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El navío quedó lejos, casi al otro lado de las boyas que delimitaban el lugar.

-¡Debemos volver por él!- Yoongi exclamó histérico, corriendo a tomar el timón.

-No podemos, las olas están aumentando- Namjoon trataba de razonar con Yoongi.

-¡No me importa! ¡No voy a abandonarlo!- las lágrimas de Yoongi salían sin control.

-Nos volcaríamos, él hizo esto justamente para que el dragón de agua no nos haga naufragar. ¡Él se sacrificó por nosotros y el pueblo! ¡Para que tengamos comida!- Jimin estalló furioso, las lágrimas también corrían por sus mejillas.

-¡No es justo! ¡No le pedimos que lo hiciera!- Yoongi golpeó el timón, Namjoon se acercó con calma y lo apartó del lugar.

-Pero lo hizo y no debemos malgastar su gesto valiente. Debemos volver con la pesca y alimentar a las familias. Vender el excedente y así, vamos a honrar su memoria- Namjoon que era el que menos expresaba sus sentimientos, también derramó lágrimas en ese momento.

-¡No me rendiré! Voy a volver por él ¡No hablen como si se hubiera muerto!- Yoongi casi se lanzó a golpear a Namjoon, Jimin fue quien lo sujetó.

-Tranquilo, yo también pienso que no está muerto. Vamos a volver por él, te lo prometo- acarició la espalda de Yoongi quien sin darse cuenta ya había enterrado su cabeza en el pecho de Jimin.

El menor le dio una mirada de reproche a Namjoon por su poco tacto, quien se disculpó con una mirada triste.

Así los tres regresaron a tierra firme, con los corazones abatidos y uno de ellos sintió que su alma fue arrancada de su cuerpo. Lamentaba tanto no haber logrado hablar con el menor sobre lo que sentía, ahora cabía la posibilidad de que nunca más pudiera volver a verlo.

Ryūjin al tener al humano y verlo más de cerca, sintió su corazón dar un vuelco. Algo dentro de él se sentía demasiado atraído a ese pequeño humano que lo veía con un extraño brillo en los ojos, ni una pizca de temor habitaban en ellos.

-¿Por qué me miras así? ¿No me tienes miedo?- gruñó la profunda voz.

Taehyung sintió que esa voz lo derretía, era tan hermosa y poderosa. Muchas veces había imaginado cómo sería el dios del mar, sin embargo la realidad lo golpeó. Su imaginación no le hacía justicia a la verdadera magnificencia de la increíble criatura que tenía en frente.

-Eres muy impresionante, magnífico ¿Por qué tendría que tener miedo de ti?- respondió ladeando la cabeza, aún estaba suspendido en la columna de agua.

El frío estaba calándole los huesos y no pudo evitar temblar por ello.

-Estás temblando, ¿Eso no es tener miedo?- se burló del humano, él odiaba las mentiras.

-¿Insinúas que estoy mintiendo? ¿Qué clase de dios eres, si no puedes distinguir la verdad de la mentira?- se defendió ofendido - estoy temblando por el frío, estúpido dios- giró su rostro evitando verlo.

El dios del mar se quedó estupefacto, nunca nadie le había hablado tan irrespetuosamente. Mucho menos decirle "estúpido" y menospreciar sus habilidades como dios del mar.

-Humano insolente, ¿No te enseñaron respeto, modales?- gruñó nuevamente batiendo su larga cola, las nubes se hacían más y más negras y el mar comenzó a generar olas más fuertes.

-Claro que me lo enseñaron, pero lo hago con los que también me respeten. ¿Nunca escuchó el dicho de "trata como quieres ser tratado"? Si usted me falta el respeto, yo también lo haré- sentenció firme, volviendo a esquivar la mirada con el dragón de agua, volteando la cabeza y haciendo un pronunciado puchero con sus labios.

Ryūjin estaba furioso, ese humano le estaba diciendo irrespetuoso ¿Por qué tendría él que mostrar respeto con un simple humano? Estuvo a punto de lanzarlo lejos y que muera ahogado en algún lugar del basto mar. Hasta que vio cómo los labios del hermoso humano se fruncían y formaban una extraña pero atractiva forma. Un deseo inmenso por besar esos labios lo invadieron y su corazón comenzó a latir más rápido.

Esa reacción lo asustó.

¿Qué me pasa? Creí que mi corazón había dejado de latir hace mucho.

Este pequeño humano insolente, ¿Quién eres?

¿Será posible, que sea un descendiente del hijo de la Luna?

Si es así, debo comprobarlo.

-Humano insolente, vendrás conmigo- tomó a Tae con su cola.

Taehyung se asustó por el repentino movimiento, sentir las escamas frotar su piel lo hicieron temblar. Con delicadeza comenzó a acariciar las escamas brillantes y el dragón de agua se estremeció.

-¡Sin tocar!- gruñó al voltear y Tae bufó, ese dragón por muy dios que sea, era muy extraño y mandón. No podía decir que no le gustaba, pero igual lo desesperaba.

Ryūjin nadó un poco más hacia mar adentro, para luego comenzar a adentrase al fondo del mar.

Tae ahí sí que tuvo miedo, pero era miedo de ahogarse. Sin embargo, el dios del mar había creado una especie de burbuja a su alrededor para que pudiera respirar con tranquilidad. Maravillado, vio cómo la vida marina yacía ante sus ojos, peces de todos los tamaños y colores andaban rebosantes de alegría. Las algas y arrecifes de coral eran preciosos.

Ryūjin nadó más y más profundo cada vez, pronto una inmensa oscuridad los rodeó. Sólo se podía admirar el brillo natural del dragón de agua. Esas escamas irradiaban una bella luz azul.

Después de unos minutos más, finalmente llegaron a un enorme castillo de coral que parecía estar en pésimo estado. No era como los que describían en los cuentos, castillos que brillaban cual perlas o luceros en medio del basto y profundo mar. Este castillo no tenía ningún brillo, sus paredes parecían estar desmoronándose. El dios del mar ingresó por el gran portón y dejó a Tae parado en medio de lo que parecía un gran salón o quizás era la recepción, no lo tenía claro.

De repente todo el agua del castillo desapareció, un brillo azul cegó los ojos de Taehyung. Minutos después de haber sido encandilado, cuando pudo acostumbrar su vista, notó frente a él a un ser más humano de apariencia. No entendía lo que pasó y con la mirada se puso a buscar al dragón de agua, pero no lo encontró.

-¿Qué buscas? - preguntó el extraño. Su voz era más suave pero mantenía esa profundidad que lo hizo temblar.

-A... ¿Ryūjin?- balbuceó dudoso.

-No me llamo así, los humanos estúpidos me pusieron ese nombre. Aunque ni en eso fueron muy creativos, sólo significa...

-Sé lo que significa, vaya eres muy irrespetuoso para ser un dios. ¿Así son todos los dioses?- Tae no pudo evitar defender a su gente.

Pese a ello estaba muy sorprendido que el magnífico dragón de agua se haya transformado en un humano, al menos de apariencia. Ahora sentía que era incluso más bello, su cabello negro peinado hacía atrás, su piel pálida, labios tan rosados y esponjosos que despertaron en él un deseo por saber a qué sabían si los besaba y chupaba. Sus hombros eran tan anchos y fuertes, su pectoral libre ante sus ojos lo dejaron sin aliento. Más al notar que estaba al descubierto y en su cintura solamente un conjunto de algas tapaban la gloria que él moría por ver. De pronto su garganta la sintió seca y batió la cabeza para mandar lejos esos pensamientos lujuriosos.

-No soy irrespetuoso, solamente que los humanos perdieron mi respeto hace mucho- gruñó nuevamente sintiendo furia por el descaro de ese humano.

El reclamo del dios del mar, sacó de sus pensamientos a Tae quien se aclaró la garganta y prefirió evadir esa intensa mirada, de ojos ahora celestes como el mar.

-Pues yo no hice nada malo, ni mi gente que yo sepa. Así que exijo el respeto que nos merecemos y no volveré a faltarte el respeto- sentenció, aún evadiendo la mirada del dios del mar.

-Eres muy valiente por hablarme así, o muy estúpido. No sabría decirte- se acercó a Tae y con una mano en el mentón del menor, lo obligó a que junten las miradas.

Ambos sintieron un escalofríos pasar por sus cuerpos, el contacto de su piel los dejó con el corazón alterado. Ninguno entendía lo que le pasaba.

-¿P-por qué m-me trajo acá?- logró articular la pregunta bajo la intensa mirada del dios del mar.

-Necesito verificar algo. Aunque primero quiero saber ¿Quién eres?

Sus miradas seguían conectadas, como si ambos quisieran entender lo que les pasaba al perderse en la mirada del contrario.

-Soy Kim Taehyung, tengo 21 años y soy el último de mi familia. Me dedico a la pesca, aunque también me gusta mucho leer y dibujar o pintar. Mi familia murió en un naufragio, ahora vivo solo con mi abuelita que espera por mi en casa.

Tae habló tan rápido que sintió sus palabras atropelladas en su boca, y no era para menos ¡El hombre frente a él lo ponía nervioso!.

-Taehyung, un Kim. Interesante, aunque aún no sé si tu linaje es el que me interesa o provienes del que detesto- su agarre se hizo más fuerte en la mandíbula y acortó la distancia.

Sintió el cuerpo del menor temblar bajo su tacto, la respiración del humano estaba más errática. No podía mentirse que esa reacción lo excitó, lo excitó mucho. Hace muchísimo tiempo que no sentía un deseo de ese tipo, mucho menos uno tan sexual. Pero antes de cualquier cosa, tenía probar el linaje de ese bello joven, antes de dejarse llevar por sus impulsos.

No quería volver a sufrir como antes, no podría soportar que le volvieran a romper el corazón. No lo soportaría una tercera vez, estaba seguro que acabaría con la raza humana si pasaba algo así de nuevo.

-Sígueme- ordenó el dios del mar, al fin soltando su agarre.

Taehyung lo siguió, aún con su corazón latiendo de manera desenfrenada. Caminar tras de él, no le ayudó mucho que digamos. Ahora tenía una perfecta vista de esa amplia espalda, sus músculos se marcaban tan bien. Sus ojos no pudieron evitar viajar por la línea de la columna, llegando a esa estrecha cintura. De repente se imaginó recorrer ese camino con su lengua y así descubrir el sabor de semejante belleza de hombre. El caminar hacia que sus caderas se movieran en un compás tan tentador, el movimiento de las algas que apenas cubrían su bien formado trasero, hacían que su imaginación vuele. Quería verlo sin ellas, saber que realmente estaban bien formadas y lamer, lamer como nunca lo había hecho, morder y probar. Tae se sentía completamente loco, fuera de si, al imaginar que ese movimiento tan parsimonioso de las caderas, pudieran hallar otro ritmo al momento de golpear duro contra él.

Asustado de sus propios pensamientos sacudió nuevamente la cabeza.

¿Qué me pasa? ¡No soy de imaginar cosas tan subidas de tono!

Se golpeó las mejillas, parecía que ese hombre frente a él, tenía la capacidad de hacerlo enloquecer.

-Llegamos.

El dios del mar abrió unas grandes puertas de piedra tallada, las cuales crujieron al abrirse. Tal parecía que ese lugar no era visitado con frecuencia.

-Pasa y ponte en el medio de ese círculo- indicó el lugar ubicado al centro del gran salón.

Taehyung obedeció, mirando todo alrededor. Las paredes parecían estar en una especie de círculo. Tenían tallados muchas figuras que él no pudo reconocer, no había mucha iluminación, pese a ello pudo ver que era un lugar sin muchas cosas. Sencillo pero imponente a la vez.

-¿Qué es este lugar?- se animó a preguntar al llegar donde le había indicado el dios del mar.

-Es la cámara lunar.

-¿Cámara lunar? Woo, suena interesante- sus ojos brillaron de emoción, cosa que el dios del mar no pasó desapercibido -, ¿Qué hace? ¿Por qué se llama así?

La curiosidad del humano era muy atractiva para el dios del mar, con una sonrisa ladina se acercó un poco más a dónde estaba Tae, quien casi se deshace al ver por primera vez una sonrisa dibujada en ese perfecto rostro.

-Se llama así porque acá se guarda un poco de luz lunar, con ella puedo saber algo muy importante.

-¿Qué es eso, tan importante?- por algún motivo Tae comenzó a temblar, anticipando una respuesta.

-Ya lo sabrás, pero primero, quítate toda esa ropa- ordenó firme, su voz salió aún más profunda que antes.

Taehyung abrió los ojos como platos, no se esperaba algo así. De repente sus mejillas se sentían muy calientes.

-¿Q-qué te pasa? N-no lo haré- se cubrió el cuerpo aunque aún estaba con ropa.

Ese gesto le pareció tan adorable al dios del mar, que unas inmensas ganas por saltar sobre ese humano y sentir el calor de esas mejillas rosadas bajo su tacto, fueron difíciles de controlar.

-Necesito saber si tienes una marca que sólo se ve bajo esta luz lunar- en ese momento una tenue luz comenzó a brillar en el techo, justo sobre Taehyung.

-¿U-una marca? ¿Por qué?- Los nervios aún estaban en su contra.

-¿No sabes sobre esa leyenda? Creí que los humanos la seguían contando, como a tu gente le gusta el chisme. Aunque seguro lo tergiversaron, como siempre su enorme imaginación cambia las cosas- protestó en su lugar, perdiendo el hilo de la conversación.

-¿Hablas sobre la marca que demuestra que el descendiente del hijo de la Luna existe y está destinado a calmar a la bestia del mar y así parar con la hambruna y los desastres naturales?- recitó en modo de pregunta lo que se sabía de esa historia que su abuelita le había contado.

-No soy una bestia- bufó ofendido.

-Sí lo eres, al menos cuando te comportas tan irrespetuoso- lo retó con la mirada.

-Tampoco el elegido va a dominarme, yo soy el que domina acá- volvió a protestar, esa parte de la historia afectaba a su orgullo.

-Eres un rarito, en serio creí que un dios era más amable. Nunca creí en los rumores que decían que el dragón de agua era una bestia, yo sentía que no lo era, sólo era incomprendido y solitario. Pero ahora tú les estás dando la razón con esa actitud- se defendió y por enésima vez en el día, volteó su rostro formando un puchero.

-¡Tú eres el exasperante! ¡Sacas lo peor de mi! ¡Ahora quítate la ropa!- gruñó más furioso que nunca. Ese humano en serio le rompía la poca paciencia que tenía.

-¡No lo haré! ¡Eres un degenerado! ¡Me deseas ver con esa excusa! ¡¿Ni siquiera sé tu nombre real y ya quieres avanzar tanto?!

-¡No soy un degenerado y tampoco tengo deseos por ti!- gruñó sintiéndose impotente - ¡¿Y para qué quieres mi nombre?! ¡Sólo desnúdate!

-¡No lo haré! ¡Dios cochino!- gruñó él también, saliendo del lugar a toda prisa.

-¡Bien, vete! ¡No te daré de comer y no puedes volver a la superficie sin mi!

-¡No te necesito para encontrar comida! ¡Puedo hacerlo por mi cuenta!- y desapareció de la vista del dios del mar.

-¡Me pone de los nervios!- gruñó nuevamente, su corazón latía tan rápido.

En serio moría de ganas por ver ese cuerpo tal como vino al mundo, recorrer los ojos por esa piel acaramelada. Sentir si realmente era tan suave como aparentaba y encontrar esa marca.

Lo que más deseaba era encontrar la marca, así reclamarlo y hacerlo suyo. De ese modo nunca más estaría solo.

¡Pero porqué tiene que ser tan testarudo!

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Holas pixelitos de mi corazón 💜 les traigo un nuevo capítulo! 🎉

Espero les esté gustando 😊

Con este terminamos la ronda de actualizaciones! 🎉

Ahora a comenzar otra vez 😏

Cuidense mucho 🥰 las amito 😘 Bye 💜

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