— Keith, por favor, tranquilízate —apreté más su mano.

— Mia Nadine Morgan, explícate —miro serio a ambos chicos.

— Déjenme explicarles, soy Nathaniel Robins. Mía y yo vamos en casi las mismas clases y me pidió ayuda para ponerse al día —se levantó el chico, estirando su chaleco.

— Le hable a ella, Niño bonito —ignoro Keith.

— Mucho gusto Nathaniel, soy Abby O'Connor —estreche su mano.— el es mi novio Keith.

— Abby, no te metas —bufo Keith.

— Me meto Keith, tu hermana ya no es una bebe. Puede salir con chicos y puede hacer lo que quiera... con medida, claro está —la mire.— así que tranquilízate, ordenemos y comamos y si quiere Mía puede irse con nosotros o quedarse con Nicholas.

— Nathaniel —corrigió el chico.

— Nathaniel. —me corrigió también yo.

Keith me miro unos segundos, meditando.

— Bien. Tu y yo debemos hablar cuando llegues a casa —miro serio a Mia.

— Diviértete —le sonreí.

— ¿Que hace Mia con un Niño tan... estirado? —ríe Jared.

— Mia ya está en edad de salir con quien le plazca, mi primer novio lo tuve a los 15 y fue con el que dure más de lo que cualquiera pensaría —comencé a hablar.

— ¿Ya vamos a comenzar a mencionar a los Ex's? —preguntó Vincent.

— Incomodo —canturreó Jared.

— Lo siento, Keith —baje la mirada.

— No te preocupes amor —da un paso hacia adelante, apunto de ordenar.— porque yo también tuve muchas exes.

Me quedo observándolo perpleja.

Comía mis nuggets mientras observaba la calle, ya estaba por oscurecer así que se notaba un ocaso demasiado hermoso.

— ¿Leah? —preguntó Jared, eso hizo que mi atención se hiciera presente a la conversación de los chicos.

— Comencé a verme con ella hace unos días, es linda y ruda en la cama —ríe Vincent comiendo una papa frita.

— No pensé que fuera tu... tipo —se encoge de hombros Jared.

— Ni yo. Se ve demasiado ruda e intimidante pero cuando mantuvimos una conversación en la arena pues... surgió algo —sonríe mi amigo.

— ¿Es la chica de tatuajes? —pregunte intentando hacer memoria.

Hace unos meses el equipo de Keith se había expandido, añandiendo de ser solamente Joe y Jared, a ser un par de tipos más. Entre ellos una chica llamada Leah Ivanova, una chica con un rudo acento ruso y unos increíbles tatuajes en la mayor parte de sus brazos.

— Me alegro por ti —sonreí.

— Ten cuidado con ella —advierte Keith, obteniendo una mirada confusa por parte de los dos individuos que estaban frente nuestro.— es peligrosa.

— Mira quien habla —ríe Vincent.

— Hablo en serio Vincent, está metida en alguna mierda de la mafia rusa.

Vincent bajo la hamburguesa que estaba apunto de meterse a la boca para mirar a perplejo a Keith.

— ¿Que rayos dices?

— Llegó hace unos 6 meses aquí, pidiendo un trabajo —relata Keith.— lo obtuvo en un bar a las afueras de la ciudad. Ahí la conocí, fue cuando le pregunté si quería ayudarme con el equipo y mi vestuario, admito que tiene un estilo demasiado cool.

— Ve al grano, hombre. —Hablo impaciente Vincent.

— Hace dos meses, más o menos unos tipos llegaron muy impacientes preguntando por si quería Leah, la cual es buscada por la mafia rusa. —cuenta.— no sé muy bien que hizo, no le entendí muy bien que decían esos tipos solo que querían su ubicación. Pero en mi anterior barrio aprendí a que los amigos no se les quema.

— ¿Mafia rusa? Esa es una mierda Morgan, no tienes una mejor excusa que dar para que me aleje de ella —brama Vincent levantándose.— si tanto te la querías dar no hubieras embarazado a mi mejor amiga y hubieras aprovechado con ella en ves de inventar estupideces.

— Relajémonos —pedí levantándome.

— ¡No, Abby! Por fin tengo una relación buena y el estupido de tu novio quiere arruinarla con sus mentiras —me mira.

— No es mentira. Pregúntale a tu novia quien es Asgard —se encoge de hombros Keith.

— Me largo —camina.— ¿Abby, nos vamos?

— Vincent...

— ¿Abigail, nos vamos? —repitió.

Observe a Keith quien me observaba atento desde la silla. No podía hacerme esto, no podía hacerme elegir entre Mi mejor amigo a mi novio.

— Me iré yo sola. —tome mi bolso.

— ¡Ves lo que provocas! —escuche el grito de Keith cuando salí. — nena, vamos en taxi.

— Quiero ir sola Keith —pedí.

— No puedo dejare ir sola, amor, y lo sabes —toma mi mano. — Lo siento.

— Conmigo no te debes de disculpar.

— Tu amigo es un imbecil-

— ¡Keith! —le reproche.

— Déjame terminar, tu amigo es un imbecil por querer a alguien Tan peligrosa como ella pero yo soy el menos indicado para juzgarlo cuando tú estás conmigo —beso mi mano.— Si alguien te hubiera advertido de todos los peligros que haz pasado por estar conmigo ¿hubieras ido a la pelea que la Rubia te invito?

Lo pensé. Medité mucho sobre eso. Pero una respuesta estaba ya en mi lengua.

— Claro que hubiera ido.

El claxon de un auto hizo que los detuviéramos. El auto de Vincent estába frente nuestro con Jared en el asiento del copiloto.

Nos subimos en la parte de atrás.

— Lo siento —escuche como ambos chicos decían.

Sonreí ante eso.

— Amigo, yo jamás me metería en tu relación. Somos hombres y sabemos que nuestra intimidad es lo más valioso —hablo Keith.

— Lo se, y perdóname a mi por expresarme de ese modo solo que Leah me está importando demasiado... pero aprecio tu preocupación —nos miro por el espejo retrovisor.

— ¿Y ahora es donde todos cantamos una canción de amistad? Yo una ves vi en un capítulo de Como Conocí a Tu Madre donde Ted y Marshall cantaban 500 miles ¿lo hacemos? —pregunta Jared.

— Amigo —le hablo Keith.— si que eres  estupido.

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