94.
Geno se quedó aún en el Au, buscando a Reaper como podía, sentía su presencia, no debiera estar lejos.
Como si sus plegarias fueran escuchadas lo vio flotar por uno de los pasillos de piedra, parecía que estaba buscando a alguien.
-- Reaper.
El Dios no pareció inmutarse al ver al semi-muerto estar en su templo, es más, lo pasó de largo pronunciando un "hola" y seguir observando por cada cuarto y esquina.
Geno sacó los cálculos, eran exactamente dos horas desde que vio al pequeño niño irse a quien sabe dónde.
-- ¿Se puede saber a quien buscas?
Lo siguió apresurado, no iba a dejar que se fuera y más encima le ignorara, de alguna manera le dolió.
Reaper seguía sin atenderlo, ya había caminado diez minutos tras él, no lo soportó y soltó.
-- ¿Es acaso un niño con túnica blanca?
De inmediato se detuvo, pareció dar en el blanco por ver su rostro, aunque su expresión no podía describirla.
-- ¿Donde está?
-- ¿Me puedes explicar al menos quien es?
-- Geno. Dónde. Está.
-- No lo sé. Se fue llorando por ahí. ¿Qué quieres que haga? Me estaba preguntando cosas de ser su padre. ¿Desde hace cuanto tú lo escond-
-- ¿¡Llorando!? ¿Que hice qué? ¡ES TU HIJO!
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