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|☪ Cᴀᴘ. 044 ☪| ¿ᴄᴇʟᴏsᴀ? ✔


Capítulo +18

⇒Leen bajo su responsabilidad.

⇒Si no les gusta pueden saltarse al siguiente capítulo, no se perderán de nada, sólo el placer que se dan nuestros protagonistas.

|• MIN JULES HEE •|

     Unas chicas miraban a Jung Kook, comiéndoselo con los ojos y en sus más profundos pensamientos haciéndole otro tipo de cosas. De cierta forma, él disfrutaba verme en este estado de celos, pero era lógico, por fin había aceptado que Jeon me gustaba y que alguien más que no sea yo, lo vea con deseo me hace hervir la sangre.

     Habíamos comprado lo que usaríamos mañana por la noche y jamás había estado tan contenta de hacer compras con él, es que simplemente Jeon y yo deslumbraríamos en esa cena.

     Fuimos a comer a un restaurante algo de carne y ensalada, debía mantener la dieta junto a la figura que tanto me había costado mantener, mientras él parecía un maldito Dios griego, creado por los mismos Dioses del Olimpo como si no fuese poco. Ahora nos encontrábamos levantándonos de la mesa de la heladería, yo pedí un helado de chocolate con menta y Jeon uno de fresas, porque según él amaba mi olor y mi exquisito sabor... Tampoco sabía que tenía que ver la fresa con el sabor de mi piel, pero lo dejo en su fantasía.

     —Ese chino es hermoso, nunca lo había visto por aquí —Dijo una de ellas con su voz chillona, como si hablasen de un maldito muñeco viviente, ese que es el novio de Barbie: Ken.

     —Tiene unas musculosas piernas, de seguro será muy bueno en la cama —¿Qué acaso no pensaban en algo más?

     No todo en la vida es sexo.

     —¿Celosa? —Se burló Jung Kook a mi lado, viendo la escena muy divertido. Lo miré furiosa, no quería que esas víboras lo siguieran viendo— Muñeca, sólo tengo ojos para tí y mi cuerpo, incluyendo mi pene —Susurró eso último, haciendo que mis mejillas se pusieran calientes y rojas como un tomate— Es todo tuyo y de nadie más —Sonreí, sus palabras me tranquilizaban, pero eran ellas de las que no me fiaba.

     —Anda con aquella vaca, que desperdicio —Aquello último me hizo explotar la cabeza y me acerqué a Jung Kook para besarlo.

     Él recorría mi espalda con ambas manos, fue descendiendo llegando a mi espalda baja, siguió bajando ambas manos hacia mis glúteos, apretandolos a su antojo, mientras yo me aferraba a su cuello, devorando su boca y recorriendo la misma con mi lengua, él siguió a la perfección mi forma tan roba alientos, estaba molesta y sólo quería darle un poco de su propia medicina a aquellas arpías.

     —¿Vieron cómo la besó?, Sería el cielo besarlo así —Aquella voz chillona habló de nuevo.

     Jung Kook y yo nos separamos, nuestros pulmones pedían a gritos el preciado aire en ellos. Él me miró cómplice y acarició mi cintura, tratando de controlar los celos que llevaba por dentro.

     —Ellas son insignificantes para mí, ¿Lo sabes, verdad? —Asentí a duras penas— Tú eres la única que me hace venir y más cuando puedo hacerlo dentro de ti, llego al cielo—Mordí mi labio inferior al escuchar sus palabras.

     —¿Cómo será el tamaño de su pene?, ¿Grande? —Una cuarta voz se unió a la conversación de aquel grupo de amigas.

     Gracias a mi loba, mi audición mejoró el triple y aunque ellas lo estuvieran susurrando siendo nada audible para los que estaban a su alrededor, para mi era como si me lo estuviesen gritando al oído y no quisiera saber la intensidad con la que Jeon las escuchaba.

     Tomé la mano de Jung Kook y lo arrastré literalmente hacia su mesa, esa fue la última gota que colmó el vaso. Jung Kook no se resistió en todo el trayecto, cada día más me sorprendía de las cosas que me deja a hacerle. Les sonreí siendo agradable, cosa que hacía bastante bien, fingir.

     —¿Les gusta este bombón? —Señalé a Jung Kook, mientras él confundido miraba la situación.

     —Está riquísimo es... —Una morena fue interrumpida por mi.

     Miré hacia dónde Jung Kook tenía situado su miembro y sin miedo a nada (Dice la canción de Alex Ubago y Amaia Montero) lo agarré suavemente por encima de la tela del pantalón, casi mostrandolo públicamente.

     —Es todo mío y les agradecería que dejaran de hablar de mi novio, gracias —Lo solté y Jeon estaba más rojo que un tomate.

     Nos dimos la vuelta dejando a las muñecas matel sin cerebro perplejas y yo sólo sonreía victoriosa, había logrado mi cometido.

     —¿En dónde está mi muñeca?, Me la cambiaron por esta chica tan desvergonzada —Jeon entrelazó nuestras manos, dedicándome una sonrisa— Creo que me gusta tu lado celópata y a él igual —Apuntó su vista hacia abajo.

     Siempre tan obediente y curiosa miré hacia a donde había apuntado, viendo una notable erección, ¿Tanto le excito con tan sólo tocarlo unos segundos?

     —Oh, tienes un gran problema ahí abajo.

     —Sí y tu me ayudarás a resolverlo.

     Ajustes de cuentas.

[☪]

    Subimos al auto, pero Jeon me miraba con cierto deseo que irradiaban sus ojos, sólo se acercó lentamente para atrapar mis labios con los suyos, sosteniendome de la nuca firmemente, aunque lo necesitara sabía que estábamos a plena luz del día y que cualquier persona que estacione su auto, y pase por el lado de nuestro auto nos verá teniendo sexo en el mismo.

     —Dios, Jules —Dijo juntando nuestras frentes— Te deseo de sobremanera —Se mordió el labio inferior viéndome directamente a los ojos.

     —¿Lo haremos aquí? —Él asintió— Todos nos verán.

     —Eso debiste haberlo pensado antes de tocarme el pene —Rodé los ojos.

     Ésta era la consecuencia, debía bajarle aquella erección.

     Él reclinó mi asiento y lo movió hacia atrás, recorrió mi cuerpo por encima del vestido hasta llegar a su parte favorita, mi intimidad. Encontró mi clítoris en tiempo récord por encima de mis bragas, moviendo su dedo índice de forma circular, mojando las mismas y haciendo que entierre mis dientes en el labio inferior, callando mis gemidos.

     —Vamos, Jules, quiero escucharte gemir mi nombre.

     Movió su dedo con rapidez, volviéndome loca y sólo dejé salir todos los gemidos que había estado reteniendo, este hombre algún día va a matarme de tanto placer.

     Estaba tan excitada como él, pero quería vengarme, así que con mi mano izquierda comencé a buscar en su tienda de acampar, encontré el botón del pantalón y lo desabonoté, me introduje en sus bóxers y saqué su hermoso pene, que por cierto tenía la cabeza muy hinchada, de seguro estaba sufriendo, tenía venas muy marcadas que recorrían toda su longitud por completo y sólo comencé a mover mi mano de arriba hacia abajo, de la punta salía líquido preseminal hasta la base.

     Esa erección debe de doler un montón.

     —Si te corres, daré por cumplida la consecuencia —Advertí acelerando más mi mano, pero Joder, él comenzó a mover su dedo a un ritmo frenético— Eres un tramposo... ¡Ay, Dios, Kook! —Cada vez gemía más alto.

     —Yo también sé jugar al mismo... ¡Más, Jules, necesito más! —Su voz ronca la amaba.

      —¡Dios, Jung Kook, no aguanto, hazme tuya de una maldita vez! —Yo misma no me reconocía, sólo quería tenerlo adentro de mi, invadiendo mi cavidad y que hiciera sus fascinantes movimientos pélvicos.

     —¡Si tanto insistes! —Me sonrió sensualmente y paró de estimularme, indicándome que yo debía parar de masturbarlo, me acomodó en el asiento para él acomodarse entre mis piernas y se las acomodó en los hombros como pudo.

     Sin previo aviso, apartó un poco la tela de mis bragas para meterme ese gran trozo de carne de forma dura y brutal, sintiendolo hasta el fondo, chocando con el límite de mi vagina, robándome un desgarrador gemido. Todavía no estaba acostumbrada a su tamaño.

     —Es tan...  —Me interrumpió. Amaba sentirme tan llena allá abajo.

     —¿Grande?, Lo sé, todas dicen lo mismo —Rodé los ojos, él aún no se movía, sólo nos veíamos detalladamente.

     —No tienes ni un poco de humildad, que pena —Él sólo sonrió.

     —¿Qué te puedo decir?, Soy simplemente perfecto.

     —Mejor muévete, ¿O Quieres que lo haga... ¡Dios, sigue, sigue, ahí se siente tan rico! —Había dado en mi punto G sin tanto esfuerzo.

     —Te lo dije, soy bueno en todo.

     Comenzó a moverse a un ritmo desesperado por su pronta liberación, pero yo tenía algo mejor en mente, comencé a quitarle el saco para proceder a desabotonar cada uno de las botones de su camisa ahora no tan perfectamente planchada, así podría sacarla dejando su pecho al descubierto, sólo con la corbata que adornaba su cuello. Era tanto el placer que, necesitaba aferrarme de algo y su espalda desnuda era una buena opción.

     Enterré mis uñas que estaban un poco largas en su espalda, él no dejaba de moverse ni de atinarle a mi punto G, sintiendo cada embestida más placentera, no faltaba mucho para que llegase al cielo, incluso ya lo veía. Sus ojos estaban puestos en mi y entre abrí mi boca para que me besara, cosa que captó en el acto, acercó sus labios a los míos, capturandolos ferozmente, mordiendo y jalando mi labio inferior, ahogando mis gemidos.

     —Voy a... Correrme... —Le avisé a tiempo, comencé a correrme, mientras sentía su corrida también.

     —Joder, Jules —Jadeó al dejar de soltar grandes chorros de semen en mi interior.

     Intenté calmar mi respiración, era demasiado agitada y al ver a mi alrededor los vidrios estaban empañados, ¿Nosotros habíamos hecho aquello?, Jamás había tenido relaciones en un auto o en alguna parte poco inusual, era súper inculta en ese ámbito, pero por la cara de Jung Kook, él ya había tenido sexo con cualquier chica y en cualquier sitio, cocina, ascensor, en el auto, en un avión, en la ducha...

     —¿Habías tenido sexo en el auto antes? —Jeon me miró con los ojos bien abiertos, ya sabía que su respuesta iba a molestarme y más cuando se percató de lo celópata que puedo llegar a ser.

     —¿Por qué preguntas?

     —Quiero saber en qué sitio puedo ser tu primera vez, porque tú acabas de serlo dos veces. Jamás había tenido relaciones con deseo y amor, ahora lo hicimos en el auto —Expliqué por si él no me entendía.

     —Sí, Jules, he tenido sexo en todos los lugares que puedas imaginarte.

     —Lo sabía.

     No podía imaginarme a otra chica siendo penetrada por el hombre que a mi me gustaba y más cuando él había correspondido mis sentimientos, pero jamás se lo había dicho, quizás una vez y que lo quería.

GRACIAS POR LEER💕

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