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𝟬𝟱𝟱 | wedding, hate, death . . .

055. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗙𝗜𝗙𝗧𝗬- 𝗙𝗜𝗩𝗘 ──

❛ 𝗐𝖾𝖽𝖽𝗂𝗇𝗀, 𝗁𝖺𝗍𝖾, 𝖽𝖾𝖺𝗍𝗁. . . ❜

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Me encontraba viendo mi vestido en el espejo, dando vueltas y percatándome que los botones de la parte de atrás estén bien cerrados. Estaba consciente que no era una prenda tan lujosa como la situación lo ameritaba, pero lo que realmente importa es que estamos reunidos como familia en estos momentos.

La verdad es que cuando recibí la noticia, la felicidad se desbordaba de mi cuerpo, incluso creo que pegue un brinquito cuando me lo dijeron. Es decir, Tonks me agrada mucho, parece que ella y yo nos llevamos bien desde la primera vez que no vimos, y en estilo de ropa y cabello, somos una misma gota de agua.

Así que cuando me enteré que se casara con mi padre, estuve muy contenta. Aunque no todo el crédito de mi felicidad se la lleva ella, sino el hecho que mi padre por fin le abrió las puertas al amor, luego de un sin fin de excusas y barreras que se ponían el mismo para aquel tema.

Pero bueno, me enteré que la Orden del Fénix le había dado unos días libres a Tonks y mi padre, además que tía Haley le había prestado el refugio (antigua casa de sus padres) para que así podamos usar para esta ocasión. Claro, por precaución, no hicimos una gran fiesta. Solo éramos papá, Tonks y yo.

─ Parece que la que se va a casar es otra. ─dijo ella, entrando a la habitación con una gran sonrisa, dejando a relucir el vestido que usaría para este día. 

─ Te ves muy bonita ─solté, sonriendo mientras me acercaba poco a poco a ella para así darle un gran abrazo ─. Creo que tú me heredaste los genes de la belleza. Estoy muy segura.

─ Claro, también te herede el buen gusto.

─ Eso sí ─respondí, asintiendo repetidas veces, haciendo que mi cabello se mueva por la acción ─. Por cierto, ¿y mi padre?

─ La verdad es que no sé por qué Remus se demora tanto, ya es muy apuesto de por sí.

No pude evitar soltar una risilla, estos días habían sido las pequeñas vacaciones que necesitaba. Estar con ella era no poder estar seria, una cualidad que todos necesitamos en estos tiempos.

─ ¿Te das cuenta que hablas de mi padre?

─ Ay, por Merlín. Como si Harry no hubiera dicho algo parecido sobre ti. Seguro lo repite una y otra vez.

─  El no dice cosas así sobre mi cuando no estamos juntos.

─ En la casa de sus hijos seguro habla y habla de ti con Hedwig...─ella sonrió con burla, colocando sus manos detrás y caminando por la habitación ─. Así como tú hablas con Sookie sobre él.

─ ¡No hablo sobre él! 

─ Suspiras todas las noches «Oh, Harry, querido Harry, cuando te extraño. Ven aquí y dame un beso...» ─dijo con una voz graciosa, mientras hacía muecas extrañas.

─ Haré que Sookie diga "Me opongo" en la ceremonia.

─ Tu serás la que nos case, ¿Qué ceremonia? ─ríe, aunque luego se sienta en la cama ─. Por cierto,  ¿porque no hablas con tu novio?

Hice una mueca, sentándome frente al espejo mientras usaba un peine para acomodar mi rubio cabello rebelde. Era cierto lo que Tonks decía, ya no hablaba con él. Por precaución no podía enviarle cartas, nuestro único medio de comunicación era el espejo que nos regaló Sirius... pero no responde. Al menos sé que está bien, eso me dijeron los miembros de la orden.

─ No, aún no.

─ Seguro desmayo de tanto amor por ti, por eso no responde.

─ Rasgaré tu vestido.

─ ¡Bien! ¡Tu ganas! ─dice ella, levantando ambas manos en señal de rendición mientras salía de la habitación ─. Termina con lo tuyo, ministra, vendré a buscarte para comenzar con la boda.

Era gracioso todo este tema de la boda, pues hace dos días ellos ya se casaron oficialmente, solo que yo no pude estar ahí, además que fue rápido porque lo hicieron de pasada (pues no confían en el ministerio). Aludieron que era peligroso que yo fuera ahí, de hecho tampoco me dejaron quedarme sola, y me llevaron antes con los señores Tonks, una pareja muy amable. Ella (Andromeda Tonks) me horneó galletas, y con él (Ted Tonks)  leímos un rato uno de los libros muggles que tenía en su librero.

Fue una buena tarde.

Ahora la pregunta es: ¿entonces que pasara hoy?

Como no pude estar, y esos dos adultos se sintieron culpables, hacemos esta cosa llamada boda falsa, en la que yo estaré casándolos y daré un discurso que preparé para ellos antes de oficializarlos como marido y mujer. Tal vez es una idea muy tonta para cualquiera que la escuche, pero era significativo para nosotros, en especial para papá y para mí, que hemos sido solos los dos por mucho tiempo. Ahora le abríamos las puertas de nuestro mundo a Tonks, formando una familia.

Luego de unos minutos en los que me ocupe de repasar mi discurso, me vi una vez más frente al espejo, poniendo a Sookie en mi bolsillo, para que así nos acompañe. 

Fue rápidamente a la sala, notando como Tonks ya estaba junto al altar (una mesa llena de flores). Así que yo fui a la habitación de mi padre.

─ Es tu segunda boda. ¿Por qué tan nervioso?

─ Porque mi hija favorita no estuvo en la primera, y en esta si estará presente.

─ Soy la única hija que tienes. ─entrecerré los ojos con diversión.

─ La única y favorita.

Note como papá se puso melancólico. Creo suponer el porqué. Hace semanas le dije lo que haría con Harry, Hermione y Ron. Nuestra pequeña aventura que aseguraba que ya no éramos unos niños, una aventura en la que estaremos alejados de cualquier adulto de la orden (probablemente). Una aventura en la que podíamos regresar con vida... o sin ella.

─ No hablemos de temas tristes en tu boda, ya despues podras regañarme la decisión que tome.

─ No te regañare...─negó, acercándose a mi para despeinar mi cabello con su mano. Claro que no me queje, incluso cuando me demore dos horas arreglando mis mechones rebeldes ─, solo me entristece saber que ya no eres una niña, y que me perdí tanto tiempo a tu lado.

─ No perdiste tiempo conmigo, estuvimos juntos en vacaciones, varios días al año. Recuerdos de mi infancia rotan entre tu y Ron. Eso es mucho tiempo.

─ Pasaste más tiempo con los Weasley que conmigo, porque tenía que trabajar.

No pude evitar ir a abrazarlo, me lancé a sus brazos y sonreí por lo tierno y sentimental que se ponía cuando se trata de mi infancia, en general cuando se trataba de mí. Merlín... aún no han escuchado cuando cuenta sobre mi nacimiento. La última vez que lo hizo fue cuando tío Sirius aún estaba vivo, y ambos adultos terminaron chillando.

─ Te amo, papá. Eres el mejor papá que me pudo dar la vida, y ahora, estás haciendo esperar a una bonita, inteligente y buena mujer.

Se separó de mí. ─ ¿En serio me llevarás al altar?

─ Claro ─asentí ─. Me estoy vengando anticipadamente del momento en que tu me llevarás al altar cuando me case.

─ Antes tendré una buena charla con Harry.

─ ¿Porque? Yo me casare con una barra de chocolate.





























Ni siquiera me preocupe de estacionar bien la escoba, porque me baje de ella cuando apenas aún estaba a un metro del suelo. Escuche cómo mi padre me regaño desde atrás, y como Ron le dijo "siempre lo hace", pero no les preste mucha atención. Solo corrí para lanzarme a los brazos de Harry apenas abrió la puerta trasera de su casa. 

Él me alzó del suelo y me hizo girar, haciendo que comience a sonreír por el pequeño gesto, además, mis dudas sobre si estaba enojado conmigo por no contestar el espejo se disiparon. Pero bueno, segundos despues me regreso a tierra firme, para poder saludar a Hermione y Ron, aunque casi de inmediato volvió hacia mi para plantar un gran beso en mis labios.

─ Claro, uno compartiendo habitación con él todos los años, apoyándolo en todo, y me cambia por una chica ─dijo Ron con dramatismo ─. Sin ofender, Mily.

Yo fruncí el ceño, estirando mi brazo para pegarle un zape al pelirrojo.

─ ¿Todo bien, Harry? ─preguntó Hagrid, sacándose el casco de motociclista ─. ¿Listo para irte?

─ Ya lo creo ─respondió sonriéndoles a todos ─. Pero... ¡no esperabaque vinieran tantos!

─ Ha habido un cambio de planes ─gruñó Ojoloco, que llevaba dosgrandes sacos repletos y cuyo ojo mágico enfocaba alternativamente eloscuro cielo, la casa y el jardín con una rapidez asombrosa ─. Pongámonosa cubierto y luego te lo explicaremos todo.

No había podido ver a los hermanos Weasley, así que mientras ingresábamos a la casa, Bill se encargaba de despeinar mi cabello con su mano, para luego chocar palmas conmigo, porque los dos éramos del club cicatrices...si, deberíamos buscar mejor nombre para el club.

─ ¿Cómo es que Sookie sobrevivió a tu viaje? ─preguntó Fred, viendo a mi pequeña mascotita salir desde dentro de mi chaqueta ─. Y cómo sobrevivió a tu abrazo con Harry.

─ Ella ya sabe cuánto amor se dan sus padres ─murmure, dejándole una caricia en la cabeza ─. ¿Ah que si, Sookie?

─¿Has visto esto, Harry? ─dijo Tonks, encaramada en la lavadora, yagitó la mano izquierda mostrándole el anillo que lucía en un dedo. 

─ ¿Se han casado? ─preguntó Harry mirándola, y luego a Lupin. 

─ Si, Milan nos casó ─sonrió ella ─. Lamento que no pudieras asistir a la boda. Fue muy discreta.

─ ¡Qué alegría! ¡Felici...!

Harry fue interrumpido por Moody, quien comenzó a explicarle a que se debía el cambio de planes, y todas las formas en las que él podía morir.

»Pero no podemos esperar a que se desactive el Detector, porque encuanto cumplas los años perderás toda la protección que te proporcionó tumadre. Resumiendo: Pius Thicknesse cree que te tiene totalmenteacorralado»

Harry, a su pesar, estaba de acuerdo con lo que creía ese tal Thicknesse. 

─ ¿Y qué vamos a hacer?

─ Utilizaremos los únicos medios de transporte que nos quedan, losúnicos que el Detector no puede descubrir, porque no necesitamos hacerningún hechizo para utilizarlos: escobas, thestrals y la motocicleta deHagrid.

Harry me miró, como si buscara una mejor explicación de mi parte, pero yo solo me encogí de hombros.

─ . . . Veamos. El encantamiento de tu madre sólo puede romperse si se dandos circunstancias: que alcances la mayoría de edad, o... ─Moody abarcócon un gesto del brazo toda la inmaculada cocina ─ que ya no llames hogara esta casa. Tus tíos y tú van a tomar distintos caminos esta noche,conscientes de que nunca volveréis a vivir juntos, ¿correcto? ─Harryasintió─. De modo que esta vez, cuando te marches, ya no podrás regresar,y el encantamiento se romperá apenas salgas de su radio de alcance. Asípues, hemos decidido romperlo antes de hora, porque la otra opción esesperar a que Quien-tú-sabes venga aquí y te capture el día de tucumpleaños.

»Lo único que tenemos a nuestro favor es que Quien-tú-sabes ignoraque vamos a trasladarte esta noche, porque hemos dado una pista falsa alministerio: creen que no te marcharás hasta el día treinta. Sin embargo,estamos hablando de Quien-tú-sabes, así que no podemos fiarnossimplemente de que él tenga la fecha equivocada; seguro que hay un par demortífagos patrullando el cielo por esta zona, por si acaso. Por eso leshemos dado la mayor protección a una docena de casas diferentes. Todasparecen un buen sitio donde esconderte y todas tienen alguna relación conla Orden: mi propia casa, la de Kingsley, la de tía Muriel... Me sigues,¿verdad? 

─Sí... sí ─contestó Harry, no del todo sincero, porque todavía veía ungran fallo en el plan.

─ Muy bien. Pues irás a la casa de los padres de Tonks. Cuando teencuentres dentro de los límites de los sortilegios protectores que hemospuesto en esa casa, podrás utilizar un traslador para llegar a La Madriguera.¿Alguna pregunta?

─Pues... sí. Quizá al principio ellos no sepan a cuál de las doce casasseguras voy a ir, pero ¿no resultará evidente cuando... ─hizo un rápidorecuento ─ vean a dieciséis personas volando hacia la casa de los padres deTonks?

─ ¡Vaya ─masculló Moody─, se me ha olvidado mencionar la clavefundamental! Es que no verán a catorce personas volando hacia la casa delos padres de Tonks, porque habrá ocho Harry Potters surcando el cielo estanoche, cada uno con un acompañante, y cada pareja se dirigirá a una casasegura diferente.

Moody sacó de su capa un frasco que contenía un líquido parecido albarro. Y no hizo falta que dijera nada más: Harry comprendió de inmediatoel resto del plan. 

─ ¡No!  ─gritó, y su voz resonó en la cocina ─. ¡Ni hablar! 

─ Ya les advertí que te lo tomarías así ─intervino Hermione, cruzando sus brazos, con la mirada de "Se los dije" en rostro.

─ ¡Si creen que voy a permitir que seis personas se jueguen la vida...! 

─ Como si fuera la primera vez que lo hacemos. ─terció Ron. 

─ ¡Esto es diferente! ¡Haceros pasar por mí, vaya idea! 

─ Mira, a nadie le hace mucha gracia, Harry ─dijo Fred con seriedad, mientras yo me acercaba sigilosamente a Harry ─. Imagínate que algo sale mal y nos quedamos convertidos en unosimbéciles canijos y con gafitas para toda la vida

Harry no sonrió y razonó: 

─ No podrán hacerlo si yo no coopero. Necesitáis pelo de mi cabeza. 

Me acerque a él rápidamente y le quite un par de pelos de su cabeza. Lo escuche jadear por el dolor, pero luego se giró y me grito:

─ ¡Milan, para ya!

─ ¡Lo tengo! ─dije sonriendo, dándoselo a Moody, quien lo metió en aquella botellita ─. Merlín, Harry. Nosotros elegimos esto, así que déjanos hacerlo. Deja de ser tan dramático.

─ Y nosotros que pensábamos atraparlo y evitar que huya.

─ Bueno, Milan tiene más poder que nosotros. ─añadió Cedric, apoyado en una de las paredes de la cocina, viéndonos a ambos con una amplia sonrisa.

La poción que antes tenía un aspecto grotesco, ahora era de un bello color dorado, y se veía muy limpia, sin pelos ni nada por estilo. Nada comparada con la última que probé.

─ ¡Oh! Estás mucho más apetitoso que Crabbe y Goyle, Harry ─dije, llevándome la mirada de varios adultos ─: Bueno, ya sabes a qué me refiero; la poción deGoyle parecía de mocos.

─ Muy bien. Que los falsos Potters se pongan en fila aquí. ─indicóMoody.

Así que Ron, Hermione, Fred, George, Fleur y yo nos formamos en una fila frente al fregadero de la cocina. 

─ Falta uno. ─observó mi padre.

─ Está aquí ─indicó Hagrid con aspereza. Levantó a Mundungus por lanuca y lo puso al lado de Fleur, que arrugó la nariz sin disimulo y se colocóentre Fred y George.

Vaya, eso fue inesperado, pero viniendo de la orden, en donde desconfían de todos, no me parece raro.

─ Ya se los dije, prefiero ir de escolta. ─protestó Mundungus.

─ Cállate ─ordenó Moody ─. Como ya te he explicado, gusanoasqueroso, si nos encontramos a algún mortífago, éste intentará capturar aPotter, pero no matarlo. Dumbledore siempre dijo que Quien-tú-sabesquería acabar con Potter personalmente. Así pues, los que corren mayorriesgo son los escoltas, porque a ellos los mortífagos sí intentarán matarlos.

Esta explicación no tranquilizó demasiado a Mundungus, pero Moodyya había sacado media docena de copitas─del tamaño de una huevera—de debajo de su capa y, tras verter en ellas un poco de poción multijugos, selas fue dando a cada uno.

─ Vamos, todos a un tiempo... 

Ron, Hermione, Fred, George, Fleur, Mundungus y yo bebimos de la poción. Su sabor en definitiva era mejor al que Hermione hizo en aquella ocasión. De inmediato, sentí como mis facciones iban cambiando, como crecí un poco de altura y como mi cuerpo se ensanchaba un poco. Además, mi cabello comenzaba achicarse.

─ ¡Vaya! ¡Somos idénticos! ─gritó George, y aunque estuvieran cambiados, podría reconocerlos.

─ Sí, pero no sé, creo que aun así yo soy más guapo ─alardeó Fredexaminando su reflejo en la tetera.

─ ¡Bah! ─dijo Fleur mirándose en la puerta del microondas—. No memigues, Bill. Estoy hogogosa

─ Aquí tengo ropa de talla más pequeña para aquellos a los que se oshaya quedado un poco amplia ─dijo Moody señalando el primer saco ─, yviceversa. No se olviden de las gafas: hay seis pares en el bolsillo lateral. Ycuando os hayáis vestido, en el otro saco encontraréis el equipaje.

─ Ya sabía yo que Milan nos mentía sobre lo de ese tatuaje. ─comentó Ronmirándose el torso desnudo.

─ ¿Que? ─escuche la voz de mi padre.

─ Nada, no escuchaste nada, papá ─sonreí ─. Creo que mi sonrisa de niña de papá no sirve con esta cara.

─ Si que tienes la vista fatal, ¿eh? ─dijo Hermione al ponerse lasgafas, tratando de mejorar el ambiente.

Era raro ver el cuerpo de Harry en mi, y más cuando comenzamos a cambiarnos. Nunca había visto a mi novio de esa manera, y esto era muy...¿intimo?

─ Me parece una falta de respeto que todos lo vean sin camiseta antes que yo. ─murmuré.

─ Bueno, al menos podremos reconocer a Milan, no dejara de soltar chistes sobre esto. ─señalo Bill.

Los presentes sonrieron. Aunque el breve momento de felicidad no duro mucho, pues teníamos que apurarnos para poder hacer todo a tiempo, los efectos de esta poción durarían una hora o menos.

Así que Moody comenzó a designarnos parejas. Mi padre quiso que yo fuera con él o con Tonks, pero al parecer ya habían discutido eso con Ojo Loco, y no se puede. Es por eso que termine yendo con Cedric, lo cual no me molestaba, era un gran amigo y mago

Tía Haley estaba esperando a un grupo en su casa, con un traslador que nos llevaría a la Madriguera.

─ Cedric, cuida bien de mi hija. 

─ Lo haré, Remus. ─prometió el castaño, tomando la escoba y prepararnos para irnos cuando den la orden.

─ Sookie irá conmigo, también estoy segura. ─sonreí, pues al no tener una casa fija, mi mascota me acompañaba a todos lados. Y como es una de bolsillo, cabe en cualquier sitio.

─ Cuídate, Milan. ─escuche que alguien dijo. 

Me gire y me encontré con Harry, el verdadero. El iba en la motocicleta con Hagrid. Agito su mano y sonrió de lado.

─ Y tu. Nos vemos luego.

─ Sujétate fuerte, Ron. ─aconsejó Tonks, unos metros más adelante, y vi como mi mejor amigo se sujetaba de la cintura de la bruja. 

─¡Buena suerte a todos! ─gritó Moody, así que todos nos pusimos en posición─. Nos veremos dentro de unahora en La Madriguera. ¡Contaré hasta tres! ¡Uno... dos... TRES! 

Me sujete de Cedric, y luego sentí como nos elevábamos, tomando más y más altura a cada segundo. 

La verdad es que por un segundo creí que tendríamos un viaje tranquilo (tonto pensamiento mío). De pronto nos vimos rodeados. Al menos treinta figuras encapuchadas,aparecidas de la nada, se mantenían suspendidas en el aire formando unamplio círculo en medio del cual los miembros de la Orden se habíanmetido sin darse cuenta...

─ ¡Sujétate! ─escuche gritar a Cedric.

Obedecí, pero a su vez tome mi varita en mano, mirando a todos. En poco tiempo habíamos conseguido separarnos del grupo, y creíamos dejar atrás a los mortifagos, pero al menos cinco de ellos comenzaban a seguirnos. Estuvimos en esta persecución por al menos media hora.

Ellos lanzaban maldiciones; veía luces verdes y rojas pasar por nuestro lado, incluso Cedric debía hacer movimientos bruscos con la escoba para poder esquivarlos. Afortunadamente soy buena volando y manteniendo el equilibrio, así que apenas sujetándome con una mano (o a veces con ninguna), empecé a lanzar hechizos a diestra y siniestra. No podía usar aún maldiciones o hechizos fuertes, pues aun no soy menos de edad, pero Cedric si podía.

─ Esa es mi madre. ─balbucee, señalando a una mortifago rubia volando metros más allá, lanzandonos maldiciones.

No creo que ella sepa que soy yo, tengo la forma de Harry, pero de todas formas, su objetivo es destruirnos.

Sentí como una maldición choco con la escoba, creí que se había roto, pero en realidad se había vuelto loca. No le hacia caso a Cedric y tan solo se giraba y giraba, nos dejo de cabeza unos segundos pero conseguimos volver a posición normal.

¡Protego!  ─solté, cuando vi muchas maldiciones venir en nuestra dirección.

Cedric se las arreglaba para lanzar y lanzar hechizos. Aún no comprendo cómo seguíamos encima de la escoba e ilesos (bueno, ambos muy despeinados y demás, pero ilesos).

Sentí otro estruendo dando a nuestra escoba, otra vez se había vuelto loca, estuve de cabeza, pero me las arregle para sujetarme con las piernas para no caer. Lancé un hechizo más, no me importaba a que mortifago le daba.

Solté un chillido cuando vi una luz verde pasar junto a mi rostro. Cedric giro bruscamente y se aseguró que este hechizo no me diera.

Tome una bocanada de aire, porque ya no veía a los mortifagos entre la niebla del cielo, pero aquellos segundo de calma fueron falsos, porque otro destello de luz vino a mi, en mi dirección. Escuche claramente como gritaron "Avada Kedavra", cerré mis ojos por miedo, pero no me dio a mi.

Tuve miedo que le diera a Cedric, y me obligue a mirar, pero deje escapar un grito cuando escuche un chillido de dolor a Sookie, y luego la vi quedar inmóvil en el cielo...para luego caer a esta gran altura.

No...

─ ¡Sookie!

No...

─ ¡No! ¡NOOO!

no.

─ ¡Esa es mi hija! ─escuche gritar, y otro hechizo vino en nuestra dirección.

La escoba en la que estábamos sufrió un tercer estruendo. Aún no se a ciencia cierta si el hechizo le había dado a Cedric o a la escoba, pero vi al muchacho caer. Me sujete de la escoba con fuerza, comenzado a maniobrarla, acelerando lo más que podía hasta encontrar al chico, mientras a su vez esquivaba las maldiciones de mi madre...y lloraba por Sookie.

Muchas cosas ocurriendo en un solo momento.

Me sujete solo de mis piernas en la escoba, estirando mi brazo para sujetar a Cedric y hacer que vuelva. Pero no corrimos con la misma suerte, la escoba se hizo añicos, terminamos cayendo ambos del cielo.

Diggory lanzó un hechizo ralentizador. Aun nos encontrabamos lejos de la casa que nos tocaba, al menos estabamos en el suelo. Habíamos llegado bien.

Pero no estaríamos así por mucho.

─ ¡Corre! ─grité, levantándome del suelo, ni pudimos recuperar el aliento porque vimos a tres mortifagos descendiendo junto a nosotros, entre ellos: mi madre.

Cedric sabía el camino, el corría y lo seguía. Girábamos constantemente para lanzar hechizos (el lo hacia con maldiciones, creo que mato a un mortifago, desgraciadamente no a mi madre)

Deje escapar un chillido cuando vi que una luz violeta le dio a Cedric en el pecho. Cayó al suelo.

─ ¡Cedric! ─chillé, volviendo atrás y lanzando un hechizo a un mortifago que se acercaba.

Debía ver como estaba él, al menos estaba vivo.

¡OH, MILAN! ─alguien llamó.

Me pare, protegiendo a Cedric quien se levantaba y tomaba su varita.

─ ¡Corre, Milan! 

Mi amigo no tuvo que decírmelo dos veces, obedecí de inmediato. A partir de aquí sabía que debíamos tomar un atajo y llegaríamos a la casa de uno de los miembros de la orden, donde encontraríamos un traslador.

Falta poco, aguanta, Milan.

¡Crucio! 

Escuche gritar a mi madre.

El hechizo me había dado.

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