|☪ Cᴀᴘ. 039 ☪| ᴄᴏɴᴏᴄɪᴇɴᴅᴏ ᴀ ᴊᴏɴɢɪɴ ✔
Mi padre junto a mis hermanos estábamos en el aeropuerto, papá nos había traído en su patrulla en silencio, no dijo nada y sólo bajó junto a nosotros para chequear mi vuelo. De reojo noté como a mi hermano se le cristalizaron los ojos, como si no fuese a volver nunca más, le recordé que volvería en menos de una semana y haríamos lo mismo que hemos estado haciendo estos siete meses: ver películas, cocinar juntos, reírnos por todo, llorar por nada y disfrutaremos de la vida, como siempre lo hemos hecho.
Jun no entendía lo que pasaba, sólo miraba a su alrededor con asombro, a la cantidad de personas haciendo una fila para que le dieran su boleto de avión y otra para verificarlo, así empezarían todos los trámites.
—Llegó temprano, señorita Min —Miré confundido a un caballero que estaba de traje con lentes, viéndome sin expresión alguna.
—Mi padre y mi hermano me enseñaron a serlo —Respondí tratando de no sonar grosera— ¿Usted quién es? —Dejé de mirar al señor de traje para ver a mi familia.
—El señor Jeon me contrató para cuidarla y guiarla en el viaje —Pedí alguna explicación a mi padre, pero me miraba sin comprender la situación, sólo asentí— Sígame después de despedirse —Asentí.
Caminé hacia ellos, dejando la maleta prácticamente al lado del señor cuyo nombre desconocía, abracé a mi padre y YoonGi me rodeó con Jun en brazos, no quería que mis lágrimas salieran, aunque fuera una semana, extrañaría los llantos de Jun por las mañanas, las tostadas quemadas de papá en el desayuno y el mal carácter de YoonGi en el resto del día.
Ellos se habían convertido en mi vida.
—Los voy a extrañar, recuerden cuidar bien de Jun, ponerle sus cremitas y no saltarse ninguna comida —Dije sin soltar a mi familia.
—Le das muchos besos a tu madre de mi parte y te cuidas, hija, nada de vicios mientras no estoy —Reí contra su cuello, ellos jamas se volvieron a llevar igual, ni siquiera se hablaban.
—Te amo, papá y a ustedes también, son mi vida, no lo olviden jamás —Le dejé un beso en la mejilla a mi padre y abracé a YoonGi, le dí un beso en mejilla y a Jun en la frente.
—Te amamos más, hija —YoonGi no dijo nada, sólo intentó que sus lágrimas no salieran.
Elevé mi mano y la agité despidiéndome de ellos cuando estaba cerca del señor que iba a guiarme, lo seguí lentamente. No comprendía una cosa, ese señor no tenía equipaje, solo trajo su teléfono y si acaso el aparato que tenía pegado a su oreja.
Caminamos y pasamos a las personas que estaban en la fila, como si no hubiese pasado nada, literalmente nos estabamos coleando; una chica nos vió y asintió, guiandonos a no sé donde y yo seguía detrás de él como una tonta, ¿Toda esta gente trabajaba para Jung Kook?, Tampoco debería impresionarme, él era el líder de Seúl, la persona con más dinero en el mundo.
—¿Me lo permite? —Un chico habló a mi costado que, no era el señor de traje perfectamente planchado con lentes, asentí y le dí mi maleta, sin comprender que pasaba.
El señor sin nombre, al verme de tal forma con mi cara de curiosidad juntandose con la de confusión, se acercó a mí pidiéndome que lo siguiera, acto que no dudé en hacer. Bajamos unas escaleras y salimos por una gran puerta, al exterior del aeropuerto y si no me equivoco a la pista de aterrizaje, y despegue ¿A dónde me llevaba este hombre? Lo miré. Pero él sólo tenía la misma cara desde que llegó a mí hace un rato.
—Señor, está todo listo —Dijo un chico vestido completamente de azul con una insignia. Hizo una reverencia y el señor asintió, guiandome hacia no sé donde, de nuevo.
En frente de nosotros había un gran avión privado, era hermoso, jamás creí que Jung Kook pudiera tener uno. Subí por las escaleras para ingresar en la gran nave ¡Madre mía y del amor hermoso! Era moderno, muy fino y sentía una gran calidez.
—¿Puedo hacerte una pregunta? —El señor me miró. Tragué saliva por lo rápido que había hecho esa acción.
—La que usted quiera, señorita Min —Dijo él, mientras yo veía el interior con mucha intriga, como una niña pequeña, mis ojos deslumbraban asombro, jamás había entrado en tal máquina.
—¿Cómo se llama?, Olvidé preguntarle —Me sonrió y yo imité su acción, quizás esperaba otro tipo de pregunta.
—Soy JonGin, seré su guía —Asentí sentándome.
Las azafatas habían hablado por los altavoces que dentro de poco empezaría el proceso para despegar. Miraba a mi alrededor curiosa, hasta que mi vista paró en una puerta que cautivó toda mi atención.
—¿Qué hay detrás de la puerta? —Pregunté con toda la confianza del mundo, ya me sentía mejor con saber el nombre del extraño hombre.
JonGin miró hacia esa dirección y sonrió de nuevo, ¿No se supone que debe estar serio todo el tiempo?
—Es una habitación, por si en el viaje al señor Jeon le da sueño o quiere... —Alargó con cierta vergüenza— tener sexo en las alturas, usualmente es por lo segundo —Jamás hubiese preguntado, no me imagino a Jung Kook teniendo sexo con otras mujeres que no sea yo.
[☪]
Desperté gracias a un suave toque en mi hombro, abrí los ojos y ví a JonGin, avisandome que ya habíamos llegado a los Estados Unidos. Bajamos y caminamos al interior del aeropuerto, un chico nos guiaba hasta la salida, aún no entendía los privilegios que tenía Jeon en los aeropuertos, en cualquier parte o quien era su familia en realidad como para que los traten diferentes, es decir, como si tuvieran mucho más poder que los demás, como si habláramos de una gran mafia.
—¡Señor JonGin! —Gritó un chico basta alto, incluso más alto que el señor que me acompañaba y claramente más que yo.
—Disculpalo, es nuevo en el empleo —Dijo un JonGin muy apenado, bajando su cabeza, las personas se nos habían quedado mirando un poco extraño.
—Cuanto tiempo sin verte, dijiste que volverías en una semana y ha pasado un mes—El chico hablaba sin parar del tiempo en que no había visto a JonGin— ¿Esa es la bella dama que debías traer?, Diablos, si que es hermosa —¿Hablaba de mí?, Genial, Jeon terminará despidiéndolo.
—Oh, claro y ni se te ocurra algo extraño, porque ella está marcada —Informó JonGin, ¿Cómo él sabía eso?, Luego recordé que tenía el cuello descubierto, dejando aquella marca sin esconder— Señorita Min Jules Hee, él es Minho, nuestro chófer. Minho, ella es Min Jules Hee, la chica del señor Jeon —Sonreí y estiré mi brazo para estrechar su mano con la mía.
—Un placer, pero ¿Él no se había casado con una tal Nayeon?—El momento más incómodo de mi vida, ahora me veían como la amante.
—El placer es todo mío y sí, está casado con ella, pero él no es feliz —Expliqué sin dar tantos detalles, ellos no debían saber tanto sobre la vida privada de Jeon.
—Ya resolviste tus dudas, así que busca su maleta, mientras yo la guio al auto, ¿Entendiste, Minho? —Habló firme JonGin, haciéndome señas para que lo siguiera fuera del aeropuerto.
Una camioneta blindada negra nos esperaba afuera, JonGin me abrió una de las puertas traseras y entré en el sin decir nada, era extraño tener todo este tipo de lujos o atenciones. JonGin se subió al puesto del copiloto y puso los seguros, como si me estuviera protegiéndo de algo.
—No iremos a casa de mi madre, ¿Cierto? —Escuché un suspiro algo pesado de su parte y supe la respuesta de inmediato, sintiéndome incómoda dentro de la camioneta.
—No, el señor Jeon nos pidió dejarla en su apartamento.
No pregunté nada más, quizás si me quedaba callada estaría más ¿Segura?, No lo sé. El teléfono empezó a sonar, lo saqué de mi bolsillo y miré quien era, mi mamá, contenta tomé la llamada.
—Ya llegué a Estados Unidos —Dije a penas contesté la llamada.
—¡¿Ya estás por llegar a casa?! —Preguntó con cierta emoción, pero no quería quitarle aquella ilusión.
—No, mamá, me quedaré en casa de mi novio —Mentí. De seguro sorprendería a Jeon con una mujer en su cama.
—¡Que alegría, hija!
Si supieras, mamá.
GRACIAS POR LEER💕
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