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|☪ Cᴀᴘ. 078 ☪| ᴄᴏᴍᴏ ᴛᴇ ᴀᴍᴀʙᴀ, ᴛᴏɴᴛᴏ ✔


     Mimé a Jeon mientras su miembro aún seguía dentro de mí, duro como una roca. Su cabeza estaba apoyada en mi hombro y yo acariciaba su cabello con delicadeza intentando tranquilizarlo, al parecer funcionaba porque sus tranquilas respiraciones chocaban contra mi cuello, haciendo que la piel se me erice.

     —Quiero que volvamos a estar juntos, Jules —Habló y alzó la cabeza para mirarme a los ojos, con su mano derecha acarició mi mejilla izquierda.

     Tenía la mano muy suave, mientras la otra mano seguía aferrada a mi cintura.

     —¿Por qué arruinar el momento tan tranquilo que estamos teniendo? —Mi voz quería temblar y quebrarse, pero no me iba a dejar, no sería débil de nuevo— Disfruta de éste contacto, porque cuando esté casada con MinSeok esto no ocurrirá más, jamás —Le aseguré firme y sus pupilas temblaron, su semblante decayó y el silencio incómodo se hizo presente.

     Quizás no era el momento de decir aquellas palabras en un momento tan maravilloso y excitante, porque si me ponía a pensar en lo que tenía enterrado en lo más profundo de mi ser me mojaría de nuevo.

     —¿Por qué estás tan aferrada a él?, Yo también puedo hacerte feliz —Sonreí de lado e imité su acción, acariciaba su rostro con ternura.

     —Esa es la cuestión, ya me haces feliz, pero es probable que me vuelvas a lastimar y no quiero pasar por ello de nuevo —Por fin podría hablar con la verdad por delante y no con la mentira de por medio.

     —Puedo prometerte que jamás te volveré a lastimar —Sonreí, era tan tierno cuando estaba tan vulnerable y no podía mentirme a mi misma, le estaba creyendo cada palabra, pero no cedería.

     —Házme tuya mejor —Solté, debatiendo varias veces en mi cabeza sobre lo mal que estaba haberlo dicho en voz alta.

     El caso era que no quería pensar en lo que hubiésemos sido y pasado si ambos estuviésemos juntos, no quería torturarme con lo feliz que sería a su lado.

     —¿Quieres que te haga mía? —Se miraba sorprendido— ¿De nuevo? —Asentí, sintiendo como su pene crecía en mi interior... Él iba a matarme— ¿Estás segura? —Preguntó, mejor dicho, se aseguró de estar escuchando bien y de mi repentino pedido.

     —Sí, hazme el amor, —Susurré en su oído— pero antes... —Mordí el lóbulo de su oreja.

     —¿Pero antes? —Su agarre en mi cintura se hizo más fuerte, sabía cuanto le excitaba.

     —Quiero saborear tu pene —El morbo y mi pervertida mente podían más que yo.

     Me miró sorprendido, como si no fuese yo la que le estuviese pidiendo tal cosa, tan obsceno y desvergonzado, pero no me importaba.

     —¿Estoy soñando? —Me alejé un poco más para ver su cara distorsionada.

     —No.

     —Estoy literalmente encadenado a la pared —Me mostró sus manos para fijarme en sus muñecas y mordí mi labio inferior con fuerza.

     —Eso lo podemos solucionar —Le guiñé un ojos y me levanté con lentitud, sintiendo como salía de mi de forma dolorosa.

     Él gruñó molesto y me miró con el ceño fruncido, pero debía entender que sólo estaríamos separados por un momento. Busqué por todas las gavetas desnuda aquellas llaves, así podría librar sus muñecas y tendríamos libertad para hacer las poses que quisiéramos, al encontrarlas escondidas al fondo de un cajón (Nada seguro) me acerqué a él y lo liberé, quizás fue el peor error. Con rapidez se puso de pie y me pegó contra la pared, golpeando mi cabeza contra aquel duro muro y solté un quejido.

     —Lo... Siento —Sabía que estaba emocionado, pero no por eso debía lastimarme.

     —Promete que no vas a lastimarme —Entrecerré los ojos y él asintió.

     —Lo prometo —Intercambié los papeles y ahora era él el que estaba contra la pared, era tentador tenerlo a mi merced.

     Bajé de su cuello por medio de besos, hasta ponerme de rodillas frente a su gran erección. Lo tomé entre mis manos, moviendo suavemente la misma, de arriba hacia abajo con movimientos constantes, escuchando por su parte increíbles jadeos. Después de unos minutos, decidí llevármelo a la boca la tentación me ganaba y debía hacerlo, tenía un increíble sabor justo como lo recordaba, él jadeaba una y otra vez, dejándome aún más deseosa.

     —¡Ahg... Jules! —Gruñó al sacarmelo de la boca, dejando que un hilo de saliva uniera su pene con mi boca— No sabes cuanto me excita tenerte así... Completamente loca por mí —Le dediqué una sonrisa de lado.

     Lo llevé de nuevo a mi boca y duré unos minutos más, ya que Jung Kook habló entre jadeos pidiéndome que me detuviera y yo que me empezaba a divertir con su pene.

     —Si sigues me vendré en tu boca, muñeca —Lamí mis labios con morbo sin dejar el contacto visual de lado.

     —No me dejes con las ganas —Pedí y él negó con su cabeza, quería correrse de nuevo dentro de mí.

     Me ayudó a ponerme de pie, para llevar sus manos a mis glúteos, tomándome por ellos, elevandome del suelo y por instinto rodeé su cadera con mis piernas. Caminó hasta la cama, acostandome lentamente sobre ella, como si tuviese el temor de partirme y me daba risa su delicadeza porque él ya me había partido antes.

     Y no sólo mi parte íntima.

     Se posicionó encima de mí sin aplastarme para atacar mis carnosos labios. Sentí como su mano bajaba lentamente por un costado de mi cuerpo, recorriendome hasta llegar a su parte favorita, mi intimidad y me gustaba que lo hiciera, yo era toda suya si él así lo quería y le dí más acceso a ella.

     —Estás tan mojadita... Jules —Su voz gruesa iba a volverme loca y no dejaba de erizar mi piel como de gallina.

     —Estoy así por tí y sólo contigo parezco una fuente —Confesé.

     Sin pensarlo y mentía por ello, él atacó nuevamente mis labios, sin sacar su mano de mi entrepierna.

     Encontró mi clítoris, atacó el mismo con su mano haciendo que una gran corriente muy eléctrica atacara todo mi cuerpo. Gemía contra sus labios, estaba perdiendo la cordura con ese simple toque y no me imagino cuando lo tenga adentro de mi, de nuevo, estaré en el cielo y lo tocaré, trayendome un pedacito de el para no olvidar éste momento.

     —¡Kook... Joder... No me tortures! —Intenté decir al momento en que nuestros labios se separaron.

     —Tranquila, princesa, ya lo tendrás adentro. —Hizo una pausa— Déjame disfrutar de tí —Sonrió con malicia.

     Atacó mis senos, desviando su boca de la mía, chupando y lamiendo mis pezones. Después de saborearlos por completo bajó por mi vientre, hasta llegar de nuevo a mi parte no tan privada para él.

     Abrió un poco mis piernas para posicionar su cabeza en medio de ellas y así tener más acceso a mi intimidad, pasó su lengua de arriba a bajo por mi vagina, haciéndome estremecer y gemir como una desquiciada, apretaba la colcha con gran brusquedad y cerraba mis ojos para disfrutar de su toque ¿Qué más podía hacer? De repente sentí uno de sus dedos queriendo entrar en mí, donde ahora lamía e introducía un dedo en mi interior.

     —Estás... —Relamió sus labios sin dejar de verme— Exquisita —Confesó.

     No podía más, sentía que en cualquier momento me vendría y no quería, él había detenido su corrida y yo debía detener la mía.

     —¡Kook! —Gemí.

     —Dilo de nuevo —Me pidió como si fuera su sumisa.

      —No soy tu sumisa —Le dije intentando frenar mis gemidos.

     —¿Ah no? —Se detuvo por un momento.

     —No —Dije normalizando mi respiración y era peor que correr una maratón.

     —Ya veremos —Atacó nuevamente mi intimidad, aumentando el ritmo que antes tenía con su dedo.

     —¡Kookie! —Grité y gemí eufóricamente.

     No podía aguantar más y él lo sabía.

     —Así me gusta, princesa.

[☪]

     Abrazados estábamos encima de la cama, desnudos y dándonos pequeñas caricias, yo estaba encima de su pecho viendo un punto fijo nada interesante, concentrándome en sus caricias en mi espalda.

     —¿Lo has hecho últimamente con tu esposa? —Aquello último tuve que resaltarlo.

     —¿Es en serio?, Que momento escogiste para preguntar tal cosa —Dibujó algo imaginario en mi piel con cierto nerviosismo.

     Ya lo conocía.

     —Necesito saber si debo ir corriendo al ginecólogo por alguna enfermedad de transmisión sexual —Dije con cinismo.

     —Sabes que uso condón con ella —Soltó como si fuese lo más normal del mundo.

     —Entonces, ¿Sigues follandotela? —Me levanté de su pecho y lo mire a los ojos, exigiéndole una explicación como si realmente me la debiera.

     Ni sé para que le estaba pidiendo unas explicaciones tan obvias, era hombre y tenía necesidades.

     —¿Quieres la verdad o la mentira? —Alcé una ceja, ¿Era en serio?

     —La verdad, Jung Kook.

     —Sí, lo he hecho varias veces con ella, soy hombre y tengo necesidades —Se excusó.

     —Con más razón debo preguntar —Me levanté rápidamente de la cama con el ceño fruncido, buscando mi ropa con la vista.

     —Jules, espera. —Jung Kook en un movimiento rápido se paró de la cama y tomó mi mano— Nada se compara con lo que acaba de pasar —Tomó a la fuerza mi nuca y unió nuestros labios.

     Me cargó como princesa hasta la cama y me abrazó en forma de indio encima de la misma, para que no escapara.

     —Lo sé, por eso me aseguraré que no vuelva a pasar. —Soné indiferente— Jung Kook, suéltame, debo volver con MinSeok o va a matarme —Fue inútil, no se separó de mí por mi gran intervención.

     —Entonces estaremos muertos los dos, te recuerdo que estás en mi casa y sobre todo en mi nueva habitación —Agregó sin soltarme.

     —No usamos protección —Le recordé como si no fuese motivo suficiente para huir.

     —No la necesitábamos de todas formas.

     Como te amaba, tonto.

¡Holaa!

Yo también los extrañaba, sus vibras y lindos comentarios.

Por fin actualicé, no en el día que había definido para ésta historia y por lo mismo tendrán doble actualización.

Los días lunes será actualizada ésta historia.

Gracias por leer♥️

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