Bajé las escaleras que daba a la cocina, tenía hambre y la comida que me daban aquí no me llenaba ni la tercera parte de mi estómago.

Me sorprendí al ver a Hoseok y a Seokjin caminado por el lugar y a Seokjin con un cuchillo cortando como un verdadero profesional, no sabía que hacía cocinando a estas horas de la tarde, pero supongo que si estaban aquí era porque tenían permiso de Jungkook.

—Hola, chicos —saludé, ambos me miraron sonriendo cariñosamente.

—Hola, Dra Lee, ¿Quiere comer algo? —preguntó Kim y asentí poniéndome a su lado —He hecho panceta de cerdo con sopa de frijoles negros —mi instinto de comensal se me activó al instante y se me hizo la boca agua.

—Uh, eso suena demasiado bien, necesito comida de casa —dije, Jin me sirvió en un platillo algunos trozos de panceta de cerdo y en un bol sopa y arroz.

Me quedé de pie cogiendo con un palillo un trozo de carne y cuando sentí esta en mi paladar abrí mis ojos enormes.

—¡Esto está increíble, Jin! —le mencioné, el sonrió orgulloso y comí más.

—Kim es el mejor cocinero del cuartel, pero es un poco arrogante, así que no lo halagues mucho —sugirió Hoseok y yo sonreí.

—Lo tendré en cuenta —levanté mi pulgar.

—Jung, tienes llamada en la recepción, parece importante —dijo uno entrando a la cocina informando y al instante salió.

—Joa, ¿puedes llevate esta comida a Jungkook? Debe de estar en su habitación —me dijo, yo abrí mi boca tragando rápido para negarme completamente pero Hoseok fue rápido en salir dejando la bandeja llena de comida delante de mi.

—Ni siquiera le dije que lo haría —refunfuñé para Jin y él se encogió de hombros.

Bufé, ¿tenía otra opción? Bueno, dejarlo pasar hambre era una, pero no lo había visto a la hora de la cena en el comedor con todos, así que al parecer no había cenado y por eso Hoseok le estaba preparando algo. Así que cómo era una blanda y me preocupaba muchísimo Jungkook y cogí la bandeja para ir a llevarle la comida. ¿Qué era lo peor que podía pasar?

☆

Toqué la puerta ya por quinta vez, y obtuve el mismo resultado que la primera: nada.

La habitación de Jungkook que estaba alejada de la mayoría parecía vacía, y yo ya me comenzaba a desesperar y un cansancio en mis brazos por la dichosa bandejita de mierda.

Bufé irritada al no obtener respuesta y giré el pomo de la puerta buscando suerte en que estuviera abierta, y así era, la puerta estaba abierta como si nada. Me repetí a mi misma que solo debía dejar la bandeja y salir sin que Jungkook me viera ya que tenía la fortuna de que aquí no hubiera nadie.

Me paseé por la pequeña sala de su dormitorio, el cual se parecía mucho al mio, tenía una pequeña cocina con una mesa para comer, una sala con televisión y un sofá en L y algunas puertas que parecían el baño y una habitación, aunque bueno, tenía enterado que los hombres en el cuartel se bañaban todos juntos en un baño, nada más allá de la realidad, pero supongo que ser jefe te brinda ciertas comodidades como tener un baño propio, porque al menos, yo si que lo tenía.

Caminé hasta la cocina para dejarle la comida allí, una vez dejé la bandeja salva y sana -pero desgraciadamente fría- proseguí a irme, sin embargo, me detuve frente a la mesa que había en el comedor.

La pantalla del móvil que yacía encima se había encendido con una notificación entrante y quise acercarme. Me dije que era un error, que no debía de husmear en el teléfono de Jungkook ni de ninguna otra persona, meterse en su privacidad no era bueno, no era nada bueno.

¿Pero qué privacidad de mierda cuando él también obstaculizaba la mía? Lo hizo aquel día con Song Kang y estoy segura de que podría hacerlo muchas veces más. Así que qué más da.

Cogí el teléfono entre mis manos y deslice la pantalla con mi dedo, pidió contraseña...

¿La abría cambiado? ¿Y si no? Me pregunté a mi misma.

Intenté con la contraseña que antes Jungkook tenía probando a la suerte.

Cero, uno, nueve, siete, cero, nueve.

¡Y abrió! No la había cambiado, Jungkook usaba su fecha de cumpleños hasta para la entrada de su departamento, así que no me sorprendía que aún mantuviera ese hábito, y el haberme acordado de la contraseña después de cuatro años simplemente me hacía darme cuenta lo presente que lo tenía en mi mente, todo el tiempo, lo bien que lo conocía y lo mucho que lo recordaba.

Abrí la notificación, era de instagram, pero nada del otro mundo, solo un like nuevo a una de sus fotos.

Salí de instagram y rápidamente me mentí a la galería, quería comprobar si... Guardaba algo de lo que según él ya no existía, porque para mi existía más que bien.

Vi varias fotos de él, con sus amigos, algunas sin...camisa, joder, y... ¡No había borrado la foto que nos habíamos tomado juntos! La verdad es que nos la habíamos tomado con un filtro de Instagram que estaba en pésima calidad y salíamos bastante extraños, pero era la única foto que me había tirado con él y se había convertido en mi pilar, y él no la había borrado, seguía guardándola como la primera vez.

—¿Qué haces? —salté en mi sitió y me entró el pánico, el teléfono se me resbaló de las mano cayendo al suelo cuando giré asustada y agitada para encontrarme con Jungkook.

Ahí era cuando mi mente me gritaba:

¡Atrapada!

Pero ¡eso era lo de menos! Jungkook estaba brillante por estar mojado y desnudo, des-nu-do con solo toalla bastante pequeña en su cintura.

Tierra, has una grieta y trágame, o tal vez no...

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☆
Esta historia solo va a tener al rededor de solo 20 o 25 capítulos depende de si me extiendo o no, ya que es algo corto con lo que me siento bastante cómoda.

Se vienen cosas😏

(La foto que dice Joa está en multimedia y la edité yo😅)

Lxs sarangheo