58.
-- ¿qué estás diciendo, Reaper? --Susurró ebrio y aún encima de él, increiblemente usando tactos delicados, mirando fijamente si podía decirse así al otro.-- Eres bello, eeres, eres perfecto para mí, a-amo verte, estar contigo, incluso cuando me acosabas sin parar, no quiero quie nuuunca me dejes...
Su mano poco a poco se deslizaba a la botella de vino aprovechando la posición, Reaper estaba azul y sin poder procesar que él le dijera esas cosas tan de golpe, la sinceridad del otro y ser tan abierto pese a que fueran los efectos del alcohol le daban en su alma un profundo dolor envuelto de muchas emociones, ¿qué responder a eso? notó a donde dirigía su mano y rápido reaccionó en empujar la botella para dejarla fuera de su alcance, Geno apenas pudo rozar el vidrio, rindiéndose al optar por tener toda su atención al que estaba bajo suyo.
-- Dije que no más vino, estás mareado.
Geno rió por lo bajo, sin tener las condiciones como para darse cuenta de la situación, se acercó un poco.
-- Hahah, okey, g-ganas esta vez... mh... puede... que esté un ppoco mareado, no creo... poder levantarme.
El mayor sintió un revoltijo en su alma cuando el otro estaba cada vez más cerca, intentó ayudarlo pero de sus labios salió algo que no aceptaba en ese momento.
-- Hum... levántate, Geno, cariñ. --Antes de terminar, se dio cuenta de cómo lo llamó, puede que en antaño lo llamaba de esa forma, pero nunca con el sentido de apodos cariñosos con sentimientos correspondidos, antes lo hacía para molestar, pero ahora todo era diferente, el miedo simplemente lo cambiaba.
Claramente el otro lo había escuchado, sonrojado pudo incorporar un poco el cuerpo, ahora frente a frente con sus rostros, volvió a reír embobado, se sentía muy bien ser llamado de esa forma.
-- Vaya... ¿Estamos c-con las mismas, huh? Amor. cariño, cielo, querido, te quiero... demasiado, Reaper. --Acercó ahora su rostro con suma lentitud, ya con obvias intenciones, provocando mariposas al otro.
Reaper intentó detenerlo con titubeos en sus palabras, temblaba de ilusión, su alma daba vuelcos, pero lo peor, es que lo deseaba a la vez, sentimientos que lo contradecían, solo pudo cerrar despacio las cuencas, dejándose fluir por sus palabras y sensaciones. Ambos rompieron la distancia en un beso, un choque de dientes sin intenciones de ser corto, duradero y con todo el amor del mundo, el Dios se sintió en el cielo por un momento, ¿Así se sentía de verdad el amor? agradable y nuevo, una experiencia única.
Se miraron al uno al otro al separarse, y sin más, Geno se desmayó o durmió, quien sabe, sobre Reaper, mareado, el Dios suspiró sin evitar estar más azul, era hora de llevarlo a la cama de invitados, sería mala idea llevarlo a su propia cama.
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