Maratón 4/6

     ❝—No, Jules, debes escucharme —Insistió tomándome de las manos.

     —¿Y para qué? —Aparté sus manos de las mías— Volverás a mentirme, Jeon. Eres reservado con tu vida y eso está bien, nunca te he pedido explicaciones por como vives o haces tu vida, pero no me incluyas en esos planes, siempre logras dañarme —Solté dolida.

     Más daño no, por favor.

     Iba a dar media vuelta para abrir la puerta de mi auto y desaparecer con el, pero Jeon tomó nuevamente mi mano.

     —No iba a utilizarte, jamás lo haría. Debes creerme —Insistió una vez más y lo peor era que le creía, pero ¿Qué más podía esperar de él? Su destino era hacerme daño.

     —Te creo.

     —Gracias —Intentó abrazarme, pero lo aparté.

     —Sólo lo dije para que durmieras tranquilo ésta noche. Suerte con tu vida y no me molestes más —Le pedí con una sonrisa falsa.

     —No, Jules...

     —¡Suficiente, Jeon! —Solté un suspiro ahogado— ¡Haz lo mismo de siempre, vete e ignorame, haz como si no existiera!

     —Eso fue diferente.

     —Esta situación no lo es —Le dí una palmadita en el hombro— Suerte con tu vida.❞

     —¿Jules? —Salí de mi ensoñación y miré a MinSeok que me seguía hasta la habitación.

     —¿Si?

     —¿Qué tienes? Te noto apagada desde hace semanas —Su preocupación era más que notable.

     —Estoy bien. Los últimos exámenes me tienen con la mente en otro mundo —Le dediqué una vaga sonrisa y entré a la habitación.

     —No mientas.

     —No lo hago.

     Al entrar detrás de mí se acercó y mi corazón se disparó a mil, más de lo que ya estaba y no por lo mismo, pero no podía pasar semanas pensando en lo que Jeon había hecho. MinSeok comenzó a acariciarme uno de mis brazos con las yemas de sus dedos y lo detuve.

     No quería tener sexo, no ahora.

     —¿MinSeok, qué estás haciendo? —Le pregunté un poco cortante.

     —Quiero que olvides por una noche lo que te está atormentando —Y era lo que quería, pero no podía olvidarlo.

     Cerré los ojos y dejé que continuara, no podía creer que con sus caricias me teletransportara a otro sitio; con su otra mano acariciaba mi otro brazo con el dorso de su mano y lo siguiente que sentí fueron sus labios tibios sobre los míos, esos exquisitos belfos que iban bajando y viajando por mi cuello, mientras sujetaba mi cintura, por instinto yo subí mis brazos por su pecho y lo abracé por el cuello, lo apreté más a mi cuerpo, quería sentirlo por completo.

     Deslizó sus manos por mi espalda y bajó lentamente los tirantes de mi vestido, mientras sus labios subían por mi mentón hasta llegar a los míos, me besó suavemente, disfrutando de cada roce, caricia, besos cargados de sentimiento y por fin me sentía un tanto frenética, lo deseaba por completo.

     Le quite el saco y lo tiré al suelo de la habitación, lo necesitaba más que nunca. Él comenzó a bajar lentamente mi vestido, arrasando todo a su paso y fue inevitable no besarlo, mientras me deshacía su camisa de botones como una mujer desesperada por ser penetrada, haciendo que suba al cielo y luego baje al infierno por pecar.

     Cuando el vestido cayó completamente al suelo yo levanté los pies para deshacerme de el y lo aventé al igual que hice con su camisa. Él empezó a besar unos de mis hombros, sus manos frías bajaban y subían por mi espalda, acercandome más a él.

     —¡Ahhg!... Tienes las manos frías —La piel erizada se hizo presente segundos después.

     Besó uno de mis senos y acariciaba el otro con movimientos circulares, yo ya estaba jadeando y tenía mis manos enterradas en su hermoso cabello.

     Subió por mi cuello con besos cortos, hasta volver a besarme en los labios y me giró en dirección a la cama, me tendió en ella y se colocó encima de mí con sumo cuidado, besó mi cuello como si no hubiese tenido suficiente de el y bajó por mis pechos, era inevitable no tener los pezones erectos y él degustando de ellos; continuó por mi ombligo y sentí como sus manos quitaban la última prenda que tenía puesta.

     Abrí la boca al sentir como besaba la parte más sensible e íntima de mi cuerpo, con mis manos apreté el edredón de la gran cama y un fuerte gemido se me escapó de entre mis labios.

     —¡Ahh, MinSeok! —Gemí sin control alguno.

     Mi respiración y mi pulso estaban por los cielos, intentaba controlarlos, pero se me hacía imposible cuando disfrutaba y olvidaba de a poco a Jung Kook; ví como sensualmente terminó de desnudarse y subió a la cama, acariciando mis piernas con sus dedos, mi pelvis llamaba su atención, subió a ella y dibujó en mi piel, haciéndome estremecer, había sido un detonante para desear tenerlo dentro de mí ese pedazo de carne que me pertenecía por completo y abrí mis piernas, dándole más acceso a mi zona.

     —Será la mejor noche de tu vida, te encantará —Me susurró en el oído.

     Sentí como se introducía, me aferré a su espalda, mientras él a dedicaba a besar alternadamente mis senos, jadeaba, pero eran mis gemidos los que inundaban la habitación; aceleró aquellos movimientos y se apoyó con ambas manos sobre la cama, pude ver completamente su rostro retorciéndose de placer.

     Mis manos exploraban su espalda, las subía y las bajaba, mientras le suplicaba al oído.

     —Quiero mucho más, mucho más —Sus movimientos se volvieron frenéticos hasta que llegamos al éxtasis total, cayendo encima de mí.

     Una noche totalmente perfecta, sin dudas lo era y más al sentirnos uno. Él se acostó a mi lado y nos quedamos dormidos.

¡Hola de nuevo!

Quedó algo corto, pero la relación de Jules y MinSeok no me inspira para escribir lemon🤧

Gracias por leer♥️