El lugar donde visitaban constituía en tiendas de manualidades a lo largo de la villa humana, los puestos rebozaban de flores, marcos, joyas de oro, plata y otras piedras. Geno estaba agradecido que aún no hubiera tantas personas circulando por ahí, era incómodo, más por el punto de su inexperiencia después de años estando en soledad, ya iban a ser tres. 

Reaper estaba adorando cada flor, colocando alguna que otra en su capucha, para el de bufanda, parecía un florero ambulante, pero iba a eludir el tema, seguramente el Dios estaba emocionado de poder tocar la vida sin temor a marchitarla.

Geno seguía al otro en silencio, su cabeza perduraba en la migraña, bloqueando las posibilidades de recordar qué había ocurrido anoche.

-- Geno, anímate a comprar algo.

Insistió la Muerte, en su carruaje le había ofrecido un montón de monedas de oro, para que comprara lo que más gustara, aunque para Geno, no le interesaba los adornos, ¿Dónde más colocarlos? tampoco era muy fan de usar joyería.

-- No. Estoy bien así, Reaper. --Suspiró.

-- Oh. Mira. Ellos están vendiendo bellas flores, ¿me esperas acá o vienes? 

-- Puedes ir. Seguiré mirando por ahí.

Reaper se encogió de hombros y se apartó del de bufanda, quien se quedó con las manos en los bolsillos observando el puesto de collares sin mucho interés. De pronto, por la cuestión de que el silencio se le hacía eterno para sí, oyó voces de unas humanas conversando, por curiosidad aunque sabía que no hacía lo correcto les dio más atención, sin dedicarle mirada.

-- ¿Y quien es tu persona especial? 

-- ¿Recuerdas al chico que vimos hace un tiempo atrás mientras paseabamos?

-- Noooo, ¿De verdad es él?

-- ¡Sí! Y ahora vamos a hacer lo que la leyenda nos implora.

-- ¡Mucha suerte! Recuerda que es en la laguna de la creación, ojalá el oro sea el valor de vuestra relación. 

-- Lo será, vamos a unir nuestros destinos, ¡Como los dioses!

-- Geno. 

El aludido se encogió de hombros asustado cuando alguien lo llamó, y quién más era el único que lo conocía en ese Au. Ladeó la cabeza y sin palabras vio a Reaper inclinando la espalda y con una flor blanca con detalles rojos.

-- ¿Y-Y eso? --Cuestionó sin comprender por qué estaba en esa posición, incrédulo, seguía en las nubes con la conversación de ellas dos.

-- Es para ti, bae, son pocas las que hay y me recordó mucho a ti. --Reaper le guiñó el ojo, Geno ya ni se acordaba de su actitud de hace meses atrás.-- Y qué mejor una flor para una flor.

-- No soy una f-flor.

-- Algún día verás lo que yo veo, Geno. Acéptala. ~

-- ¿Y ser el chico de las flores? Tú ya ocupaste ese puesto. --Con rubor en sus mejillas aceptó la flor, aunque Reaper fue quien se la acomodó en la bufanda de tal forma que no cayera, rieron por lo bajo.

Geno observó los pétalos, y volvió a mirar los collares, ya se le estaba ocurriendo en lo que iba a gastar.
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¿HAN VISTO EN QUÉ PUESTO ESTÁ EL FANFIC? CHILLO DE EMOCIÓN.