—¿A donde vas Ryuko-chan?—

Se asustó al oír la voz de su profesor, con la mano en el pecho se giró viendo al albino que sonreía como solía hacerlo siempre

—Voy a salir— responde —quiero ver a mi papá aprovechando que está en Japón—

—¿El te está esperando en este instante?—

—No, el no sabe que voy pero...—

—Ibas— corrige interrumpiéndola —ibas a ir a verlo—

—¿Que?, pero si hice bien todas mis misiones y tengo sobresaliente en cada una de mis asignaturas—

—Y debes seguir así preciosa Ryuko-chan— el Gojo se cruzó de brazos negando con su cabeza —pero escaparse de la escuela y regresar casi en la madrugada es romper las reglas—

< ¿Como lo sabe?, burlé las cámaras de seguridad y el profesor Geto no me vio >

Sorpresa, eso delataba su expresión

—Vi en el suelo marcas de las llantas de tu nueva adquisición de dos ruedas— explicó con algo de diversión —al parecer alguien venía con algo de prisa—

—Cosas que pasan— respondió algo seca, aquel tema con Mahito aún picaba en su garganta

—¿Te sucede algo malo?—

Notó ese cambio de voz en ella, vio sus ojos mirar al suelo y como apretaba su mandíbula

—Lo de siempre, si me disculpa Gojo-sensei, iré a ver a mi papá—

Iba a darse la vuelta e irse pero su profesor la sujetó de la muñeca deteniéndola

—A-a-a Ryuko~, yo te dije que ibas a salir, pero ya no—

—Voy a salir porque quiero, porque me da la gana y porque es mi día libre el cual me debo a mi misma—

—¿Escaparte de la escuela, pelear con una maldición categoría especial, volverte a escapar y faltarle al respeto a tu profesor?, eso lleva castigos muy graves Ryuko, recuerda que tus castigos siguen pendientes—

—No estoy de humor para nada y nadie— escupió tratando de soltarse

En otros momentos ya tuviera la verga de el dentro de ella, pero ahora solamente quería abrir un hoyo, entrar en el y nunca salir

—¿Otra vez le faltas al respeto a tu profesor y tratas de huir de tu castigo?, te estás volviendo salvaje Ryuko-chan— llevó su mano libre a su mentón acariciándolo —hoy no es tu día, ¡tranquila!, te prometo liberar todo ese estrés de tu lindo cuerpo—

Con facilidad la cargó sobre su hombro, golpeó con sus puños la espalda de su profesor pero este la ignoraba, sujetaba con uno de sus brazos sus piernas

—¡Suelteme!—

—Mmmm, nop— respondió con diversión

—¡Esto es secuestro!—

—Esto es tratar con una alumna problemática muy rebelde—

—¡Rebelde su abuela!—

Satoru rió para darle una sonora palmada en su trasero, Ryuko soltó de manera inevitablemente un gemido

Al ser un día libre tanto para estudiantes maestros, la escuela estaba prácticamente vacía sino fueran por algunos personales de limpieza o muy pocos hechiceros que estaban de paso

—Me gusta lo que oigo—

—Tsk— chasqueo su lengua avergonzada

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Con calma tarareaba alguna melodía hasta llegar a su habitación, de veía elegante y ordenada con aroma a perfume de hombre

—Tu dime donde te gustaría, tenemos la cama, el piso, el baño y la pared— propuso Satoru dándole otra palmada a su trasero

—¿Que tal en el piso?— propone a modo de broma

—Que así sea—

Soltó un chillido por la sorpresa al sentir su espalda chocar en el piso, no directamente sobre este, sino sobre un suave tapete blanco que hacía cosquillas en su nuca

—Mereces un castigo pero si eres una niña buena tal vez sea suave contigo—

Sujetaba con si mano izquierda sus muñecas por sobre su cabeza, con la mano derecha se había quitado la venda, mirándola directamente a los ojos, aquellos ojos azules miraban su alma y seguramente a través de su ropa, podía ver en su mirada el deseo de verla sin aquellas telas molestas

Separó sus piernas en un rápido movimiento, con su mano ecorría con lentitud y paciencia sus piernas, desde sus tobillos, las pantorrillas, la rodilla y esos muslos tan gordos y suaves

Adentró su mano por debajo de la falda acariciando su cintura sintiendo la tela de sus bragas negras, con el pulgar acaricio su intimidad por encima de la tela, aquel suave toque hizo cortocircuito por su cuerpo

—¿Te gusta lo que sientes?— mordió su labio inferior tratando de no decir o emitir algo —que orgullosa eres—

—Hoy no era mi mejor día para hacer esto—

—Tranquila princesa, como te dije, librare todo estrés de tu lindo cuerpo aún si es castigándote por ser una alumna muy revelde—

Cerró sus ojos, su cuerpo la traicionaba, podía sentir la humedad salir de ella y empapar su ropa interior

—Se ve que te gusta— murmuró sintiendo la humedad en la tela, la movió a un lado para introducir dos de sus dedos

Dejó escapar un suspiro cuando sintió los dedos deslizarse por sus paredes, Satoru tenía los dedos largos y eso era una bendición

Los sacaba y metía a una velocidad lenta, podía oír el sonido que causaba por la humedad, dejaba escapar suaves gemidos por los movimientos de esos dedos y el pulgar acariciando su clítoris, era una sensación maravillosa y excitante pero era muy lento, quería sentirlo con rapidez y dureza

Arqueó su espalda cuando sintió su orgasmo querer llegar, pero justo en ese momento Satoru sacó sus dedos

De la frustración quería asesinarlo y más con esa descarada sonrisa que parecía nunca haber roto un plato

—No me mires así Ryuko-chan, me duele que me odies pero es tu castigo—

< ¿Esto es un premio o un castigo?

"¿Por que no los dos?"

Tienes razón consciencia >

—¿Pero que ven mis ojos?— con descaro lamió sus dedos saboreando su humedad para subir su blusa, liberando sus pechos —esas son lindas perforaciones Ryuko-chan—

Gimió al sentir como Satoru atrapó con su boca uno de sus pezones, su lengua jugueteaba con este, gimió con algo de dolor y excitación cuando mordió el pircing halándolo para después soltarlo y seguir lamiendo

Repartía besos y mordidas por todos sus pechos, su torso en general estaba húmedo y marcado con las mordidas que Satoru le propinaba

—¡Que tonto soy!, recordé que este es un castigo, tu castigo—

Soltó sus muñecas y le quitó las bragas, para que con un movimiento rápido le diera la vuelta alzando su trasero, Ryuko solamente escuchó el sonido de la ropa en el suelo y un cierre bajar antes de sentir algo duro rozar entre su trasero

—Ni se le ocurra— advirtió, quiso girar su cabeza pero una mano la detuvo, ahora su cabeza estaba contra el suelo y sus manos en su espalda

< Hace tiempo no lo hago por detrás, conociendo la situación seguramente será rudo >

—¿Dijiste algo?—

Abrió su boca pero solo gritó de dolor al sentir una fuerte estocada, su respiración era entrecortada y veía borroso

Las embestidas eran duras y sin piedad, poco a poco los gemidos de dolor se convirtieron en gemidos de satisfacción al sentir una verga dura en su culo

Se podía oír el sonido de las pieles chocar y los jadeos

—Tu bonito culo parece quefue hecho solamente para mi— jadeo Satoru —se amolda tan bien a mi verga que es difícil aguantar~—

Lo sentía a la perfección

Sus pechos rozaban con los pelitos de la alfombra por las estocadas, la mitad de su cara seguramente estaría roja pero valdría jodidamente la pena

Sintió unos pectorales y abdomen en su espalda, podía escuchar a la perfección los jadeos donde Satoru halagada su bonito culo, lo estaba maltratando dándole fuertes estocadas que movían de lugar un poco a su cuerpo

Al mismo tiempo soltaron un gemido, Satoru liberó todo su semen dentro de su culo, algunas pequeñas gotas resbalaban por sus muslos hasta llegar a la alfombra

—Mierda— susurró en un jadeo

Le dolía el culo, pero debía ser fuerte

Su papá no crió a una cobarde

—¡Ah!~—

Satoru enterró su cara en su parte íntima, la devoraba con hambre introduciendo su lengua desde arriba a abajo, aún con algunas gotas de su semen en su parte el la devoraba, quería hacerlo, deseaba saborear la humedad de ese coño rosado

Apretaba el tapete sintiendo aquella boca devorarla, de su boca salía un pequeño hilo de baba al no poder cerrarla por los tantos gemidos que emitía

Cuando por fin pudo tener su deseado orgasmo, tomaba grandes bocanadas tratando recuperar aire

—Yo pensé que eras más resistente princesa, porque yo aún tengo energía—

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Salía y entraba con facilidad debido a su humedad, gemía sin control

¿Cuantas veces fue llenada por su profesor?, ¿cuatro?, no, cinco veces

¿Como podía sentir que su alma se iba de su cuerpo?, ¡ha tenido hasta siete rondas con Naoya!, el maldito narcisista tenía demasiada resistencia, la primera vez se desmayó y hasta el día de hoy el se seguía burlando de ella por eso

Seguramente esta sería la segunda vez que se desmayaría por terminar más llena que pavo en día de pascua, debía estar agotada físicamente por los entrenamientosy mentalmente de penar demasiado en sus problemas

Veía borroso

Otra vez sintió aquel semen llenarla, la sensación no dejaba de ser maravillosa y excitante

—¿Te quedó claro que no debes volver a romper las reglas Ryuko-chan?—

Le dolía la garganta de tanto gritar y gemir, su cuerpo no soportó tanto y solamente cerró sus ojos exhausta

Cuando despertara le diría que juraba por su abuela nunca romper las reglas