M. Jules Hee;

Desperté por la mañana algo molesta, irritada, quizás no son las palabras que utilizaría normalmente, pero mi papá me ha avisado de último momento que no puede quedarse en casa, que me tengo que quedar con Jun, pero no puedo perderme una de las clase, a penas era mi segunda semana de asistir a ellas y se vería de mal gusto si faltara, así que decidí llevarlo conmigo a la universidad.

Lo bañé, vestí e incluso le dí de comer, arreglé la pañalera, metí algún cuento que amaba leerle aunque él no entendiera nada de lo que le leía, ropa limpia, lo más obvio que eran los pañales, su leche y uno que otro juguete, no quería que le faltara algo o estuviera irritado todo el día.

-Dios, pensando en irritado -Dije en voz alta subiendo las escaleras a gran velocidad, estaba buscando su crema, esa que se le pone para que no se le irrite la piel con el pañal. Busqué por todos lados hasta que la encontré- ¡Bingo! -Dije con cierta emoción y bajé con la misma intensidad con la que subí.

Me acerqué al pequeño que estaba sentado en la silla para bebés, lo cargué en mis brazos, tomé la pañalera y mi bolso, junto con las llaves del auto, las de la casa y mi celular, estábamos listos para irnos. Salí de casa cerrando con seguro, también hice lo mismo, pero al contrario y con el auto, abrí la puerta de los asientos traseros, senté a Jun en su silla para bebés, metí las cosas y luego a la velocidad de la electricidad subí al puesto del piloto, mirando mi reloj de muñeca verifique que me quedarán algunos quince minutos para no llegar tarde a la primera clase.

Aceleré sin romper ninguna regla de tránsito, calculaba que en cinco minutos y a sesenta kilómetros por hora estaría en menos de lo que canta un gallo, sonreí inconscientemente, porque para mí suerte fue asi, busqué con la vista un puesto libre, todos estaban muy alejados de la entrada, pero para mí sorpresa una justo adelante estaba vacío, sin pensarlo estacioné allí.

Bajé rápido, abrí la puerta de los asientos traseros y sentí unas manos en mi cintura, un cuerpo duro y aún sin verlo, puedo asegurar que estaba muy marcado y que era muy sexy, sentí un beso en mi mejilla haciéndome sonreír.

Un embriagador olor a anís estrellado se hizo presente en mis fosas nasales.

-¿Cómo está la mujer más bella de este planeta? -Susurró en mi oído.

-Estoy muy bien, ¿Y usted? -Respondí del mismo modo, deslizando el cinturón que tenía Jun, para poder sacarlo de la silla.

-Muy bien... ¡Wow, wow! -Dijo sorprendido- No sabía que tenías un hijo, pero no importa, aún así quiero que seas mi novia y podríamos cui... -Lo interrumpí al mismo tiempo que retrocedía un poco, tenía que tomar la pañalera.

-Es mi hermanito, MinSeok, ¿Por favor, podrías sacar mi bolso del asiento delantero? -Pedí tomando todo lo de Jun.

-Claro, princesa -Sentí su cuerpo separarse del mío.

Tomé a Jun mejor en mis brazos, al igual que acomodaba la pañalera cerrando la puerta del auto, MinSeok imitó mi acción cuando ya tenía mi bolso sobre su hombro.

-¿Te ayudo con el pequeño mounstro? -Sonreí por como le había dicho a mi hermanito y sin pena asentí- ¿Ves?, Serás una buena mamá, mi amor -Besó mi mejilla y tomó a Jun de mis brazos.

-Gracias, amor -Tomé su mano que tenía libre, dispuestos a entrar a la universidad.

A la semana de conocer a MinSeok, me pidió salir en plan amigos y acepté gustosa, pero una cosa llevó a la otra y no lo digo de manera sexual sólo que, me confesó que era lo más lindo que había visto en su vida, además de que no sólo quería ser mi amigo y pensándolo bien no era una idea descabellada, me sentía protegida al lado de él que, es lo que la mayoría de mujeres buscamos al momento de elegir una pareja, claro, también es por otras cosas.

[☪]

El resto del día, Taehyung y Hara me ayudaron con Jun cada vez que ingresabamos a una clase distinta, como estudiamos la misma carrera nos correspondían las mismas clases. Al salir a la hora de almorzar, Taehyung llevaba al pequeño en brazos y Hara la pañalera, no pensé que en menos de unas horas pudieran encariñarse con un niño tan tranquilo... Dios, Jun era un pancito bendito, no molestó en ninguna de las clases e incluso me dejó prestar atención y apuntar en todas.

-Lo veo y no lo creo -Dijo Sook con los ojos bien abiertos, me acerqué a ella y le dí un beso en la mejilla, lo mismo pasó con Hyerin- ¿Es tu hijo? -Negué divertida.

-Es su hermanito, Jun -Dijo Taehyung sentándose a mí lado y Hara a su lado.

-Es tan precioso -Hyerin extendió su mano para tomar las del pequeño- Hola, cuando crezcas, podrás ser mi novio -Dijo en todo tierno y bajito.

Toda una ternura.

-Jules -Me llamó señalando a mi rostro- Tus ojos, ¿Son lentillas? -Sook se veía anonadada por el color de mis ojos y negué.

-Estuve tan ocupada que olvidé ponerme las lentillas café -Dije intentando no forzar una sonrisa.

-¿Por qué?, Es decir, ¡Por Dios, son hermosos! -Opinó Hyerin.

-Si se van a poner como Hara y Taehyung las voy a ignorar -Dije sacando la fórmula de Jun para preparársela, debe de tener hambre.

-¿Entonces, tu cabello natural es amarillo? -Preguntó Hara, mientras traían nuestra comida, era extraño, era a la única mesa a la que nos traían la comida, pero en cierta forma te terminas acostumbrando.

-No, es castaño claro, pero me gusta pintarlo cada cierto tiempo -Metí un pedazo de carne a mi boca, mientras le pedía a Taehyung que me pasara a Jun, hizo un puchero antes de dármelo.

Lo acomodé entre mis brazos y le dí su tetero, el succionaba del mismo haciendo un sonido meramente gracioso. Todos lo miraban con ternura, era tan lindo de mirar y admirar, tan delicado, tan tierno, tan indefenso.

-Mierda -Susurró Sook- Ahí viene mi hermano y creo que está molesto contigo -Dijo cerrando los ojos, ¿Cómo podía saber que su hermano se aproximaba?, ¿Acaso tiene algún súper poder?

-¿Cómo lo... -Iba a preguntar pero el olor a chocolate con mente inundó mis fosas nasales.

-Jules, a mi oficina y trae al pequeño contigo -Dijo Jeon fuerte y claro.

-¿Por qué con el pequeño?, ¿Qué le harás? -Preguntó Sook poniéndose de pie, enfrentando a su propio hermano.

-Cállate, Sook, ni se te ocurra enfrentarme, ya sabes cuáles son las consecuencias y no por ser mi hermana puedes incumplirlas -Ella se sentó nuevamente y me miró apenada.

Cogí la pañalera por cualquier cosa que pudiera Jun necesitar en aquella pequeña "reunión". Caminé detrás de él, estaba rojo hasta sus orejas, eso me deja en claro que estaba enojado, pero ¿Por qué?, Abrió la puerta de su oficina y me dejó entrar primero, por lo menos era caballeroso, luego cerró la puerta detrás de él, haciendo un estruendoso ruido, lo cual miré con el entrecejo fruncido porque Jun comenzó a llorar, el sonido tan fuerte lo había asustado.

-Tranquilo, Jun -Lo mesí un poco en mis brazos, mientras con una mano libre busqué un juguete en la pañalera para calmarlo.

El señor Tony el oso de peluche viene al rescate.

Jun lo vió y cesó su llanto tan rápido como mis ganas de degollar a Jeon, cerré los ojos y suspiré con delicadeza.

-Te odio, ¿Por qué lo has hecho? -Dije y él sólo me veía analizando cada uno de mis movimientos.

-¿Por qué has traído a tu hijo a la institución?, Está prohibido traer a un bebé -Se cruzó de brazos, esperando mi grata respuesta.

-¿Tanto te duele que sea mi hijo? -Reí- Tranquilo, con tu futura esposa podrás tener los tuyos -Le guiñé el ojo y él se descruzó de brazos, se acercaba a mi, intentando intimidarme.

-¿Con quién piensas tú que hablas?, Ni se te ocurra volver a meter a mi futura esposa, Jules o simplemente abstente a las consecuencias -Me alejé de él, su olor a menta con chocolate era demasiado para mí.

-Aléjate, tu perfume me asquea.

-¿Sabes? -Alcé una ceja- Ese cuento que le lees al niño no es el más adecuado, el final sigue siendo igual el lobo es el malo y se come a Caperucita roja, ¿Qué le estás enseñando? -Me miró burlón.

Me acerqué a él, lo suficientemente como para que nuestras respiraciones se mezclaran, sin aplastar a Jun entre nuestros cuerpos y sólo solté:

-El lobo siempre será malo si sólo escuchamos a Caperucita, que tenga un buen día, señor Jeon -Sonreí victoriosa y le dí la espalda para salir por aquella puerta, juro que iba a morir.

No saben lo agradecida que estoy con ustedes por leer mi historia, tengo muchos sentimientos encontrados y no tengan miedo de comentar algo que no entiendan o algo que está mal, erróneo o no tenga el más mínimo sentido, no me voy a molestar por eso❤️

NOS VEMOS MÁS TARDE💕

GRACIAS POR LEER💕

CORREGIDO: 12/05/2020.