Ruptura
🪄Un fic basado en el mundo Harry Potter del cual no soy experta y por ende podes leerlo aún sin ver las películas o leer los tantos libros. Si no sabes nada de ese mundo léelo como un fic AU de escuela ❤️
🔥Damirae (principalmente) y Zachrae 🪄 (podría haber un mundo de magia sin él? Sería una criminalidad...)
🪄¡Comenten! Dejen sus reviews. Los espero 🌹
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Oneshot: Ruptura
Rachel Roth era la chica más lista de su grado y quizás la más inalcanzable.
Nunca se vio ni lo más remotamente interesada por ningún chico.
Eso era extraño pero no tan extraño si conocías su extensa lista de menciones y premios en su currículum.
Según el mismo director iba camino a ser la mejor hechicera de la década sin lugar a dudas.
Muchos veían en ella una gran promesa que por fortuna estaba del lado del "bien".
Eso era mucho que decir siendo hija de quién era...
Sonrío.
No todos lo sabían pero ella era la hija del Señor oscuro ...
¿Cómo diablos ese sujeto que vio tan aterrador tuvo una hija así?
Inexplicable.
Los labios de Rachel eran rojos carmín. Estaba seguro que debían saber cómo el más dulce de los frutos.
Ansiaba desde que ingreso a este mugroso colegio tocarlos.
Sentirlos.
Besarlos.
Pero no podía llamar su atención como la de otras chicas.
¿Cómo podía ser posible que no lo encontrará atractivo?
La mayor parte de las mujeres se mojaba y caía rendida en sus brazos cuando el les hablaba cerca del oído simplemente.
Así de fácil las conseguía.
¿Pero ella?
Era un caso aparte y comenzaba a impacientarse.
Camino por los pasillos fríos de Hogwards luego de una llamada "urgente" de la bruja de su tía.
La cual fue solo para avisarle que se iría a París de compras y que nadie estaría en la Mansión.
Obviamente le pidió que lo esperara. Quería ir con ella. ¿Quién no querría ir a París, no?
Pero claro ella le dio una patética excusa para cortarle el teléfono.
Seguramente iría de paseo con su noviecito.
El imbécil de Constantine....
Le daba mucha rabia que lo abandonara en aquel lugar por ese tipejo.
Estaba tan furioso y con frío...
Se abrazo a su capa.
- ¿Cómo puede ser tan perra? - Lamentaba cada día de su vida la pérdida de su madre.
Se fue muy joven y en el ocaso de su vida no tuvo mejor idea que dejarlo en manos de la bruja de Zee.
Y ahora moría de frío abandonado en un colegio con espíritus errantes en los pasillos día y noche.
Incluso en los baños había una lunatica fantasma acosadora.
Un frío le corrió por la espina.
Dio la vuelta el corredor y de pronto escucho un grito ahogado que corto el silencio absoluto del corredor.
- Eso no fue mí imaginación.- Susurro por lo bajo.
Y lo más extraño fue que no había ninguna puerta allí.
Era solo un corredor húmedo y vacío que llevaba a la Torre de los Ravenclaw dónde al menos consiguió un cuarto privado donde ninguno de los canallas de sus compañeros pudiera entrar.
Ninguno era de su confianza.
Las chicas eran otro asunto.
La mayor parte de ellas eran unos caramelos fáciles de desenvolver.
Las volvía locas la jerarquía de su apellido y ni hablar su fortuna.
Las de Slytherin. A más de una de esas pudo meter en su habitación la última semana.
Y aún así seguía obsesionado con...
Rachel.
Ella jamás cayó en su juego.
No era ninguna tonta y sabía quién era un Zatara.
Y no le importaba en lo más mínimo que su prima fuera miembro del ministerio.
Ella lo volvía loco.
Otra vez escucho un grito ahogado y está vez fue muy claro.
Era una mujer.
Lo sabía perfectamente.
Era como si detrás de esos muros una chica estuviera gritando por algún motivo.
Quedó parado mirando por doquier.
Se acercó a una de las ventanas y la abrió.
Nada.
Tras el ventanal solo había una hermosa vista desde una altura de probablemente más de quince metros.
Era una noche tranquila.
Silenciosa.
¿Otro fantasma errante?
Cerro la ventana y al darse vuelta fue llevado por delante por alguien.
Alto.
- ¿Qué demonios te pasa?- Gritó con incredulidad Zachary al ver qué el sujeto apareció de la nada.
- ¿Y tu qué haces aquí estúpido?-
- Yo fui a atender una llamada importante o que ... ¿te crees que por gusto andaría caminando en estos mugrosos pasillos a esta hora?-
- Vuelve a tu habitación en este instante o no dudaré en ponerte una buena sanción.-
- ¿Sanción? ¿A mí? Recuerda tu posición Wayne. No eres nada. -
- ¿Qué dijiste? -
- Lo que escuchas. Ubicate. No olvides quién eres y quién soy. Se dónde está tu madre en este instante y se de qué clase de familia disfuncional vienes. -
- ¿Qué sabes tu de mí madre?-
- Lo que todo el ministerio sabe y lo que tu padre intenta ocultar. Que es una delincuente que no volverá a ver la luz del sol nunca. -
- Tu no se lo dirás a nadie. - Lo estampo contra la pared con fuerza y él se quejo un poco.
- Me han dicho que los dementores la están volviendo loca. Seguro ya se olvido de ti..-
Levantó la mano listo para darle un puñetazo y vio su sonrisa de satisfacción.
Rachel saldrá en cualquier momento.
Si. El trato era que ella saldría diez minutos después que el para darle tiempo a que se alejara lo suficiente y no crear sospecha alguna.
Apretó los dientes con rabia.
- No me vas a provocar con tus estupideces. Tu sabes perfectamente que esa información la puede dar solo el ministerio de magia. Si alguien llega a saberlo no dudaré en acusar tu traición y estoy seguro que tú prima sería expulsada.-
- Eso lo sé y no soy ningún imbécil. Solo estamos tu y yo aquí. Es una pequeña charla entre colegas. Nada más. Solo quería que sepas y recuerdes cual es tu lugar.-
- Pudrete. - Damián casi escupió cada silaba y lo soltó.
Se fue a paso pesado del lugar dejándolo algo frustrado.
Hubiera sido perfectamente capaz de recibir un golpe de ese perro sin correa de Damian con tal de verlo expulsado al cretino.
Resoplo.
Tuvo mala suerte.
Estuvo cerca igualmente....
Por alguna razón decidió marcharse aún cuando le vio unas inmensas ganas de golpearlo en sus ojos.
Gruño frustrado.
No tenía dudas de que sin él en la escuela sería el centro de popularidad.
No es que le importaría mucho la atención de todos.
Solo de las chicas obviamente.
Bostezó.
Tenía sueño ya.
Acostumbraba a dormir a las diez después de todo.
Su primera clase era muy temprano y debía descansar al menos ocho horas o su piel sufriría las consecuencias.
Se miro en el reflejo de la ventana.
Se mordió el labio.
Su rostro parecía esculpido por los angeles.
Se acomodo el cabello.
Sonrío.
- Soy lo mejor de mamá y papá sin lugar a dudas.- Murmuro.
Escucho un paso que se detuvo en seco al verlo.
Volteo inmediatamente y vio a Rachel parada justo frente a él con el cabello revuelto.
Nunca la vio desprolija.
No. Nunca.
De hecho siempre admiro su impecable presencia.
- Zatara ¿Qué haces aquí a esta hora?- Intento parecer autoritaria como siempre pero sus mejillas estaban coloreadas.
Estaba totalmente irreconocible.
Ella lo presentía también.
- Recibí una llamada e iba a mí cuarto ahora. ¿Tu estás bien Rachel?-
Sus labios estaban lastimados.
Hoy a la tarde no estaban así.
Estaban juntos en la clase de posiones y los vio perfectos como siempre.
Algo le sucedió.
Asintió.
- Tengo sueño. Nada más. Ve a tu habitación que estar en los pasillos de Hogwards a estás horas puede ser peligroso.-
No dejo de mirarla.
- ¿Estabas llorando no es así?-
Ella sonrió nerviosa y negó.
- Deja de decir tonterías y ve a tu cuarto. Última advertencia.- Levantó su capucha y se cubrió el rostro.
Se marcho a paso rápido al ala de mujeres de la Torre Ravenclaw.
Se quedó pensando y recordando que Damian apareció en el corredor de la nada exactamente igual que ella.
Estaba desalineado.
Y no es que alguna vez lo diría en voz alta pero debía admitir para si mismo que era impecable a la hora de vestir su túnica y bufanda.
Siempre.
¿Acaso ellos...
Negó.
No. No podía ser posible que ellos tuvieran una relación clandestina porque eso significaría que toda posibilidad con Rachel estaba acabada.
Camino rápido a su habitación y se encerró en ella.
- Se está cogiendo a Rachel. Se la está cogiendo y ella... estuvo llorando por eso.-
Sonrío ampliamente.
Algo sucedió entre ellos y lo iba a averiguar cómo sea.
Porque allí había una oportunidad que no iba a desperdiciar.
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Donna vio a Rachel levantarse extraña.
Por lo general y por algún motivo ella solía volver de los patrullajes feliz y rosagante.
- Te ves como la mierda. ¿Paso algo? No me digas que te peleaste con alguno de los prefectos otra vez.-
Ella negó mientras seguía cepillando su cabello.
Se ducho dos veces en menos de doce horas.
Era extraño eso hasta para ella.
- No. Todo lo contrario. Los chicos se portaron bien. Los niños de Slytherin aprendieron su lección luego de mí último truco.-
- ¿Y entonces qué te sucede?-
- Es solo que estoy cansada. De todo. Quisiera tomarme un descanso en la casa de mí Tía Alice este invierno. Quizás la llame.-
- ¿Tan grave es el asunto? Rachel tu me has dicho que tu tía no quiere saber nada de ti desde que entraste a Hogwards.-
- Somos familia al fin y al cabo.Se que me perdonará una vez que me vea así como perdono a mí madre justo antes de morir. Es una buena mujer y me ama. Además ella sabía que Hogwards vendría a mí tarde o temprano.-
- Siento que no confías en mí Rachel. ¿Porqué de pronto te quieres ir de aquí?-
Ella se levantó y sonrío.
- Estoy bien. Vamos al invernadero. Se nos hace tarde.- Le dijo mirando su reloj.
Donna le devolvió la sonrisa.
- Está bien. Si quieres contarme en algún momento que te sucede sabes que estoy siempre para ti.-
- Lo sé. Lo sé Donna.-
Camino por delante de ella con sus libros aferrados a su pecho.
Entro a su clase y se sentó con su compañera asignada para el trabajo especial semanal que les encomendó la profesora Sprout.
- Llegas tarde princesa.-
- Disculpa. ¿Me perdí de algo importante Cassie?-
Ignoro su molesta forma de dirigirse a ella y se enfoco en la clase.
- No. Solo nos dieron esto. ¿Qué es?-
- Son plumas de Jobberknoll mí querida tontuela. Podrías hacer una posion con ellas para ayudar a tu memoria. Es un elemento básico en la valija de una bruja.
Es algo que deberías saber desde el ¿Primer año, no?-
Cassie frunció el seño y a Rachel se le escapó una risilla.
- ¿A quién le hablas así idiota?-
- A una tonta pero muy linda Griffyndor desde luego ¿Cómo te llamas?-
La rubia se levantó dispuesta a golpearlo duramente.
Alguien le tocó el hombro y al verlo ella bajo los puños de inmediato con algo de vergüenza.
- No caigas en su juego. Eres mejor que eso Sandmark.-
A Cassie le temblaron las piernas ciertamente.
Ella le sonrío soñadoramente y Damián se marcho a su lugar junto a su amigo Kon del cual no se separaba.
- Pensé que no te gustaba.- Le murmuro Kon cuando estuvieron lo suficientemente lejos de ellos.
Sin embargo al menos Rachel pudo escucharlo.
Ella no dijo nada.
Solo dio un pequeño suspiro y se puso sus lentes.
- Zatara creo que debes ir a tu lugar.- Le comento sin mucho ánimo.
Estaba totalmente devastada.
Conocía lo suficiente a las mujeres como para saber que estaba dolida.
Por él.
Ahora no tenía dudas de que había algo entre ellos.
Le dolía... si.
Pero más le dolía verla triste por alguna razón.
Se golpeó la cabeza para despabilarse de tanta tontería que andaba pensando y se sentó tal como se lo ordeno.
Damian observo de reojo a la hija de Trigon por un momento.
Se acercó a Kon al oído y le susurro algo que ni su compañero sentado a la derecha pudo haber escuchado.
- Deshazte de ese sujeto. Me debes una.-
Su amigo oji-azul lo miro completamente adorado.
- Cuando pensé que te debía un favor pensé que hablabas de que te cubra con tu padre mientras andabas con una chica no imaginé que tenías en mente el sicariato.-
- Estuvo con tu ex mientras andaba contigo. ¿Enserio tan difícil puede serte darle su merecido?-
- Le prometí a Lois no meterme en problemas y además no tiene sentido que tú quieras dar de baja a uno de los tuyos. ¿No sé supone que entre los Slytherin se cuidan las espaldas?-
- Recuérdame nunca volver a pedirte nada.- Abrió su libro al ver qué la clase estaba a punto de comenzar e ignoro a Jon por el resto de la hora.
Donna miro de reojo a Raven mientras preparaba una posion.
- Creo que le echaste dos hojas más de edragon de lo que dice la lista.-
- No puede ser. Está pócima la puedo hacer hasta con los ojos cerrados.-
- Chequeamos juntas si quieres. No vaya a ser que nos estalle un pequeño error en la cara. Sabes lo que me pasó la semana pasada en la clase de artes oscuras. - Termino recordándole.
- Bien. - Comenzaron a buscar las hojas por toda la olla y efectivamente puso más de lo que debió.
Tuvo un error imperdonable.
En la más estúpida posion del libro.
Cassie se paró y fue a la banca de Damian a pedirle unos ingredientes y lo beso en la mejilla en agradecimiento cuando se los dio.
Se paro y le pidió en voz alta a la profesora permiso para irse de la clase.
- Bien. No voy a preguntarle qué le sucede tan solo porque tiene créditos suficientes como para saltarse mí clase Señorita Roth pero le ruego de que visite la enfermería si descansar no le es suficiente.-
La profesora era muy perceptiva.
Donna antes de que se fuera le pregunto si necesitaba compañía y lo negó.
Todos se quedaron viéndola porque ella jamás abandono una clase.
Ni siquiera faltó estando seriamente enferma.
¿Qué podría pasarle?
Pocos minutos después Zachary se levantó y fue al escritorio.
- Termine y usted sabe que no necesita ni chequear como está mí posion porque... Con talento se nace. -
- Me sorprende jovencito como puede existir alguien con más ego que tu prima. La más bella bruja de su generación sin dudas. Estoy orgullosa de que haya podido sentar cabeza al fin. ¿Porqué sabes? Ella era como tú. Anduvo con los muchachos más guapos de Hogwarts... Por eso entenderás que ver la invitación a su boda fue una gran sorpresa.-
- ¿De qué boda habla?-
- ¿Zatanna no es tu tutora acaso? La boda ella con el Sr. Constantine desde luego. Todos los profesores fueron invitados. Es de lo único que se habla en Hogwarts. -
- ¿QUÉ?- El grito llamo la atención de todos y él les dio las espaldas avergonzado.
- Tiene que haber un error. Ella no me comentó nada. Apenas están saliendo.- Le dijo casi en un susurro.
La sola idea de que todos supieran qué su familia estaría vinculado a ese sucio le era humillante.
La profesora saco una tarjeta de su cajón y se la enseñó.
La abrió y salió un holograma de ambos abrazados con una copa de champagne apunto de decir que...
Cerro la tarjeta antes de que alguien lo viera o peor lo escuchará.
Se tomo del pecho.
Comenzó a respirar hondo y a exhalar.
Lo hacía una y otra vez.
- NI SIQUIERA TOMA CHAMPAGNE. A ESE SUCIO LE ENCANTA EL VINO DE CAJA. ¡DE CAJA!-
Golpeó ambas manos contra el escritorio y sus ojos estaban teñidos de rojo de la impotencia.
...y toma directamente de la caja. Directamente ....
Imágenes comenzaron a golpearlo mentalmente de la última vez que se vieron en Francia.
Nunca sintió tanta vergüenza en público.
Jamás.
¡Encima era pobre!
- Zachary. ¿Quieres salir de mí clase y tomar un respiro? Estoy segura que tu posion debe estar muy bien.-
Asintió y camino por los pasillos vacíos de ese maldito frío castillo.
Zee era la única figura materna que tuvo en su vida.
Ella aunque jamás se lo dijera era de las mujeres más bellas que vio en su vida.
Era una princesa digna de un príncipe.
Todo era poca cosa para alguien así.
Nadie que conociera estaba a la altura de su alcurnia.
¿Qué clase de brujería pudo utilizar un vago como ese para conquistar a la gema más invaluable del ministerio?
¡Ni siquiera tenía códigos! Ni éticos ni morales.
Era una escoria ...
Entro a uno de los baños.
Necesitaba mojarse.
Necesitaba calmarse.
Quería irse de ese maldito castillo de una vez.
Necesitaba lujos, su manta de Nepal y flores de Bach.
Ansiaba más que nada su tina llena de pétalos de rosas ...
Ese estúpido colegio jamás le podría enseñar nada más de lo que ya sabía además.
- MIERDA. ¿CÓMO NO VE QUE NO ESTA A SU ALTURA?- Golpeó el espejo que tenía enfrente el cual se partió.
Su mano..
- ¿Zatara cómo se te ocurre hacer algo así?- El chico vio a Rachel por el reflejo del espejo partido corriendo hacia él.
No estaba para chicas.
Ni siquiera para ella.
Estaba molesto.
Furioso.
Lo tomo de la mano con suavidad.
- No necesito tu ayuda. Solo quiero largarme de aquí. ¿No lo ves?- Estaba a punto de llorar pero se reprimía las ganas solo porque estaba ella para verlo.
- Nada es tan malo como para que estés así.-
- ¿Qué haces en el baño de hombres?-
- Este es el de mujeres por si no la viste Myrtle te observa hace un buen rato desde allí.- Le señaló la fuente de dónde emergió la llorona niña.
- ¡Qué perra! Estaba muy entretenida viendo todo su showcito. -
- Myrtle no es momento. -
- ¿Quién te crees que eres para decirme a mí que hacer? ¿No es suficiente que te tenga que soportar llorar casi todas las noches últimamente niña bonita?-
¿Llorar?
Zachary recién ahora la veía bien.
Su mirada triste.
Sus lágrimas secas sobre la piel de su rostro.
- Jodete.- Conjuro un portal y tomo del brazo al pelinegro quien la veía sorprendido.
¿Dónde diablos estaban ahora?
- Te voy a curar tus heridas. Tengo un botiquín por aquí.-
Y así fue.
Saco unas algodones, unas vendas y una pomada.
- ¿Dónde estamos?- Le pregunto más calmado.
- En uno de mis lugares favoritos de Hogwarts. La cabaña al borde del bosque prohibido. Seguro la has visto antes.-
Lo invito a sentarse en una cama.
El lugar era cálido. Había una pequeña chimenea calentando e iluminando el ambiente.
- Si y hasta incluso me acerque a una de las ventanas. No se veía así. Créeme.-
- Puse un hechizo para que se viera inhabilitable desde afuera. Ya sabes... Para evitar curiosos. ¿Cómo podría tener un lugar en el mundo para mí sola si llamará la atención?-
Asintió dándole la razón.
Sus pequeñas manos con mucho cuidado limpiaron las suyas.
Nunca lo había tocado antes en lo más mínimo.
La clase estaba lleno de chicas con las que salió y ninguna le pregunto que le pasaba ni lo siguió.
¿Porqué hacía esto por él?
- Las manos son muy importantes para cualquier mago. No vuelvas a hacer esto. Nada lo vale.- Le dijo sacándolo de sus pensamientos mirándolo a los ojos.
- Te oyes distinta. -
- Estamos solos y puedo permitirme relajarme un poco cuando no estoy en mis funciones de prefecta. Además no es normal verte así a ti. -
- No todos los días la que se supone que es como tu madre se casa con un vagabundo que no está a la altura de nadie. -
La primera vez que lo vió fue cuando tenía solo quince años.
Le regaló un peluche y lo abrazo gritándole.
"Niño. Adivina. ¡Ahora tienes un daddy!"
El joven estaba asfixiado por el olor a tabaco de su saco.
Su prima solo reía nerviosa.
- No puede ser tan malo.-
Él apretó los dientes nervioso.
Estaba fuera de sí.
- De acuerdo. Tal vez lo sea pero no puedes dejar que te afecte tanto y si lo ama no hay forma de que lo puedas impedir. No sé elige a quien amar.-
- Está mancha quedará en mí familia toda la vida...- Murmuró cabizbajo.
- Me gustaría ayudarte si me dejas.-
- No hay nada que hacer desde aquí. -
- Se que no me conoces pero soy una facilitadora. Puedo hacer que tu energía fluya otra vez y que todo lo que te preocupa se vaya.-
- ¿Qué clase de hechizo es ese?- Nunca había visto a nadie haciendo algo como eso.
- Es un don que siempre tuve. No es magia. Pero si no confías en mí lo entiendo después de todo teniendo a tu prima en el ministerio de magia supongo que debes saber todo de mí y de dónde vengo.-
- No te temo por ser la hija de él. No desconfío de ti. Los de Slytherin no le temen a nada. Deberías saberlo. Solo hazlo. Si me ayuda te deberé una y sabes que los Zatara cumplimos nuestras promesas.-
Asintió.
Se paró frente a él y le desabrochó la capa.
Luego le desabotono la camisa lentamente.
Zachary sabía que habían ciertos ritos o hechizos sobre las personas que necesitaban contacto físico pleno.
No pensó que este era el caso.
Miro hacia el suelo para evitar verla la cara mientras lo hacía.
Se sonrojo profundamente.
- Necesito que te recuestes, cierres los ojos y que solo te enfoques en mis manos.-
Asintió.
Eso no iba a ser para nada difícil...
La palma de su mano tocó su pecho y su piel de erizo.
Ella canto un mantra y comenzó a hacer movimientos circulares con sus manos varias veces.
Luego comenzó a descender hasta su abdomen y casi dice algo pero fue justo ahí cuando su cuerpo comenzó a sentirse distinto.
Su mente se llenó de paz y la calidez inundó cada poro de su ser.
Recuerdos lo bombardearon ...
Momentos felices de su vida.
Zee llevándolo de la mano de compras.
Cargada de bolsas. Él feliz con su primer bolso Dior.
"Te amo Zee" Le dio un beso en la mejilla y ella sonrió como nunca antes la había visto.
"Nunca me faltes niñito lindo."
Lo sostenia con un brazo y lo llevaba con un orgullo.
Cómo si fuera su verdadera madre...
Otro recuerdo apareció.
Zee catandole a un bebé.
Su padre estaba cerca mirándolos a ambos.
"No lo malcries tanto de pequeño. No puedo ser que cada vez que llores le cantes. No podras estar a su lado siempre ..."
"Tío, yo amo a Zach. Te prometo siempre estar..."
Se la veía enamorada del pequeño.
Le dio un pequeño beso en sus rosadas mejillas.
Tragó saliva.
Otro recuerdo.
Él tenía unos ocho años. Lo llevaba de la mano al ministerio.
"No puede traer niños a un lugar como este"
"Señorita Strauch ya sabe el consejo que si mí niño no puede acompañarme no formaré parte de este lugar. Es solo un pequeño que se porta bien. ¿Cómo cree que lo podría dejar solo a su edad?"
Ambos pusieron caras suplicantes a la vieja mujer la cual rodo los ojos y los dejo seguir.
"Siempre con la cabeza en alto y jamás dejes que alguien te diga que hacer. ¿Entendido?"
Ella siempre manipulaba a quien quisiera con su acting y bello rostro.
Nunca recibía un "no" por respuesta.
Sonrió.
Abrió los ojos lentamente y se encontró con Rachel durmiendo en su pecho plácidamente.
Suspiró con tranquilidad y poso una mano en su espalda.
Se quedó dormido al igual que ella ...
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Horas después...
- ¿Mañana vendrás a alentarme en la final?-
- ¿Crees razonable que ande en la tribuna de Griffindor solo porque estás tú en el campo de juego?-
- Yo no tendría problema de estar entre las chicas de Slytherin. Hay cada preciosura por ahí...-
- ¿Nunca paras, no? No necesito desearte suerte siquiera. Sin mí Slytherin no tiene chance de ganar. Si no fuera por esta estúpida lesión te patearía el trasero tenlo por seguro.-
- Siempre tan humilde Dami. Nadie te mando a intentar domar bestias de dos toneladas ...-
- No son bestias. Son criaturas incomprendidas y además fue solo un accidente. No tenía intención de lastimarme.-
- ¿Cómo se llamaba la "criatura"?-
- Goliath. Él me salvó más veces de las que podrías imaginar. Lo encontré cuando tan solo era un cachorro en el bosque prohibido. -
- Que andaríad haciendo en el bosque PROHIBIDO no quiero ni preguntar..- Le dijo Kon haciendo énfasis en el nombre del lugar.
- Eso no te interesa. -
El chico más alto se cruzó de brazos y finalmente le pregunto algo que tenía en la punta de la lengua desde temprano al ver qué estaba de buen ánimo.
- ¿Cuál es tu problema con Zatara?-
- Ninguno en particular. Es solo una molestia con la cual no puedo creer que comparta casa. Tan solo por el hecho de que soy prefecto es que no le he partido la cara hace tiempo.-
- Es rico y su familia ha precedido el consejo desde sus inicios. No lo culpo de tener esos aires de divo. Además D tu no te quedas atrás...-
- ¿Te haces llamar mí amigo y lo defiendes?-
- No. Solo digo que es inofensivo. Ignoralo como lo hacen prácticamente todos salvo las chicas.-
Era una salida pero no lo dejaba conforme.
- ¿Cuándo podrás volver a jugar?-
- En la enfermería dijeron que estaría al menos un mes sin poder subirme a una escoba.-
- Bueno al menos lo estás tomando de manera madura ya. Ayer pensé tenías un humor...-
- Tengo mis maneras para calmarme.-
- ¿Cómo sería? No me gusta esa cara que estás poniendo... ¿Qué me ocultas?-
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Se levantaron tres horas después.
Primero ella.
Lo llamo y como no respondió tocó su hombro.
Se levantó y dio un gran bostezo.
- Jamás dormí tan bien en mí vida. - Zachary tenia una sonrisa amplia en su rostro.
Ella miro hacia la chimenea sonrojada.
- Vístete.-
Cómo si fuera una orden lo hizo de inmediato.
Camisa y capa puestas encima en tiempo récord.
Lo que conllevó un chasquido de dedos.
- Siempre me fascinaron tus poderes magníficamente destructivos. Eres la mejor en la clase de defensa contra las artes oscuras. Ni siquiera necesitas varita para partir al medio una pared...
Pero vaya. Haces cosas como esas... Eres una joya Rachel. -
- Solo lo hice porque me debes ahora un favor.-
- Tu solo dime qué tus deseos serán órdenes. ¿Joyas, vestidos, una nueva escoba tal vez?-
- Quiero que olvides haberme visto esa noche en el corredor, de lo que dijo Myrtle y de lo que acaba de pasar hace un rato. -
- Estuviste media hora hablándome de que nada era tan grave como para angustiarme tanto y ahora...¿Resulta que lo único que quieres es que finja no haberte visto como la mierda llorando por alguien ?-
- Ese es mí asunto. No el tuyo. Se cómo manejarlo. -
- Tal vez pueda ayudar.-
- No. -
Se levanto y abrió la puerta de la cabaña.
- No puedo teletransportarnos al Castillo. Limpiar una aura tan llena de energía negativa como la tuya me ha agotado como no tienes idea.-
Entonces fue por eso que se quedó dormida...
Camino a su lado y la miraba de reojo pese a que ella ignoraba si presencia.
- Te agradezco haberte esforzado tanto por hacerme sentir mejor. Sobre todo cuando repercute en ti tanto...-
- No eres un mal sujeto Zatara aunque te esfuerces en parecerlo. No iba a permitir que te hagas daño a ti mismo otra vez solo por no comprender cuánto te quiere...-
- Ni siquiera sabía que estaban en mí mente esos recuerdos. -
- Todo lo que vieron tus ojos alguna vez sin importar que fueras tan solo un bebé está en tu mente. Solo que no lo tienes presente con claridad. Espero que hayas entendido que no importa el sujeto que tenga a su lado ella te ama desde el día que naciste.
Apoyala como tantas veces te apoyo a ti te sugiero. -
- No puedo creer aún que haya dicho que me amaba. - Tocó su mejilla recordando ese beso que le dio de bebé.
- Eras un niño muy lindo. No la culpo.- Se llevó una mano a la boca para tapar la pequeña sonrisa que escapó de sus labios.
La tomo del brazo y no la dejo distanciarse mucho más.
- ¿Era? ¿Y acaso no soy ahora todo un hombre jodidamente irresistible...?-
Su rostro estaba muy cerca del suyo.
- No te veo de esa manera.- Le dijo tartamudeando.
Estaba muy nerviosa.
Su aliento a menta inundó sus sentidos.
Era un chico encantador sin dudas pero no era su tipo.
Justo cuando pensó que besaría sus labios tomo su mano y le depósito un gasto beso en sus nudillos.
- Ver a mí padre otra vez fue el mejor regalo que me pudiste dar. Se fue cuando yo era muy pequeño. Los únicos recuerdos que tenía con él en mí mente eran de un hombre enfermo postrado en una cama hasta hoy.-
Era honesto.
Ella no necesitaba de magia para saberlo.
- No fue nada Zatara. -
- Llámame Zach por favor. Aunque sea cuando estemos solos como ahora.-
La pelinegra conocida por siempre tener algo para decir, de temperamento fuerte estaba sin palabras.
Si calma, su encanto y su aroma anularon su mente ...
- WOW. Así que alguien de Slytherin cumplió su sueño de llegar a la hija pródiga de Ravenclaw.- Kon se mordía los labios por el gran hallazgo.
Rachel Roth andaba con Zachary Zatara.
Eso estaba destinada a ser la pareja del año rotundamente.
La hija del innombrable el cual asesino a muchos de los abuelos y padres de los niños de Griffindor y Ravenclaw era la protagonista de los sueños más húmedos de los de la casa Slytherin desde el primer día que piso Hogwarts.
La chica fue aceptada en la escuela porque siendo solo una niña ayudo a detener a su propio padre y sellarlo para siempre en el infierno poniendo su propia vida en peligro.
En esa batalla demostró ser inimaginablemente poderosa.
Una heroína.
Así la vieron todos...
Una hermosa y sobrenatural bruja.
- No es lo que piensas. - El musculoso chico no estaba solo.
No.
A su lado estaba Damián Wayne en absoluto silencio mirándola a ella y solo a ella.
Su mirada penetrante y amenazante la hicieron girar hacía otro lado de inmediato.
- Los dejo. Tengo cosas que hacer. Me disculpan.- Se marchó a paso rápido dejando a los tres mirándose uno al otro.
- No sé lo digan a nadie. Es tímida.-
- Me caes para la mierda Zatara pero no puede ser que tengas tanta suerte,eh. Incluso en la Torre Griffindor día por medio hablan de ese lindo trasero. -
El mago se rió con orgullo justo frente al ojiverde.
Lo miraba fijamente aún cuando hablará con Kon.
- ¿Tú no me vas a felicitar Wayne?-
- ¿Te crees que voy a creer que llegaste a algo con Roth? No me trates de estúpido. -
Camino a su lado y lo llevo por delante con fuerza.
- No solo es fuerte si no que sentir sus poderes curativos mientras pasa tus manos por todo tu cuerpo es de esas experiencias únicas que me muero por gozar cada noche en el calor de un hogar.
Ya sabes es la clase de chica que le hace pensar a uno en anillos para que otro no te la quiera sacar ¿No lo crees?-
Tragó saliva.
Le daba la espalda.
- Suerte mañana Zatara.-
La vas a necesitar...
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Mesura era lo que siempre caracterizó al menor de los Wayne.
Y nadie iba a sacarlo de las casillas.
Cuando supo que no podría jugar la final del Quidditch casi pierde la razón si. Pero ¿Cómo no hacerlo?
El descerebrado de Jason, el estúpido de Dick e incluso el nerd de Tim fueron capitanes de su equipo y pudieron llevar la copa del último año a sus casas.
¿Cómo podía ser posible que el mejor de ellos no pudiera hacerlo?
Las burlas cuando llegará a la Mansión Wayne no se harían esperar sin dudas.
Ya podía escuchar a Jason llamándolo "cobarde" aún cuando su accidente e imposibilidad de estar en el campo de juego no tuviera nada que ver con eso.
Entro al salón comedor donde se reunió como cada noche con los prefectos de todas las casas con la cabeza en alto.
Cassie lo miraba de reojo al igual que su amiga Kara quien hablaba curiosamente con Rachel.
- Quiero que me enseñes por favor ese conjuro que utilizaste para revivir a ese unicornio. Por favor...-La tomo de ambas manos incomodandola.
- No lo reviví. Se estaba ahogando Kara por algo que obstruia sus vías respiratorias. Utilice un hechizo Anapneo para traerlo de vuelta.-
- Actuaste rápido. Si no hubieras llegado hubiera muerto. Yo no sabía que hacer. Me paralice.-
- Vaya. La chica perfecta ha salvado el día otra vez entonces...- Comento con recelo al pasar la rubia de cabello medio con un lazo dorado colgando en su cintura.
- Hice lo que cualquiera hubiera hecho nada más que eso. -
- ¡Señores! Mañana es la final de Quidditch quiero por favor que se ocupen de la seguridad de los estudiantes. No quiero peleas bajo ningún punto de vista. Rachel Roth tu te encargarás de apoyar el ala de enfermería.
Estos juegos son tan violentos que siempre terminamos con heridos. No sé cómo no lo prohíben aún. -
Muchos de ellos rieron ante la indignación de la mayor.
- Profesora si me permite y dado que el juego comenzará temprano me gustaría ver si todo está en condiciones en la enfermería. Más que nada por los rumores de un duende travieso robando objetos en Hogwarts. -
- Eso no está confirmado señorita Roth. -
- Desaparecieron veinte copas de bronce del salón comedor hoy.- Le recordó un prefecto de Hufflepuff.- ...que se suman a las ocho de ayer.-
- Está bien. Ya que se ofrece señorita Roth puede hacerlo pero de inmediato vaya luego a su Torre.-
Asintió.
Los profesores e incluso el rector siempre eran reticentes a confirmar anomalías en la escuela.
Todos se marcharon en pequeños grupos salvo ella que se fue sola a la planta baja.
Camino por el parque por breves momentos y abrazo su capa.
El invierno no era la mejor época del año para medios demonios sin dudas.
Estornudo.
Era increíble como sus defensas bajaban incluso y se volvía más humana cuando gastaba mucha energía ...
Entro a la enfermería utilizando un Alohomora para evitar tener que ir a pedirle llaves al conserje.
Vio todo normal en el lugar.
Las ventanas estaban con seguro y ...
...un botiquín estaba en el suelo.
Diablos. ¿Acaso será un duende realmente?
Se agachó a recoger las cosas y ponerlas en la caja.
Por las dudas revisaría si están todos los instrumentos o si asaltaron el compartimiento de medicamentos antes de irse.
- ¿Qué haces?- Le pregunto con voz sería y ronca.
Así era él.
No le extraño su tono.
- Al parecer lo del duende es cierto. Hizo un pequeño desastre por aquí.-
- No hablo de eso. - Cortante. Frío.
Aún menos conversador que ella.
Ni siquiera cuando estaban a solas cambiaba su actitud.
Se levanto.
Lo enfrentó y lo miro a los ojos.
Su corazón comenzó a latir más fuerte.
Ese era el primer efecto que tenía él en ella.
- Estaba mal herido y lo sane. Nada más.-
- Pudiste haberlo mandando a la enfermería. Estoy seguro que era una estupidez como todo lo referente a él. -
- No volverá a pasar.-
- Eres dueña de tus actos. -
- ¿Entonces porqué los cuestionas?-
- No veas cosas donde las hay. Solo quierete más. Si te ven mucho con Zatara pensarán que tiene un nuevo trofeo y sería bastante humillante.-
El reflejo de una antorcha colocada por Rachel cerca era lo único que los iluminaba.
Los ojos de ella chispearon.
- Te he dicho que no hay nada pero cree lo que quieras creer. ¿Has venido hasta aquí solo para advertirme que mí reputación esta en peligro?-
Hipócrita.
La agarró con ambas manos de la cintura y sin pudor estrujó su trasero con una de ellas.
La mujer de ojos azules oscuros con tintes lavandas lo siguió mirando fijamente.
Desafiante.
Ella misma se desabotono La camisa y se sacó el brassier.
Dejo su capa atada a su cuello.
Tomo una de sus manos y la paso por sus pechos.
La levanto con un brazo y la sentó en una mesa.
Agarro su quijada con fuerza y la beso con desesperación.
Suaves.
Grandes. Perfectas.
Lo volvían loco y una de las cosas que no decía en voz alta era que le daba gusto que las ocultara debajo de esa capa a los ojos curiosos.
Ella entera era solo de él y lo sería siempre.
Era terca y sabía perfectamente lo que valía pero no podía ocultar lo mucho que ...
Tomo su gruesa longitud y comenzó a jalarla arriba y abajo mientras lo miraba.
Lo quería en sus manos y eso era algo que nunca iba a pasar aún cuando su carne fuera débil a sus atenciones.
Aún cuando su pene respondiera rápido a su mera presencia.
Y ni hablar a su contacto.
Mordió su cuello para ahogar cualquier cosa que pudiera salir de su boca y llame la atención de algún conserje.
O en el peor de los casos de un profesor.
Oh, eso ya había pasado...
Pasaron muchas cosas desde que comenzaron con esto hace ya cinco meses.
Ella era incapaz de ir contra las reglas y él por el contrario era capaz de eso y más.
Encantar a un profesor fue algo que hizo sin temblarle el pulso.
Su relación clandestina no se la iba a arrebatar nadie...
La empujó haciendo que su espalda golpeara la pared y le levanto la falda.
- ¿Esperabas esto, no?-
- Siempre. -
No sé cansaba de tenerlo dentro.
La llenaba tanto.
La hacía sentir plena cada maldito segundo que le hacía esto.
Tiro su cabeza hacia atrás y cerro sus ojos.
Le encantaba que presionará su cadera con sus dedos así.
Le agradaba demasiado la sensación de llegar a su cama y sentir la sensación aún de estar bajo sus manos si cerraba los ojos y se concentraba lo suficiente.
Márcame cuanto quieras...
Enredo sus piernas a las suyas y mordió su mano.
Él siguió por un buen rato haciéndola vibrar a su ritmo y apretó su cuello como siempre hacia cuando estaba a punto...
Arrojo todo lo que guardaba en su interior en sus muslos.
Su semen caía por su piel lentamente, pasaba por sus rodillas hasta llegar a sus medias.
Se sentía sin aire aún como para reincorporarse y limpiarse.
Damian se acomodo y rompió un trozo de un mantel que había cerca.
Limpio sus piernas sin mirarla a los ojos.
- Lo siento. No pude controlarme.-
Estos accidentes no solían pasarle. Cuando sentía que ya no aguantaba se marchaba de inmediato y terminaba en algún baño.
Pero hoy solo pensaba estupideces que nublaban su juicio y por poco conscientemente no sale a tiempo.
¿Cómo se le ocurría arriesgarla así?
- No tienes de que disculparte. Damian...- Tocó su mejilla con cuidado.
Prácticamente lo acarició.
- No vuelvas a hacer eso. - Se reincorporo otra vez y se marchó dejándola sola como siempre.
Lo que tú digas Damian.
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Al día siguiente...
Rachel caminaba junto a Donna con una sonrisa en su rostro.
Llevaba una falda plisada negra larga y una chaqueta del mismo tono bien ajustada a la cintura.
Botas de taco cómodas para correr si era necesario.
- Me da gusto verte de mejor ánimo hoy. -
- ¿Cómo no estarlo? Hoy es la final y mañana ya prácticamente todos se irán con sus familias por el receso inventar mientras yo estaré aquí... Finalmente en paz. -
- Rachel ¿Puedo hacerte una pregunta sin me mates por hacertela?-
- Me asustas.- La miro de reojo a la amazona curiosa de lo que tenía para decir.
- ¿Estás saliendo con un chico?-
- ¿Qué? ¿Y eso a qué viene?-
La morena miro a su alrededor y al asegurarse que no había nadie cerca finalmente pregunto...
- Vi que hoy tomaste una pastilla del día después. Dejaste el envoltorio en el lavabo y por eso te lo pregunto. -
- ¿Enserio? Ya no me reconozco...- Se mordió los labios y la miró.
- No estoy saliendo con nadie y eso no es una mentira. Estoy más bien viéndome con alguien ...con cierta frecuencia.-
- ¿Es de nuestra casa?-
Negó.
- No y eso es lo único que diré. No es de nuestra torre. -
- ¿Es Zachary Zatara?-
- ¿Qué? ¿Cómo se te ocurre?-
- Eso es otra cosa que te iba a decir. Todos están diciendo desde ayer que andas con él. Lanzaron el rumor y se sumo al hecho de que ambos salieron temprano de clase. La gente sospecha...-
- No puedo creer que en la academia de magos más importante de la faz de la Tierra sea tan importante andar hablando de con quién me acuesto como si fuera la gran cosa. -
- Es qué entenderás que eso es un acto de rebeldía.-
- ¿Y?-
- Todos creían hasta hoy que eras incapaz de romper las reglas.-
- No es la gran cosa y tampoco es serio.-
- Entonces...-
- No es Zachary.-
- Que alivio amiga. De verdad que alivio. Ese sujeto es un patán. Se acostó ya con media escuela y no repite con ninguna. Las endulza a todas con lindas palabras y luego..-
- Él parece un chico transparente si me lo preguntas. Lo veo incapaz de lastimar a alguien ...tal vez esas chicas pensaron algo que no era. ¿No crees?-
- Quién diría que lo conocías tanto.-
No necesito mucho tiempo para conocer a alguien con mí magia....
- Donna supongamos que me acuesto con Zatara. ¿Cuál sería el problema? Ambos somos mayores de edad y... Es lindo.-
- Eso es innegable. Pero Rachel.... Rachel no quiero que te lastimen. ¿Entiendes?-
Iba a decirle algo justo cuando vio pasar a su lado a Damian quien las ignoro por completo.
Por unos breves segundos quedó boquiabierta.
Helada.
- ¿Nos habrá escuchado?- Pregunto Donna a la azorada bruja.
Espero que no...
- Ni siquiera lo conozco.- Dijo Rachel y decidió seguir su camino con la amazona.
No era su problema lo que pensará Damian después de todo.
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En el vestuario estaba el mago más habilidoso de la promoción sentado de piernas cruzadas y recostado contra el respaldo de la banca.
- ¿No deberíamos precalentar?- Pregunto el zaguero del equipo al capitán suplente a quien se lo veía muy relajado.
- Si quieren hacerlo suerte. No voy a arruinar mí cabello con sudor antes de la toma de fotos ni a arrugar mí vestuario.-
Tenía un traje ceñido al cuerpo color marfil con bordados dorados y el escudo de Slytherin a su lado derecho.
Parecía vestido para modelar...
- ¿Si quiera te importa ganar el torneo?- Le dijo uno cerca de él.
Se levanto y se acerco a ellos.
- Cuando tienes tanta fama y riqueza un copita más o menos no importa tanto. Más allá de eso yo no tengo la culpa de que al "niño de oro" lo haya mordido su perrito. No me pueden hacer responsable...-
- Hay que ser muy estúpido para tratar a Goliath de "perro".-
- ¿Y tú qué haces por aquí? ¿No te dieron lugar las porristas en el equipo?-
- Me autorizaron a jugar hoy bajo mi propio riesgo. Así que jugaremos con la formación que planeamos.-
- No me jodas. ¿Acaso le quieres regalar el partido a tu noviecita de Griffindor o qué? ¿Kon-el se llamaba el muchachote ese que siempre anda a tu lado, no?-
- Te vas a defensa o te vas a la mierda.-
- Como tu digas ... capitán.- Damian se dio la vuelta y el mago comenzó a hacer gestos obscenos que algunos se lo celebraron.
Slytherin era un ambiente hostil incluso para ellos que tenían dinero y porte.
Porte envidiado por muchos y jamás negado ni disimulado.
Zachary tampoco estaba exento de las ratas traidoras que hoy se reían del ojiverde.
Un día estabas en la cima y al otro en fango.
La ventaja del mago siempre fue la posición de su prima y su sangre pura que era conocida por toda Hogwarts.
- Ten cuidado Zatara. Más traidor que ese Wayne hace años que no se ve. -
- No le temo a ese sangre sucia, Kol. -
El referido levanto las manos y se marcho sonriendo.
Al entrar al campo de juego vio que los flashes estaban posicionados sobre Damian.
¿Está gente es estúpida?
Alzo una ceja.
Miro a una de las chicas de la revista local y le guiño el ojo.
Rápidamente llamo su atención y le pidió permiso para fotografiarlo.
- ¿Así que tu eres el hijo del gran Giovanni?-
- ¿No se me nota el parecido? - Le re pregunto. SU padre fue un don Juan bien conocido por haber seducido a las brujas más bellas de su época.
Ninguna tan hermosa como su madre obviamente.
- Todos ustedes son espectaculares. - Le dijo la joven soñadoramente olvidando un tanto que el chico delante tenía unos diez años menos que ella.
- Asegurate de escoger mi mejor perfil ¿Si? Algún día mis hijos verán estás fotografías y quiero que sepan que su padre era el de mejor porte de su generación.-
La joven era sin dudas una excelente fotógrafa que en pocos minutos tomo fotos de todos los planos.
Le enseño algunas de las que saco y el ojiazul selecciono dos.
- Luego del partido si ganamos la copa me gustaría una sesión en el vestuario. ¿Podría ser?-
- ¡Por supuesto!-
- ¿Tu nombre?- Le pregunto curioso.
- Marina Tommei.-
- Gracias por ser tan linda.- Se acerco a ella y la beso en la mejilla.
La rubia se sonrojo de inmediato y él le guiño un ojo.
ESO era un lugar asegurado en la primera plana...
Conjuro su escoba sorprendiendo al público en general con tan solo una palabra.
Damian estaba frente a Luke.
El capitán de Griffindor.
- Me alegra estar hoy frente al mejor de Slytherin. Que bueno que hayas llegado.-
- Haré el mejor esfuerzo.-
Kon lo miro con una sonrisa.
Conocía bien a su amigo.
La segunda de sus intenciones era ganar el torneo. La primera...
Se acercó a su amigo en su escoba y le dijo algo que solo él pudo escuchar.
- Así que todo esto es por Roth. En el fondo lo sabía... Pero ahora con esto lo dejaste muy claro. -
Giro su escoba a la derecha y se alejo de él.
El juego estaba por comenzar.
La snitch dorada ya estaba en el campo de juego.
La quaffle cayó justo en las manos de Zatara.
Luke fue por tras él.
- ¡Pasamela!- Le grito el ojiverde a su compañero de equipo.
Estaba acordado por el capitán de Griffindor y no tenía manera de....
Se paró sobre su escoba y cuál basquetballista encestó en el aro con demasiado show.
- ¡PUNTO PARA SLYTHERIN!-
- ¡Y así es como juega el mejor mago de la puta escuela! -
Era ovacionado.
Se volvió a sentar en la escoba y Kon se rió al ver cómo por un pelo se salvó de que una Bludger lo golpeara.
Damian tomo la quaffle ahora.
Con su propia escoba repelio una Bludger.
Luke y Dane lo acorralaron.
Él golpeó a Dane con fuerza y se lo saco de encima con facilidad.
Desde lejos lanzó una bola curva y ...
- ¡OTRA VEZ PUNTO PARA SLYTHERIN!-
Los buscadores llevaban ya media hora intentando capturar la escurridiza Snitch dorada.
El marcador iba 80-50 a favor de Slytherin.
Zachary yendo a toda velocidad a arrebatarle a Luke la quaffle se vio impedido por el bloqueo de Kon-el.
Se alejo por unos instantes y fue hacia un compañero.
Un plan que pudo escuchar Damián con claridad.
Las Bludger estaba causándole problemas a todos.
Tres bateadores estaban fuera de juego.
Damian le arrebato el bastón a Kon para su sorpresa y este bateo una Bludger directamente a...
- Oh. TREMENDO. - Zachary cayó de su escoba a unos diez metros de altura y estaba tendido en el suelo.
La Bludger dio directo en su rostro dejándolo totalmente desmayado.
Varios jugadores sonrieron con satisfacción y todos, absolutamente todos siguieron jugando como si nada hubiera pasado.
Lo sacaron del juego como al resto de los incidentados en el partido y fue a la enfermería.
Se aseguraron de que su respiración marchara bien y se lo dejaron en manos de la enfermera de guardia quien pondría en su lugar el brazo roto en primer lugar.
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En la enfermería pasadas cuatro horas estaba solo él.
Durmiendo.
En paz.
Le dijeron a Zatanna de su incidente pero también le dijeron que no valía la pena que fuera.
A más tardar en dos días estaría completamente bien y luego podría marcharse a su hogar por el receso de invierno como siempre lo hacía.
- Me duele ..- Murmuró. Su voz no era la usual.
El rostro le ardía como si le hubieran partido un ladrillo de lleno en la cara.
Sentía que...
¿Mis dientes?
Se levanto de subito y una mano presionó su pecho para que volviera a su reposo.
- La enfermera dijo que estarás bien. -
- ¿Qué me pasó?-
Estaba profundamente conmocionado.
- Slytherin ganó y tuviste un accidente en el campo de juego me dijeron. Escuché que lo hiciste bien.-
- ¿Un accidente?- Pregunto desconcertado.
La última vez que se cayó de su escoba fue cuando tenía cinco años.
¿Cómo podía ser?
- Las Bludger son duras. Tu rostro se desinflamara totalmente en unos días y para las dos muelas que perdiste te harán prótesis. Se verán igual a las que tenías.-
- ¡¿Que?! OJEPSE- Conjuro un espejo en sus manos y se miro horrorizado.
- Estoy completamente deforme. Me voy a morir...-
Rachel le saco eso de las manos para que dejara de martirizarse.
- Tu nunca podrías verte deforme. Deja el escándalo ya o te haré dormir.- Le dijo con firmeza.
- No tienes que ser tan ruda con alguien a quién cuidas.-
- Soy asistente y mí labor es evitar que te hagas daño. No soy psicóloga como para soportar los berrinches de un niño rico y mimado.-
Resoplo.
- Dos dientes...-
- Pudiste haber terminado en coma con semejante golpe y caída. Siéntete afortunado.-
- ¿Cómo me ves tú?-
- Bien. Solo muy histérico como siempre. Puedo inyectarte un calmante si quieres. Estoy segura que puedo encontrar algo en el gabinete.-
- No. Solo no te vayas ¿Okey? No me gusta estar solo. Mucho menos en un lugar tan horrendo como este.-
- Si estás bien ya puedo llevarte a tu habitación. Se que tienes una privada para ti en tu torre.-
- Eso me gustaría. -
- Entonces levantate que puedo teletransportarnos allí.-
- Ojalá pudiera hacer eso. ¿Es difícil?-
- Conlleva mucha energía pero no me es difícil.-
- ¿Podría hacerlo yo algún día?-
- No dudo de tu capacidad pero el anciano que me enseñó ese truco dijo que para hacerlo se necesita equilibrio entre tu ente y cuerpo. Ahí estaría tu problema.-
- Yo estoy perfectamente equilibrado. -
- Nadie en Slytherin lo está ..-
- Hey. Tu debiste ser parte de nuestra casa. Eres demasiado poderosa para ser una Ravenclaw.-
- Si fuera una Slytherin no estaría aquí contigo cuidándote en primer lugar. Vamos. Terminemos con esto. -
Se paró pero caos cae al suelo del mareo que le dió.
Rachel lo sostuvo justo a tiempo.
Lo tomo de la cintura.
- Necesitas descansar.- Movió su mano libre en círculos y el portal se abrió.
Al pasar tras el ambos pisaron la sala común de Slytherin.
Era un lugar tenebroso como supuso que sería.
Poca iluminación. Techos altos.
Candelabros de bronce... Y el color verde en todas partes.
En sofás, cortinas y decoración.
Habían personas allí que se sorprendieron al verlos juntos llegar... así.
- ¿Cómo se te ocurre traer a alguien de otra casa aquí?- Una chica de cabello rubio casi blanquecino se paro de inmediato.
Sus dos amigas la escoltaban.
- No estoy para escenas de celos chicas.-
- ¿Tu no eres la mosquita muerta de Ravenclaw?-
- Está es la hija de Trigon. Cuidado... Después de todo es quien traicionó a su propio padre.-
- Pude con él a los trece años imagina entonces lo que podría hacer contigo perra.-
- ¡Uy! - Dijeron unos chicos que escucharon sus palabras e incluso Zachary sonrió orgulloso.
- Que mal trabajo hizo el sombrero contigo.-
- Muchos lo dicen. ¿Pero díganme van a dejarme hacer mí trabajo o quieren pelear?-
- Está es tu casa. - Una de ellas le murmuró.
- Te dije que Damian iba a ir por ti cuando menos lo esperaras Zatara.-
Ambos miraron al chico que dijo tal cosa.
- ¿De qué hablas Kol?-
- Lo vimos todos bateando esa Bludger directo a tu cara y vaya que te dejo ... -
Le pellizco el rostro y el mago grito de dolor.
- Que hijo de puta. Me pudo haber matado...- Apretó los dientes y los puños.
- Vamos. Te dejare en tu habitación mejor.-
- Pero Zatara no podrás negar que no hay mal que por bien no venga. Si sabía que terminaba con Rachel Roth en mí cuarto luego de ser golpeado por una Bludger con gusto tomaba tu lugar...-
- Nervera safur.- Le dijo Rachel y la boca del tal Kol quedo sellada totalmente.
- Oh diablos...-
Ese era un hechizo oscuro totalmente vedado de uso en la escuela.
Que lo lanzó nada más ni nada menos que una prefecta...
- Espero que nadie más tenga algo para decir.-
¿Los amenazó?
El ojiazul le indico el camino y con ayuda de ella llegaron a su puerta.
- Cuándo estás en silencio es raro. Espero no haberte asustado demasiado...-
- No. No es eso. Es solo que estoy sorprendido. Fue peligroso para ti. -
- Ninguno de ellos me acusara porque me temen más ahora. Además en quince minutos volverá a hablar.-
- Te ganaste un club de fans.-
- Soy un imán para los chicos malos. -
La puerta se cerró y las antorchas se encendieron en la grandísima habitación de Zachary Zatara.
- Santo cielos. - Rachel se llevó una mano a la boca incrédula.
El lugar no solo era fastuoso si no que estaba lleno de fotografías y pinturas de él.
Una de ellas en particular sin su camisa mientras se abrazaba asimismo.
- Esto es como un culto a ti mismo. ¿Si que te amas, no?-
- La belleza en los Zatara lo es todo. ¿Ahora entiendes porque es una desgracia verme así?-
Tenía un pómulo completamente morado e hinchado.
Un ojo entre cerrado.
- Ya. Basta por favor. No vuelvas a lo mismo.-
Suspiró resignado.
Lo ayudo a recostarse en la cama y cerro las cortinas.
- Duerme. -
- Acompáñame y cuéntame de tus poderes.-
- No.-
- Tu sabes tan bien como yo que esto me lo gane por acercarme a ti. Está celoso.-
- ¿Y qué crees que yo tengo que ver con Damián Wayne y tus problemas con él?-
- Coger en secreto me parece que los hace cuánto mínimo cercanos. ¿No crees?-
- ¿De dónde sacas eso?-
Sonrió recostado aún en su cama con sábanas de ochocientos hilos que le daba tanto orgullo.
- Es la primera vez desde que te conozco que me haces pensar que el sombrero te coloco en la casa correcta. Eres una horrible mentirosa. Eso te hubiera hecho una pésima Slytherin aún con tu linaje.-
Miro a otro lado y se cruzó de brazos.
- Me iré.-
- No porque sabes que estoy en lo correcto.-
- Si quieres que te cure con mis poderes no necesitas amenazarme...-
- Yo nunca te amenazaria. No me mal entiendas. Si te dije lo que se es porque también se que él es la razón por la cual lloraste tanto. -
- Eso no es de tu incumbencia.-
Tosió y mancho sus mangas con sangre.
- Carajo. - Miro sorprendido su camisa.
Realmente estaba mal y comenzando asustarse.
- Es una bestia...- Murmuró y antes de que él se diera cuenta ya estaba sentada a su lado en la cama.
- Te voy a curar y espero que sea está la última vez. ¿Entendido?-
- Me siento como la mierda linda.-
Se dejó vencer totalmente contra la almohada y cerro los ojos frustrado.
La mandíbula le dolía hasta para hablar.
- No te sanare completamente pero si te sacaré el dolor y el sangrado. Eso te lo prometo.-
Asintió.
Tomo su mano y la beso por segunda vez.
Sus mejillas se colorearon pero él no lo pude ver.
- Graci...as.- Le dijo con evidente dolor y se quedó dormido otra vez.
Rachel acarició el cabello del chico.
No había dudas de que lo hacía reír con sus locuras y sentido del humor.
Era tonto a veces pero transparente.
- Quizás cuando estés mejor te pueda enseñar unos trucos Zach...-
Y esa fue la primera vez que lo llamaba por su nombre.
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Al día siguiente....
El salón común estaba atestado de personas con maletas.
Todos estaban a nada de irse a sus casas por el receso invernal.
Mucho bullicio.
Damian salió de su cuarto molesto cuando claramente no debió empezar así el día.
Ganó el torneo, pronto iría a la Mansión Wayne pero Rachel no estaba por ningún lado.
Ni siquiera se apareció en la última reunión de prefectos.
Donna, su amiga, se apareció de la nada y les dijo que se sentía "indispuesta".
La profesora le creyó sin hacer más preguntas pero...¿Él?
Al verlo todos voltearon y lo aplaudieron.
Algunos le estrecharon la mano y otros, los más pesados, se atrevieron a darle una palmada en la espalda.
- Lesionado y todo pudiste acabar con los Griffindor. Pasarás a la historia.-
- No se ve todos los años que aún con los puntos de la Snitch dorada un equipo pierda. La verdad te pasaste Wayne.-
- ¿Solo por eso? Si vieras como le dejaste la cara al imbécil de Zatara. Está irreconocible.-
- Creo que perdió varios dientes. Eres todo caso Damian pero... todos sabemos que se lo busco.- Una de las chicas añadió al escuchar que hablaban del mago.
- No sabía que volvió a la Torre.-
- Y no solo eso. Está en su cuarto aún con la bruja de Ravenclaw.-
Damian miro a Kol de inmediato.
- ¿De qué estás hablando?-
- Habla de la hija de Trigon. Vino con él y Kol se pasó de listo. Aunque no lo creas utilizo un conjuro espeluznante y le cosió la boca. -
- Fue genial. - Dijeron otros que pudieron verlo desesperado llorar ayer por la tarde.
Damian agarró su bolso y sin decir más se marchó de allí.
- ¿Y a este sujeto que le ocurre? Ganó el torneo y lo eligieron el mejor del partido ...y anda como si estuviera pasando el peor día de su vida.-
- ¿Cuándo no se comporta así?- Dijo otra chica como obviedad.
¿A quien le importaba su actitud cuando se era condenadamente lindo?
Nadie entendía cómo podía estar aún sin una novia....
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Rachel se levantó en una cama cómoda, caliente, suave...
Olía a menta.
Está no es mí litera. No puede ser. ¿Qué estupidez hiciste Rachel?
Abrió los ojos lentamente y una mano suave tomo su rostro.
- No hice nada. Te lo juro. Solo vi que te quedaste dormida y te hice un lugar en mí cama. Supongo que te sentiste cómoda y no despertaste en toda la noche.-
Zachary sonaba siempre a la defensiva.
Era como si tuviera miedo de que lo fuera a matar...
- Está bien. Fue mí culpa. ¿Ahora como le explico a Madame Hutch mí ausencia en la Torre toda la noche?-
- Somos mayores de edad. Nadie puede decirnos que hacer.-
- Estamos dentro de Hogwarts te recuerdo.-
- No hicimos nada. Que nos pongan un maldito detector de mentiras y que se jodan.-
- Te veo mucho mejor.-
- Si. Estoy casi perfecto salvo por mis dientes. -
- Nada que tu dinero no pueda comprar. -
- Exacto pero aún así hubiera preferido llegar a casa entero.-
- ¿A cuántas chicas trajiste aquí, Zach?-
- ¿Eh?- La pregunta lo sorprendió.
- Disculpa. Dije una tontería. - Iba a levantarse pero él la detuvo.
- Tu eres la única a la que traje aquí. Claro que las chicas se me acercan como abeja a la miel con este rostro. No te niego que bese y un poco más a varias pero tuve solo una novia y no está en Hogwarts.-
Era honesto.
Tan transparente con sus emociones y pensamientos...
Sin dudas era un patán pero no fingía ser alguien que no era.
- Tu cuarto es increíble.-
- No sé compara con el de mí casa. No sabes cuánto extraño mí armario...-
- Ya estás bien y no veo razón por la cual no puedas disfrutar de el hoy mismo.-
- Es cierto. ¿Tu dónde vives?-
- En el mundo de los humanos. Con mí tía y su familia. No estamos en los mejores términos desde que supo que era una bruja... -
- ... serás una de las mejores sin dudas. - Le acomodo un mechón de cabello.
Se sentía tan bien a decir verdad esta charla...
Honesta. Respetuosa.
- ¿Enserio te gustó Zatara? -
- ¿Cómo sabes eso?-
- No has intentado nada conmigo habiendo podido hacerlo. Por como me tratas a diferencia de los demás ...-
- Me encantas pero me gustaría primero que no llorarás por otro. Eres tan linda y fuerte que a decir verdad tu no deberías llorar por ningún hombre. Ni yo valdría tanto la pena.-
Ella se acercó a él y lo beso cerrando sus ojos.
Dejo que su sabor a menta llenará su boca y aunque él tardo en reaccionar después de unos segundos le tomo el ritmo de su dulce beso.
Se sentía en el cielo.
La tomo de su cabeza y la atrajo más hacía él.
Rachel Roth, la hija pródiga de Hogwarts gimió en su boca.
Eso solo quería decir que...
-Ay, ¡Maldita sea!- Se alejo de él maldiciendo y el queso perplejo.
- ¿Qué hice? ¿Q...- Oh mí dios..
El anular izquierdo de ella sangraba.
- ¡BUNNY LARGO!- Su coneja se atrevió a morderla.
- No la retes. Estoy segura que pensó que te hacía daño o algo. Los animales domésticos en general no son mis mejores aliados.-
- Merece que la deje sin zanahorias por el resto del día. Que coneja sinvergüenza.- Se levantó y la agarró antes de que se escondiera debajo de la cama.
La miro a los ojos con odio.
¿Cómo pudiste arruinar un momento como ese?
Estaba muy enojado.
Se sentía profundamente traicionado.
- No fue nada. Enserio. Zatara cuídate y ...supongo que nos vemos en unas semanas.-
Conjuro un portal y se marchó dejándolo con tanto para decir...
¿Y si te digo que ahora no me quiero ir?
Se tocó los labios.
Jamás había sido el abordado así.
Fue sorpresivo y... genial.
Sencillamente genial.
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Rachel llegó justo para despedir a Donna.
- Vaya. Finalmente llegaste. ¿Sabes lo mucho que me costó cubrirte? -
- Lo imagino. ¿Nadie sospecho de mí ausencia?-
Negó.
- Por suerte no. Me iré a Themyscira. El tren sale en una hora. No tengo mucho tiempo para que me cuentes con lujo de detalles que hiciste pero solo dime un nombre. -
Rachel cerro los ojos y ...
- Zatara.- Grito.
Donna también grito pero más fuerte.
- ¡Qué maldita! ¿Cómo te atreviste a negarmelo ayer?-
- Es que no es lo que crees con él. Solo fue un beso.-
- ¿Pasaron la noche juntos?-
- Si pero no como tu crees. Estuve de enfermera.-
- ¿Qué clase de enfermera?- Le guiño un ojo.
- Como una literal enfermera. Tuvo heridas de gravedad para ser honesta. Use mis poderes en él, me dormí y cuando desperté ya era de día.-
- ¿Se porto bien contigo? Se honesta. Si te hizo algo o se propazo te juro que conmigo que le irá peor que con la bludger.-
- No. Fue lindo hasta que su conejo me mordió. Apareció de la nada.-
- Vaya. Tu si que te haces odiar por los bichos.-
- Supongo que huelen mí sangre demoníaca.-
- Tal vez pero no hay nada que una jaula no pueda resolver. Que decir Rachel. Me da gusto verte bien de verdad. Se que hubo alguien más estos días que te hizo daño y me gustaría que cuando tengamos más tiempos me contarás que pasó.-
Asintió.
- Nos veremos pronto Donna. Disfruta. -
Su amiga la abrazo fuerte y se marchó.
La vio caminar por el largo pasillo.
Era una de las últimas que se marchaba.
La escuela quedaba prácticamente vacía estos días.
Mientras entraba a su habitación nuevamente fue sorprendida y arrastrada por el brazo dentro.
Trabaron la puerta.
- ¿No deberías haberte ido tu también?-
- ¿QUÉ HICISTE?- La tomo de ambas manos.
- No hice nada. -
- ¿Dormiste con él?- Fue directo.
- No cómo estás creyendo te lo aseguro.- Le quitó sus manos de encima y se alejo.
- ¿Qué quieres?-
- Nada. Solo vete. -
- Te necesito.- Alzó sus manos y puso una barrera entre ellos.
- No paso nada pero creo que es hora de que paremos lo nuestro.-
Hace tres años Damian la acompaño en secreto cuando más necesitaba que le recuerden que no estaba sola.
Todos le temian y los que no atentaban contra su vida.
Habían aún seguidores de Trigon que buscaban venganza.
Una quimera una noche quiso despedazarla en su propia habitación
Él de la nada se apareció y la salvo.
La acurrucó en su pecho y le prometió que no permitiría que nada le haga daño.
- La bestia que te atacó esa noche fue enviada por mí madre. -
- ¿Porqué?-
- Desde que atrapaste a Trigon y le demostraste al mundo tu poder te volviste para gente como mí madre muy atractiva. Desde ese entonces te convertiste en una obsesión para ella. Te quiso para mi.
Estoy en Hogwarts por tu causa desde el comienzo. Pensé que iba a tener que obligarme a querer a alguien que odiaría pero no fue así y eso fue lo más aterrador.
Las intenciones de mi madre nunca son buenas y es por eso que me aleje de ti. Más aún ante la mirada del resto. Ella tiene espías por doquier.
Supongo que sospecha de alguna manera de que me importas y es por eso que mando a la quimera. Para probarme.-
- Nada justifica la manera que me trataste todo este tiempo. Pudiste simplemente contarme todo esto antes como lo haces ahora.-
- ¿No entiendes lo que te digo? Todo este tiempo intente odiarte y que tú me odies. Quise alejarme de ti o que tu lo hicieras y dimelo tú ¿Eso sirvió de algo?-
- Por supuesto que no porque siempre que estamos a solas terminamos de la misma manera.-
- Intente no ser egoísta durante todo este tiempo pero la realidad es que te quiero solo para mi. No puedo verte con alguien más porque ...porque me gustas mucho y odio decirlo. Realmente lo odio.-
Angustia.
Desbordaba de angustia y rencor.
- Tu me gustas desde el día que te vi por primera vez aquí en Hogwarts y también me esforce para no quererte como lo hago.-
- No hables en pasado. -Le acarició el rostro como nunca había hecho antes.
- No estoy segura de que algo entre nosotros funcione Damian. La confianza cuando quieres a alguien es lo más importante y además creo que siempre te demostré que puedo defenderme sola.-
Le quitó sus manos de encima.
- Ese sujeto es peor que yo.-
- No te estoy cambiando por nadie. Ni siquiera te niego que no me gustes en este instante. Es solo que no estoy segura de que sea lo mejor seguir.-
Sus ojos se humedecieron.
Le dolía a él verla así.
- Por favor. Para. No llores. Ya tengo suficiente rabia conmigo mismo.-
Rachel puso una mano en su pecho.
- Ahora soy yo quien quiere intentar evitar esto y espero sepas comprender.-
Se marchó de allí y lo dejo solo.
Quería besarlo.
Tocarlo.
Ser suya otra vez pero quería salir de eso.
Se prometió asimisma intentarlo.
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Semanas después...
El regreso a Hogwarts fue en condiciones climatológicas sin dudas inmejorables.
La primavera pronto comenzaría y la última parte del año comenzaba con una relación que nadie podía creer.
Durante en el expreso a muchos incluyendo a Donna se sorprendieron de ver a Rachel Roth y Zachary Zatara de la mano gran parte del tiempo.
El mago no tuvo problema en admitir que pasaron el receso juntos en Italia y que eran pareja.
No podía estar más orgulloso de Rachel a quién presento a su prima como una "amiga".
La mujer conocía bien a Zach. Siempre supo que era más que eso al menos para él.
La dejo quedarse en su casa obviamente en habitaciones separadas.
Confiaba en ella pero no en el chico.
Al terminar las vacaciones admitió abiertamente que fue lo mejor que pudo haberle pasado tenerla allí.
Con ella a su lado Zachary era cortes, educado, disciplinado y gentil.
Era un niño educado y lindo que incluso pudo mantener cordiales conversaciones con su prometido, John.
Rachel Roth para ella era un milagro.
Su primo estaba irreconocible.
Los abrazo a ambos y amenazó al oji-azul de muerte si la dejaba ir por ser idiota.
- ¿Me vas a decir que quería contigo en privado ayer el rubio bastardo ese?-
- Nada importante solo desearme suerte.-
- Mientes horrible. ¿Te hablo mal de mí, no?-
- ¡Déjame en paz!- Lo empujó lejos y justo cuando iba a quejarse apareció Donna otra vez.
Estuvieron charlando hasta que llegaron a Hogwarts.
Cuando bajaron del ferry la abrazo fuerte por los hombros y ella sonrió.
Zachary era ridículamente lindo y nunca lo diría en voz alta pero amaba su colonia.
Por un momento se acurrucó en su cuello y se embriago de su esencia.
Sabía internamente que este tipo de cosas no las podría hacer con tanta liviandad en público estando dentro de la escuela.
Se dejó llevar ...
Zachary le beso la frente mientras miraba provocadoramente a Damian que los veía desde no tan lejos.
"Es mía." Le dijo en silencio pero claramente con su boca.
El ojiverde lo miro con una sonrisa enigmática.
Él apresuró más el paso.
Kon se estiro y puso una mano en el hombro de su amigo.
- Como le gusta pavonearse con ella. Igual no lo culpo. Cualquiera haría exactamente lo mismo. -
¡Sueltame! Rachel grito a lo lejos porque Zachary la alzó en sus brazos.
Se la escuchaba enojada pero a la vez también reía.
- No importa cuanto se esfuerce por fingir que está bien con él. Rachel es mía y acaba de demostrarmelo, Kon.-
Camino en sentido contrario a ellos.
Damian hace dos noches se vio con el rubio inglés para cobrarse un favor.
Le entrego un mensaje y un regalo.
Uno que llevaba en su mano en este instante.
Seguía pensando en él y no había dudas.
Hoy iba a conocer su habitación y le probaría a Zatara que quien ríe último ríe mejor....
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Fin ❤️🌹
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