Capitulo 10: La promesa
Caminamos por la pradera semidesnudos a solas bajo el sol de media tarde en sus tonos anaranjados. Me sentía pegajosa pero eso ya no importaba. JungKook jalaba de mi mano y ante los paso que daba contra la hierba pequeñas mariposas se elevaban y él las miraba como si aquello lo enamorara.
—¿Crees que el paraíso se vea así? — preguntó girándose hacia mi —. ¿Crees que sea como esto?
—Me imagino que sí— respondí mirándolo correr entre la hierba y como miraba el cielo —. ¿Por qué lo preguntas?
JungKook se acercó trotando hacia mi y se inclinó para que me subiera a su espalda, acepté su oferta ya que me dolían las pies. Me abracé a su cuello y tomó mis muslos con fuerza para que yo no me cayera.
—Siempre me he cuestionado si algún momento llegaré al cielo
—Eres muy joven para pensar en morir, JungKook— reí y miré el cielo —. Aun queda mucho para eso. Piensa en las metas que tienes por cumplir, el amor, los hijos, los nietos y todo eso.
—¿Tu quieres tener todo eso?— preguntó mientras nos acercábamos a casa.
—Sí, quiero publicar un libro exitoso, tener hijos y nietos, vivir en una casita como esta en medio de la nada y morir junto al amor de mi vida— cerré los ojos cuando una brisa rozó mi rostro.
—Y lo tendrás de seguro— asumió él —. ¿Podemos ducharnos juntos?
—¡Oh, JungKook eso es mucho compromiso! ¿No lo crees?— reí y me acerqué a su oído —. ¿Quieres hacerlo otra vez? — mordí unos de sus aretes en el cartílago de su oreja.
—Si me dejas, por supuesto.
Entramos a la caseta de la ducha notando que el espacio era algo reducido y el chorro de agua nos sorprendió de forma fria hasta que fue tomando un toque agradable de calidez. Él lavó mi cabello mientras yo enjabonaba su torso y luego sacó la espuma de mi cuerpo con sus manos fuertes y grandes tocándome sin pudor hasta prepararme para hacerme el amor.
Me inclinó contra una de las paredes de la ducha y entró en mi lentamente, era sucio, erotico y hasta podría decir que ninguno de los dos pensaba en el otro sino que en alguien más, lo cual me llevó a reflexionar que no debía volver a pasar pero seguía pasando una y otra vez. Era mejor mentirnos a nosotros mismos y tener este encuentro casual y carnal que callar a nuestro cuerpo cuando nos pedía a otro.
Nos arropamos y decidimos tomar el té. La noche había caído y estábamos cansados al punto de solo mirarnos de reojo mientras estábamos frente al otro.
—Entonces la chica que te gustaba se llamaba SoHan— le sirvo una taza de té mientras lo escucho con atención.
—No la veo desde la universidad— tomó la taza y bebió con cautela.
—¿Qué estudiaste?
—No terminé la carrera, algunos sucesos cambiaron mis planes y eso también hizo que yo no la volviera a ver.
—Pero podrías buscarla, llamarla, no lo sé— me senté frente a él viendo como tras de este, por la ventana, la tarde caía en tonos anaranjados hasta oscurecerse.
—¿Llamarías ahora a JiMin para decirle que aún te gusta?
—Sí, lo haría— miré mi teléfono a unos centímetros de mi.
—Yo no soy quien para entrometerme en la vida de los demás, quizás ella ya está de pareja con alguien y siendo muy feliz.
—O quizás piensa en ti, como tu lo haces con ella— sonreí y le acaricié la mano —Quiero que ahora seamos buenos amigos a pesar de todo lo que hemos hecho.
—Respeto tu decisión.
—Sé que en ocasiones parecías muy involucrado con esto pero esto segura que no deseo verme con alguien más si no es él.
—¿Y si no es él?
—Si no es él, me dedicaré al servicio y trabajaré con mi padre en el orfanato— la idea no me era totalmente tentadora pero una siempre debía tener un plan B si el otro fracasaba.
—¿Cómo es que tu padre llega a trabajar a ese lugar?— JungKook dejó la taza contra la madera de la mesa y se dedicó a mirarme con una calma unica.
—Toda la vida me dijo que cuando él abandonó su carrera universitaria se alejó de todos. Nunca me dijo las verdaderas razones pero me imagino que debió haber sucedido algo que quería dejar en el pasado, llegó a un grupo de la iglesia que lo ayudó mucho en ese momento en el que se encontraba perdido y luego llegó al orfanatorio a dar sus servicios entregándose por completo a ello.
—¿No piensas que es un poco raro cerrarse solo en eso? Ayudar a la gente, a niños...
—Él es un hombre bueno con un mal pasado o eso quiero creer. Presiento que algo sucedió con su padrastro a quien nunca lo nombra cuando habla de su familia y es al único que jamás conocí. Se habían separado con su madre unos años antes de que él fuera a la universidad— recordaba que mi padre había recordado el rostro de ese hombre de todas las fotos familiares.
—¿Nunca se casó o se le vió con alguien?
—Tengo la leve sospecha de que las mujeres no son su tipo— sonreí —Una vez lo vi hablando muy campante con otro hombre fuera de la iglesia e incluso lo invitó a cenar una vez y fue el momento extraño pero feliz que tengo de él con otra persona que no sea yo— tomé de mi taza de té —. Mi padre es un ser único en este planeta, JungKook. ¡Algún día podrías conocerlo, quizás podrías ayudar en el orfanatorio si es que en algún momento deseas escapar de este pueblo, los niños te adoran!
—Y ponemos un nuevo orfanatorio juntos— le miré impresionada ante su respuesta pero parecía más sarcasmo que cualquier otra cosa.
—¿Dónde tienes planeado ir ahora?— le pregunté con la sensación en el pecho de que se iría sin avisar tal y como había llegado a este pueblo.
—Donde pueda estar en paz en realidad— suspiró —A veces siento que huyo de algo arrasando con todo a mi paso, como si estuviera resentido con el mundo.
—Quizás todos odiamos un poco nuestra situación actual pero no hay razones para huir— le miré mientras él miraba hacia la ventaba donde había una gran luna.
—¿Crees que eres lo suficientemente fuerte como para enfrentar las mentiras que han plantado en tu vida?— preguntó de repente girándose hacia mi —. Ángel ¿Eres valiente como para soportar la muerte de algo que creías muy real?
Le miré sintiendo que él se colaba en mi subconsciente, en mi alma y mis huesos. Sus ojos estaban en mi como en aquellos sueños que tuve con él, como esa noche en la que me besó junto a la puerta, cuando lo golpee fuera de la tienda de la Sra. Kwon y lo vi por primera vez.
—¿Estás hablando de mis padres, los biológicos?— miré el agua terracota de mi té que se movía un poco.
—Creo que más que eso, ángel— acarició mi mano —Puedo ayudarte si lo deseas, ya que somos amigos podemos ayudarnos mutuamente.
—¿Y en que te puedo ayudar yo?— miré mis manos unidas con las suyas.
—Supongo que lo sabrás cuando llegue el momento, por ahora déjame ayudarte primero— sonrió cálidamente hacia mi dejando en el aire algo que parecía una promesa.
¿Qué piensan de este JungKook? ¿Confiamos en él o no?
No se olviden pasar a leer a @dorasilove @WangNini_ @liveforjk para que vayan uniendo piezas.
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