Parte 8
Jungkook se mantuvo mirándome, serio y sin mencionar una sola palabra, al ver que solo lo había hecho para romper la bonita atmósfera que había construido con Song, me di la vuelta con la intención de irme, no valía la pena.
—Joa —me detuve, era algo que hacia involuntariamente, sin yo darle órdenes a mi cuerpo y este sin responder a mi mente.
—Vaya, tú si puedes llamarme por mi nombre y tú para debes de ser, señor Jeon, que ironía —dije, sin darme la vuelta, porque justo ahora me había cabreado y no quería verle la cara.
Jungkook parecía querer molestarme mucho y por eso lo oí caminar hasta que lo vi pasar por mi lado hasta ponerse de frente a mi, traía la boina del uniforme y solo vestía con una camisa blanca ajustada a su cuerpo y enseñando sus brazos y el pantalón de camuflaje verde con las botas del uniforme. No sabía como podía verse tan guapo vestido de esa manera, pero lo estaba, los hombres se veían sexies vestidos de militar, y Jungkook era un caso bastante aparte, porque vestido así se veía superior.
—Pensé que estabas separada de Woosuk —dijo, ignorando lo que había dicho y lo miré a los ojos.
Algo dentro de mi se abrió, porque que me dijera eso solo me aseguraba que había estado pendiente de mi, que sabía que me había mudado sola a un apartamento y que no vivía con Woosuk desde la vez que tuve el ataque de pánico después de qué él me dejara. Habían sido años difíciles sola, pero había luchado mucho para soportar cada ataque de pánico que sufría cada vez que recordaba lo mucho me hacía falta, fueron cuatro años extrañandolo continuamente, y no había podido olvidarlo nunca.
—No vivimos juntos, pero si estamos unidos aún, si es que se puede decir así, esta alianza te dice algo ¿no? —le dije mostrando mi dedo, él lo miró —¿Ahora te molesta que hable con otros chicos? Que curioso son las cosas ahora —apretó su mandíbula.
—Joder, ahora te pones a la defensiva y no paras de hablar, ya te dije que lo nuestro no fue nada, un error —recalcó, y vi que lo hacía solo para quitarle importancia a lo que había preguntado antes y para abrir más la herida.
Asentí, dolida nuevamente, y sin mencionar ni una sola palabra lo rodeé para llegar a mi habitación que estaba justo delante. Antes de entrar completamente y dejarlo atrás, me giré para hablar.
—Yo te sigo queriendo como el primer día, y estoy dispuesta a luchar con y contra lo que sea para recuperarte, no dejes que esa coraza te vuelva un hombre tan frío que no muestra ni el mínimo de afecto porque aquí todos somos personas y sentimos. Hasta mañana, Jungkook —y cerré la puerta pegandome a esta y soltando un suspiro para liberarme de la tensión que había sentido segundos antes.
Solo era cuestión de tiempo, la armadura de Jungkook que se había hecho "ante Joa" iba a caer tarde o temprano, yo lo sabía, y estaba dispuesta a poner de mi parte para irla destruyendo poco a poco.
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