|☪ Cᴀᴘ. 042 ☪| ᴠɪsɪᴛᴀɴᴅᴏ ᴀ ᴍᴀᴍᴀ́ ✔
|• MIN JULES HEE •|
El sol entraba por la ventana de la habitación anunciando que ya era de día, sonreí inconscientemente al recordar todo lo que Jeon y yo hicimos anoche, primero empecé como un juego, quería que aprendiera que yo no tenía ninguna intención de engañarlo con alguien más y supongo que eso le sorprendió, pero no pude controlarme al probarlo, exquisito sabor, salado y muy agradable, de tan sólo recordarlo me excitaba sintiendo como mi humedad aumentaba ahí abajo.
Estábamos desnudos durmiendo de cucharita y al parecer él también estaba teniendo un sueño húmedo porque su dureza rozaba involuntariamente con mi trasero, haciendo que muerda mi labio inferior, mientras él tocaba uno de mis senos, el izquierdo para ser más precisos. Me costaba respirar, pero todo empeoró cuando apretó mi pezón, estaba a punto de gemir y darle el gusto, aunque no estaba en mis planes, lo quería a él dentro de mi de nuevo.
Negué con mi cabeza y con cuidado quité su mano de aquel lugar que estimulaba a su antojo, con atención me bajé de la cama en dirección al baño, quería hacer mis necesidades, cepillarme los dientes y darme una corta ducha sin mojarme el cabello, al terminar me sequé con una de las toallas de color blanco que habían allí, solté mi cabello de la coleta que me había puesto para no mojarlo, lo sacudí un poco dejandolo caer por mis hombros y espalda con sus ondas de lo más naturales.
Regresé y él seguía en esa posición con el cabello revuelto junto a una respiración tranquila, transmitiendome mucha calma y paz. Me acosté de nuevo en la cama, enrollando mis piernas en las suyas, cuidando de no golpear su erección, besé su nariz suavemente, pero no se movió ni hizo alguna expresión.
—Kook, despierta, debemos visitar a mi madre, le dije que iría contigo —Dije. Sólo escuché de su parte un “Ujum”— Kook, es hora de levantarse —Ignoró mi siguiente llamado y preferí darle la espalda.
Sentí un peso menos en la cama y luego el agua correr, seguro hacía sus necesidades como yo había hecho hace un rato atrás. Fijé mi vista en la puerta del baño que estaba cerrada y ví como se abría con lentitud, mostrándome un Jung Kook erecto con una sonrisa en su rostro.
—Es imposible no despertarme con una inmensa erección —Mordí mi labio tan fuerte que podía sentir un sabor a hierro en mi boca— Tengo a una mujer muy hermosa en mi cama —Se acercó a mí con suma lentitud, por instinto abrí mis piernas para que se pusiera en medio de éstas.
—Buenos días —Dije sintiendo su peso encima de mi cuerpo.
—Buenos días, muñeca —Besó mis labios con consternación, saboreando e intensificando el sabor a hierro.
Me había mordido muy fuerte.
[☪]
—¿Lista? —Esos intensos ojos me miraban, devorándome, mientras salía a la sala de estar.
—Sí, es que no sabía que ponerme, Jung Kook, tengo tiempo que no veo a mi madre —Él sonrió y se acercó a mi oreja justo cuando me acerqué más a él, estaba parado casi cerca de la puerta.
—Desnuda, te verías mejor —Susurró erizando mi piel.
Mis mejillas tomaron color (Sabía cuanto él disfrutaba verme así tan sonrojada por sus palabras) y tenía CALOR.
Mucho calor.
Golpeé su pecho negando, sabía claramente sus intenciones, sin embargo, no iba a caer en su juego. Salimos del apartamento y subimos al ascensor, nos dejó en estacionamiento y salimos de el tomados de las manos, en busca de su auto, que si les soy sincera no tengo ni la menor idea de cual podría ser, hay tantos autos deportivos en el estacionamiento que tampoco me parecería raro que Jeon tuviese uno de esos.
Para mi suerte o tal vez no tanta, llevaba un vestido bastante airoso de flores bastante lindo que con el viento era capaz de levantarse un poco, así podría jugar un poco con Jung Kook antes de llegar, unos tacones y mi melena suelta con ondas naturales, estaba pensando en cortarlo el próximo mes, quería un nuevo look, una nueva imagen. Jeon lleva uno de sus típicos trajes bien planchados, color azul marino con la camisa blanca y una corbata azul cielo.
—¿Desde cuando no vez a tu madre? —Lo miré subiéndose al Camaro, yo iba de copiloto y él en el asiento del piloto.
Era un Camaro Chevrolet amarillo, tan hermoso y deportivo, sin dudas me había enamorado de el.
—¿De qué hablas?, Pensé que lo sabías, desde que llegué a Seúl —Negó con la cabeza poniéndose el cinturón.
—No me mientas, siento que algo no me estas diciendo, tu olor se intensificó, ¿Por qué te mudaste a Seúl? —Rodé los ojos.
—¿Qué es esto, un interrogatorio? —Me crucé de brazos y el puso el auto en marcha.
—Jules, por Dios, sabes que no, sólo quiero saber más de ti —Me quedé callada. Aceleró un poco más el auto sin pasar los límites de 80 km por hora— Bueno, ya que no quieres decirme, ¿Algo que deba saber antes de llegar a casa de tu madre? —Lo miré y analicé su confusa mirada.
—No des más información de la que te pide, no quiero que se convierta en un interrogatorio —Dije autoritariamente.
[☪]
—¿Es aquí? —Preguntó Jung Kook estacionando el auto al lado de un Mercedes plateado. Asentí como niña pequeña, ya me estaba acostumbrando a hacerlo— Es bastante linda la casa.
¿Bastante linda? ¡Es hermosa! Es mi casa favorita, recuerdo que me la pasaba más en ella que en la casa en donde crecí. Preferiría decirle la casa de cristal, casi no tenía paredes y entraba tanta claridad que embriagaba mi ser.
—Actúa normal, te lo pido Jung Kook —Me miró confundido, mientras caminábamos a la entrada de la casa.
—¿Normal, cómo...? —Fue interrumpido por la puerta que se abrió de repente ante nosotros, el señor Jeon por instinto tomó mi cintura y me apegó más a su cuerpo.
Voy a matarlo.
—¡Hija! —Mi madre nos vió sorprendida por el agarre de Jung Kook firme a mi cintura.
—Hola, mamá —Sonreí— Él es Jung Kook, mi profesor y mi... Pareja de la que tanto te hablé anoche —Acaricié su brazo, ese que se aferraba a mi cintura y lo ví tiernamente.
Genial, estaba nerviosa por su reacción.
—Es un placer por fin conocer a la mamá de esta hermosa mujer —Estúpido. Mis mejillas tomaron color y mi mamá sólo sonrió— Es igual de hermosa que usted —Ahora las mejillas de mi mamá tomaban color.
Jung Kook es tan encantador cuando quiere.
—Es un placer conocer a un hombre tan guapo y encantador —Mi madre me guiñó un ojo, como si hubiese encontrado un diamante dentro de una piscina de rocas— Pasen —Abrió más la puerta dejándonos ver su interior.
Estaba como la recordaba, amaba esos sofás de cuero negro al igual que la cocina y la primera planta ¡No tenían PAREDES que dividían la primera planta! Eso era lo que más me gustaba de esta casa, te sentías libre.
—Siéntense por favor, esperemos a mi pareja, te lo quería presentar desde hace tiempo —Señaló los sofás para indicarnos en donde sentarnos— ¡Cooper, mi hija ya llegó! —Gritó por aquellas escaleras.
—Jung Kook —Lo llamé y me miró con aquel brillo característicos en sus ojos, como si viera lo más hermoso del planeta— No necesitas responder cosas que no quieras, ¿Está bien? —El asintió alzando una ceja, como si no supiese quien es él y miró a nuestro al rededor. No entendía el porque hasta que juntó nuestros labios.
Sus labios rosados, los más dulces que había probado y que no me cansaria de hacerlo; mejor dicho, amaba hacerlo.
—Gracias, Jules, me haces tan feliz —Me miró nuevamente a los ojos después de separarnos de ese dulce y tierno beso.
—Mucho gusto, soy Cooper—Aquella voz hizo sobresaltarnos— Por fin me alegra ver a la hermosa Jules, tu madre siempre habla de ti.
—Es un placer, Cooper —Estreché mi mano con la suya.
El novio de mi mamá nos miraba divertido, aunque no era el momento más divertido del mundo, a su parecer lo era.
Se me iba a salir el corazón por su repentina aparición.
—Señor —Jung Kook se puso de pie e hizo una reverencia— Lamento por el acto que vió, fue irrespetuoso de mi parte —Miré a Jung Kook impresionada, se nota que lo han criado muy bien.
—¡Tenían que ver sus caras! —Se burló aquel sujeto y soltó varias carcajadas dejándonos confundidos— Se nota que eres un gran muchacho —Hizo una pausa, esa que odiaba cada vez que alguien hablaba, de seguro estaba formulando preguntas en su cabeza— ¿Cómo te llamas?, ¿Qué quieres con la hija de mi hermosa novia?, ¿Cuántos años tienes?, ¿Estudias o trabajas? —Rodé los ojos.
—Señor Cooper... ¿Es necesario este interrogatorio?, Es absurdo, ni siquiera mi padre lo hizo —Lo miré furiosa.
No quería que contestara y mucho menos que ellos opinaran sobre Jung Kook, porque no tendrían ni la menor idea del poder que tiene o sobre su persona.
—Tranquila, Jules, no me molesta —Sonrió. Esa hermosa sonrisa que derrite cualquier iceberg— Soy Jeon Jung Kook, tengo veinticuatro años de edad y trabajo, soy el profesor de su hija —Señor, llévame ahora. La expresión de aquel señor no era muy buena, ¿Ahora él juzgaba?
—¿Ya han tenido sexo? —Mi madre soltó de repente.
No sabía que tenía de interesante mi vida sexual.
GRACIAS POR LEER❤️
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