—Jules, te deseo tanto —Susurró Jeon muy cerca de mi oído, erizando mi piel por lo gruesa que estaba su voz.

     —No, no me harás otro cachorro, Jung Kook —Dije firme, poniendo todos mis sentidos en alerta, no podía verlo, pero sí sentirlo.

     —Tengo una gran ventaja, soy invisible —Soltó una risita nasal, además de perversa, nada agradable.

     Sentí caricias en mis muslos desnudos, el vestido que traía puesto floreado no ayudaba ante la situación, tocaba con suavidad, confianza y mucho atrevimiento, como si realmente toda yo fuera suya. A medida que acariciaba más y más mis muslos, subió por ellos y por instinto me dejé caer en la cama, estaban tan necesitada de su toque que no era necesario convencerme de lo contrario, abrí de apoco mis piernas dándole el acceso que Jeon necesitaba.

     Mi sexo palpitaba por el ansia de su toque y comenzaba a humedecerse, sacándole una risita sonora de su parte, aún me mojaba siendo un estúpido fantasma. Ya no podía contemplar sus expresiones al llegar al éxtasis o verme al borde de la excitación.

     Se introdujo en mis bragas blancas y comenzó a jugar con mis labios vaginales y a estimular mi clítoris que ansiaba su toque, no pude resistir mis ganas de gemir, ¿Y cómo podría? Jung Kook siempre sabía dónde y como tocar a una mujer para satisfacerla.

     —Me encantas —Susurró, haciéndome delirar.

     Él, continuó sin tregua sobre mí clítoris, acelerando cada vez más sus movimientos y humedeciendo mi sexo al máximo, sólo deseaba que me penetrara con rudeza.

     —¡Ahhg, Kook! —Gemí al sentir su primer dedo introducirse en mí.

     Maldecía en mis adentros y más cuando sentí el segundo dedo entrando en mí, había caído de nuevo en sus encantos y creído en sus palabras cuando no debía hacerlo. Tras seguir dentro de mí sentí un estremecimiento y un pequeño temblor en mis piernas, anunciando próximamente mi orgasmo.

     Jeon continúa con su tarea y por fin comienzo a temblar de placer gracias al tan aclamado orgasmo, unos pequeños espasmos y él decide retirar sus dedos de mi interior, dejándome insatisfecha y vacía.

    —Espero y me perdones —Abrí mis ojos tanto que podría jurar que se saldrían de sus órbitas, ¿Ésto era todo?

     Me levanté furiosa, las piernas me fallaban un poco, pero no me impidió alzar la voz y señalar a la nada.

     —¡Eres un imbécil, no puedes dejarme caliente y luego marcharte como siempre haces! —Le reclamé olvidando por completo que Seung se encontrarán con nosotros en la habitación.

     —¿Segura que quieres continuar? —Me susurró y besó mi cuello, encontrando nuevamente mi debilidad.

     —Sí —Intenté que la voz no se me cortara por los repetidos besos húmedos que podía sentir en mi cuello.

     Acarició mis pechos por encima de la tela del fino vestido, que por fortuna había desistido de la idea de ponerme brassier ya que, los pechos me habían aumentado de tamaño gracias a un hermoso ser que debía alimentar a diario.

     Cada uno de los poros de mi piel se despertaron por el contacto y como era de esperarse, la virilidad de Jung Kook comenzaba a hacerse presente en mi trasero y podría jurar que le había aumentado de tamaño, la última vez que estuve con él lo tenía más grande que el promedio, pero ahora era todo un mástil.

     Bajó el cierre que tenía en el costado del vestido y con mi ayuda deslicé mis mangas hasta dejarlo en el suelo, con los pechos al aire y sólo las bragas puestas. Su mano bajó hasta mi intimidad, jugando con ella para recordarme el gran orgasmo que acababa de regalarme.

     —¡Ahh, Kook! —Gemí de forma descontrolada.

     —Siente cuanto te hemos extrañado, muñeca —Su voy ronca me mataba.

     Acelera el ritmo de sus dedos en mi preciado botón del placer y a su vez, jugaba con mis pechos, dándole aquel trato que tanto se merecían, además de estimular mis erguidos pezones. Interrumpió todas sus acciones para trazar una ruta de caricias desde mi cuello, por mi espalda hasta llegar a mi trasero, aquella parte que tanto le gustaba de mí y no podría negar.

     Tenía unos glúteos redondos y sobresalientes, no lo podía negar y Jung Kook tampoco los dejó pasar, adueñandose de ellos.

     —Kook, desnúdate y házme tuya de una vez —Pedí casi a gritos, estaba extasiada.

     —Tus palabras son órdenes para mí, muñeca. —Aseguró con una sonrisa, pero como no podía verlo, cerré los ojos imaginandome como se quitaba los pantalones, posiblemente su camisa y los zapatos, haciéndolo de forma sensual— Cariño, contra la pared — Me pidió firme y como si de su sumisa se tratara, seguí su órden, dándole la espalda con el trasero levemente alzado y mis manos apoyadas en la pared.

     Con una mano abrió mis piernas, bajando rápidamente las bragas que aún me quedaba y dejó la posición más cómoda para penetrarme, dirigió su mástil a mi entrada y con la otra mano impidió que soltara los siguientes gemidos, jadeos y gritos obscenos, ya que Seung estaba con nosotros.

     Pude sentir su polla totalmente dura, rígida como un palo, pero me imaginaba su punta rosada brillante debido a la gran excitación que le embriagaba. Retiró su polla de mi entrada que sólo se frotaba y sentí un gran jalón hacia la cama, ¿Jeon quería jugar a dejarme verdaderamente excitada? Porque lo estaba logrando.

     Estaba en la cama con las piernas abiertas, encima de su cuerpo invisible abrazando posiblemente su cintura con mis piernas, puesta en esa posición entendí lo que debía hacer y me levanté un poco para que pudiera dirigir su gran miembro a mi entrada, siendo embestida por una sola estocada, dejando salir un gran gemido desde lo más profundo de mi ser.

     Cabalgaba encima de él con gran excitación, olvidándome por completo que estaba siendo follada por un fantasma en un apartamento que compartía con mi hermano y su pareja, además de la presencia de nuestro hijo en la habitación, todo un panorama que había dejado en blanco por pequeños instantes.

     Seguí autopenetrandome, satisfaciendo mis oídos al escuchar los jadeos de Jung Kook fusionandose con los míos.

     —¡Vamos, cariño... Sí, así... Sigue! —Me pedía con oraciones a medias.

     —¡Kook... Dios mío! —Acompañé sus jadeos con mis gemidos.

     Seguí con el ritmo y mis paredes comenzaban a contraerse engullendo su extensión, sacandonos gemidos desde lo más interno de nuestro ser. El semen de Jeon llegó a lo más profundo de mi vagina, sintiéndome llena y satisfecha, ni hablar de mis fluidos que se esparcían por toda su extensión de forma exagerada... Tantos meses sin tener relaciones sexuales afectaban mi sistema reproductivo.

     Sus grandes manos subían por mis piernas, trazando un viaje hasta mis caderas, erizando mi piel con cada toque que me daba.

     —Eres mía —Dijo y sentí aquel nudo en mi interior, algo me decía que iba a cumplir sus ganas de hacerme otro bebé.

     —Y tu mío —Solté de vuelta, con los ojos cerrados imaginando su hermoso rostro.

     Un golpe fuerte se hizo presente en la habitación, obligándome a abrir los ojos y a visualizar a mi hermano viéndome con cara de sorpresa en el rostro, ¡Que vergüenza! Estaba desnuda encima de la cama y llena de fluidos imaginarios, pero que podía sentir muy adentro de mí.

     —¡Jules! —Gritó tapándose los ojos y seguido entró Jimin imitando su acción— ¿Por qué te masturbas pensando en un muerto? ¡Eso es depravado! —Mi hermano comenzaba a olvidarse de su poca paciencia y sacaba a la luz su intolerancia ante las situaciones.

     Tapé mis pechos y como pude mi intimidad, aún sintiendo el nudo dentro de mí. No podía moverme y salir corriendo a ponerme una bata, debía esperar que el nudo de Jung Kook se debilitara para que no fuese doloroso y ambos salgamos lastimados.

     —¡Jung Kook está vivo y tú novio lo sabe! —Acusé con molestia. Él siempre insinuaba que me había vuelto loca.

     —¡Voy a matarte, Jung Kook! —Gritó Jimin desconectandonos a todos, introduciendonos en una nueva discusión.

     —¿Jung Kook está vivo y justo ahora estaba teniendo sexo contigo? —Habló mi hermano, sintiéndome ofendida.

     —Le hacía otro bebé, también el amor y más respetos hacia tu hermana, YoonGi —Habló Jung Kook con aquella voz imponente que lo caracterizaba.

     —Te recuerdo que no eres el Alfa —Dijo mi hermano sin moverse de su lugar.

     —Luego de que tu noviecito me quite el hechizo, pienso volver y presentarle Seung a la manada, el nuevo líder —Me horroricé ante las palabras de Jeon, yo no quería que mi pequeño dejara de ser un niño para convertirse en el líder de una gran manada.

     —Estás loco, Jeon Jung Kook, no dejaré que hagas tal estupidez. La manada está más que bien con Taehyung —Expresé viendo hacia abajo, según yo veía su rostro con el ceño fruncido.

     —Estamos con Jules, Jung Kook y si no quieres que te mantenga invisible para siempre, olvídate de esa idea —Amenazó Jimin apoyándome ante mi gran decisión de hace meses.

     —De acuerdo, —Concluyó Jung Kook, removiendo sus manos de mis caderas— pero si es niña, volveré al puesto que me pertenece

     —¿Niña? ¿De qué hablas? —El desconcierto de la voz de mi hermano hacía todo más épico.

     —Pronto tu linda hermanita tendrá a un hermoso cachorro en su útero, que se desarrollará dentro de ella durante seis meses —Explicó Jung Kook de forma poco complicada lo que era un embarazo.

     —Oh no, ni lo pienses, Jeon —Amenazó mi hermano, mientras mis mejillas se acoloraban.

     Así era la vida entre Alfas y Omegas, una experiencia única.

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¡Holaaaaa!

Pensé que tenía como un mes sin actualizar, pero me equivoqué (Menos mal) y por lo tanto, traeré capítulos más seguidos hasta acabe con la historia❤️

Gracias por leer😘

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