Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 30: Fotos.

— Si me das gelatina una ves más, vomito —hable.

— Sabe rica —Grace tomó un poco.— Bueno, no tanto.

— Saben, mi madre me envió fotos de Ann y Thomas en la guardería —muestra Vincent.— en serio, mi mamá ya quiere nietos. Adoró la idea de cuidar a tus hermanos.

— Bueno, un bebé no siempre debe ser una tragedia —habló Keith acariciando mi vientre.— Mi madre me tuvo a los 16 años, el bastardo de mi padre no quiso hacerse cargo y la abandonó. Sus padres le dieron la espalda y se refugio con sus abuelos.

No sabía eso, en los meses que he estado con el, jamás menciona mucho de su familia. Solo una pequeña cosa, Marcus, Keith y Mía son hijos del mismo padre. Sam, Ann y Thomas no.

— Amor...

— Estoy bien —suspiro.— Debes de apreciar que, aunque estas joven cariño estás en una buena edad. Puedes hacerte cargo por tu cuenta, porque algo que aprendí de mi madre es que: por su bebé se transforman en lo que sea.

Acaricié su mano.

— Eres el mejor, Morgan —sonreí.

— No, tú lo eres amor —el se acercó a mi.

— No, yo lo soy —de la nada, Jared se acercó.— admitámoslo.

— Siempre arruinado todo, Jay —habló Grace.

— Pensaba-

— Pidan un deseo, Jared piensa —rie Vincent.

— Muy gracioso, estupido —rueda los ojos el rubio.— en que... ¿que nombre le pondrán a él pequeño? Jamás lo han mencionado y Morgan no quiere decirme.

— Abby lo decidió —fue lo único que dijo Keith.

— ¿Castaña? —preguntó Jared.

— No les dire, hasta que nazca —me encogí de hombros.

— ¿No siquiera a mi? —fingió indignacion Grace, aunque ella ya sabía el nombre. — bromeó, obvio que se como se llamará mi pequeño sobrino.

— ¡Traicion! —gritó Vincent.

Todos reímos ante la indiferencia fingida por parte del Moreno.

— ¿Señores Morgan? —preguntó la enfermera asomando su cabeza.

— ¿Si? —preguntó Keith.

— Tienen visitas, pero me temo que excederían el límite de personas admitidas en la habitación, deberá salir alguien —habló la enfermera.

— Piedra, papel o tijera —dijo Grace.

Mis amigos son maduros.

Los chicos hicieron un circulo y comenzaron a jugar.

— ¡Perdedor! —gritó Jared a Vincent.

Mi amigo desconecto el cargador de su móvil y salio.

Keith siguió acariciando mi barriga cuando nada más y nada menos que el mismísimo Albert O'Connor apareció en mi campo de vision.

— Viejo O'Connor —saluda Grace.

— Señorita Weigel, siendo un encanto desde siempre —habló mi padre.

— ¿Usted debe ser...? —hablo mi padre mirando a Keith.

— Keith Morgan, un gusto —se levantó, mi padre tuvo que levantar un poco su vista ya que, mi chico es un hombre alto.

— Albert O'Connor —saludó.— amor ¿como va todo?

— Bien papá, ahora me siento mejor —intenté levantarme de la cama, ambos hombres me detuvieron.

— Ahí estas bien, cariño. No tienes porque levantarte —mi padre se acercó, dándome un ligero beso en la mejilla.— me alegro que estés bien, me alegro que ya no te encuentres en peligro. Tuve que comunicarme con los Álvarez.

— Papá...

Los Álvarez con una organización sin lucro, más que el de hacer daño a las personas. Mi padre a veces los contesta para eliminar soplones o posibles personas que arruinaran un caso, pero ellos también sirven como un servicio de protección.

— Necesitas protección, si aceptaré que te cases con este... —observó a Keith de arriba a abajo.— hombre, deberé dormir seguro que mi hija está bien.

Esperen un segundo ¿dijo «casarme»?

— Agradezco que me acepte, Señor Morgan —habló K, un poco más calmado.

— ¿El viejo O'Connor tiene corazón? —rio Grace.

Ella a sido mi amiga de toda la vida, o bueno, la mayoría de ella. Y, aunque cuando fuimos a la universidad nuestra amistad se fortaleció más, siempre convivió conmigo y mi familia. Recuerdo que Grace siempre decía que se casaría con Johnny.

— Grace ¿no quieres comprarte un sándwich? —mi papá saco un billete de 20.

— A decir verdad, si me está dando hambre. Mucha —giro los ojos. Mi padre tuvo que sacar otro billete.— uf, suficiente. Vamos Jared.

La rubia tomó a Jared y salieron.

— Papá ¿y mamá? —pregunte notando que alguien faltaba aquí.

— Está afuera, no cree que la quieras en la misma habitación —habló mi papá, pidiendo permiso de colocar su mano en mi barriga.

— Adelante. —le dije a mi padre, el acarició mi estómago.

En ese momento, el pequeño noto la presión sobre un lado y pateó. Haciendo salir a algo que no había visto desde hace mucho, una sonrisa.

— Es fuerte —dijo.

— Como su padre —está vez fui yo quien hablo.

— Dile a mamá que pase.

— ¿Estas segura? —preguntó mi papá.

— Es mi madre, después de todo.

Keith me miro directamente a los ojos en el momento que mi padre salió.

— Eres fuerte, Ángel. —beso mi frente.

En mi campo de visión apareció mi madre, junto a mi padre. Ella traía una caja en sus manos.

— Hola, Abigail —se quedó en el marco de la puerta.

— Tome asiento —Keith habló, señalando la silla en la que anteriormente estaba sentada Grace. — Keith Morgan, un gusto Señora O'Connor.

— El gusto es mío —habló mi madre.— Te traje esto, espero y te guste.

— Gracias, mamá.

Curiosa, abrí la caja. Encontrando una sonaja. Pero no cualquier sonaja, la sonaja O'Connor. La cual fue, primero de West, después de Johnny y al final mía.

— Le encontré, me pareció que te gustaría  —bajo la mirada.

— Gracias —la metí de nuevo en su caja.

— También te traje esto —saco de su bolso un sobre.

Keith lo tomó y me lo paso.

Rompí el sobre abriéndolo.

«Abby y Johnny, navidad del 2000» decía atrás de la foto, una foto mía y de Johnny de pequeños mientras colocábamos los adornos de navidad.

«West, Abby y Johnny, pascua del 2001» otra foto, pero ahora en esta West tenía el sueño fruncido ya que mamá lo había obligado a utilizar una diadema de orejas de conejo, yo mantenía una sonrisa al igual que Johnny.

«Navidad 2002» la típica foto familiar que le envías a todos, mis padres atrás nuestros y mis hermanos y yo con esos horrorosos suéteres navideños.

— Mamá... pensé que se habían perdido —hable, notando como unas lagrimas se deslizaban por mis mejillas.

— Las encontré, cuando empacaba la habitación de Johnny —habla ella, llorando.— esta; es la más importante.

«Abby, West y Johnny, graduación de Johnny» se podría decir que esta fue la última, antes de que mi hermano falleciera. John tenía puesto la toga, mientras que West un traje negro y yo un vestido blando, los tres sonriendo. Lo más gracioso de esa foto, es que Johnny le hizo unos cuernitos a West.

— Mamá...

— Tenía que entregártelo, ya sabes, con todo esto de tu nueva vida y... para que no nos visites.

Y, reaccione. Mamá no tenía el corazón tan blanco para darme las fotos y la sonaja de Los O'Connor tan fácil.

— Largo...

— Pero, amor —Keith habló.

— ¡Largo! ¡Te digo que te largues! —grite fuerte.

Papá tomó a mi madre y la sacó de la habitación.

Me giré, mirando a la pared mientras sollozaba.

— Todo estará bien, Amor.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro