M. Jules Hee;

     Era viernes y MinSeok no había aparecido desde hace una semana exactamente, ¿Jung Kook le habrá echo algo?, Preguntas invaden mi cabeza y no sé cómo deshacerme de ellas, es bastante molesto. Ignorando ese pequeño detalle, me estaba arreglando en mi habitación, me veía fijamente en el espejo nada conforme con lo que veía.

     ¿Por qué no podía ser delgada como todas las demás coreanas?, Todo me queda muy corto, los pantalones me aprietan el trasero casi ni los deja ser, los vestidos parecieran que se fueran a explotar gracias a mi busto, pero compré uno por la insistencia de Hyerin, ya que ella quería sorprender, vayan ustedes a saber quien porque no me contó y no me quedó más remedio que hacerle caso, según ella me quedaba precioso, ¡Pero fue un gasto innecesario de dinero!

     —¿Estás segura de querer meterte en la boca del lobo? —La voz de YoonGi se hizo presente en la habitación de repente— Aún estás a tiempo de abandonar la invitación e inventar que estás enferma o algo irrevocable.

     —¡Vas a matarme un día de estos! —Lo miré a través del espejo— No soy cobarde, me invitó e iré —Saqué la parte de arriba del vestido para ponerme una blusa tipo princesa blanca, dándole la espalda—  y si no te molesta, me quiero vestir —Vi decepción en su rostro y se esfumó por donde había ingresado.

     Bufé y busqué una mini falda negra pegada a mis piernas, unos tacones negros de aguja y algunos accesorios para complementar mi vestimenta. Maquillé un poco mi rostro, resaltando mis ojos azulados verdes y afine más mi nariz, no era una experta, pero sabía lo básico al maquillarme. Tomé una mochila en donde tenía algo de ropa, productos personales, ropa interior de encaje y mi pijama de flores con fondo azul marino.

     Bajé al primer piso y sentí tres pares de ojos viéndome, YoonGi tenía la boca abierta, mi papá estaba asombrado y a mi pequeño hermano se le caía la baba de su pequeña boquita.

     —¿Seguros qué los puedo dejar solos con Jun? —Pregunté alzando una ceja.

     —¿A dónde era que ibas, hija? —Preguntó nuevamente mi padre, era como la quinta vez que lo preguntaba a lo largo de la semana.

     —A una cena con la familia de una de mis amigas, también me invitó a quedarme —Sonreí con la cara más tierna que pude formar.

     —Va a la casa de los Jeon —Aclaró mi hermano, siempre tan bello. Mi papá abrió los ojos como platos, sin soltar a Jun que estaba en sus brazos, estaba pálido y comenzaba a preocuparme.

     —¿D-de los J-Jeon? —Hizo una pausa asimilando aquella información— ¡¿Te volviste loca?! —Aquí viene el drama, gracias por nada, YoonGi.

     —No tengo tiempo para darte explicaciones, papá, por lo menos no hoy, mañana pregúntame lo que quieras —Escuché un claxon y sabía quien era.

     Me acerqué a ellos resonando los tacones en el piso de madera, besé la frente de mi hermano, la de mi papá y luego la de Jun.

     —Te portas bien, pequeño —Dije tomando una de sus manitas.

     —Y tú ten mucho cuidado, esa familia es muy poderosa —Asentí dándole otro beso en la frente a mi padre y caminé hacia la puerta, dispuesta a enfrentar todo.

     Salí de la casa con el bolso y caminé al hermoso Audi r8 que tenía en frente, abrí la puerta trasera y dejé el bolso allí, luego a la velocidad que me dejaban los tacones subí al asiento del copiloto.

     —¡Estás de infarto! —Exageró con sus palabras— Sinceramente vienes a matar —Ella también lo estaba, un vestido negro pegado a su cuerpo, resaltando su figura y más con esas lentejuelas.

     —A cortar un par de cabezas —Le seguí el juego, de todas formas Jung Kook no estaría en su casa.

     Esperen, ¿Por qué aún vive con sus padres?, Preguntas que no me interesan con simples respuestas.

     —Mis padres estarán encantados de conocerte —Estaba nerviosa, ¿Para qué negarlo?

[☪]

     —¡Bienvenida a mi casa! —Entró en un gran garaje, mínimo entraban como diez autos más.

     —¿A-aquí c-crecieron? —Genial, casi no podía hablar, estaba impresionada, por algo Jung Kook es el líder.

     —Sí —Contestó con cierto orgullo— Aunque todavía yo vivo aquí con mi hermanito menor, Jung Hyung, el único que dejó el nido fue Jung Kook.

     —¿De verdad?, Porque escuché que aun se quedaba aquí —Abrí la puerta del auto y bajé para buscar mi bolso.

     —A veces viene como para salir de la rutina, como ya te he dicho él no quiere casarse con ella, sólo finge porque debe casarse o deberá entregarle el mando a alguien más que no sea un Jeon —¿Por qué todo es tan complicado?, La gente por dinero hace lo que los otros digan, sólo por poder y posesión de bienes.

     “No olvides que tu también hiciste lo mismo por dinero” —Recordó mi consiencia.

     No es lo mismo, no estoy de humor como para discutir contigo —Le respondí mentalmente.

     Caminamos por un hermoso camino de losas grisáceas que nos llevaban a la gran mansión, si, el garaje estaba algo lejos de la casa; a los lados estaba un hermoso jardín, el césped estaba de un verde brillante, ¡Estoy anonadada! Jamás pensé que la familia de Jung Kook tuviera tanta clase y si tienen cuadros originales de los pintores que me gustan, juro que me desmayo ahí mismo.

     Al entrar a la casa, pisos de madera y paredes blancas adornaban la casa; visualicé unos grandes retratos que sin siquiera enfocar bien mi vista, pude reconocer a las personas que estaban en ellos.

     —Sook, mi niña hermosa —Gritó una señora de alta clase que estaba de espaldas a nosotros, pero al escuchar nuestros pasos y la puerta cerrarse, se giró de inmediato— ¿Por qué tardaron tanto? —Preguntó abrazándola.

     —Porque vive algo lejos, mamá, pero estamos bien —La señora Jeon era muy hermosa, pero tenía una mirada muy intimidante.

     Era más baja que yo, pero desprendía elegancia por donde vaya, traía un vestido suelto color azul marino y unos tacones dorados con joyería, el cabello recogido y ni hablar de su maquillaje. Simplemente hermosa.

     —Podías avisarme, —Sonrió— tu debes ser Jules Hee —Asentí e hice una reverencia.

     —Es un placer, señora Jeon —Rió y Sook igual, ¿Qué había dicho mal?

    —Ay, niña, el placer se da en la cama, pero estoy contenta de conocerte —¡Que vergüenza!, Llegando y ya me dieron ganas de irme.

     ¡Mayday, Mayday!

    “Ahora te aguantas, tu querías venir y jamás te acobardas por nada ni por nadie” —Mi conciencia por fin decía algo útil.

     Me paré derecha, no iba a sentirme menos. —Bertha está preparando la cena, pónganse cómodas —Hizo una pausa haciéndole señas a un señor— Alfred te mostrará tu habitación, querida. Si no les molesta, me retiro, debo estar al pendiente de unas cosas de la empresa y como va la cena —Sonrió y le dió un beso en la frente a su hija, fue un tierno momento.

     —Ve con Alfred y termina de arreglarte o usa el baño si lo necesitas, iré en unos minutos a buscarte —Asentí a las palabras de Sook.

     —Nos vemos en unos minutos —Dije y el señor que tenía mi bolso me hizo unas señas para que lo siguiera.

     Seguí al tal Alfred, subimos unas grandes escaleras de caracol hasta el segundo piso, en donde habían muchas puertas y una linda sala de estar al fondo. Sonreí y seguí mi camino detrás de Alfred, me asignó una habitación que no estaba tan lejos de las escaleras, abrió la puerta y observé su interior, las paredes eran blancas y los suelos de madera como los que estaban en el piso inferior. Adornada con cuadros con marcos dorados, alfombras blancas y una gran cama, también con sábanas blancas, ¡A esta familia le encanta el blanco!

     —Muchas gracias, Alfred —Hizo una reverencia y yo otra. Dejó mi bolso encima de la cama, mientras yo miraba descaradamente cada parte de la habitación.

     —De nada —Le sonreí y él estaba dispuesto salir por aquella puerta, pero algo lo detuvo, lo supe cuando se giró repentinamente— No puedes confiar en nadie y mucho menos en la señora Jeon, siempre debes verle las dos caras a la moneda —Sus palabras me dejaron helada ¿Por qué lo diría?

     —¿Por qué no debo confiar en nadie?, Yo tampoco debería confiar en sus palabras, ¿No lo cree? —El señor me miraba serio.

     —Me tienen amenazado, pero tú eres joven y podrás alejarte de esta familia, porque es...

     Un sonido proveniente de la garganta de alguien se hizo presente en la habitación, busqué con mi vista y ahí estaba Jung Kook, mirándonos de forma extraña, ¡¿Qué hacía él aquí?!

     —Alfred, Bertha te necesita en la cocina —Alfred asintió y se dió la vuelta para salir por aquella puerta.

     En la habitación lo único que habitaba era el gran silencio. No sabía cómo mirar a Jung Kook por las palabras de Alfred y mucho menos como miraría a su familia después de eso, jamás imaginé que me dirían algo así, tampoco creo que una niña tan dulce como lo es Sook sea una mala persona.

     —¿Te gusta tu habitación? —Preguntó Jung Kook acercándose a mí con su característica sonrisa.

     —¿Qué haces tú aquí?, Sólo vine a la cena porque no ibas a estar aquí presente, pero si ese es el caso me retiro —Hice una reverencia y al ponerme derecha, una sonrisa adornaba sus labios.

     —¿Acaso te pongo nerviosa? —Hizo una pausa— Ya sé, eres una cobarde —Dijo acercándose a mí, poco a poco. Su cercanía comenzaba a incomodarme, como siempre.

     Después de ese día que me tomó desprevenida no he tenido ganas de verlo, me hierve la sangre tenerlo en frente y no poder golpearlo.

     —No, pero tu cercanía me incomoda, Jeon —Estaba parado en frente de mí, casi rozando nuestros cuerpos.

     —En un rato comeremos, te avisaré — Sonrió y como si leyera mi mente, salió por aquella puerta con cierta rapidez, cerrándola después de salir.

     —¿Qué demonios? —Dije en voz baja— Es un bipolar.

Si pudieran compartir, votar y comentar se los agradecería de corazón, así muchas más personas podrían leer ésta historia que escribo con mucho amor.

GRACIAS POR LEER💕

CORREGIDO: 15/05/2020.