|• MIN JULES HEE •|

     —¿Estoy embarazada? —La obstetra no decía nada, sólo leía los exámenes que me había hecho para comprobar la prueba de embarazo que, me había hecho hace una semana atrás.

     Levantó su rostro de la hoja y me sonrió con cierta ternura. Esto era nuevo para mí, ya que antes no había consultado a un especialista para confirmar y empezar con ciertos cuidados prenatales.

     Aquella mirada lo decía todo.

     —Felicidades, Señorita Min, usted está embarazada —Soltó con cierta alegría la doctora Mitchell.

     Ese era su trabajo y no podría quejarme por ello.

     Sin palabras sonreí de forma forzada, no sabía exactamente que decir o hacer, estaba sola en esto y saldría adelante de la misma forma sin ser una carga para alguien.

     —Por favor, acuéstase en aquella camilla y levántese un poco la blusa, desabotone su pantalón y relájese, que un embarazo es un regalo que no todas las mujeres tienen el placer de concebir —Asentí ante sus palabras de aliento y tragué saliva forzadamente.

     Me levanté del asiento que estaba frente a su escritorio y caminé hacia la camilla que estaba al fondo, junto a una máquina de ultrasonidos.

     Ya sabía para que era y lo que mostraba, no era la primera vez que veía una.

     Desabotoné mis jeans negros y alcé mi blusa luego de estar sentada en la camilla, justo como la doctora me lo había pedido. Ella se sentó en un taburete y acercó más la máquina a su favor, tendría más comodidad para ver a detalle lo que reflejaría en ella y podría manejarla con más facilidad.

     —El gel está frío —Advirtió antes de colocar una porción encima de mi vientre.

     Me removí un poco ante el contacto e intenté relajarme segundos después.

     Estaba helado el condenado gel.

     Acercó más la máquina y comenzó con su búsqueda; la búsqueda de mi pequeño bebé.

     —Aquí está tu bebé —Tanto la doctora como yo veíamos la máquina.

     Miré el monitor con lágrimas en los ojos, era tan pequeño, tan diminuto, justo como el tamaño de un guisante.

     ¿No era muy grande como para tener dos semanas?

     —¿No es muy grande su tamaño? —Pregunté con cierto cuidado, porque no sabía si su respuesta iba a gustarme.
    
     —Tiene el tamaño perfecto para tener dos semanas. Sé que eres una Omega y no debes preocuparte por ello. Los cachorros durán aproximadamente dentro de sus madres seis meses.

     Me costaba respirar, ¿Cómo ella sabía que era una Omega?, ¿Acaso ella era una de nosotros? La miré con intriga, pero si quiera pude abrir mi boca cuando la puerta fue abierta de golpe. Un chico con apariencia muy familiar ingresó por aquella puerta, con el pecho erguido y una cara seria en su rostro.

     —Líder Jeon —Dijo la doctora con asombro e hizo una reverencia en su lugar.

     —Doctora Mitchell. —Saludó— ¿Cómo se encuentra mi hijo? —Preguntó con tono fuerte.

     ¿Su hijo? ¿Él podía saber eso? Es decir, era lo que más deseaba, pero si no habían exámenes frente a mí que lo confirmaran, no dejaría que él se hiciera cargo de un niño que no era suyo.

     —Sano. Tiene el tamaño perfecto y la madre parece saludable —Comentó para limpiar mi vientre con una toalla de papel.

     Jung Kook no me miraba, sólo se enfocaba en mi vientre y en la rubia que tenía como obstetra.

     —Ahora deberá ingerir ciertos alimentos de forma frecuente para nutrirse adecuadamente. Por ejemplo: Carne magra, frutas, verduras, pan integral y productos lácteos de bajo contenido en grasas —Explicó de forma detallada.

     —¿Si no consumo esos alimentos o no tengo una buena alimentación podría perder a mi bebé? —Pregunté de forma temblorosa y con temor, mientras arreglaba mi vestimenta bajo la atenta mirada de Jeon.

     —Si sigue la dieta saludable y equilibrada que le mandaré, tendrá más probabilidades de obtener los nutrientes que su cuerpo necesita para mantener sano a su bebé, pero necesitará más nutrientes esenciales (sobre todo calcio, hierro y ácido fólico) que antes de quedar embarazada. Todo dependerá de tí la salud de su bebé. Del próximo heredero y líder de los Jeon. —Sacó una guía alimenticia y me la acercó— Yo receto y usted decide si lo cumple a la perfección.

     —Mi prometida seguirá todo el plan de nutrición —Mis ojos conectaron por primera vez con los de él y destellos salían de ellos.

     —También le recetaré vitaminas prenatales, para estar segura de que tanto usted como su bebé en proceso de crecimiento se estén alimentando bien. —Cada cosa que decía la doctora lo anotaba en un apartado bajo la presión de Jeon— De todos modos, el hecho de tomar vitaminas prenatales no significa que usted pueda seguir una dieta desequilibrada. Es importante que recuerde que debe alimentarse bien durante el embarazo. Las vitaminas prenatales son suplementos para completar la dieta, no la única fuente de esos nutrientes tan necesarios.

     Asentí temerosa. Ella se levantó de aquel taburete y se acomodó en su cómoda silla frente a su escritorio.

     —¿Cosas que se deban evitar? La señora Jeon, su nueva Luna, es adicta al café y no quisiera que nuestro heredero se vea afectado por ello —Habló muy seguro. Corrió una silla que estaba frente al escritorio de la doctora y allí dejó su lindo trasero, dándome la espalda.

     —Buena pregunta, Señor Jeon. —Ella comenzó a escribir a un ritmo descomunal en aquel pedazo de papel— El abuso de la cafeína se ha asociado a mayor riesgo de aborto, de modo que lo más sensato es que limite o mejor que evite por completo el consumo de cafeína si es capaz de hacerlo. —Hizo una pausa, mientras tragaba saliva lentamente— Si es muy complicado para la señora Jeon, podría empezar reduciendo el consumo a una o dos tazas de café al día. Al final, intente dejar completamente de tomar café con cafeína de forma regular —Finalizó con una sonrisa pícara en su rostro.

     Otra que caía a los pies de Jeon.

     —¿Otros alimentos? —Jeon se tensó ante la atenta mirada de la doctora y yo sólo podía observar tal momento.

     Él no era nada mío, ni siquiera el padre de mi bebé.

     “No mientas, es el dueño de tu corazón” —Habló mi loba con toda la razón del mundo.

     —Puede concentrarse o buscaré a un mejor obstetra que supervise a mi hijo —Soltó con orgullo al decir la última palabra y a mí en cambio, me dió un gran escalofrío.

     —S-Sí, claro, Señor Jeon. —Aclaró su garganta y continuó con su profesión— Aunque la Señora Min... —Jeon soltó un gruñido que hizo tensarnos— Señora Jeon quise decir, necesita comer abundantes alimentos saludables durante el embarazo, también necesita evitar las enfermedades que se pueden transmitir a través de ciertos alimentos, como la listeriosis¹ y la toxoplasmosis², que pueden poner en peligro la vida del feto y provocar anomalías congénitas o abortos —Aborto era una palabra que jamás me gustaría escuchar en toda mi vida.

     —¿Cuáles serían esos alimentos? —Me digné a hablar, ganándome ambas miradas y la de él me recorrió por completo.

     —Quesos cremosos no pasteurizados (a menudo vendidos como “frescos”), incluyendo el queso feta, el de cabra, el Brie, el Camembert y el queso azul o Roquefort. Leche, zumos y sidra de manzana no pasteurizados. Huevos crudos o alimentos que contengan huevo crudo, incluyendo las mousses, el tiramisú, las pastas elaboradas con masa insuficientemente cocida, los helados caseros y los aliños para ensaladas que contengan yema de huevo cruda. Carne, pescado (sushi) o mariscos crudos o poco cocidos... —Siguió nombrando sin parar, ganándose la atención de Jung Kook y su magnífico oído.

     Al terminar me puse de pie, ya que la mano de Jung Kook me invitaba a salir de aquel consultorio, donde la doctora quería ser la protagonista. La tomé sin pensarlo y bajé de la camilla con cuidado bajo la atenta mirada frustrada de la doctora.

     —Gracias por la consulta, pronto vendremos para ver los avances de nuestro cachorro —Jeon hizo un movimiento de cabeza peculiar y salimos por aquella puerta con rapidez.

     La pobre mujer quedó desconsertada y sólo lo pude notar en su mirada de enojo junto a otras emociones que eran difíciles de descifrar. La mano cálida que sostenía la mía, me tomaba con cierta fuerza y arrastraba fuera de aquel hospital clínico, en dirección al estacionamiento delantero de la misma.

     —Espera. —Dije saliendo de mi transe, sin éxito alguno— ¡Jung Kook, detente! —Aquello resultó más efectivo y detuvo de golpe su paso.

     Casi impacto contra su dura espalda, pero él fue más rápido y se posicionó frente a mí con una expresión confusa.

     —¿Por qué viniste sola?, ¿Sabes lo horrible que se siente ir a una consulta importante solo?, ¿Por qué el imbécil no vino contigo? —Soltó con molestia.

     —¿Cómo sabías que estaba aquí? —Fue la primera pregunta que apareció en mi cerebro.

     —No evites mis preguntas o serán peores. —Suspiró sin despegar su mirada de la mía— Porque no hay lugar en la tierra donde puedas esconderte, tu olor te delata, Jules. —Tragué saliva ante sus palabras— Te toca ahora responder —Estaba estática y sin palabras.

     Hoy no era un buen día.

     —Porque piensa que no es de él, por eso no vino a la primera consulta de mi cachorro —Lo que no sabía era que había desatado una guerra con aquella noticia.

     —Nuestro —Sus ojos brillaban, pero los míos se oscurecían.

     —Mío, Jeon. No te hagas falsas esperanzas.

     Sólo quería escapar de aquel incómodo momento.

     1) La listeriosis o infección de listeria: es una infección relativamente poco frecuente, aunque llamativa pues sus consecuencias pueden ser graves y en algunos casos incluso provocar la muerte. Se trata de una enfermedad transmitida por una bacteria, la listeria monocytogenes, que se contagia a través de alimentos contaminados.

     2) Toxoplasmosis: es una enfermedad que se produce como consecuencia de una infección por el parásito Toxoplasma gondii, uno de los parásitos más comunes del mundo. La infección suele contraerse al comer carne contaminada mal cocida, exponerse a heces de gato infectadas o mediante la transmisión de madre a hijo durante el embarazo.

¡Holaaaaaaaaaaaa😘!

He vuelto para quedarme, ¿Cómo pasaron ese diciembre y año nuevo?✨

Gracias por leer❤️