Abrumada, llevé mis manos a mi ahora largo cabello y bufé.
Mi madre me había echando encima toda la culpa de un supuesto número mal colocado que le provocó unas supuestas enormes pérdidas y me había avisado por teléfono (más bien gritado) que estaba yendo hacia mi oficina para aclarar todo.
Pero bien sabía yo que era sólo para gritarme lo "inútil" que era.
Estaba como loca buscando el error que supuestamente yo había cometido pero no encontrarlo me frustraba, más cuando sabía que eran demasiados papeles los que procesaba diariamente y mi madre no había aclarado exactamente en cuál me había equivocado.
No pasó ni media hora cuando ella entró por la puerta de mi cubículo (para su suerte cubierto de cortinas que impedían la vista de los de afuera) y luego de cerrar la puerta, caminó con rápidos y entaconados hasta mí y me jaló del brazo para colocarme de pie con brusquedad.
-¡Estoy harta de tus estupideces!¡Primero me sales rebelde!¡Luego te comprometes y el novio desaparece por casi dos años!
-¡Ya te dije que JungKook tuvo que volver a Corea por probelmas familiares graves!
Ajá, sí. Esa fue la justificación que tuve que darle a mi familia, sobre todo a mi madre, cuando empezaron a preguntarme por la boda.
Pero...
-¡Eso a mí no me importa!¡Debiste explicarle bien a ese muchachito que los compromisos en esta familia se respetan!
Ya sabía yo que ese compromiso iba a ser un dolor de cabeza por mucho que me hubiese salvado en determinado momento.
-¡Maldita inhumana!-seh. Exploté-¡Eso es lo que eres!¡Una maldita inhumana!¡Egoísta!¡No ves más nada que no sean tus intereses!
-¡Pero sigo siendo tu madre!
-¡Y una mierda!¡Que me hayas parido no significa que seas mi madre!-su rostro enrojecido por la rabia parecía a punto de explotar-¡Viniste aquí a reclamarme por un error que no cometí!¿¡Pero sabes qué!?¡Me alegro muchísimo que hayas sufrido semejante pérdida se capital!
-¡Cierra esa boca, muchachita!
Me tomó del saco que tenía puesto (bajo el cual no tenía nada pues así era el conjunto) y me sacudió, mas, cuando pretendía darme una bofetada, paró en seco y soltó un molesto chillido, llevándose las manos a la boca.
Al principio no entendí el por qué de su reacción, pero entonces bajé mi vista a mi saco.
Estando la tela toda descolocada y no usando sujetadores, mi tatuaje había quedado a su vista.
Rodé los ojos y bufé en lo que volvía a colocarme correctamente la ropa.
Mi madre tragó saliva e hizo ejercicios de respiración. Yo simplemente me crucé de brazos y me recosté al buró con una media sonrisa.
Esto se va a poner bueno.
-Ahora mismo tomarás tus cosas y saldrás de esta empresa para más nunca volver. Olvídate de la herencia familiar y del apellido Yeh. Desde hoy dejas de ser Yeh ShuHua. En mi familia no se aceptan mafiosos y suficiente he tenido ya con tus actos rebeldes. Deja que tu padre se entere de esta barbaridad.
-Perfecto-tan sonriente como desde un incio, tomé mi cartera y procedí a salir de la oficina, no sin antes dedicarle unas palabras a mi madre desde la puerta-. Nos vemos en el Infierno, YiZeng. Que tengas buenos días.
Y así, caminando con chulería bajo la atenta mirada de todos los trabajadores (los cuales ya suponía habían escuchado los gritos), fui saliendo de la empresa mientras le marcaba a mis amigas en una llamada grupal.
Contestaron al mismo tiempo, así que ese día estaba de suerte.
-Reunión en mi departamento en quince minutos. Lucy Parker es libre finalmente y eso hay que celebrarlo.
»»»
-No debiste gritarle, Lucy. Es tu madre...
-Papá...por favor, deja de actuar.
Del otro lado de la línea se escucharon sus risas.
-Vale, ya. Sabemos que se merecía un susto así, y que igual lo del tatuaje es una exageración. Pero ahora ¿no le aclaraste ya de paso que lo tuyo y de ese chico fue falso?
Suspiré de tan sólo escuchar dicha situación.
Mentiría si dijera que no me provocaba un ligero mal sabor de boca.
-No todo fue falso, papá.
-Cierto ¿Y cómo estás con eso? Hace mucho que no te oigo decirme cuántos chicos pasan por tu cama y eso me deja en duda.
Mordí mi labio y me recosté contra la pared de mi cuarto. Desde donde estaba podía oír a mis amigas reírse en la sala.
-Lo extraño, papá. Fue como TzuYu y LuHan...sólo que ellos no se separaron nunca y JungKook y yo fuimos más...racionales, desde nuestro punto de vista. He tenido muchas citas y han habido muchos chicos que se me han hecho atractivos pero...no conectamos tanto como lo hicimos él y yo. Hay algo que falta...algo que él tiene de sobra.
-¡Ay!¡Ay!¡Ay!¡Qué lindo, por Dios!¡Leiah!-llamó a su esposa, y ya su reacción me parecía rara. Hasta estaba pensando a qué hospital psiquiátrico mandarlo-¡Mi hija está enamorada!¡Mi pequeña bebé está creciendo!
Sus lloriqueos en pleno ataque de viejo no jubilado provocaron el rodar de mis ojos.
Pero igual no dejaba de admitir que tenía razón.
Enamorada hasta los huesos estaba, como bien afirmó mi prima.
-¿¡Y qué esperas, niña!?-ahora era Leiah quien estaba al teléfono. Ella no había podido tener hijos y por ende me había adoptado a mí, así que literalmente le tengo más cariño y confianza que a mi propia madre-¡Ve a por tu hombre!¡Manipula un poco la suerte, que no todo cae del cielo y tal vez cuando caiga sea demasiado tarde!¡Ya no hay más nada que pensar!
Pues sí, pese a sus chillidos de emoción, debía admitir que tenía razón.
-Bueno, vale. Veré qué hago. Pero por ahora los dejo que tengo a mis amigas esperando por mí.
-¡Adios, hija!¡Buena suerte!-chillaron al unísono y colgué la llamada.
Reí para mis adentros.
Definitivamente mi padre ha encontrado a su compañera de vida. Alguien con quien de verdad encaja, y lo mismo con Leiah.
Yo quería algo como eso.
Y lo iba a buscar.
Llegando a la sala junto a mis amigas, me senté a un lado de YuQi en la alfombra y con las piernas bajo la mesita de centro. Ann estaba buscando más cervezas en la nevera.
Íbamos ya por el segundo de tres brindis que solemos dar para celebrar cuando mi padre llamó porque mi madre lo había llamado para decirle que su hija estaba metida en la mafia y que me acogiera si quería pero que ella no quería ni pronunciar mi nombre.
En fin. Cosas de mi madre.
-¿Qué tal todo con tu padre?-preguntó mi morena amiga, extendiéndonos una cerveza a YuQi y a mí luego de tonar asiento a mi lado, dejandome en el centro.
-Bien. Como siempre. Burlándonos de mi madre y-otra vez suspiré-...hablamos de JungKook.
-Ohhh. El chico que te trae loca y te ha mantenido en abstinencia casi dos años y cuyo rostro aún no conocemos porque te ha dado un ataque de egoísmo cuando se trata de él.
Reí y rodé los ojos ante el tono burlón de YuQi. Entonces saqué mi celular y busqué sus fotos en la galería.
Sep. Había cambiado mi fondo de pantalla, pero sus fotos y las que teníamos juntos no las había borrado.
En cuanto mostré la foto que nos habíamos tomado frente al espejo tras salir de la ducha aquella mañana (foto que él mismo tomó con su celular y luego la pasó al mío vía Bluetooth), mis amigas soltaron un chillido común.
La barbilla de JungKook estaba apoyada en mi hombro y como me estaba haciendo cosquillas, la foto quedó como una primera plana de nuestros rostros sonrientes.
-¡Por todos los dioses, Lucy!-el grito de Ann casi me deja sorda-¡Saca mi computadora, YuQi! Me dijiste que es tatuador ¿no?-algo aturdida, asentí ante su pregunta-¡Perfecto! YuQi, saca mi laptop que está en mi bolso a tu lado. Vamos a buscar sitios para tatuajes por la ciudad ¡Nos vamos a hacer tatuajes a juego!¡No vamos a dejar que Lucy deje escapar a ese chico lindo!
-¡Oye, sí!¡Es una buena idea!
Listo. Dos más se suman a la lista de pacientes del hospital psiquiátrico.
-Chicas, pero yo no sé su dirección, ni el nombre del lugar. Incluso me dijo que lo iba a cambiar pero...
-¡Shhh!-me calló YuQi, colocando su mano en mi boca mientras con la otra tecleaba-. Ya estoy buscando sitios para tatuajes dentro de la ciudad que hayan cambiado su nombre recientemente.
-Pero eso no es seguro. Quizás se arrepintió de la idea.
-¡Que cierres la boca, mujer!-rió Ann-. A ver-otra vez se dirigió a mí-. Tú que lo conoces, nos vas a ir diciendo qué estudio de tatuajes crees que sea el suyo. Digo, siendo un artista de la tinta debe tener un estudio que refleje parte de su personalidad en el interior y exterior.
De repente en mi pecho se instaló una gran emoción y una sonrisa tironeó de mis labios.
Tenía esperanzas de encontrarlo.
Estuvimos casi media hora hasta que un sitio en particular me llamó la atención.
-Ese, YuQi. Abre ese a ver.
Serendipity Tattoo Studio.
Se mostraron varios modelos de lo que el artista, que además era el dueño del lugar, hacía. Trazos gruesos y finos, torpes y delicados. Sin dudas la mano que los hacía tenía talento. Viendo los precios y el horario del lugar, luego pasamos a la foto del local y mi estómago dió un vuelco.
Sentía que era ese. Que ese estudio con posters de superhéroes y cantantes y bandas, con sillones de cuero y cristales transparentes, ubicado casi del otro lado de la ciudad...era el indicado.
-Es ese...les juro que algo me dice que es ese.
-Bien-asintió YuQi-. A este le escribiremos.
Sólo bastaron un par de minutos de plática para que se coordinara todo y...
-¡Listo!-canturreó YuQi y alzó su botella, acción que Ann y yo imitamos-¡Un brindis porque mañana vamos a hacernos los más hermosos tatuajes a juegos y además, hay una gran probabilidad de que nos encontremos con el guapo chico de Lu!
-¡Salud!
Sin embargo, casi que de inmediato luego de dar el primer trago, nos vimos las tres envueltas en un par de tos y risas.
-¡Carajo!¡Estaban calientes!
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