúl y venda todo esto que le hace tanto mal—.

Ella me miró y sonrió.

—Lo pensaré.

Sabíamos que desde de un día como este no éramos capaces de volver a la ciudad y como era fin de semana JiMin no tenia apuro en volver al trabajo y menos yo. Ahora que sabía que JungKook se había ido del pueblo tenía muchas preguntas sin resolver.

 —¿Que te parece si comienzo empacando tu ropa mientras tu vas a dar una vuelta antes de que anochezca?  —JiMin miró el lugar de pies a cabeza y acarició mi espalda  —Limpiaré un poco para poder comer algo y luego descansar — pasó su mano por la mesa y miró el jarrón con las flores amarillas ya marchitas, la tomó y las botó.

 —Revisaré las cosas que habían en la caja fuerte de papá afuera — apunté la salida y caminé hasta el auto para sacar de la maletera esa caja de cartón con tapa que contenía quizás la vida que no conocía de mi padre. Tomé asiento bajo un árbol y la abrí.

Había una carta, unos papeles, su anuario de la universidad, trazos de tela, piochas del servicio militar y el par de zapatillas viejo y sucio que me negué a tocar sin antes ponerme unos guantes como lo hicieron los bomberos. 

Tomé la carta y abrí el sobre que no estaba sellado notando que no solo era un papel sino al menos tres y me dediqué a leerlos uno por uno tratando de entender que era lo que deseaba decir entre tantas paginas.

18 de Abril de 1996

No tengo la mas mínima idea de lo que estoy asiendo pero el corazón me pesa un montón y la mente está jugándome malas pasadas al punto de querer volverme loco...

Soy el ser humano más horrible que ha pisado esta tierra... he pensado en quitarme la vida y tener el mismo destino que no pude evitar... era yo o era él o éramos ambos.

No debí invitarla a esa fiesta... ellos parecían tan seguros de lo que conllevaba hacer aquello

SoHan era mi mejor amiga y no puedo mirarla a la cara 

Yo no me haría más hombre si tocaba a una mujer de esa manera pero ellos creían que si 

Despues de cometer de... me obligaron a cargarlo en la maletera de su auto mientras lloraba a mares.

¿Fue mi error amarlo? ¿Fue mi error decirle a Jaesung que el amigo de SoHan me gustaba? ¿Y si Dios me castigó por no ser un hombre común?

Rezo por él todas las noches para que encuentre paz...

Siempre buscaré la forma de que me perdoné por no salvarlo de los que en ese entonces eran mis amigos, de los que terminé huyendo por miedo a lo que podían hacerme... 

El padre de ... nos dio dinero para callarnos y lo ocupé donándolo al orfanato donde me terminé quedando ya que no tenia hogar, no volvería a mi casa por culpa de ese hombre que me violentaba al cual mi madre amaba más que a mi...

Espero que me perdones por esto, espero que cuando... pueda verte y pedirte perdón. Mientras ese momento llegue siempre habrá una vela encendida para iluminar tu camino... 

Siempre serás mi primer amor, mis esperanzas de amar a alguien se fueron contigo esa noche...

Cuando creía haber entendido todo miro dentro del sobre un papel antiguo y algo amarillento con la foto de alguien algo corroída por el tiempo. Está rasgada, como si la hubieran quitado de algún lugar. 

Esos ojos 

Esos ojos que gritaban siempre algo que no podía escuchar.

Me cubrí la boca con ambas manos ahogando un grito es espanto. Una ráfaga de viento que vino de la nada elevó la hoja y en mi intento de salvarla aquella parte rasgada se desprende y vuela por los aires hacia el prado de flores y ya no podía alcanzarla así que solo la miraba irse. La imagen terminaba ahora siendo una nariz, una sonrisa de un niño en su uniforme de secundaria en tonos ya sepia por el tiempo de desgaste.  

La noche tiene una gran luna y me veo caminando por las calles del pueblo, estoy a solas y comienzo a comprender que es un sueño. Asumo por primera vez que no estoy sola en esto y que si estoy en ese escenario tiene un sentido.

Miro a mi alrededor buscando una respuesta.

 —Se que estás aquí ya sé lo que sucede —  digo en voz alta en medio del silencio del lugar.

Logro escuchar que la puerta de la capilla se abre lentamente.

—¿Quieres que me asome? ¿Eso quieres? 

 —Ángel — escucho su voz que no proviene de un lugar físico, más bien de todos lados y camino hacia la capilla con el sonido de la gravilla bajo mis pies.

Me asomo al lugar y veo a cuatro personas de traje, hombres hincados mirando hacia el altar entre ellos logro identificar a mi padre pero se que no es él sino más bien un recuerdo y esto es un sueño o quizás una pesadilla.

No hay nadie más en el lugar más que ellos y unos velones prendidos iluminando el lugar. Parece un velorio o algo parecido pero no hay ataúd o alguna ánfora al cual despedir o eso creo antes de alzar mi vista, ver la cruz y notar que el Cristo a sido reemplazado por él, por su cuerpo ensangrentado.

 —Perdona nuestros pecados, perdona nuestros pecados, perdona nuestros pecados... —  la voz de mi padre era un susurro entre sollozos mientras que los otros tres hombres solo lo miraban.

—Appa—  toque su hombro y él detuvo su oración.

Miró a la cruz con el alma dolida y las lagrimas que corren por mis mejillas son lo único cálido que siento en ese lugar.

 —¡Déjalo ir!— le grito  —¡Él jamás te olvidó! ¡Déjalo ir por favor!— las llamas de las velas se intensificaron iluminando más el lugar.

 —¡Prometo liberarte, prometo hacerlo pero déjalo ir! — no temo al mirarlo, ya no es el cristo al cual le temía, ahora tiene el rostro de alguien aquí miré a los ojos miles de veces  — Ya entiendo a lo que te referías.

La puerta de la capilla se abrió mostrando una luz blanca y mi padre tomó mis manos, me habló pero no podía escucharlo, solo miraba su boca moverse y como me limpiaba las lagrimas. Finalmente se levantó y caminó hacia la luz perdiéndose despues de aquello.

Y desperté.

Desperté siendo una persona totalmente diferente, porque era libre.

—Estaciónate un momento aquí— le pido a JiMin mientras pasábamos por Boseong camino a su apartamento.

—¿En la estación de policía? ¿Sucede algo?— él me mira mientras busco en el asiento trasero uno de sus gorros y un pañuelo.

—Ya vengo, no me demoro nada— dije bajándome del auto, sacando exclusivamente la caja de cartón donde había dejado lo justo y necesario para dejarlo en la estación de policía —Ellos sabrán que hacer—.

Dejé la caja en la puerta de la comisaria y toqué el timbre, era muy temprano por la mañana así que probablemente nadie me vería a excepción de las cámaras que estaban en la entrada. Corrí al auto para subirme finalmente y me quité el gorro y el pañuelo.

—¿Estás lista?— preguntó él un poco confundido —Creo que no te reconozco— rió quitando el cabello desordenado de mi cara.

—Eso es bueno o malo— el mire con amor.

—Me parece que la nueva YuMi es más feliz.

—Siento que ahora tengo historias que contar— miré por la ventana ese sauce de aquella noche en el camino —. Quizás deba retomar la escritura, podría escribir un libro.

No sé que decir gente, tengo una nostalgia enorme en mi corazón pero a la vez satisfacción. Me guardaré mis cursilerías para el apartado de agradecimientos eh, no lloren.

No se olviden de pasar por las historias de @dorasilove @WangNini_ 

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