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Parte 9

Jeon Jungkook:

Hacía cuatro años, después de que había comocido a Joa en el cementerio para llevarle flores Yoobin, pensé que había encontrado a la mujer de mi vida, en sí, sabia que la había encontrado pero tenía que luchar más duro por ella que en una guerra con un fusil en la mano. Era jodidamemte difícil estar con ella.

Al principio, cuando nos comenzamos a conocer y quedar para hablar y contarnos cosas era fácil porque sus padres no lo sabían, no sabían que hablaba y se encontraba con un chico de clase baja como la mía.

En la primera cita no tuve el suficiente dinero para llevarla a un restaurante lujoso como ella se merecía, porque Joa se merecía todo lo bueno en esta vida. Era una chica hermosas físicamente y de sentimientos estaba simplemente a otro nivel, era carismática, divertida, nunca me había reído tanto con una chica como lo había hecho con ella.

La llevé a un parque de diversiones y me regaló una sonrisa tan magníficamente grande y preciosa que no podría borrarla de mi cabeza ni aunque muriera y volviera a nacer, porque había quedado más encantada que si la hubiera llevado a otro lugar.

Fue nuestra primera cita como pareja, o eso era lo que nosotros pensábamos, nos etiquetábamos así a escondidas porque aún no éramos oficiales para nadie. Juré no olvidar nunca las sonrisas y la cara de felicidad de Joa en cada cosa que se montaba y como jugaba dándome del algodón de azúcar antes de irnos, le gané un conejo enorme de felpa rozado y bonito con tiro al blanco con una pistola que disparaba pelotas a unos patitos, también le gané una pulsera de plata colocando un dardo en el centro de la diana y así fue, los juegos como estos siempre se me habían dado bien.

—No es mucho, pero es mi regalo como novia —le dije ese día, ella sonrió tan brillante que casi hizo que perdiera la vista. Me acarició el rostro con cariño y mirándome con ternura.

—Todo lo que tu me des es especial, Jungkook —sonreí como un tonto. Estaba tan enamorado de Joa que me sentía como un estúpido.

Joa dijo esa vez que no se quitaría nunca la pulsera, y realmente comencé a admitir que mientras la tuviera en la mano, ambos estaríamos unidos.

La siguiente vez fue más arriesgada, porque ella me había pedido ir a cenar a su casa, le dije que tal vez era un poco pronto, pero me ignoró y fui a su casa vistiendo de la mejor manera que pude.

Joa vestía tan bien, tan fina y a la vez tan sencilla que aún así me sentí un pordiosero a su lado, porque ella parecía una muñequita de las más caras del mercado, de esas que yo no podría comprar aunque le hubiera llorado mucho a mi madre.

El señor y la señora Lee me recibieron con cariño, todo bien hasta ese momento porque ellos pensaban que éramos solo amigos, y ellos no se oponían a los amigos que escogía Joa. Cenamos ese día tranquilamente hasta que llegó la hora de las preguntas de los señores Lee para conocerme.

—¿A qué se dedican tus padres, Jungkook? —preguntó el señor Lee comiendo con una finura palpante y levantando sus cejas.

—Mi madre trabaja como auxiliar de limpieza en una casa y mi padre... Bueno, el murió en la guerra de 1998, un año después de que yo naciera, no tengo ningún recuerdo de él pero mamá me dice a cada rato que fue un buen hombre y murió luchando dignamente —conté, solo Joa conocía mi historia, y quería que su familia la supiera para que viera que soy un buen chico.

—Me imagino, que bueno que Joa tenga un amigo tan... Humilde —fue ahí cuando vi que aunque dijera e hiciera lo que fuera, nunca iba a hacer aceptado por la familia de Joa, porque ellos me miraban vestido con pantalanes de mezclilla sencillos y una camisa blanca sin ningún atributo, y era poca cosa al lado de su hija.

Ese día, Joa y yo supimos que no estábamos hecho para estar juntos en el ojo de la sociedad en que ella vivía, que esto solo podía hacerse a escondidas, y cuando tuvimos ese día la oportunidad de escaparnos con la excusa de que ambos íbamos al baño, Joa fue primero y yo pregunté si había otro baño, pero solo era una excusa para buscarla, y Joa me arrastró hacia uno de los baños de su casa y me besó con hambre y necesidad mientras yo estaba sentado en el inodoro y ella encima de mi frotándose contra mi entrepierna.

Le hice el amor en el baño de su casa a escondida de sus padres, y supe que así iba a ser a partir de ese momento, todo a escondidas.

El día que vi como Joa se casaba con ese tal Woosuk ya me había convencido de que ella no era mía, me había dejado prefiriendo que sus padres decidieran por ella en vez de hacerle frente, y la sentí una cobarde o no me quería lo suficiente, estuve escondido viéndola vestida de blanco mientras sostenía y se unía en matrimonio con otro hombre que no era yo. Realmente me dije a mi mismo, viendo a Joa uniese a otra persona que debía de olvidarme de ella, porque me hacía mal pensar en ella, tenerla a ella me hacia demasiado mal, tenía que dejarla hacer su vida y yo seguir con la mia aunque fuera difícil.

Seguir con mi vida a pesar de que no la iba a poder olvidar tan fácil... Oh tal vez nunca.

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