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|☪ Cᴀᴘ. 055 ☪| ᴘᴏᴛᴇɴᴛᴇ ʟᴀ́sᴇʀ ✔


     Salimos de aquella celda en busca de acceso a la planta principal, ya que todo parecía un laberinto y si vas por el camino equivocado puedes chocar con una pared de ladrillos, empezando de nuevo un camino. Lo bueno de los licántropos era nuestro desarrollado sentido del olfato, podía oler el aroma de Jules y escuchar los llantos de su loba, junto a los de ella.

     —¿Y qué harás cuando estés frente a ella? —Preguntó Ho Seok sin dejar de caminar.

     Transformarnos sería una gran idea, pero correr por estos angostos pasillos y caer de bruses en una trampa no era mi estilo, ser sigiloso e inteligente era lo mío.

     —Posiblemente abrazarla y decirle al oído que la amo —Lo sé, había sonado muy cursi.

     —Jeon Jung Kook se ha enamorado, señores ¡Habrá boda! —Se burló Seok Jin con su risa de limpia parabrisas.

     —Oye, flacucho, no sé si lo has notado, pero Jung Kook está casado —YoonGi cortó el momento de emoción de Seok Jin.

     —¿A quién le dices flacucho? Soy la mano derecha de Jung Kook y por ende uno de los más fuertes —Seok Jin se defendió dedicándole una mirada de muerte a YoonGi, todo lo podía ver de reojo.

     —¡Uy, que miedo! —Se burló YoonGi.

     Dejé de escucharlos segundos atrás para abrir la puerta que estaba frente a mí, al parecer habíamos conseguido la salida luego de subir tantas escaleras. Abrí la puerta y unos hombres nos apuntaban con armas blancas, para ser exactos la navaja hecha con la plata del infierno, ¿Cuántas habían hecho? Lamento decirlo, pero tenía miedo de todas las cosas que Dimitri pudiese tener en su cabeza, pero estaba contento porque una cabeza estaba fuera del juego.

     Todo sea por salvar a mi raza.

     —¿Ahora si tienes miedo? —Se burló Seok Jin por lo bajo de YoonGi.

     —Mejor cállate o nos matarán por tus malos chistes —Susurró con cierto temblor.

     Este era nuestro fin.

     —Jeon Jung Kook —Soltó una gran carcajada, Dimitri se había acercado a nosotros— ¿En serio creíste que podían escapar de mí?

     —Soy el más temido del mundo, ¿En serio creíste que no podía hacerlo? —Me burlé— Fue patético, tu hijo fue un débil más que maté sin ningún tipo de esfuerzo —Su rostro palideció.

     —¿M-Mataste a mi hijo? —Dimitri tenía sentimientos.

     —¿Qué haces, Jung Kook? Ahora van a matarnos —Susurró Ho Seok a mi lado.

     Ignoré cualquier cosa que los chicos decían, tenía un plan y era no morir en el intento.

     —Él mató al mío, ¿Qué esperabas?, ¿Qué lo premiara con eso? Con la familia no se juega, Dimitri —Cerré mis ojos con fuerza y los abrí de la misma forma, revelando mis ojos blancos— Y contigo no será diferente aquel final —Amenacé y a él pareció importarle poco.

     —Ahora soy yo el que domina la situación —Se burló escondiendo su dolor— Y pagarás muy caro —Acercó una de esas navajas a mi cuello y sólo esperé a que hiciera un corte en mi garganta, pero eso nunca llegó— Te dejaré sin heredero, serás la deshonra de tu familia y por ende condenado a muerte.

     —¿A qué te refieres? —¿Acaso el iba a cortarme el pene? No, mi hermoso y grande amigo no.

     —¿Acaso no escuchaste bien?, Sé que tu esposa es una farsa y su supuesto heredero también, así que cuando quieras tener el verdadero heredero no podrás porque extinguiré tus espermatozoides —Y me sorprendí por su método de venganza— ¡Traiganme el láser!

     No podía permitir aquello, pero la plata en mi cuello me hacía obedecer cualquier orden.

[☪]

     Después de ser trasladado a una habitación, atado de pies y manos, Dimitri entró con un láser y simplemente lo apuntó hacia mi miembro, no dolía, pero mi lobo percibía algo y no era exactamente bueno. El láser era capaz de quemar un gran flujo de espermatozoides, haciendo incapaz que la poca cantidad que produzca el hombre fecunde un óvulo, queda como en un estado de esterilidad.

     —Suficiente, Dimitri, prometo dejarte vivir en paz, sin ataduras o vigilancia las veinticuatro horas —Intenté negociar, pero era un gran fracaso.

     —No, Jeon, mataste a la persona que realmente me importaba y sin él, ya no tengo nada. —Me dedicó una mirada fría y siguió con aquel láser— Así que morir entre tus manos será todo un placer.

     Cuando sentía que todo se iba a desvanecer, varios disparos se hicieron presentes en la entrada principal, Dimitri tuvo que detenerse para fijarse en lo que pasaba en el frente de su casa.

     —¡¿Qué es todo ese ruido?! —Gritó alejándose un poco de mí, era mi oportunidad perfecta de escapar.

     —¡Nos atacan, señor! —Gritó uno de sus tantos matones y el rostro de Dimitri palideció.

     —¡¿Quién?!

     —Yo, es un placer Dimitri Vegas.

     El matón que le avisaba había volado por los aires, cayendo de bruses contra el suelo por algún rincón de la casa, sólo pude escuchar el impacto que tuvo contra el suelo y no podía verle la cara al hombre vestido de negro que acababa de entrar a la habitación en donde me encontraba.

     —¿Qui-Quién e-eres? —Dimitri parecía asustado, mientras yo estaba intrigado.

     No necesitaba ser adivino para saber que se trataba de un licántropo por la fuerza que tenía o el poco miedo que tenía por ser atacado por un humano.

     —Lee MinSeok —Dijo aquel hombre y quería morirme en ese instante ¿Qué hacia él aquí?, No necesitaba de su ayuda.

     —Debe ser una broma —Solté mirando hacía otra dirección.

     Una pared llena de humedad era más interesante que ver a MinSeok intimidando a Dimitri, no tenía gracia alguna si no era yo el que lo hacía.

     —¿Vas a... —No dejó siquiera que Dimitri terminara de hablar, sólo arrancó su yugular como yo había hecho con su hijo, además, dejó que su sangre cubriera nuestros cuerpos.

     —Podía solo, gracias por nada —Sin pensarlo dos veces, por la fuerza que poseía rompí cada una de mis ataduras, tanto de mis muñecas como la de mis tobillos.

     —Eres el gran Jeon Jung Kook, claro que podías hacerlo, pero ¿Qué te pasó?, Te estás volviendo blando y un pueblo no necesita de un líder débil, necesita a uno capaz de defenderlos de sus más grandes pesadillas —Rodé los ojos y toqué por el mango la navaja que yacía atrás de la silla, amenazadoramente.

     Me acerqué a MinSeok y la rocé levemente en su abdomen, viendo su cara de sufrimiento y más su sangre correr fuera de su cuerpo, sonreí victorioso, sabía que podía haber escapado sin su ayuda, ese aire de héroe le quedaba muy grande y a diferencia de mí, yo había salvado un pueblo entero ¿A quiénes a salvado él?, A nadie, él y yo somos incomparables.

     —¡¿Por qué?! —Tapó la hemorragia con una de sus manos y sus piernas comenzaron a fallar.

     Con tan sólo una pequeña cortada de esta preciada navaja y ya estábamos tendido en el suelo, llorando de dolor por una simple cortada que te harías con un cuchillo común, la diferencia era de que estaba hecho y su efecto en nosotros.

     —Para que aprendas a callarte, jamás vuelvas a hablarle así a tu Alfa —Le dí la espalda— y si eres tan capaz como dices, levántate y saca a los otros alfas que están encarcelados, si yo fuí capaz, tu también lo eres —Lo dejé en aquel lugar, al parecer él había venido solo.

     Me molestaba pensar que él tenía razón, que ya no era el gran Jeon Jung Kook, el invencible que ningún arma podía matar, había descubierto que era capaz de ser un Alfa muy débil bajo la navaja correcta, pequeña, pero indudablemente peligrosa.

     Seguí caminando, guiandome por los sollozos de la loba de Jules, no era fácil para nuestra raza perder a un cachorro, sientes que tu mundo se desmorona de a poco y creer que la única solución era la soledad para restaurar lo que fuiste antes de la pérdida, pero era falso, sólo terminabas hundiéndote en el incesable dolor.

     Al llegar a la puerta, la abrí de golpe y lo que miré en su interior me disgustó, Jules llorando en posición fetal en la cama, mirando fijamente hacia donde me encontraba, no sabía si ella pensaba que era un espejismo o si era real, pero para mí lo era totalmente. Me acerqué a ella y me acosté en la cama, la ayudé a posicionar su cabeza sobre mi pecho y acaricié su espalda suavemente.

     Lo último que quería era incomodarla.

     —Lo siento por haber perdido a nuestro bebé —Soltó en un gran sollozo, no era su culpa, nada de ésto lo era.

     —Sabes perfectamente que no fue tu culpa, muñeca —Besé su frente y de apoco recordé que estaba cubierto de sangre.

     —Lo es, no lo protegí, Kook. No lo hice y ahora está muerto —Se aferró a mi camisa, sin fijarse que estábamos cubiertos de la sangre de Dimitri.

     —Si te hace sentir mejor, ambos estamos cubiertos de la sangre de Dimitri —Miré su rostro que comenzaba a hacerse presente en mi campo de visión.

     —Estás loco —Soltó forzando una sonrisa.

     Había matado al bastardo que se atrevió a tocarla y MinSeok hizo la otra parte del que era mi trabajo, pero el resultado era el mismo, ya no tendríamos que preocuparnos por ellos.

     —Prefiero estar loco contigo que cuerdo sin ti.

¿Qué tal? Tengo pensando mucho drama para ésta novela... Espero les haya gustado y gracias por esperar por éste capítulo.

GRACIAS POR LEER❤️

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