Tras el Final
El ver la imagen que no quería ver, regresaba a su mente cada cierto momento. Ruby estaba viendo la escena una y otra vez, Vent siendo atravesado por el ataque de Albert al salvarla.
Y esta vez, no se levantaba... Sabe que es un sueño, lo sabe, pero... ¡No puede soportar ver esto! Y lo peor de todo, es que ve a Albert reírse de ella y decir simplemente...
-¡Es tu culpa que él haya muerto!
Es verdad. Era su culpa. Solo suya... Ella... Ella...
-¡NO! – Ruby dio un grito a la vez se levantaba de la cama que tenía para descansar.
Ella respiraba agitada, a la vez que sentía sus mejillas húmedas por las lágrimas. Miró a todos lados y vio a su equipo dormido en sus camas respectivas. Las cuatro en una de las tiendas que se habían alzada tras la batalla. Dado que muchas casas estaban dañadas, es que las tiendas eran una buena opción para... pasar la noche y descansar.
Habían pasado unos pocos días desde la batalla contra Albert en Ouroboros. El supuesto Biometal Definitivo, se había hundido en el fondo del mar, destruido. Y esa era una victoria, para todos. Para el mundo.
Aun así, muchas cosas habían pasado... La gente trataba de seguir sus vidas, aun afectadas por lo que habían vivido, así como también soportar el dolor.
Ella había visto a gente llorar a sus muertos. Mujeres llorando a sus esposos.... Y ella se puso a pensar, que estuvo por hacer lo mismo.
La batalla contra Albert marcó un antes y un después para ella. Dado que estaba segura de que... algo de ella quedó marcado de por vida. El ver a su amor de su vida, porque eso era Vent para ella y ya no lo iba a dudar o negar, muerto... al menos unos segundos, la ha dejado marcada.
Sabe que está vivo y da gracias a cualquier deidad allá arriba que sea así. Porque no lo habría soportado. Aun si ganaban la batalla contra Albert, contra Salem al final... Ella no vería el mundo de la misma manera. Su vista se hizo gris al creer que había muerto y si bien ahora puede ver los colores de nuevo, está asustada.
Y ni sus sueños la dejan en paz...
Abrazó sus rodillas, en un intento de calmarse. Pero no era posible. Su mente...
-... Ruby...
Ella alzó la mirada y sus ojos llorosos vieron a su hermana, en el mismo estado. Así como a Weiss y Blake, también parecen haberse despertado como ella...
-... Lo veo de nuevo...
-Yo igual... - Weiss trató de no llorar, pero le era imposible. - ¿Por qué...? Está vivo. Con nosotras... ¿¡Por qué lo debo de seguir viendo!?
El pensamiento de Weiss, era la de todas. Veían la muerte de Vent en sus cabezas, en sus sueños.
-... Debo de verlo. – Todas vieron como Blake iba a salir de la tienda.
-Blake, dijeron que debe de...
-¡No me importa! – Yang se sorprendió al oír a Blake gritar. – No me importa... Solo... Solo necesito ver que está bien.
La Faunus salió de la tienda, a la vez que Ruby se puso de pie y la siguió. Y el resto hizo lo mismo, dándoles igual las órdenes de Saphron... Ella no sabe lo que sienten. Deben de saber si está bien.
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Blake era una chica que desde que tiene memoria, le ha gustado no ser muy seguidora de las reglas, su tiempo en White Fang debe de ser una muestra de ello. A la vez, que le permite ver ser más... leal a lo que siente.
Y lo que siente es angustia. Mucha... No ha podido dormir bien desde que acabó todo. El regresar a Argus, que todos los feliciten por lo que lograron, se hizo secundario desde el momento que las pesadillas le llegaron.
Era la misma escena, una y otra vez, solo que esta vez... Vent no se levantaba. Se quedaba ahí, muerto. La persona con la que desea pasar su vida, con la que desea un día tener hijos... ya no estaba con ella.
Soltó un sollozo al pensar eso. Debe de estar segura que ese sueño no es real... que él volvió. Que derrotó a Albert, Dios sabe que si él está muerto, ella no... no sería capaz de...
-¡Blake! – Ella fue obligada a girar por Weiss, quien la miraba preocupada...
Pero sabe que la entiende.. solo ellas se entienden...
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Weiss siempre pensó que... las emociones de uno, te puede llevar a una locura. El amor era uno de ellos.
Vio a su madre años vivir desgraciada por saber que el hombre que amó, solo la usó. Y eso era lo que la llevó a un ciclo de alcoholismo del que no ha salido, jamás. En los 7 años que pasaron y vivió desde ese día, su madre jamás fue la misma de nuevo.
Eso la hizo reacia a ser cariñosa, a dejar a gente entrar a su corazón, sumado al modo como su padre la veía. Pero al mismo tiempo, la hizo capaz de mucho más.
Pero era una chica romántica en el fondo, deseaba tener... alguien a quien amar. Sus citas que eran solo formalidad, eran eso... Dios, hasta su primer beso fue un asco y lo recuerda poco. Su tiempo con Neptune fue... malo como relación.
Por eso, pensó que estaría sola hasta el fin de sus días. Pero no, él llegó... Y agradece que así haya sido. Lo amaba tanta, que no sabía que haría sin él... ese miedo era real en su cabeza. Lo que la hizo también, consciente de varias cosas.
... Que la vida era efímera. Que lo que le pasó a Vent, puede repetirse y esta vez no habrá otra oportunidad. Lo sabe...
-¡Weiss...!
-Blake, escucha....
-¡No! ¡Tengo que verlo!
Si algo ella sabía, es que las 4 eran diferentes en relación a como tomaban su relación con Vent. Blake era ciertamente, la más pegada a él, dado que él le dio luz... la hizo cambiar. Era su soporte. Yang era más libre, pero no quitaba que ella deseaba a Vent a su lado. Ruby ni que hablar, la chica lo adora... tanto que no lo oculta. Y ella... Ella de ser posible, haría que se casen, porque a ese punto estaban las cosas.
-¿Crees que yo no? Blake, no eres la única...
-Yo... No lo soporto Weiss... No puedo... Duele... tengo miedo...
Y Weiss abrazó a su amiga. Ella, la que le costaba mostrar lo que sentía, lo hacía ahora... Porque solo así puede hacerse creer, que todo estaba bien.
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Yang llegó con Ruby a ver como Weiss abrazaba a Blake. La rubia soltó un suspiro. Era de esperarse... Blake era muy sensible. Tanto, que le dolía mucho... que sus reacciones se salían de lo que uno llamaría, normal.
Ella sabe que si no fuera por Vent, Blake huiría de su dolor y sus problemas. Weiss no habría mostrado sus emociones como se debían. Ruby no habría aprendido a ver que el mundo no es solo blanco y negro.
Y ella... no habría aprendido a superar sus traumas. A hacerles frente, solo habría renegado de ellos y hacer creer que todo estaba bien.
Eso era él para ellas. El mundo no lo entendería... Solo ellas lo se entendían. Pero a la vez... les asusta.
Habían pasado por mucho, eso era obvio. Pero algo así, era la primera vez.
La muerte era algo que no era ajeno a ellos. Han visto a gente morir a menos de sus enemigos o por ser solo los que estaban en el lugar y momento equivocado. Pero jamás, jamás... habían pasado por algo similar.
Sólo cuando sintieron el dolor en carne propia, es que lo saben. Que la muerte de un ser querido, amado, no es algo que superes con facilidad. Jamás. Y eso era algo que ella entiende ahora.
Ella no lo negaba. Amaba a Vent. Lo hacía y lo demostraba. A su vez, estaba con la certeza de que ella y su equipo preparan diferentes cosas para el futuro.
Y ahí estaba el detalle... ¿Qué certeza hay de ese futuro con todo lo que hacen? ¿Cuál es la certeza de que él salga vivo de esta? ¿O ellas?
Y ahí estaba el miedo. De que todo lo que han logrado, se termine. Todo... y eso le duele.
Pasó a ver a su hermana y ella estaba con ojeras. Estos días no ha dormido como era debido. Ella estaba igual. Todas.
Y quizás, esto es lo que necesitan.
Yang camino hacia la tienda en donde Vent dormía y abrió la entrada, para así poder verlo y calmarse.
Era como una niña asustada en estos momentos, y le daba igual.
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La tienda en donde Vent dormía era amplia. No había nadie más que él y el Modelo X, los dos durmiendo plácidamente. Uno en su cama y el otro en la casaca que el muchacho dejo a un lado de esta.
Tras la batalla de Albert, Vent no aguantó ni unas horas y se quedó dormido. Lo mismo pasó con Pyrrha e Ilia.
Y han pasado estos días tratando de recuperarse, dado que todo les dolía. A pesar de que sus heridas más serias habían sanado.
El Modelo X o X, para hacerlo más simple, decía que era de esperarse. Sus cuerpos pasaron por un proceso para poder usarlos, a los Biometales que habían logrado recuperar sus poderes en su totalidad. Y eso era la hacía que el cuerpo de cada uno se vaya a descansar. Deben de recuperarse.
Y eso lo hacía sentir mal... pasar días en una cama cuando podría estar ayudando en la reconstrucción de Argus. Cielos...
Pero al menos estaba con una tienda para él. Lo mismo era para sus dos amigas, ya que en palabras de Saphron, se pueden haber enfermado y necesitan estar aislados del resto. Era una excusa para que nadie vaya a verlos. Es bien sabido que son ahora héroes para Argus y también para todo Mistral.
De todos modos, estaba bien cómodo en su cama. Descansando y mostrando que estaba más que listo para lo que sea. Aunque duda que Saphron los haga salir otro par de días.
Abrió un ojo, para sacar su Scroll. 5 de Noviembre. Otro año en su vida. Pensar que el día que era su cumpleaños, murió y regresó. Era extraño de pensar.
Puso el aparato en su lugar y dio un bostezo. El sueño ya le empezó a ganar. Mejor duerme.
Se acomodó en su cama, muy improvisada, pero que era una, al fin y al cabo, para poder descansar como se lo merece.
Y cuando ya estaba por dormir, es que sintió que algo lo movía. Mejor no se mueve o reacciona, quiere dormir.
Pero lo que sea que estaba ahí lo movía con más fuerza, que lo hizo querer gruñir. No, no hagas nada. Sólo hazte el dormido y...
-¡Vent! – lo movió más fuerte y hasta le gritó.
Se hartó. Va a ver, sea quien sea va...
Se giró para darle un escarmiento, pero a la vez decirle que se largue y lo deje dormir.
Pero al hacerlo, vio que era Ruby la responsable y que ella parecía estar por entrar en un ataque de pánico, así como que sus ojos estaban llenos de lágrimas.
Y para sorpresa, notó que tanto Weiss como Yang estaban igual, Blake era la que estaba peor ya que ella si estaba llorando.
¿Qué están...? ¿Qué hacen aquí?
-Chicas. Son las... 3 de la mañana, ¿Qué hacen aquí...? Deberían de estar...
Grande fue su sorpresa al ver como Blake se abrió paso a él y lo abrazó con fuerza, pero a la vez como si tuviera miedo de que él de iba a quedar a pedazos.
-Estas bien... Estás aquí.
¿Por qué está así? Vent alzó la mano y acarició la espalda de la Faunus, a la vez que veía como Ruby se subía a su cama para poner su cabeza en su hombro. Ella misma pareció inhalar su aroma, para ver que sus sentidos no le engañan.
-... No es un sueño.
Ok, ya estaba oficialmente confundido. Más al ver a Weiss abrazarlo por la espalda y a Yang poniendo su cabeza entre sus pechos... no se queja, pero estaba por irse a dormir.
-Chicas. ¿Qué les pasa? Deberían de estar durmiendo en la tienda...
-No... Si dormimos. Veremos eso de nuevo. - ¿De que habla Weiss? ¿Qué verá? Lo que lo confundió más, es que pudo ver el como ella temblaba por más raro que parezca.
-No queremos ver cómo Albert te mata y... no te levantas Vent. No te levantas. No queremos... - Ahí se sorprendió, más al oír a Yang soltar un sollozo.
¿Sueñan con esa escena? Si, él mismo admite que él también lo ha hecho. La sensación de su pecho ser atravesado era algo que le molestaba. Más cuando siente que pudo ser peor...
Cuando eso pasó, se hizo a la idea. Más cuando con lo que hizo, había salvado a Ruby... a una de las que ama más que su vida misma. Y no se arrepentía. Ni cuando estuvo por dar su último suspiro, se arrepintió de su decisión. Y había aceptado la muerte con los brazos abiertos.
Y aquí estaba. Vivo, al lado de ellas una vez más y listo para seguir. No sabe si algo cambio en su modo de ver las cosas tras su muerte, pero no le molestaba tanto, ya que él lo eligió.
Pero ellas no. Ellas solo les quedó ver cómo él se moría. Como tuvieron que aceptar que él estaba muerto. Y lo peor, que no había nada para cambiar eso.
Soltó un suspiro. A veces olvida que, no importa lo fuerte que son, ellas y los demás son seres normales. Personas que no se habían preparado para la guerra.
Él ya se hizo a esa idea. Más al saber quién es su padre genético. Y eso le daba una nueva sensación de responsabilidad. De tener que seguir el trabajo que su padre dejó, así como Summer. Eso era lo que pensó estos días que ha estado descansando.
Ya no renegaba del destino que le tocó. Agradecía estar vivo... y sea lo que pase, lo que tenga que afrontar, lo hará. Y así será desde ahora.
Pero ahora, debe de calmarlas.
-Ya chicas. Tranquilas, aquí estoy. – Las quiso calmar, pero ellas estaban igual. - ¿Les parece si dormimos?
-... ¿Estarás con nosotras? – la pregunta de Weiss le pareció la que haría una niña pequeña.
Pero eso eran en estos momentos, no había marcha atrás. Asintió, demostrando que no le molesta. Si con eso ellas duermen tranquilas, él feliz de ayudar.
Dio su afirmación, para luego acomodarse para que todas tengan un lugar junto a él en la cama. Sintió como cada una de acomodó y aferró más a él.
Era el ancla de las cuatro en estos momentos. Suspiró tras oír a los pocos minutos como la respiración de las cuatro bajo y era constante y simple. Se habían quedado dormidas. Bueno, eso era lo mejor.
Él mismo cerró los ojos en un intento de dormir. A la vez que pensaba que puede hacer para que ellas dejen de sentirse tan... asustadas y crean que él se irá.
Porque él no tenía la intención de hacerlo. Nunca.
A los minutos también se oyó su respiración calmarse. Estaba dormido...
El Modelo X había visto todo, la conversación lo había despertado. A la vez que sentía que esto era de esperarse. El trauma estaba ahí.
No era por ser presumido, pero era obvio que a Vent no lo afectara ya tanto. Estaba en sus venas... porque él también había sido así cuando tenía un cuerpo. El poder dejar de lado sus miedos tras pasar algo horrible.
Aún recuerda lo miedoso que era al inicio. Cosa que se fue yendo con el tiempo tras haber pasado tanto. Las amenazas contra el mundo no eran algo nuevo. Y él con sus amigos les hizo frente. Más con Zero y Axl, ya que los otros cuatro eran más... diferentes.
Y con todo lo que pasó y vio, siente que las cosas tomaron ese rumbo que lo volvieron quien es hoy.
Ya tiene muchos de sus recuerdos. Pero aún hay huecos. Huecos que no puede llenar y que no tiene sentido el como están...
Volvió a querer tratar de dormir, en espera de que sus sueños sean más claros. Necesita más que saber que la mujer que no puede recordar era rubia.
Y aún así, el saber eso... le daba una sensación extraña.
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Salem era una mujer que... ha vivido miles de años. Años que han sido la más grande de las torturas.
Era de noche y ella misma estaba segura que era bella, como siempre. El cielo y las estrellas en el firmamento... todo era bello, excepto la Luna. Esa sí era una imagen horrible.
La mujer soltó un suspiro. Esta era de las pocas noches que el sueño no la ha acompañado. Ha pasado horas tratando de que su experimento sirva. Pero aún no lo logra. Quizás sólo necesitaba descansar y ya.
Y no, hasta eso le era esquivo. Que maldita vida. Y no, no era porque en verdad le importe la vida. Sino que era que deseaba dormir.
Se acomodó en la cama que ella usaba en este lugar siglos. Amplia, cómoda... vacía.
Miró a su lado y sintió de nuevo ese vacío que había habitado su alma estos últimos miles de años. Desde que Ozma... no, incluso antes de que ellos decidieran sus destinos esa noche... mucho antes.
Y ahí yacía la verdad de las cosas, desde hace semanas ha estado con esta sensación, de que le faltaba algo. La sensación de que algo más estaba pasando y no sabía que era, la hacía sentirse enferma.
Como si una parte de ella estuviera vacía. ¿Qué era lo que significa eso? Miró el techo, alzó la mano y vio el como estaba. Pálida... con las venas siendo visibles. Y la hizo apretar la mano en un puño.
Su apariencia era del asco. Tanto como su alma y ella lo sabe. Por eso desea acabar esto. Desea que su sufrimiento cese. Ella... quiere desaparecer.
-¿Eso es lo que deseas en verdad? – esa era la voz que vino a su memoria, el de un recuerdo salido de la nada. Uno que no sabía que tenía.
Flashback
Ella recuerda estarse resguardando de la lluvia con su compañero de viaje.
Él sólo vestía una gabardina azul y una capucha que le cubría la parte superior de la cara, pero a la vez, ella era capaz de ver uno de esos mechones marrones. Su cabello siempre jugó mal con él. Y mucho.
-¿Y que tiene de malo? No me queda nada en mi vida para querer seguir viviéndola.
-Ahm... ¿Hola? ¿Y esto? – el hombre la señaló ella como un todo. - ¿Qué hay de ti?
-Yo... no, sin Ozma no...
-¿Puedes dejar de hablar de Ozma por unos minutos? En serio mujer. Estás obsesionada...
-¡Es obvio, lo amo! ¡y esos Dioses...!
-Yayayaya. Ya estoy harto de oír lo mismo una y otra vez. Demonios, es molesto y eso que pensé que me había acostumbrado a eso.
Salem miró molesta a su acompañante. Ella también se había acostumbrado a su presencia, así como su forma extraña de ser.
No era como la mayoría de personas. Era... reservado la mayor parte del tiempo. Muy observador. Pero a la vez algo inocente. No, era muy inocente.
Una vez la miró desnuda y solo se le quedó viendo, no con lujuria, sino con curiosidad. Antes de asentir y decir que ahora entiende la clara diferencia en la anatomía masculina y femenina.
Obvio que se ganó un golpe y una semana de no hablarle. Debieron ser dos, pero él era insistente.
Desde ese día, él ha tratado de no ser tan invasivo con ella. Y eso lo aprecia.
Y cuando ella reniega o dice cosas malas, como que odiaba a los Dioses, él se callaba y dejaba que hiciera su rabieta, para luego preguntar si estaba mejor tras decir todo eso.
Y esa era la rutina. Una rutina que ella llegó a apreciar. Su acompañante era... comprensivo con ella. En lo bueno y en lo malo, más en lo malo. Donde él sacaba a relucir su sabiduría. Donde él mostraba el porque de su título.
Aún recuerda cuando ella dijo que los Dioses eran crueles con ella. A lo que él le dijo, que era de esperarse. Fue contra ellos por un capricho. Y ella le reclamó que no lo era. Era justo que tras todo lo que ha pasado, ella pida algo...
Pero él le dijo que no era la única en este mundo que ha pasado algo así o peor. Que ella no era la única víctima. Que no era especial.
Eso obviamente la molestó. Tanto que le lanzó una ráfaga de magia que él mismo detuvo con sus manos. Lo maldijo y le dijo que no lo quería ver para luego largarse a otro lado.
A las horas ella sintió como él la encontró y cuando le quiso decir que se largue, vio como estaba manchado de rastros de Grimms y algo de sangre. Su preocupación fue mayor y preguntó qué pasó.
-Solo me encontré con una ciudad de tipos que para alabar a los Dioses. Hacían sacrificios de Grimms y de... niños. – ella abrió los ojos con horror. – Si, pero es normal en este mundo que haya gente así Salem. Tu padre era un loco, pero sólo te encerró... no te abrió para sacarte los sesos y usarlos de ofrenda a Dioses que no los oyen. Jamás oyen. Lo he visto.
Ella no pudo decir nada. Se quedó en silencio a la vez que lo ayudaba a quitarse la sangre de encima. Sabe que no los mató. Ella lo sabe, debe de haber llamado a sus amigos para que hagan el resto, sólo los detuvo y... nada más. Eso deseaba creer.
-Hey, al menos ya no me ignoras.
Ella lo pasó a ver y notó su sonrisa. Una que trataba de ocultar el dolor que sentía. Y ella no pudo evitar dar una propia...
-Idiota. Anda, hay que limpiarte. No viajaré contigo oliendo a sangre.
Esa era la rutina. La mayor parte del tiempo él usaba su armadura, pero aprendió a usar las ropas normales de la gente cuando viajaban para poder pasar desapercibido. Y si ella era sincera, le agradaba más con ropas normales. Lo hacía ver más...
Salem detuvo su pensamiento y sacudió la cabeza. No, atrás pensamientos extraños. Su corazón era de Ozma. No puede estar pensando que su acompañante es apuesto ni nada de eso.... Y ya lo pensó... ¡Ngh!
-¿Pasa algo? – fue la pregunta de su acompañante, a la vez que ella negaba con la cabeza. - ¿Segura? Se te ve roja...
-¡Es el fuego! – ella movió la leña con un palo, para mostrar su punto. - ¿¡Ves!?
-...Ok. No es necesario que me comas la cabeza...
-Y así no es la expresión. Agh... a veces me sorprende lo tonto que eres.
-Eso es cruel... pero no niego que tiendo a ser algo distraído. Hay mucho que no sé aún.
Y ahí estaba ese deseo de aprender que había visto en él. Todo lo que le llamaba la atención, preguntaba qué era y que hacía... era un niño en tantas cosas. Que la hacía sonreír de vez en cuando.
Sabía que no debía de sentirse así. No sin Ozma... pero sentía que era muy necesario. Poco a poco la sensación de vacío en su corazón de iba yendo.
-Bueno, al menos ya no hablas de Ozma. Eso es un avance.
-... No molestes.
-Es en serio. Te pareces a esas chicas que tanto me dice Le...
-¡No me compares con esas descerebradas! ¡Al menos yo no me lanzo al príncipe del lugar y deseo abrir las piernas...!
-... ¿No lo hiciste con Ozma...?
-¡Soy virgen! – Gritó con clara vergüenza, dado que Ozma y ella, a pesar de lo mucho que se amaban, jamás pudieron consumar su amor dado que al poco tiempo él murió.
-¿Y eso que significa?
Ver su expresión de confusión, aún bajo esa capucha, la hizo avergonzarse más. Al menos le gustaría que fuera más como el resto. Le daría menos pena.
-...Que jamás he estado con un hombre. – no entendía... - Que... Ngh... no he tenido relaciones... - Seguía sin entender... - ¡Que jamás he hecho lo que se hace para tener bebés!
-Ooooh. Entiendo, ¿Por qué no lo decías? Es más, estás roja.
-¡Obvio que lo estoy! – esto era humillante. – Sólo.... Sólo sigamos en silencio.
-Ok. Igual me agrada esos momentos que tenemos en silencio. Es una lástima que no podamos ver el cielo nocturno hoy. Sé lo mucho que te gusta.
Salem lo pasó a ver con sorpresa. A la vez que... ¿Cuándo lo dijo...? Y él pareció ver su expresión de sorpresa, dado que sonrió bajo la capucha.
-Es obvio que te gusta ver el cielo nocturno. Siempre lo miras antes de irte a dormir cada vez que puedes. Hasta murmuras las constelaciones que logras ver.
-... ¿Cómo...?
-¿Qué? ¿Esperas que sea como Ozma que no notaba que te gustaba y que no, y solo te daba flores y promesas que un mortal no puedes cumplir? – ella frunció el ceño. – No digo que sea malo. Pero creo que si algo pasa al nivel de lo que ustedes, es más... un deseo de fantasía. ¿Qué de verdad hay en bajar la luna? ¿Qué significa?
-Que harías lo que sea por esa persona...
-Eso es algo que se dice con acciones. No palabras que el viento se puede llevar.
-No lo entiendes...
-No lo hago. Porque para mí, hacer lo imposible no basta para mostrar amor eterno. Debes de también entender a quién está a tu lado. Lo que le gusta y lo que no. Sus dones y defectos. Que vea quien eres en realidad. Apuesto que nunca se mostraron como eran de verdad.
-¡Eso es...!
-¿Él veía lo gruñona que eras? ¿O vio lo mucho que te gusta hablar cosas que se pueden considerar malignas, sólo que al final te das cuenta de lo cruel que suena y que es similar a lo que los Dioses te hicieron? Luego te calmas cuando dejo que sueltes toda tu frustración o te digo las cosas como son. ¿Eso hacía él...?
Quiso decirle que si. Que eso hacían. Pero al final, no lo era. Porque no hubo el tiempo ni... No, sabe que falta de tiempo no fue. Ella lleva viajando con él, el mismo tiempo que tuvo con Ozma y... sólo hubo promesas de amor eterno. De ellos siendo felices. Pero jamás tenían discusiones como las que ella tiene con este tipo.
El silencio duró varios segundos, hasta que...
-... Ves. Era un amor de fantasía... y tú lo sabes.
-... ¿Qué ganas con estarme restregando eso en la cara? – Salem sintió sus ojos humedecerse, ella en el fondo lo sabía. Pero se negaba admitirlo. Se negaba a... aceptar la idea de que se equivocó. Que lo que ha hecho no tenía sentido. Y que fue maldita... para nada.
-Que veas la verdad. La verdad hace a uno libre. Y con ella, puedes al fin ir a donde deseas ir de verdad. – Salem frunció el ceño. – No arrugues la frente, tu linda cara no debe de pasar por las arrugas aún.
-¿¡Como que aún!?
-Sabes que un día te harás vieja...
-¿¡Perdón!?
-... Sabes que es de mala educación interrumpir a uno...
-¡Y no me importa! ¡No me quedaré callada si me dices vieja! ¡Eso no te lo...!
Ella dejó de hablar cuando sintió que algo tocaba su frente, alzó la mirada y vio que era un par de dedos en ella que eran de él. Tocando la zona del ceño, como diciendo que se relaje.
No dijo nada, solo pensó que... era extraño. El corazón casi se le detiene. Le quiso decir algo, pero la boca no le respondía.
Es más, el ver la sonrisa de él bajo la capucha y lo cercano que estaba, dejando que pueda ver algo de sus ojos verdes, hizo que la respiración se le corte. ¡Y no entendía porque!
Ella retrocedió un poco, para así poder calmarse. A lo que él solo la miró con duda. Pero cuando pasó a ver qué la lluvia se había ido, es que salió a ver el cielo.
-¡Hey, ven a ver! ¡Creo que este es el tipo de Cielo que te gusta para ver las estrellas!
Salem se levantó de mala gana y caminó a la salida de la cueva donde habían estado tanto tiempo protegiéndose de la lluvia.
Al salir, alzó la vista y en efecto, el cielo estaba despejado. Se veían las estrellas en el firmamento. Y eso la hizo sonreír.
-Es una lástima que en Arcadia no hubo una vista cómo esta.
-¿Arcadia? – Salem lo miró con duda....
-Una ciudad del pasado... Hace 2000 años era común usar mucha energía. El uso de la tecnología y la magia genera una onda que afecta el ambiente. He visto humanos tratando de arreglar ese problema... pero sólo yo y los otros somos... seres que son un balance de ambos poderes. Somos seres nacidos de la magia divina, pero nuestros poderes vienen más de la tecnología.
Ella asintió, para luego pasar a ver el cielo. Miró de reojo a su acompañante y notaba que la vista le gustaba. El ver un cielo puro como el que tienen enfrente, es algo que a ella le agrada pensar, que no importa lo que pase siempre lo verá como algo especial.
-Sabes, te puedo enseñar las constelaciones.
-¿No son las agrupaciones de estrellas que les dan nombre de Grimms?
-No me quites las ganas de...
-Jaja. Lo agradezco. Sería genial hacer eso.
Ella soltó un suspiro y negó con la cabeza, este chico... a veces siente que ella es más madura que él, aunque tiene entendido que él ha vivido mucho más que ella.
-Si. Siempre es bueno ver las estrellas.
-Eso y que me agrada pasar tiempo cuando no estás toda gruñona.
-... ¿Y si me pongo gruñona? – preguntó ella con una ceja alzada.
-Igual. Nunca me aburriré de pasar tiempo contigo. Creí que lo dejé claro hace tiempo.
Lo hizo. Lo dijo. Pero para ella, las palabras habían perdido mucho de su poder y significado. Casi en su totalidad. Y aún así, las palabras de él la hacían sentirse bien...
Que agradecía que él mire las estrellas. Porque no quería que viera la sonrisa que tenía en la cara. Una que ella jamás pensó dar de nuevo desde la muerte de Ozma.
Era raro... pero se sentía viva de nuevo. Junto a él, sentía que la vida volvía a tener color.
Fin Flashaback
Salem abrió los ojos y sus emociones estaban en un estado que no había pasado en tantos años.
Se sentía triste al recordar a esa figura. Aún con la capucha, su sonrisa la hizo sentir algo que Ozma no pudo cuando se reunieron luego de milenios.
Que podía ser ella. La mujer que podía expresar su dolor y hasta sus angustias. Y que no la juzgaba, sino que la entendía y a la vez la quería hacer cambiar. No que la veía con miedo...
Salem no era estúpida. Desde el año uno de su matrimonio con Ozma es que supo que algo había mal. No era el mismo amor que tuvieron. Ese cuento de hadas que ella tanto deseo vivir. Y aún cuando la hija de ambos nació, es que las cosas se calmaron un poco, pero era solo efímero. Ya que los problemas volvieron... no se entendían.
Siempre supo que faltaba algo. Ella le decía a Ozma sus dudas e inconveniencias, pero él solo no entendía. Cuando dijo que podían ser los nuevos Dioses para estos humanos, lo dijo más en un sentido que ellos pueden guiarlos. Que ellos, pueden hacer que los humanos no cometan ese error.
Quizás su forma de decirlo, no fue la correcta. Y era obvio que no lo fue, dada la expresión que él le dio. De miedo y horror... lo que le dolió. No sabía porque, pero ahora recuerda porque.
-¿Qué seamos los nuevos Dioses? Vamos Salem, tras lo que has pasado dudo que desees ocupar el trabajo de ellos. Es más, ¿En verdad deseas oprimir a la gente como ha pasado contigo? ¿Qué haya más chicas encerradas en torres de manera metafórica? Sé que no eres la mujer mala y dolida que tratas de ser... sólo estás asustada de volver a estar sola.
Y eso era... Estaba asustada de estar sola. ¿Por qué...?
¿¡Por qué estaba recordando esto ahora!? ¿¡Dónde estaban esos recuerdos en el pasado!? ¿¡Donde!? ¿¡Dónde estaba él!?
Se levantó de su cama con fuerza y sus deseos de destruir algo aparecieron. Lo estaba por hacer, sólo que en ese momento... ella tomó aire. Lo hizo varias veces, en un intento de calmarse. En un intento de que... la ira no la domine como siempre.
Era como si un músculo que no ha usado en años, volviera a hacer su trabajo. Y eso la hizo maldecir todo. Porque los recuerdos estaban ahí, pero no eran claros. Sólo estaba la sensación. La idea... todo.
Pero quería recordar en su totalidad. Quería saber el porque esos recuerdos aparecen ahora. Cuando ya es tarde.
Salem tomó aire y salió a ver el cielo de la zona oscura en la que ella se encerró tantos años.
Era un cielo asqueroso... que no le daba nada más que dolor. Pero a la vez, sentía una extraña sensación al alzar la mirada y no ver las estrellas ni la Luna que tanto odiaba. Era como si algo en ella faltara al verlo...
Sabe que Watts y Tyrian están haciendo sus trabajos. Pero no confía en ellos.
Watts es una rata en todo el sentido de la palabra. Oportunista y que sólo trata de estar en su lado bueno por mera conveniencia.
Tyrian ni que hablar. A ese idiota solo le interesa matar. Y su locura con sadismo, nubla su juicio. Así como también esa obsesión leal que tiene a ella. Sólo por eso es que aún lo tiene a sus servicios.
Desde que todo se desencadeno, Salem hizo esto. Tener gente a su lado para poder cumplir sus metas, ya que ella misma no era capaz de mostrarse al mundo y poner a todos en alerta... ese era su pensamiento. Su modo de ver las cosas, pero sabe que en el fondo, es que sabe que el fracaso no lo soportaría. Además que... ¿Por qué hacer ella el trabajo cuando otros lo pueden hacer? Así eran las cosas.
-El punto en que no deseas estar sola. Por eso no me alejas como dices hacerlo.
-¡NO! – Ahí si perdió la cabeza y lanzó una ráfaga de magia hacia la pared, destruyéndola. - ¡No es cierto! ¡Lo hago porque ellos me sirven, nada más! – Salem miró a todos lados, como esperando que el origen de la voz aparezca, pero ella misma sabía que era solo su imaginación o los recuerdos de él ya siendo más presentes.
La mujer se tomó la cabeza, queriendo suprimir la voz en su cabeza que cada vez se hacía más clara. No la quería oír... ¡No quiere oír la voz de alguien quién no recuerda del todo!
-¡Déjame en paz!
Salem fue a su cama y se acostó en ella, para poder hacer el esfuerzo de olvidar esa voz. Ya que al final... solo la confunde.
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Ya había amanecido en Argus, era un día más. Y todos lo sabían. Estaban por ir a ayudar a lo que sería la reconstrucción de la ciudad.
-Oigan, ¿Y Neo? – Fue la pregunta de Nora al salir de la tienda donde ella dormía con Ren y Jaune.
-No idea. Pensé que estaba contigo. – Jaune también salió de la tienda para ir con ella.
-Es posible que haya salido a caminar. Lo hace seguido estás noches. – Las palabras de Ren eran verdad. Neo lo hacía seguido.
-... Creen que suele con algo malo.
-Es posible. – Jaune se rascó la nuca al decir ello. – No me sorprendería. Y me preocupa el equipo RWBY, ya que...
-Lo sabemos. – Ren le hizo el recordatorio de que ellos también habían estado ahí.
Los tres avanzaron hasta pasar por la otra tienda, de donde salió Óscar, quien...
-Oh. Llegaron.
-... ¿Qué hacías en la tienda de Pyrrha? – Jaune hizo la pregunta algo tenso.
-Vine a ver cómo estaba. Además que Ilia está ahí también. Las dos ya se pueden levantar, están mejor.
Oscar respondió las cosas como si nada malo hubiera pasado. Y así era. Era Pyrrha. Esa chica era la rectitud encarnada. Jamás haría algo para ir contra Jaune.
Ren no le tomó importancia. Pero Nora afiló la mirada. Ella puede ser muchas cosas... loca, algo distraída, que parece no pensar lo que dice...
-¿¡Hm!?
... Ahm.... Pero no es bruta. No señor. Era de seguro de las más observadoras de todos los presentes. Hasta fue capaz de ver lo que otros no. Y ese algo, eran las emociones.
La chica abrió bien los ojos, metafóricamente, en el momento que entraron a la tienda. Debe de reunir pruebas para ver si su hipótesis es... real o no.
-¡Hey! Buenos días. – Ilia estaba como siempre cuando no usa sus facultades como Faunus o su forma como Megaman. – Llegan justo a tiempo para ver cómo Pyrrha lucha con las sábanas.
-No es verdad. – La pelirroja se amarraba el cabello en una cola de caballo baja. – Solo me costaba levantarme.
-Meh, detalles. – Ilia movió la mano en señal de que le da igual. La Faunus vio como Jaune se acercó a Pyrrha y le dio un beso de buenos días. – Ew. No coman frente a los pobres.
-Que yo sepa, esa no es su culpa Ilia. – La Faunus rodó los ojos a las palabras de Ren. – Y también, creo que también puedes aceptar que es algo normal que las parejas...
-Agh. Sólo besa a Nora y cállate...
-¡No estamos juntos juntos! – Fue lo que Nora gritó muy avergonzada.
-Aja.... A eso yo llamo hipocresía. ¿No creen?
Todos excepto los afectados rieron. Nora juraba venganza contra esta Faunus, así sea lo último que haga. Pero en eso, la chica notó lo que era una señal de que sus dudas estaban infundadas.
Ella vio como Óscar desvió un poco la mirada y eso la hizo entender que... puso una expresión triste. Esto no sería fácil.
-Por cierto. – Pyrrha se puso su casaca roja y ya estaba lista para salir. - ¿y Neo?
-Justo la estamos buscando. – Jaune le respondió a la pelirroja. – Quizás haya ido con Vent.
-No me sorprendería, es decir... tras lo que pasó. – Óscar dijo eso con un cierto tono complicado. – En momentos como estos, me alegro de tener memorias de Ozpin, ya que él ha visto gente cercana suya morir y... no es lindo. Más cuando...
-Lo sabemos. No creas, me afecta. Pero a la vez, nos hace ver que no somos invencibles. – Ilia miró al Modelo A con su forma nueva. – Ahora tengo en cuenta el verdadero peso de lo que hacemos.
-Lo que se vendrá no será sencillo. Atlas es un reino cerrado en varias cosas. Dado su Maestro.
Las palabras de Ren eran las de alguien que sabía que era lo que estaba pasando. El líder de Atlas era algo que nadie puede omitir o negar. Más cuando estabas seguro de que al final, todo lo que pasa es cosa... de que el Maestro del lugar, es el más duro de los Grandes Maestros.
Mikhail es un anciano amable si lo comparan con Thomas. Los rumores y lo que se sabe, lo dice todo.
Que situación más asquerosa la verdad.
-Ya. – Pyrrha tomó la palabra. – Sé que no es sencillo, pero hemos logrado sobrevivir hasta ahora. Superado lo imposible... Creo que tenemos la habilidad de hacer esto y más. Sólo hay que seguir dando lo mejor.
-Es verdad. Ya no nos podemos retractar de lo que estamos viviendo y mucho menos asustarnos. – Jaune también tomó la palabra. – Tengo fe en nuestro éxito futuro, aunque no sean fácil.
Es verdad. Ellos lo saben. Es más, el ver como Pyrrha miraba a Jaune, hizo que todos entiendan que esos dos...
-Salem es un problema constante. Aún no sabemos del todo sus planes, ha estado mucho tiempo callada. – Óscar tomó la palabra, no mirando la mirada que Nora le estaba dando. – Y eso es preocupante. Debemos de tener cuidado en Atlas. Con todo lo que ha pasado, no confío mucho en que...
-Te detengo ahí. – Ilia detuvo al chico de seguir hablando. – Si bien no confío en nadie, creo que lo mejor sería decir cositas de la verdad. Para que no nos salten encima si descubren información que tenemos nosotros. Como la inmortalidad de Salem.
-Pero...
-Oscar. – Pyrrha miró al muchacho. – Sabemos que es la parte de Ozpin en ti la que habla. Pero a la vez, creo que también debes de entender que el haber ocultado tanto y tener todo para si mismo, fue el error más grande de Ozpin. Y no, no diga que él sea malo... sino que no tuvo amigos de verdad que lo sigan como nosotros lo haremos. Así que... no creo que debamos de ocultar todo. Digamos lo relevante. Dado que está bien desconfiar de los altos mandos de Atlas dada la situación.
-Técnicamente, jamás han sido de gran ayuda. ¿Qué? No me vean así. Digo la verdad.
Ilia alzó las manos en señal de paz, dado que ve que la desean matar. Pero a la vez, sabe qué tal vez no fue el momento adecuado para la broma.
Oscar negó con la cabeza mientras reía un poco. Miró a todos sus amigos presentes y asintió.
-Gracias. Creo que esto era lo que Ozpin no tuvo en su momento. Amigos en los que confiar al 100%. – Óscar les agradeció a todos con la mirada, aunque esta se quedó un segundo más en Pyrrha. – Gracias por ser mis amigos.
Y si bien eso era algo que no se debía de dudar, es que Nora lo notó y se puso tensa. Oh no... lo que le faltaba. Esto es malo... muy malo. ¿Cuáles era las probabilidades de que eso pase?
-Ahm... ¿Vamos a ver a Vent? Suponiendo que sigue dormido.
-No es mala idea Nora. – Jaune apoyó su idea, a lo que ella dio un suspiro. – Vamos. Debe de estarse aburriendo en esa tienda.
Y así fue como todo salieron de la tienda para poder ir a ver a su amigo. Aunque, Nora no se le veía muy animada por una razón.
-... ¿Qué te pasa...? – Ren le hizo la pregunta, a lo que ella solo...
-... Un triángulo amoroso con solo una salida. Perfecto, lo que nos faltaba al drama. – Nora estaba murmurando cosas a la vez que se le veía muy tensa.
Ren no entendió nada de lo que ella estaba diciendo. A veces su amiga es tan rara.
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Ya era de mañana y su cuerpo lo sabía. Vent abrió los ojos y sintió el peso de las cuatro chicas en él.
Es verdad, ellas habían dormido con él para no tener más pesadillas. Y eso era algo que él tenía que entender. Parece que deberá...
-¿Mmm? – alzó la mirada. – que raro, siento un peso extra en la cintura. – Alzó la mano como pudo y cuando tomó su sábana para quitarla, es que la vio... - ¿¡Qué demo...!?
Sobre su cintura, habiendo logrado abrirse paso entre Ruby y Weiss, se hallaba una dormida Neo que abrazaba su cintura y tenía su cabeza en lo que sería su entrepierna.
Sentía la respiración de ella, a la vez que ella se acomodaba. Contuvo el aire, dado que el contacto en esa zona al despertar era malo. Pero fue esa reacción lo que hizo que Neo abra los ojos con algo de flojera. Ella alzó la vista y vio donde estaba dormida. Lo que estaba al lado de su cabeza y como este estaba despertando.
La chica puso sus ojos sobre eso, luego miró a Vent. Notó el sonrojo y la mirada que él tenía, de que no estaba preparado para lo que estaba pasando. La chica sonrió con malicia y él negó con la cabeza.
Neo alzó la mano y empezó a tocar la zona, a la vez Vent trataba de contener el sonido que deseaba salir de su garganta. No ayudaba que Neo empezó a dar besos a su entrepierna a través de la tela de sus pantalones. Agh... No, debe de ser fuerte.
Pero fue cuando ella parecía lista para bajarle el pantalón, que su cerebro al fin hizo conexión.
-Neo. No... - Ella lo miró con duda. – No es necesario. Así estoy bien... - Eso y que si esas cuatro despiertan y ven lo que pasa, lo matan. – Vamos, hay que...
Neo no hizo caso y abrazo su cintura y pego su cabeza su estómago. Agh... ahora tiene sus pechos sobre su... ¡esto es peor!
Quiso decir algo, pero cuando la vio temblar es que...
-Neo... ¿Qué...?
La chica alzó las manos pero no la mirada. Empezó a hacer señas, para decir lo que pasaba.
"No puedo dormir. Lo veo... tu muerte. Como veía la de Roman. Como... como recuerdo lo que más me asusta. Y lo odio... odio sentirme así, asustada e impotente. Pero... es lo que pasa. Porque tú me importas... mucho. Y no quiero..."
Vent no dijo nada. Sólo dejó a la chica volver a abrazarlo. Se quedó un rato así, pensando en que puede hacer o decir para que ella se calme un poco. La verdad, no habían muchas cosas que pueda decir. Sólo podía decirle la verdad.
-No iré a ningún lado Neo. Eso te lo aseguro. Siempre volveré con ustedes. Dado que son lo que más me importa.
-"Roman también se fue y..."
-No soy Roman. Eso lo sabes muy bien. Y yo prometí no dejarte sola. ¿verdad? – Neo alzó la mirada y se veían sus ojos llorosos. – No me vas a perder Neo. Te lo prometo.
Neo lo miró unos segundos más, para luego asentir. Ella, una ex criminal, siendo tratada así por este chico. Vaya que las cosas habían cambiado. Y no le importaba. Para nada...
Neo se irguió y movió su cuerpo para poder estará sobre él, tener su cara al nivel que el de él. La tomó con sus manos y se sentía la respiración entre los dos..
-... Ahm... ¿Neo? – Vent era capaz de ver el color de ojos de ella. La chica le sonrió y puso sus labios sobre los de él en un beso casto que duro solo unos pocos segundos.
Ella se separó de él y vio el como él estaba sorprendido por lo que había pasado. A la vez que... Ella abrió la boca y dijo unas palabras que no sacaron sonido, pero él las pudo leer muy bien en sus labios.
En su vida pensó que Neo le dijera: Te amo. Y más cuando él mismo, no sabía que pensar. Y ella sonrió, dado que sabía que él podría dudar un poco. Y no le molesta. Para nada. Solo la hace entender que pase lo que pase, debe de ser más directa con lo que siente. Dado que hace unos días sintió el peor horrible posible, el ver a la persona que amaba muerta.
Y ella se había negado meses a sentir eso... Pero el tiempo no la ayudó. El tener que ver como él la trataba, a pesar de su pasado. A pesar de todo, ella se sintió como una persona normal con él y eso era lo que la hacía... estar así.
Se hizo a la idea recién cuando llegaron a Mistral. Donde ella misma se contuvo, dado que era justa en esto, sabía que Weiss era la que más sufría por su indecisión. Por ello es que... no dijo nada.
Pero ya no, ya no hay limitaciones. Ha visto como Jade y Aile lo miran. Ella se juró que solo el equipo RWBY estarían primero antes que ella, pero ¿Qué otra se le adelante? Oh no, eso no...
Ya no se iba a contener... e iba a empezar desde ahora. Ya le dijo lo que sentía y un beso suave, ahora le dará uno como se merece. Y cuando estaba por hacerlo...
-¿Qué haces...?
Vent se tensó al oír esa voz y Neo solo miró a su lado. Se pudo ver como era Yang la que estaba despierta y ella tenía los ojos rojos, dado que la escena que estaba viendo no le estaba gustando nada. Más al ver que...
-... Lo puedo explicar. – Vent trató de que las cosas no vayan a más, pero...
-Si, claro. – Yang miró a Neo con fiereza y... - No creas que puedes aprovecharte porque te dimos permiso unos días atrás. Aún tenemos prioridad.
Neo lo abrazó con más fuerza y eso desató el infierno... ya que la demás también habían despertado...
Vent al ver ello, notó la mirada fría y vacía de varias, como sintiendo que el momento de ellas, se había arruinado por una intrusa a la que le habían dado el permiso de actuar, pero respetando el momento de ellas con él...
A él solo le quedó una salida...
-Oh mierda... - Aguantar lo que se le viene encima.
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A las afueras de la tienda, se veía a los demás llegar y justo cuando estaban por entrar...
-¡NEOOOOOOOOOOOOOOOO! – fue el grito de todo el equipo RWBY....
-... Quizás lo mejor sería esperar un poco.
Todos asintieron a las palabras de Jaune, lo mejor era esperar un poco...
Se notaba que algunas cosas jamás iban a cambiar.
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