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|☪ Cᴀᴘ. 082 ☪| ʟᴏ sᴇɴᴛɪsᴛᴇ, ¿ᴄɪᴇʀᴛᴏ? ✔


     —¿Por qué te empeñas en seguir negandolo? —Tomó mi mentón delicadamente con una de sus manos, su pulgar e índice me hacían mirarlo directamente a los ojos.

     ¿Por qué tenía que ser tan malditamente hermoso, varonil, fuerte, capaz, arriesgado, tonto, gilipollas? Podría seguir preguntándome todo el día de sus grandes cualidades, virtudes e incluso de sus pocos defectos, pero tenía uno muy grande: Tomar decisiones por los demás.

     —Porque es verdad. MinSeok es el padre de mi hijo, te guste o no, Jung Kook —Le dediqué una sonrisa, intentando de no hacerla tan forzada.

     Sus ojos reflejaban dolor, uno como el que jamás había visto en mi vida. Jung Kook se estaba rompiendo por dentro. Yo lo estaba rompiendo por dentro y eso era más que suficiente para saber qué jamás volvería a molestarme en mi vida, me dejaría en paz y seguiría con MinSeok criando un niño que posiblemente no sea suyo, pero fingiríamos ante sus ojos para no lastimarlo.

     Mi bebé era poseedor de una sangre poderosa y fuerte, pero sería apartado de su padre sólo para protegerlo.

     “Sólo a nosotras nos pasan esas cosas” —Comentó mi loba cabizbaja.

     Ambas estábamos de esa forma, ¿Y cómo no estarlo? Estaba separando un vínculo inquebrantable como lo es el del padre y del hijo, obligándolos a vivir sin el otro.

     Todo era tan injusto.

     —¿Y por qué siento un enorme lazo con él? ¿Cómo puedes explicarme aquello? —Sus ojos pedían a gritos que todo fuese mentira y corriera a sus brazos sin explicación alguna.

     Mi boca y garganta se habían secado, ya no sabía que decir para convencerlo y evitar una locura por parte de MinSeok.

     —No lo sé. Quizás estás volviéndote loco y quieres convencerte de ello —Solté fría, mientras su mano abandonaba mi mentón.

     —No, Jules. No tienes la menor idea de como reacciona el feto cuando me acerco y la conexión que tenemos —Él estaba convencido, yo también lo estaba e incluso MinSeok lo estaba, pero no permitiría que asesinaran a mi bebé de nuevo.

     —Yo no siento nada cuando estás cerca de mí —Lágrimas traicioneras amenazaban con salir, pero no lo iba a permitir.

     Como las odiaba.

     Jeon se acercó y se agachó a la altura de mi vientre, comenzando a susurrar palabras en un idioma que desconocía por completo o simplemente, no podía escuchar bien lo que pronunciaba con seguridad.

     Mis lágrimas comenzaron a salir a borbotones al sentir como mi bebé, un feto diminuto, se movía dentro de mí. Era la respuesta a la gran pregunta: ¿Quién era el padre de mi hijo? Mi hijo le había respondido a su padre con aquel movimiento dentro de mi vientre.

     —Lo sentiste, ¿Cierto? —Sus ojos me miraban desde aquella altura.

     Negué.

     Negué irradiando seguridad ante mi respuesta. Su rostro se enfureció y entristeció a la vez, dándome muy mala espina, ¿Qué se supone que miraba detrás de mí? Me giré lentamente y mi mundo cayó en picada; el siguiente titán y destructor de parte de mi vida venía en nuestra dirección, con la espalda erguida y una sonrisa de oreja a oreja, aparentando cierta felicidad de vernos.

     Era un farsante.

     —¿Qué haces aquí, MinSeok? —Jeon estaba a la defensiva y con mucha razón.

     Se puso de pie y de forma erguida dió un paso hacia adelante.

     —Vine por mi prometida, Jeon. —Soltó con orgullo— ¿O todavía te duele que ese hijo sea mío y no tuyo?

     Jeon se tensó y enfureció aún más. No sabía a donde mirar y si quiera que hacer, no quería que ambos se destruyeran y salieran heridos.

     —Tan orgulloso estás de que sea tu hijo que, ni siquiera eres capaz de venir a su primera consulta. Que imbécil eres —Jeon sonreía victorioso, ¿Y cómo no estarlo? Jung Kook tenía razón.

     —Eso no es asunto tuyo —MinSeok se acercó amenazante, poniendo en alerta todos mis sentidos.

     Había desplomado cualquier pizca de seguridad en mí, estaba decidida a contarle a Jung Kook que ese bebé era suyo.

     —Es hora de irnos —Dije fuerte y aferrándome al brazo de mi prometido... Aún llevaba el anillo puesto.

     Hoy sería un día largo.

[☪]

     Entrar a casa y observar a dos MinSeoks totalmente iguales era de locos, poco creíble y razonable, ¿MinSeok tenía un hermano malvado? Tragué saliva y caminé a paso lento en su dirección; él estaba sentado en mi sofá de cuero negro, mirándome con sorpresa y cierto temor.

     —¿Por que no me dijiste que desapareciera? ¡Ella está viéndome! —Su rostro era pálido y su frente estaba sudorosa.

     —Minyuk, has silencio. No puedo seguir fingiendo —Dijo MinSeok con voz gruesa, más gruesa de lo que era antes.

     Minyuk. Ese era el nombre de aquel personaje que se encontraba más sorprendido que yo en estos momentos. Eran gemelos y sin si quiera confirmarlo, MinSeok era el gemelo malvado de ésta historia.

     —Yo necesito irme —Hice el intento de correr hacia la puerta, pero unas manos bastante grandes y fuertes atraparon mis brazos.

     —No arruinarás mis planes —Soltó con molestia.

     Sin más fui arrojada contra lo más doloroso, esperando lo peor: ser impactada contra el suelo.

     —¡Está embarazada, imbécil! —Soltó Minyuk apenas mi cuerpo tocó el suelo; estaba helado y sentía un inmenso dolor en el pecho.

     Yo no podría contra ambos Alfas.

     —Es sólo una inútil pieza de ajedrez, Minyuk. A Jung Kook no le importa y por lo mismo, él no accede a dejarme el mando, ser el líder de la manada —Soltó molesto MinSeok, mientras me miraba con desprecio.

     ¿Cómo hacía MinSeok para mentir, fingir y hacer un buen papel? Yo le había creído. Pensé que me amaba, creí en sus palabras y sus estúpidas acciones. Pensé que era un hombre diferente, uno que no me utilizaba para dañar a Jung Kook; me equivoqué.

     Era una tonta.

     —¿Y si ese hijo fuera tuyo? —Atacó Minyuk poniéndose de pie para caminar en mi dirección.

     MinSeok soltó una sonora risa que inundó el gran espacio y a su vez, secaba aquellas lágrimas invisibles con sus dedos.

     —Yo ni siquiera puedo tener hijos —Relamió sus labios. Su hermano se acercó a mí y me ayudó a sentarme en aquel sofá de cuero que tenía mi casa— y gracias a Dios que no puedo, porque tuviera que quemarlos apenas nacieran. Como detesto a esos demonios.

     Repulsión.

     Fue lo que sentí al escucharlo; imaginarlo y experimentar aquel insufrible dolor hizo que unas horribles arcadas aparecieran de repente.

     Gran momento para querer vomitar.

     —Eres un idiota, ¡Este no era el plan! —Minyuk comenzaba a enfadarse, mientras me propinaba leves caricias en mi espalda.

     Ni sabía que sus manos estaban allí, sólo procuraba de no vomitar todo el desayuno en el suelo.

     —¡Ahora lo es! —Tocó su frente con frustración— Quédate con ella, iré a comprar unas cosas —Tomó unas llaves de la mesa de centro y le guiñó un ojo a su hermano, diciéndole literalmente: todo está bajo control, quédate tranquilo.

     —¿Qué se supone que debo hacer con ella? —Preguntó con inseguridad y podía jurar que su voz se quería cortar.

     —No dejar que salga de casa o use el teléfono para llamar a Jeon. Debemos mantener en secreto que estás vivo, hermano.

     —¿Y si grita? —Minyuk era un miedoso, parecía que MinSeok lo estuviera obligando a ejecutar su plan.

     —Hazle daño, justo en su vientre —Tragué saliva ante sus palabras.

     Sonrió de nuevo a su hermano y sin más desapareció del gran salón, dejándome a solas con Minyuk que estaba más que pálido a mi lado.

     Silencio.

     Aquel silencio reinó unos pocos minutos, tenía tantas preguntas y no lo dejaría en paz, era el momento perfecto para bombardearlo de ellas. Necesitaba respuestas y ahora.

     —¿Por qué hacen todo esto? ¿Poder? —Veía a Minyuk con cierto dolor, ellos querían hacernos daño.

     —No.

     —Entonces, ¿Por qué? ¿Por fama? ¿Placer? —Insistí, no iba a desistir de la idea de sacarle algún tipo de información.

     —No, Jules. Tú no entiendes lo que hemos pasado mi hermano y yo, la separación que nos obligó a cambiar nuestra forma de pensar y sobre todo, la maldición que nos ha dejado la familia Jeon. —Sus ojos me detallaban, admiraban mi dolor— Somos su sombra —Explicó.

     Por eso le tenían tanto odio hacia la familia Jeon.

     —No es mi culpa, ¡Nada de esto lo es!

     —Eres su mate. Tú mueres, él muere. Es así de sencillo —Soltó como si fuera una gran respuesta.

     —¿Quieren matarme? —Primero lo primero: Idear un plan de escape.

     —No.

     —¿Entonces? —Jeon no iba a ceder, no iba a dejar su mando por mí.

     —Queremos el poder de Jeon sin lastimar a nadie. Lo que te pasó jamás debió... —Calló de repente.

     —¿De qué hablas? ¿Del secuestro y asesinato de mi cachorro? —Dí justo en el clavo. Lo miraba molesta.

     —Jules... —Él había metido la pata hasta el fondo del barro.

     —¡Habla!

     Soltó un suspiro que llevaba reteniendo desde hace unos minutos, dispuesto a contarme todo lo que habían hecho.

     —MinSeok contactó a esos profesionales. Dimitri Vegas no tenía ni la menor idea de quien eras o siquiera de quien era Jung Kook y de su gran poder. Ellos sólo seguían órdenes de mi hermano... Se le pasó la mano —Él creía que sí... Pero su hermano nos quería muertos.

     —¿Y tenían que llegar tan lejos? —Lágrimas no me traicionen ahora.

     —Agradece que te salvé —Soltó con una sonrisa sincera.

     —¿Me salvaste? —Estaba confundida, ¿De qué hablaba?

     —Me hice pasar por MinSeok. Todos creyeron que era él y fue fácil hacer lo demás. No podía dejar que te hicieran más daño, Jules..  Tú eres importante para mí —Tomó una de mis manos y mi estómago terminó de resolverse.

     Iba a vomitar en cualquier momento.

     —¡Estás demente!

¡Holaaaa!😍

Disculpen el severo retraso de la historia... He estado trabajando más de la cuenta para poder comprar unos muebles para mi casa...😊

Espero les guste éste capítulo❤️

Gracias por leer😘

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