|☪ Cᴀᴘ. 051 ☪| ᴜɴ ᴘᴀᴊᴀʀɪᴛᴏ ᴍᴇ ᴄᴏɴᴛᴏ́ ᴛᴜ ᴅᴇʙɪʟɪᴅᴀᴅ ✔
|• JEON JUNG KOOK •|
Una semana y dos días habían pasado desde que Dimitri se había secuestrado a Jules para vete tu a saber que cosas. Violación, para un trabajo de prostitución, como anuncio publicitario de sus narcos o para jugar con ella hasta... Matarla.
Quería despertar y que todo vuelva a ser como antes... Amaba cuando me hacía enojar, arrugaba la nariz como una linda conejita, rodaba sus ojos cuando yo tenía razón y más cuando me llamaba "Kook" al llegar a su orgasmo.
—Es mi culpa —No podía conmigo mismo.
—La encontraremos, Jung Kook, ya verás, ella está bien —Jin intentaba animarme, pero no era suficiente.
Nunca lo será si ella no estaba a mi lado.
—Lamento decirlo, Jung Kook, pero el hermano de Jules está aquí, puedo sentir su olor —Habló Ho Seok apuntando hacia la puerta en donde habían personas de mi confianza cuidando de la puerta.
Escuché gritos de su parte y como se negaba a abandonar el lugar, asi que de apoco abrió la puerta, mostrando su rostro rojo y enfurecido.
—¡¿En dónde está mi hemana, Jung Kook?!, Ella debió volver hace tres días y adivina, no ha vuelto. Sabía que era una mala idea que se quedara contigo, ni siquiera las llamadas me las contesta, Jin tomó un vuelo hace un semana con suma urgencia, al igual que otros hombres de tu confianza, ¿Y aún así no piensas decirme qué demonios pasa? —Tragué saliva. Tenía una semana que no dormía bien y tenía miedo de su reacción.
YoonGi era fuerte, pero con la noticia que le daría, sería incluso igual de fuerte que yo.
—YoonGi, yo lo siento, en serio... —Mis palabras quedaron en el aire. Me interrumpió en el acto.
—No evadas la verdad con excusas de mierda, dime que le pasó a mi hermana —Insistió aún más.
Suspiré haciéndole señas a mis hombres para que lo dejaran entrar en la base, teníamos una semana armando planes y puntos de encuentro, pero nada salía como debía, nadie aparecía, no hacíamos contacto y Ho Seok simplemente me dijo que la diera por perdida o por... Muerta.
Ella estaba viva y podía sentirlo. No sabía cómo, pero mi lobo se concentraba en olfatear, en busca de su olor, de mantener sus ojos bien abiertos por si aparecía frente a nosotros disfrazada para que no podamos encontrarla.
—Secuestraron a tu hermana y suponemos que está muerta —Solté, mientas mis hombres agachaban la cabeza.
YoonGi se acercó lentamente a mi y sólo susurró aquellas palabras:
—Encuentras a mi hermana o el próximo en desaparecer en las últimas veinticuatro horas, serás tú, Jeon Jung Kook —No me advirtió, me amenazó y estaba dispuesto a aceptarlo.
—En eso estoy, YoonGi, yo amo a tu hermana y daría mi vida sin sentido sólo por verla una vez más —Agaché mi cabeza y me arrodillé ante él.
El gran Alfa no se arrodillaba ante nadie, ni por su mayor enemigo o siquiera por piedad, pero requería de su perdón, había sido mi culpa. Yo acepté que ella fuera directo a la boca del lobo, ¿Y cómo terminó?, En desastre.
No fui capaz de protegerla.
—Jung Kook, no seas estúpido, ponte de pie y busquemos a mi hermana —Me tocó el hombro derecho con su mano y poco a poco me puse de pie, viéndolo a los ojos.
Yo estaba realmente arrepentido, frustrado, molesto y... Tenía mucho miedo, porque perdería a mi Omega.
—Primito —Dijo una voz sobresaltandome.
Me quedé helado, estábamos en una habitación totalmente restringida, nadie sin mi autorización podía pasar, pero debía suponer que lo dejaron entrar por su relación con mi persona.
—¿Daniel?, ¿Qué haces aquí? —Lo miré confundido— Pensé que estabas con mi tía en Noruega —Él río y se acercó a mí para estrechar nuestras manos, no éramos primos cercanos, pero no le dábamos la espalda a la familia.
—Llegué hace una semana, ya sabes, encontré un juguete delicioso con el que jugar —Sí, así era mi primo, buscaba a mujeres bonitas y jóvenes que cayeran en su red, ya que él era un pelirrojo atractivo.
Él las violaba y las tiraba como basura.
—Pensé que lo habías dejado —Él negó con una sonrisa maliciosa.
—No, resulta que tu novia resultó ser deliciosa —Todos mis músculos se tensaron.
—Eres un hijo de puta —Solté, iba a matarlo, hasta que sentí un objeto filoso en mi abdomen.
Con tan sólo un pequeño roce, quemaba.
—Un pajarito me contó tu debilidad —Se acercó a mí oído, mientras veía a todos mis hombres paralizados— La plata del infierno, es escasa, pero por fin la encontré, mis tres años de viaje no fueron en vano —Abrí los ojos como platos.
—¿Por qué quisieras matarme? —Pregunté, pero mala idea, sentía como enterraba más el cuchillo en mi ropa, cortando a través de ella.
—Porque quería ser el rey de todos, el gran Alfa, pero me hiciste quedar como un imbécil ante todos y mi alfa se acobardó, quedando como un simple beta de mierda —Todos abrieron sus ojos como platos.
—Y por muchas razones no podías ser el líder, no sirves. Eres débil, Daniel —Y fue la gota que derramó el vaso.
Una sola cortada bastó para desangrarme y caer al suelo, desmayandome en el acto.
[☪]
|• MIN JULES HEE •|
Había terminado de lavar la ropa del gran jefe, quizás algunas del mono, la mosca y el cínico, pero muy escasas del gato, el sapo, el loco y de Daniel, a lo mejor y los últimos mencionados no se bañaban, realmente no lo sé.
—Hermosa Jules —Toqué mi pecho con mi mano derecha, Daniel me había dado el susto de mi vida.
—Vas a matarme un día de estos —Hice una reverencia.
Era estúpido, pero debía hacerla o era como faltarle el respeto y lo menos que quería era recibir otra bofetada en mi rostro.
—Es raro verte a éstas horas de la tarde en la casa —Comenté con cierta curiosidad.
Sí, el jefe comenzaba a tenerme confianza y podía pasármela por cualquier rincón, claramente que con la supervisión del loco, pero era por ahora, pronto saldría de aquí, lo podía sentir.
—Te traje un regalo —Sonrió, ya me empezaba a acostumbrar a ellos.
Una chaqueta y que me dejara con vida, era más que suficiente.
—¿Otro regalo?
—Sí, pero este te encantará, te lo prometo —Sonreí de igual forma, si era mi libertad, créeme que si me encantará.
Pero tampoco era tan ilusa.
—Vamos, entonces —Dejé la ropa que iba a terminar de secar en la secadora y él tomó mi mano para arrastrarme a mi supuesto regalo.
¿Estaba lejos?, Porque no tenía muchas ganas de caminar.
Salimos del cuarto de lavado y secado para atravesar las escaleras que llevaban al sótano (Por así decirlo), justo a ese lugar donde tuve que presenciar como una mujer era follada por un perro o no sabía si era al revés, el punto era que íbamos a ese lugar. Un gran escalofrío recorrió mi cuerpo entero, no quería ver otras aberraciones como esas o unirme a una orgía con todos sus matones.
—Tranquila, esta vez no voy a violarte —No sabía si tranquilizarme o asustarme en su lugar— Quizás los muchachos lo hagan luego, pero ese no es mi regalo, no de momento —Lo sabía.
—No quiero otro de tus regalos —Fruncí el ceño, apretando su mano que me sostenía.
—Sé agradecida, a ninguna le doy este tipo de trato —Asentí y cerré mi boca, sólo veía como iba a sacar su navaja del bolsillo de su hermosa camisa azul.
Seguimos caminando hasta que tocó la puerta, anunciando que era él y su padre se asomó, viéndonos a ambos y sonrió maliciosamente. Lo sabía, hoy sería violada en una orgía. Dimitri terminó de abrir la puerta y Daniel caballerosamente (O eso quería creer) me dejó ingresar primero, estaba oscuro y sólo podía escuchar burlas junto a una respiración pesada. Encendieron la luz y ví lo peor, me hubiese gustado ser ciega en ese mismo instante.
—¡NO, MALDITOS! —Me acerqué a la velocidad de la luz, pero Daniel me tomó de los brazos, ni tiempo me dió de tocarlo o si quiera darle un abrazo, sólo me miraba adolorido.
Jung Kook estaba colgado de sus muñecas. Tenía varias incisiones en su cuerpo, su sangre escurría hasta descender a unos platos de oro que habían debajo de él. Quería llorar. Estaba herido, destrozado, cortado, desnudo con sólo unos calzones, mientras los otros estúpidos se burlaban de él por su incapacidad de defenderse.
¿Cómo se dejó atrapar?, Ningún beta sería más fuerte que Jung Kook, eso lo noté el día que me secuestraron... Sólo le hicieron una mala jugada, hicieron trampa y él no lo vió en ese preciso momento.
—¿No te gusta tu regalo? —Susurró Daniel en mi oído, estaba muriendo por dentro, por ver como tenían a Jung Kook.
—¡Suéltalo, te lo pido, Daniel, haré lo que sea! —Estaba desesperada, unas lágrimas se escurrían por mis mejillas, mientras otras lágrimas nublaban mi vista.
—No, Jules... Déjame... Morir —Soltó Jung Kook con la poca fuerza que le quedaba.
—No lo escuches, dime que debo hacer —Daniel me soltó, para darme la vuelta y sostener ambas de mis manos.
—Cásate conmigo.
GRACIAS POR LEER💕
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