|☪ Cᴀᴘ. 02 ☪| ɢᴀᴛᴏ ғᴇᴏ ✔
M. Jules Hee;
—Llegamos —Dijo mi hermano estacionandose en frente de una gran casa con un lindo jardín, una fuente y una piscina compartida con su vecino.
—¿Aquí viven? —Pregunté muy sorprendida, porque era muy hermosa.
Antes, cuando mis padres estaban juntos, mi madre era la que poseía más dinero por la gran herencia de mis abuelos y por parte de mi padre, siempre lo despedían de su trabajo cada tres meses.
—Sí, papá se ha encargado de decorar tu habitación y yo de comprarte un auto nuevo, espero y te guste —Estaba emocionada, ¡Tendría un auto!
No sé cuantas veces le había pedido un auto a mi madre, pero ella siempre se negaba, ya que, decía que era muy peligroso para mí tener uno y a fin de cuentas, no me lo compró.
—No me mientas, gato feo —Él rió por el apodo que le había dado a los diez años. Él contaba con diecisiete años.
—¿Cuándo te he mentido? —Lo miré y abrí la puerta del auto para salir.
—Cuando me dijiste que volverías por mí y no lo hiciste —Bajé del auto y cerré la puerta con fuerza.
—Oye, pequeña. —Escuché su puerta cerrarse, yo solo quería ir a mi ahora nueva habitación a relajarme. Olvidar todo el trayecto— Jules, tú más que nadie sabe que quería volver por tí —Sus pasos se apresuraban en mi dirección.
—Déjalo como está, no quiero discutir por algo que jamás pasó —Forcé una sonrisa y giré a verlo.
—Toma. —Me lanzó unas llaves y en el aire las atrapé con mi mano derecha— Esa son las llaves de tu auto, está en el garaje, podrás verlo después de saludar a papá —Ví las llaves sorprendida, ¡Era verdad!
Gato feo jamás me mentía, eso seguía ahí.
Caminamos hacia la entrada de la gran casa, me tenía algo desconsertada lo linda y espaciosa que se veía por fuera. Mi hermano tomó mi mano y abrió la puerta con tan sólo bajar la manija, la misma nos dejó ver el interior; se sentía cálido como si nunca me hubiese ido de mi casa, paredes color crema, muebles de cuero negro, alfombras blancas y pisos de madera natural. Estaba maravillada con los cuadros, era fanática del arte, esa podría ser una forma muy inteligente de impresionarme. Y luego sentí una vista fija en mí.
—¿Te gusta, mi pequeña? —Su voz gruesa, tal y como lo recordaba.
Papá...
Solté la mano de YoonGi y caminé hacia él algo temerosa, estaba recostado de un marco de alguna puerta, supongo que conduce a la cocina o a un posible pasillo al armario, en donde puedo ingresar para ir directo a Narnia... Okay, tal vez eso no pase en la vida real, pero sería genial.
Debes madurar, cuando hacías otro tipo de cosas eras bien madura.
—Hola, papá —Dije con un poco de indiferencia al estar en frente de él, casi a un metro. Aún lo culpaba por haberme separado de mi hermano.
—¿Cómo estás, mi princesa? —Se paró de aquel marco y caminó hacia mí.
Sentí sus brazos rodearme y besó mi frente en ese mismo instante con mucha delicadeza.
—Bien —Cerré los ojos disfrutando de aquel contacto.
Yo también te extrañé.
—¿Tienes hambre? —Se alejó de mí, supongo que no quería incomodarme, pero aún tenía sus manos en mis hombros y me veía directo a los ojos.
—No, gracias, quisiera conocer mi habitación —Pedí y él asintió haciéndole unas señas a mi hermano que para mi suerte las había entendido de inmediato, le estaba pidiendo que me llevara a mi ahora nueva habitación.
—Vamos, Jules —Sentí su mano en mi espalda baja y me guió pasando por debajo del marco de aquella puerta, en donde estaba mi padre recostado.
Nos llevó a un espacio más abierto en donde estaba el comedor, era grande con una mesa de cristal y unas sillas negras con asientos de color blanco, la cocina era espaciosa y con gabinetes de madera blanca, decorada con algunos cuadros abstractos, eran muy modernos y luego divisé las escaleras que nos llevaron al segundo piso. Pasamos una, dos y en la tercera puerta mi hermano se detuvo, abriéndola con tan sólo girar la perilla, lo que ví me hizo nublar mi vista y querer temblar.
—Es una... réplica... Casi exacta —No tenía palabras, esa habitación sin dudas era la mía, la misma que tenía en Estados Unidos.
—Papá se encargó de hacerla igual, sólo para que te sintieras cómoda y en tu casa —Un dolor punzante se hizo presente en mi pecho, quería correr y abrazarlo, decirle todo el tiempo que lo había extrañado, pero no podía, aún no.
Necesito tiempo para sanar.
—¿Sólo por mí? —Sonreí inconscientemente y YoonGi asintió— No se fuera esforzado tanto —Sugerí e ingresé a paso rápido, quería detallarla mejor.
—Quiere volver a agradarte —Pasó a mi habitación y se sentó en mi cama, mientras yo la detallaba con cada paso que daba.
Paredes de color morado, muebles blancos (mesitas de noche y un cajonero) justo como eran los míos junto a la cama, un armario con puertas blancas justo en el fondo, dos puertas en cada extremo de la pared, alfombras de colores y un pantalla plana justo en frente de la cama en medio de las puertas de los armarios, simplemente era perfecta, sólo faltaban los retratos de mi familia en las paredes, habían replicas de mis cuadros abstractos favoritos (Podría perderme en ellos por horas) y sería exactamente idéntica.
—Sabes que eso no pasará de la noche a la mañana, gato feo, necesito tiempo —Él asintió y fijó su vista en mí, en cómo miraba cada una de las cosas de mi habitación.
—En el primer cajón. —Señaló el cajonero— Está tu uniforme —Lo miré algo confundida por sus palabras.
—¿Uniforme? —Reí— Hermano, estamos en la universidad, no en el colegio —Él negó divertido y afirmó.
—En ésta universidad si tendrás que usar un uniforme, si es que quieres estudiar en ella —No tenía de otra.
—¿Es lindo? —Pregunté acercándome a él para sentarme a su lado.
—Si te gusta el azul marino y el beige, te encantará. —Uy, no, esos colores no. Negué una y otra vez— No hay otra universidad que te pueda recibir, pero lo bueno es que nos veremos todo el tiempo, también estudio allí —Mis ojos se iluminaron, ví a mi ángel de la guarda volver a mí.
—¡Genial! —Lo abracé y él por primera vez en años se dejó abrazar sin propósito alguno, sólo quería hacerlo.
—Jules, creo que es suficiente —Dijo tragando saliva y aclarando su garganta.
—Sí, tienes razón —Me separé de él y me dejé caer en la cama, hoy dormiría como todo un bebé.
[☪]
Desperté gracias a unos golpes en la puerta. Luego de comer el día anterior, caí rendida en la gran cama; era tan cómoda y se sentía tan mía, como si siempre hubiese dormido allí.
—Debes levantarte, dormilona —Mi hermano asomó su cabeza por la puerta, mientras me sentaba en la cama.
¡Que sueño tengo!
—No quiero ir, tengo mucho sueño. Además, me van a rechazar, no soy cien porciento coreana como tú —Tomé la sábana y tapé mi rostro, había sentido pisadas que ingresaron en la habitación.
—Es lindo tú puchero, pero debes afrontar la realidad e ir a tu primer día. —Sentí un suave agarre en la sábana que me tapaba, quitándola con sumo cuidado de mi cabeza— ¿Esconderías tu cabeza bajo la tierra como los avestruces, sólo por unos simples pensamientos negativos o palabras estúpidas de personas ineptas? —Negué— ¿Entonces?, Levántate de esa cama y ponte muy hermosa, aunque ya lo eres. —Se acercó a mi cama y se sentó a mi lado, acariciando mi mejilla— Vales mucho, Jules. No necesitas encajar para saberlo, yo estaré ahí cuidándote todo el tiempo, jamás lo dudes —Sonrió al igual que yo.
A veces era tan lindo y cursi.
—¿Qué hice para tener a un hermano como tú?, No sabes cuánta falta me has hecho —Sonrió inconscientemente.
—Pero ya estoy aquí. —Sonrió y señaló un espejo, no me había dado cuenta hasta ahora que existía— Ahí está tu baño, apúrate, hoy pienso llevarte —Asentí sorprendida, mientras veía como se perdía por la puerta de mi habitación.
¿YoonGi estaba en ropa interior?
Me levanté, estirandome en el proceso de caminar desde mi cama hasta el baño, ví una manija escondida detrás del espejo y la bajé, para mi sorpresa esta se abrió dejándome ver un hermoso baño moderno, muy diferente al que tenía en casa. Me despojé de mi ropa, desamarré mi cabello largo castaño claro e ingresé en la ducha; era hermosa y muy amplia, abrí el agua caliente y luego la fría dejando que el agua viajara desde mi cabeza hasta las puntas de mis pies.
Estaba deliciosa.
Enjaboné mi cuerpo y lavé mi cabello apresuradamente, YoonGi de seguro debe de estar esperandome, apuesto lo que quieran a que se me hacía tarde. Salí sin secarme de la ducha en busca de la toalla. Al abrir todas y cada una de las gavetas que habían en el baño, no hallé ninguna toalla, sólo productos, toallas sanitarias y algunas cajas de pañuelos, luego de enfocar la vista en un toallero me dí cuenta de que siempre estuvo allí guindada y maldije por lo bajo.
¿Por qué soy tan despistada?
Me apresuré a buscar en las maletas (que había subido mi hermano por mí) la ropa interior, cosas personales y un cepillo de dientes. Me comencé a poner la ropa interior y corrí con el cepillo en la mano para cepillarme rápidamente, corría de nuevo en busca de la toalla para envolver mi cabello largo, así quitaría el exceso de agua de el.
Saqué la ropa de la cajonera y me puse la camisa, era manga larga de color blanca, un saco color azul marino con la insignia de la universidad con un lindo bordado y una corbata con varios colores (En el fondo beige y con líneas diagonales de color rojo junto con amarillo) ¡Odio estos colores! Luego saqué la falda color beige con líneas rectas de color azul a cada lado de mis piernas e intenté ponérmela, maldije y cerré mis ojos esperando que fuera un mal sueño, pero no era así.
GRACIAS POR LEER❤️
CORREGIDO: 04/09/2020.
EDITADO: 18/01/2021.
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