—Señorita, Min —Alguien insistentemente tocaba la puerta de la habitación.

      —¿Quién es? —Dije adormilada, apenas sentándome en la cama.

     —Soy Solar, empleada del señor Jeon —Se presentó. Abrí mis ojos y recordé en donde me encontraba— El señor Jeon, la solicita en su oficina, le dejé algo de ropa limpia en el armario, por favor no lo haga esperar —Solté un gran suspiro, quería seguir durmiendo.

     —Gracias, Solar —Respondí poniéndome de pie y en marcha, debía arreglarme para ver al gran Alfa.

     Un vestido floreado pegado en mi pecho, pero de mi cintura para abajo era suelto, junto a unos tacones de aguja negro, sin mencionar la lencería negra que me había dejado Solar, eso fue lo que encontré en aquel armario, sorprendiendome por completo. Eché un poco de loción con olor a vainilla y me puse en marcha a la oficina del señor Jeon.

     —¡Jules! —Gritó Taehyung en el pasillo, pero lo ignoré siguiendo mi camino— ¡Vamos, Jules, debemos hablar! —Podía sentir su paso aproximarse, pero no iba a frenar el mío.

     —Ahora no, Taehyung —Una mano se aferró a mi brazo, frenando mi paso abruptamente.

     —Debemos hablar, en serio no quería mentirte, Jules, me importas —Ví sus ojos, estaban apagados y suplicantes.

     —No estoy molesta porque hayas escondido que eras un Alfa o que vivías en un pueblo secreto, pero ahora entiendo porque nunca dejabas que fuéramos a tu casa —Sonreí con decepción— Estoy molesta porque pudiste haberme dicho la verdad sin revelar quien eras en realidad —Intenté zafarme de su agarre, pero era inútil, ¡Todos los alfas son muy fuertes!

     —De verdad intenté decirte, pero nunca salía la oportunidad de hacerlo y sólo me aferré a esa idea, mentirte hasta hacernos ancianos —Reí por como había dicho esas palabras, era gracioso, me hacía recordar a mi Tae Tae cuando lo conocí el primer día en la universidad, no dejaba de hacerme reír.

     —Lo siento, Taehyung —Solté desviando mi rostro.

     —Me dueles, Jules, —Fingió voz de sufrimiento— pero no te creo, sé que me amas y que soy tu Tae Tae, jamás dejaré de serlo —Sonreí viéndolo nuevamente a los ojos.

     —¿Eres tan difícil de engañar?

     —Soy un Alfa, puedo oler tu nerviosismo y aparte, eres pésima actriz —Sin más me soltó de su agarre y me abrazó— ¿A dónde has?

     —A la oficina de Jeon —Me gustaba su olor a pino, por primera vez pude disfrutar de su olor.

     —¿Te importa si te escolto a ella? —Negué separándome de su gran abrazo— ¡Vamos a ella! —Estiró su brazo flexionado para que lo tomara, él iba a guiarme hasta la oficina de Jeon.

     Caminamos alegres como cualquier par de enamorados, cada vez faltaba menos para llegar a la alejada oficina de Jung Kook.

     —¿Por qué estás tan hermosa? —Preguntó de repente.

     —Sólo me puse un vestido que Solar me había dejado en la habitación, realmente estoy igual que siempre —Él asintió sin decir nada más.

     Al llegar y luego de ese momento un tanto incómodo, ¿Qué quiso decirme con eso?, No podía negar que Taehyung era muy guapo, pero no era exactamente mi estilo, aunque tuviera cosas que me encantaban: lo carismático, agradable, respetuoso, simplemente atractivo y de buena estatura.

     —¿Tú no eres la intrusa? —Habló un hombre firme al vernos acercándonos a donde estaba parado, al lado de la puerta de la oficina de Jeon.

     —Más respeto, Seok Jin, ella es Jules —Habló Taehyung con tono firme.

     —No recuerdo que el Alfa haya mencionado a una jóven tan hermosa como ella, no fue mi intención ofenderla —Hizo una reverencia.

     Lo había visto anteriormente, él fue el que buscó los refuerzos, porque supuestamente yo representaba gran peligro.

     —No me ofendiste, Jung Kook me espera —Anuncié y él abrió la puerta.

     —Déjeme decirle que luce hermosa —Sonreí, era extraño que todos a los que había visto me dijeran lo mismo.

     —Gracias —Dije con cierta timidez— Te voy a extrañar —Besé la mejilla de Taehyung y él acarició mi cintura sin llegar a más.

     —Y yo a ti, Jules —Me guiñó un ojo y luego ingresé a la oficina, era de gran tamaño digno de un rey.

     Había una gran mesa en medio decorada de la forma más romántica posible, junto a dulces en forma de corazón: bombones, pasta seca y algunas frutas: Unas fresas con chocolate, piña, coco, kiwi, cambur (Banana) y patilla (Sandía). También había una pequeña fuente de chocolate y platos muy elegantes. Al enfocar más mi vista en el interior de la oficina, una figura femenina estaba sentada en un gran sillón de cuero, observándome de arriba hacia abajo.

     —¿Tú eres la ramera de mi futuro esposo? —Tragué saliva al escuchar tales palabras y luego un desprendimiento de su olor.

     Durazno... Sin dudas era Nayeon.

     —Entonces, ¿Tú eres la del embarazo falso? —Contraataqué— Ya te había visto, pero no te reconocí, un placer —Dije con hipocresía.

     —¿No te da ni un poco de vergüenza estar con un hombre que va a casarse y por ende va a dejarte? —Rodé los ojos.

     —¿Y a ti no te da pena dañar a una familia que lo único que ha hecho por ti es darte todo lo que deseas? —Ví como se puso de pie, la luz era tenue, pero podía verla.

     —No hagas como si me conocieras —Reí con ironía.

     —No tengo ni la más mínima intención de conocerte, pero sé que clase de persona eres —Caminé un poco más hacia ella sin miedo o terror.

     —Eres una maldita perra, ¿Te lo habían dicho? —Toqué mi mentón divertida.

     —Jung Kook gime mi nombre rico, ¿No te lo había dicho? —Ví sus intenciones claras de golpearme, pero eso jamás pasó porque tomé su muñeca en un rápido acto— Ni se te ocurra.

     —¿C-Cómo lo hiciste? —Alcé una ceja, sin darle indicios de que le contestaría.

     —No... —Fuí interrumpida por el asote de una puerta, de la forma más brutal, resonando el gran ruido en toda la habitación.

     —¡¿Nayeon, qué haces aquí?! —Él encendió la luz y nos visualizó a las dos.

     —Querido, pensé que tendríamos un desayuno romántico —Jung Kook soltó una gran carcajada.

     —¿Cuándo he sido romántico contigo? —Fue un golpe directo.

     —Eres realmente patético, Jung Kook, cuando tú madre se entere de que sales con una beta, se va a decepcionar mucho de tí —Meneó sus caderas en dirección a la salida.

     Jung Kook caminó hacia mi y me abrazó, acariciando mi espalda con extrema suavidad.

     —Lo lamento, no volverá a pasar —Dijo en casi un susurro— No sé porque estaba en mi oficina, tuve que salir por algo.

     —No quiero ser tu ramera, Jeon —Me despegué de él de forma brusca.

     —¿Mi ramera?, ¿De qué hablas? —Me miró muy confundido.

     —Nayeon lo dijo y tiene razón, tu vas a casarte con ella y me dejarás de lado, quizás sea mejor que dejemos todo hasta aquí —El Alfa no tenía ninguna expresión alguna.

     —¿Es eso lo que quieres? —Asentí— Pues no te creo —Se acercó a mí y besó rápidamente mis labios, sin poder evitarlo, correspondí el beso— Te verías mejor sin esto —Subió sus manos a mi cabello y me quitó la cola alta que me había costado tanto— Ahora estás perfecta —Estaba estupefacta.

     —¿Perfecta para qué? —Alcé una ceja.

     —Nuestro desayuno romántico, no podemos dejar que Nayeon lo estropee, además no salí en vano —Sonrió contento— ¡Seok Jin! —Llamó al chico que anteriormente vimos Taehyung y yo.

     Entró con una gran bandeja, se acercó a la mesa y la dejó a un lado sin arruinar la decoración, pudiendo ver su contenido, eran waffles con sirope de chocolate, fresas rebanadas y cambur (Banana), junto a un bote de helado de vaina y chocolate.

     —¿Te presentaron a mi mano derecha? —Me preguntó entrelazando nuestras manos. Negué estática— Kim Seok Jin, es mi Alfa de mayor confianza. Seok Jin, ella es Min Jules Hee —Hice una reverencia y él me imitó.

     —Es un placer, señorita Min, ya nos habíamos cruzado antes —Comentó— Que disfruten su desayuno —Salió como un rayo veloz.

     Jeon me guió hasta la mesa, abrió mi silla y me ayudó a sentarme, él imitó mi acción y se sentó frente a mi con una amplia sonrisa.

     —¿Quién te lo dijo? —Esas palabras salieron de mis labios sin previo aviso.

     —Tengo mis contactos, lo malo es que no encontré un lugar abierto que tuvieran todo junto, por eso lo compré por separado —Hizo una pausa acercándome unos de los tantos waffles que habían junto al bote de helado y unos cubiertos— ¿Aún sigues pensando que eres sólo mi ramera?, Aunque es algo ilógico, ni siquiera hemos tenido sexo, pero ella no debe saberlo —Me hizo sonreír mostrando mis dientes.

     —No me cabe duda que tengo un rango más alto —Me burlé probando los waffles— ¡Están exquisitos! —Exclamé con emoción, era una explosión de sabor en mi boca.

     —Me alegro que te gusten —Tomó mi mano por encima de la mesa.

     —Gracias.

     —Por ti, mi vida, lo que sea —Mis mejillas tomaron color.

     Ay, Jeon Jung Kook, no sabes en dónde te estás metiendo.

GRACIAS POR LEER💕🤧