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|☪ Cᴀᴘ. 092 ☪| ʙᴜᴇɴᴀ ᴍᴀɴ̃ᴀɴᴀ ✔


     —¿Y cómo se siente estar acurrucada en mis brazos, justo antes de irnos a dormir? —Jung Kook mimaba mi rostro, mientras mis brazos estaban alrededor de su cuerpo, sin dejar ni un centímetro de distancia entre nosotros.

     No había esperado tanto tiempo para tenerlo a mi lado como para dejarlo suelto, no, quería crear nuevos recuerdos juntos y era la oportunidad perfecta para soñar a su lado.

     —Es fantástico, mi corazón late a mil por tu cercanía, Kook —Inhalé su olor masculino y la fragancia del perfume que mi hermano tuvo que prestarle.

     Jimin rompió el hechizo o la magia que había creado para volver el cuerpo de Jung Kook invisible, prácticamente parecía un espectro acosador que me hacía delirar al escuchar su voz susurrandome al oído, creyendo por un momento que esto era un sueño, retorcido junto a un muerto.

     —El mío está igual que el tuyo. —Besó mi frente, transmitiendome paz y tranquilidad— Como me hubiese gustado que nadie nos hubiera robado nuestro cachito de felicidad. —Su calor corporal arropaba mi cuerpo, sintiéndome a gusto junto a él— Esos malditos.

     —Kook, ya están muertos. Nos salvaste de un daño mayor —Me acurruqué más a su cuerpo, él me necesitaba a mí y yo a él, pero nuestro pequeño cachorro pensaba diferente a nosotros, él también quería atención.

     —Y estoy feliz de haber tomado esa decisión o aquel pequeño que llora desconsoladamente no me hubiese hecho tan feliz, tampoco me hubiese convertido en padre. —Jung Kook besó cortamente mis labios para levantarse de la cama e ir en dirección a la cuna, donde se encontraba nuestro pequeño Seung— Yo también necesitaba tenerte cerca, hijo —Ví toda su figura en la oscuridad tomar a nuestro cachorro en sus brazos, de la forma más delicada posible.

     Seung no paraba de llorar, pero Jung Kook no se daba por vencido, creía que meciendolo iba a parar su llanto y ojalá fuese cierto. Sin embargo, su hijo había salido igual de terco que su padre, no iba a desistir a la primera.

     —Te deseo suerte, yo dormiré un rato antes de ir a recoger a mis amigas al aeropuerto —Lancé un beso al aire, que iba dirigido al amor de mi vida y a mi vida entera, procediendo a cerrar mis ojos después de ello.

[☪]

     La paz y una cama vacía me hicieron despertar, Jung Kook no estaba a mi lado y Seung no había llorado en toda la noche. Me levanté despacio, sentándome en la cama para tomar mi teléfono de la mesita de noche, de forma más sencilla, reviso la hora en el, junto a los mensajes que tenía también, la mayoría eran de Sook avisandome que su avión se había atrasado unas horas y que estarían aquí mañana por la mañana.

     Me estiré sentada en la cama y me apresuré en levantarme, eran las ocho de la mañana y no había ninguna actividad, sólo de pensar que era un sueño y que mi hermoso bebé también, me carcomía por dentro, ¿Y si lo había estado soñando todo este tiempo? La cuna de Seung no estaba y era imposible no preocuparme.

     Tomé la bata que estaba guindada en el perchero y me la coloqué lo más rápido que pude para salir del interior de mi habitación. Al llegar a la sala con muebles de cuero negro, un cuerpo que tanto conocía mecía a un pequeño bulto en su hombro izquierdo con tranquilidad, esperando a que se durmiera para acostarlo en la cuna que estaba a unos centímetros de ellos.

     Con que ahí estaba la cuna.

     Jeon al percatarse de mi presencia paró en seco y se acercó a mí para darme unos muy buenos días, los mejores de toda mi vida. No saben el hermoso panorama que tenía en frente, Jung Kook cargando a nuestro hijo hasta dormirse era de admirar por siempre. Él besó mis labios sin despertar a Seung, pero sí despertaba un gran deseo dentro de mí, ese de devorar sus labios cada segundos de lo que quedaba de nuestras vidas.

     —¿Cómo amanece la mamá más hermosa de éste mundo? —Me guiñó un ojo coqueto, como si hubiese leído mis pensamientos de devorarlo entero.

     —De maravilla. —Relamí los labios con lentitud, avivando el ambiente que se había creado— Ver a mi novio cargando a nuestro hijo, apostando lo que sea a que no pudo dormir, despertó una admiración increíble en mí.

     —¿Por qué? Es mi hijo, un Jeon y próximo líder de Seúl —Rodé los ojos ante su seguridad, ¿Ya no habíamos hablado de ello?

   —Ignorando lo último y respondiendo a tu pregunta, porque hay padres que no aguantarían no dormir por tantas noches —Mis ojos conectaron con los suyos con amor, cariño, lujuria reflejándose en nuestros ojos.

     —A mí no me importa y créeme que estaría dispuesto a hacerlo con nuestro otro pequeño que viene en camino —Aseguró acariciando mi rostro con la mano libre que tenía.

     —Estás loco. —Solté una carcajada. Hoy estaba feliz y quería hacerle el desayuno a Jeon, ese que tanto Jung Kook amaba. Unos ricos panqueques— Ya te he dicho que no estoy embarazada, estás peor que aquél día luego de la fiesta, creyendo que yo estaba embarazada de tí —Dejé un corto beso en sus labios, justo como él había hecho anteriormente.

     —Y cómo me hubiese encantado que esa primera vez fuese cierta —Me dirige a la cocina, sintiendo su presencia detrás de mí.

     —Agradece que la segunda y la tercera si lo fueron —Le recordé con cierta nostalgia, nuestro primer bebé que ni tiempo le habían dado para formarse me había sido arrancado y a nuestro segundo cachorro, casi crece sin su padre a su lado, pero todo había salido bien.

     Por fin sentía la paz.

     —Te amo, muñeca —Sus labios dejaron un casto beso en mi mejilla, mientras sacaba la harina de trigo de la alacena.

     —Yo más, Kook —Reprimí mi emoción, cuando más quería explotar por dentro.

     —Gracias por nuestro hijo, Jules —No paraba de agradecerme y eso me alarmaba un poco, ¿Acaso creía que también éramos un truco?

     —Kook, nosotros somos reales...

     Me interrumpió, siempre estuvo acostumbrado a hacerlo.

     —Seung es tu mejor obra de arte —Me sonrojé de inmediato ante sus palabras, era la primera vez que me decían algo tan significativo.

     El momento especial y romántico que estábamos teniendo se vió interrumpido por el teléfono del apartamento, despertando a Seung de inmediato.

     —Tu contesta, yo iré a calmarlo —Besó mi frente y se llevó a nuestro bebé con él.

     Caminé hasta el mueble alto de madera con cajones para tomar el teléfono local que tenía encima y un número desconocido se reflejaba en el, sin tomarle importancia tomé la llamada.

     —Buenos días, señora Min —Hablé sin dejar de sacar los ingredientes para la mezcla.

     —Señora de Jeon —Corrigió Jung Kook, sacándome una pequeña risita.

     —Jules, por el amor a Dios, eres tú. —Hara hablaba con una voz muy débil y pequeños sollozos se hacían presente— Te estuve llamando a tu teléfono, pero me salía la contestadora. También sé que estás con tu pequeño Seung, siendo una mamá feliz, olvidando por completo que su novio y padre del bebé estaba muerto, pero no me siento bien y...

     La interrumpí, estaba evadiendo el punto principal de la llamada y sinceramente, no creo que me haya llamado para hablar de lo ocupada que estoy con Seung.

     —Jung Kook está vivo y a mi lado, Hara, pero eso no es lo importante ahora, dime lo que pasa —Hablé parando por completo la mezcla que estaba haciendo.

     —Sí, claro. Entonces, Taehyung no me dejó plantada en la boda —Soltó un sollozo desgarrador al final.

     —¿Taehyung te dejó plantada? ¿Y cuándo me dirías la fecha de la boda? —Sorprendida, tuve que sentarme en uno de los sofás, no podía creerlo.

     Jung Kook alarmado por mi estado se acercó a mí, comprobando mis signos vitales y hacia donde miraban mis ojos con asombro. La pared blanca era una buena opción. Jung Kook logró dormir a Seung, posiblemente mi pequeño había estado despierto toda la noche, siendo mimado y alimentado por su papá a altas horas de la mañana.

     —No... Lo sé. No sé porque lo hizo, estoy destrozada —Podía escuchar como cada uno de sus sollozos me partía el corazón, jamás pensé que Taehyung pudiera hacerle eso.

     —Cálmate, pronto estarás aquí, conmigo —Animé, como si fuese una gran solución, claro, eso le haría olvidar porque su corazón estaba roto a la mitad.

     —Estoy... En... La entrada de tu edificio, Jules. No aguanto éste dolor —Ella creía que su vida había acabado, pero lo que no sabía era que Taehyung se perdía de una chica honesta, respetuosa, amorosa y amable.

     —¡¿Qué?! —Grité, llamando la atención de Jung Kook nuevamente, que estaba a mi lado— ¡¿Y por qué no me avisaste que ya habías llegado?! —Alterarme no era lo que ella necesitaba, ella sólo quería un hombro en donde llorar— Hubiese ido por tí al aeropuerto.

     —Lo sé y te lo agradezco, estoy por ingresar al ascensor. Te quiero —Se despidió antes de colgar la llamada.

     —Yo también te quiero —Dije poniéndome de pie.

     —¿Y qué pasó? —Jung Kook alzó una ceja sin comprender la situación.

     —Tu amigo Taehyung dejó plantada a Hara. —Dije con tranquilidad, estaba vestida con una bata y debía cambiarme— Deberías esconderte antes de que llegue.

Holaaaaa!

Se me ha hecho imposible escribir estos días, últimamente he estado muy ocupada.

Gracias por leer❤️

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