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Al día siguiente Tae se levantó muy temprano, la emoción de ir al fin más allá de las boyas que delimitaban el paso, lo hizo emocionar. La idea de navegar adentrándose más en el mar, no sólo fue por la necesidad de conseguir más peces para su alimentación. Sino, ese sentimiento que rebosaba en su pecho, esa ansiedad de estar en mar adentro y buscar al dueño de sus sueños. Tenía en claro que no sería tarea fácil hallarlo, incluso había la probabilidad que el dios del mar viva muy lejos, en el otro continente. Sin embargo, según su abuelita, la isla de la leyenda era en la que ellos vivían.
Aunque la mayoría no lo creía, los adultos mayores del pueblo siempre ponían rostros sombríos cuando él nombraba a Ryūjin, por lo tanto tenía la esperanza de que se encontrara relativamente cerca. Al menos en su continente, mar adentro en el Océano Pacífico, podría encontrarlo, solamente necesitaba perseverar. Obviamente sus amigos no sabían ese detalle.
—Ya estoy listo— murmuró para sí mismo al colocar el refrigerio que preparó en una canasta.
—Mi pequeño— llamó la anciana con voz adormilada.
—¡Abu! ¿Qué haces despierta a esta hora? — corrió a su encuentro, sosteniendo a la anciana entre sus brazos.
—Debo decirte algo, antes de que te vayas. Escúchame por favor— pidió la anciana al ser llevada de regreso a su habitación.
—Está bien Abu, te escucho.
—Eres un buen niño, aunque ya no eres un niño. Sólo te digo así, porque ante mis ojos aún veo al pequeño TaeTae curioso por todo— acarició el rostro de su nieto.
Taehyung sonrió la instante, él sabía perfectamente la razón por la que su abuelita lo llamaba así. No le molestaba en absoluto, ya era un adulto, pero sentía que su alma seguía siendo la de un niño.
—Por eso, quiero recordarte que eres un adulto. Como adulto que eres, si encuentras una vida lejos de acá, una vida que te haga feliz, eres libre. Mereces ser feliz y no pienses en mi, yo ya he vivido la vida. Tengo todo acá, mi transcurso en este mundo está llegando a su fin. Pero el tuyo apenas comienza, por eso, si se te presenta la oportunidad de dejarme, no lo dudes y hazlo— le pidió mirando fijamente a los ojos de su nieto.
—Abu… ¿Qué cosas tan extrañas dices? No te pienso dejar, no hay nada que me aparte de ti— la abrazó con fuerza al llegar a su habitación.
Su abuelita era lo único que le quedaba de su familia, era más que obvio lo importante y lo mucho que la amaba. Definitivamente no iba a dejarla, sea lo que sea que pasara.
—Mi pequeño, no sabes la fuerza que tiene el amor y tú tienes una gran cantidad de ello. Hoy estás por partir hacia ti destino, en ese momento me entenderás— le dio un beso en la mejilla y volvió a ingresar a su cama.
Taehyung no entendió las palabras de su abuelita, era normal que le diga muchas cosas sin sentido. La diferencia, ahora sentía un poco de miedo.
—Abu, no te preocupes, volveré con más peces de los que puedas contar— la besó en la frente, acomodando las cobijas.
—Lo sé, pero no niegues a tu corazón. Sé feliz hijo mío— fue lo último que dijo y cerró los ojos, volviendo a caer en los brazos de Morfeo.
Taehyung salió más que confundido de la habitación de su abuelita. Tomó la canasta con la comida que a él le tocó preparar y salió corriendo al encuentro. Ya estaba atrasado.
—¡Hasta que llegas!— gritó Jimin a la distancia al divisar a su amigo.
—Lo siento, mi Abu estuvo extraña y tuve que atenderla— le entregó la canasta, jadeando del cansancio.
—¿Tan temprano? Recién será las cinco de la mañana, aún es obscuro— acotó Yoongi, saliendo del bote para acomodar el nuevo refrigerio que llevó Tae.
—Nunca se había levantado a estas horas y mucho menos hablarme antes de salir a pescar— se rascó la cabeza, aún confundido.
—Debe saber que hoy nos vamos más al fondo de lo permitido. Aún sigo pensando que es una mala idea— protestó Namjoon que se unió al grupo, abrazando a su novio por la cintura.
—No digas cosas malas Joonie— Jimin lo golpeó juguetonamente.
—Sé que encontraremos más peces, no dudemos. ¡Así que vamos de una vez!— Taehyung recuperó el ánimo y condujo a todos dentro del bote.
Una vez todos en el navío, Yoongi tomó el timón, Jimin estaba encargado de las velas y Namjoon vigilaba el horizonte. Taehyung por su parte, estaba indicando el camino.
Después de medio hora de viaje al fin estaban en el límite marcado por las boyas.
—Bien, llegamos. ¿En serio iremos mar adentro?— preguntó Namjoon mirando a todos.
Los contrarios asintieron con una sonoro “¡Si!”. Fue suficiente para continuar por el camino.
Taehyung sentía su corazón acelerar por la emoción, al fin su sueño de ir más profundo en el mar, se estaba cumpliendo.
Yoongi a la distancia, estaba admirando el brillo en los ojos del menor del grupo. Taehyung parecía tener una luz propia que se acabó de encender en cuanto pasaron el límite de boyas.
—Yoongobongo, si quieres te reemplazo y ve con Tae. Habla con él de una vez— Jimin lo animó, dejando su puesto.
—No, no me siento listo— ladeó la cabeza, prefiriendo mantener su mirada en el horizonte.
—Nunca estamos listos para pasos importantes, anímate Yoons— le dio palmaditas en la espalda a modo de ánimo.
Taehyung gritó la dirección para virar un poco el navío, Yoongi obedeció de inmediato.
—En cuanto lleguemos a donde él quiere. Ahí se lo diré, te dejaré al mando— respondió con una sonrisa.
Jimin estuvo conforme con esa respuesta, al fin su amigo dejaría de babear a distancia por su mejor amigo.
Mientras tanto la mente de Tae estaba llena de las palabras de su abuelita, el miedo que éstas le causaron, estaba siendo imposible de ignorar.
Después de otros veinte minutos, llegaron a un espacio tan abierto, muy lejos de la isla. El lugar se veía tan tranquilo, bellísimo a la vista. Pues parecía que el mar y el cielo estaban fundiéndose en uno solo. Era increíble.
Taehyung comunicó que ese era el lugar indicado, anclaron el bote y todos tomaron sus lugares en las respectivas redes de pesca. Namjoon con Jimin y Yoongi con Tae.
Yoongi quiso hablar después de lanzar la red, pero los fuertes tirones lo en la red, lo interrumpieron.
—¿Tan rápido?— exclamó asombrado, ayudando a Tae a subir la red, que reveló una gran cantidad de peces.
Namjoon y Jimin, también consiguieron un gran botín. Todos gritaban eufóricos de alegría, emocionados volvieron a lanzar la red.
Yoongi olvidó por completo su declaración, la pesca no parecía querer darles descanso.
—¡No puedo creerlo! ¡Parece que pescaremos para alimentarnos por un mes!— gritó Namjoon eufórico.
—¡Y tú no querías obedecer a Tae!— se burló Yoongi, sacando una nueva pesca.
Todos estallaron en risas, trabajando sin parar. Por culpa de ello no notaron que el cielo comenzó a cambiar, una nube negra comenzó a formarse casi sobre sus cabezas. Al igual que en el mar, una oscuridad parecía estar aumentando.
El corazón de Tae se estremeció, dejando caer la red que estaban sacando.
—¿Tae? ¿Qué tienes?— Yoongi estaba asustado por el acto repentino del menor.
Taehyung no lo escuchó, con la mirada de puso a buscar lo que sentía que estaba llamándolo. Al menos eso pensaba, era la misma sensación cuando pensaba mucho en Ryūjin.
—¡Una tormenta se aproxima!— gritó Namjoon al percatarse de las nubes.
—¡Todos a sus puestos! ¡Debemos volver de inmediato!— ordenó y los demás obedecieron al instante.
Todos, menos Tae que se estaba acercando más a la proa. Su corazón le pedía lanzarse al mar, ir en busca de aquello que ni siquiera podía entender.
Yoongi estaba ocupado tomando el timón para girar y volver a casa, Namjoon y Jimin quitaban en ancla. Nadie notó cuando Tae subió a la proa, sosteniéndose de las sogas de las velas.
En ese momento una gran ola golpeó el barco, develando una majestuosa bestia marina color celeste con ojos dorados y astas blancas enormes, sus escamas brillaban intensamente, provocando que esa figura se vea aún más imponente. Era el dragón de agua.
—Ryūjin— susurró Tae, totalmente embelesado.
—¡Un monstruo marino!— chilló Jimin asustado.
—¡No es un monstruo! ¡Es el dios del mar!— corrigió Namjoon igual de asustado.
—¡Seguro lo molestamos! ¡Vámonos ya!— volvió a gritar.
Yoongi hubiera obedecido de no ser que notó a Tae en la proa, subido a la estructura, con la mano extendida hacía la gran bestia. No le importó nada y corrió para alejarlo del peligro.
—¡Tae!— gritó asustado, todos voltearon a ver, espantados al notar que el dragón batió su enorme cola, provocando que el navío de desestabilizara.
—¡Ryūjin! ¡No los lastimes por favor!— gritó Tae al ver a sus amigos lastimados, él casi cayó también.
—¡Llévame contigo, pero déjalos en paz! ¡No los derribes por favor, necesitan la comida!— siguió implorando, captando al fin la atención de la enorme figura frente a sus ojos.
—¡No! ¡Tae no digas estupideces!— Yoongi se levantó, ignorando el dolor en su brazo.
Corrió para jalar a Tae con él, pero llegó demasiado tarde. El dragón de agua elevó a Tae en una columna de agua.
—Acepto el trato— se escuchó la profunda y temible voz del dragón.
—¡Pero no vuelvan, largo de aquí!— los lanzó al batir nuevamente la cola, una enorme ola se formó y los lanzó lejos, pero sin derribar el navío.
Yoongi gritó despavorido, sus amigos también estaban espantados.
Habían logrado la mejor pesca de sus vidas. ¿Pero a qué costo?
Quizás nunca más volverían a ver a Taehyung.
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Holas pixelitos de mi corazón 💜 les traigo un nuevo capítulo de este intento de MiniFic 🎉
Desperté de mi largo descanso, aproveché que no me dolía nada y tenía mucha inspiración jajajaja.
Espero les guste 😏
Con esto al fin terminamos la ronda de actualizaciones!! 🎉🎉
Cuídense mucho 🥰 las amito 😘 Bye 💜
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