𝟬𝟱𝟬 | beautiful normality
050. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗙𝗜𝗙𝗧𝗬 ──
❛ 𝖻𝖾𝖺𝗎𝗍𝗂𝖿𝗎𝗅 𝗇𝗈𝗋𝗆𝖺𝗅𝗂𝗍𝗒 ❜
❪ Adoro que Herms y Mily ya no estén peleadas <3❫
❪Si comentan a tope y votan les subo otro cap ahora mismo ;D || ¿trato? ❫
Terminamos con el beso, creo que nunca habíamos tenido uno tan largo. Pero fue bueno, y sentí tantas cosas bonitas, que estaba encantada con esto. Me sentía una adolescente enamorada otra vez, sentía la normalidad y el amor que emanaba de mi antes.
Harry tomó mis dos con delicadeza, tirando de ellas suavemente para que estuviera más cerca de él (si eso fuera humanamente posible). Se me hacía algo extraño estar así otra vez, sin embargo, me gustaba.
Sentí como el agarre de nuestras manos se rompe, pero cuando iba a preguntar si pasaba algo malo, me di cuenta que solo lo hizo para poder pasarlas por mi cintura, causándome un leve cosquilleo.
─ Harry, te hago recordar que aún tenemos dieciséis años, y que apenas regresamos. ─murmuré, separandome un poco de él, con una sonrisa en el rostro al ver su falsa decepción.
─ Pero justo porque regresamos necesitamos muchos besos y caricias de reconciliación.
─ Así no funciona, ¡Y estamos jovenes!
─ Bah ─resopló ─. Estamos un paso más cerca de la tumba.
─ ¡Harry! ─regañe, tirándole un zape en el brazo.
Ambos soltamos una risilla ante aquello, y nos volvimos a acomodar. Él se sentó en la mesa, y yo me coloque a su lado, dejándome abrazar.
─ ¿Podemos mantener esto en secreto?
─ ¿Que regresamos?
─ Si. ─asentí.
─ Quieres probar quien es el informante del que Malfoy te hablo ─terminó por deducir ─. ¿Ni a Hermione y a Ron? Son de confianza, ellos no te vendarían.
─ Lo sé, pero Ron no sabe guardar secretos, y Hermione no sabe actuar. Y enserio quiero saber de quién se trata.
Hizo una mueca, lo pensó por unos segundos y terminó por aceptar a mi pedido.
─ Bueno, haremos como si no estamos juntos, pero nada de cachetadas ni peleas verbales. ─me dijo, apuntándome con su dedo índice.
─ Solo lanzarnos hechizos, entendido.
─ Milan...
─ Claro que no lo haré ─sonreí, aunque eso duró muy poco, porque vi el reloj del salón ─. Ya es tarde, debemos regresar.
─ ¿Si ellos preguntan cómo se fue el hilo?
─ Decimos que te confesé cómo me sentía, pero que aún me rehuso a tener algo contigo, ambos lo van a creer.
Lo vi asentí. Así que nos dimos un beso rápido, y salimos de ese salón, dispuestos a fingir que no estamos juntos, y que incluso apenas nos soportamos. Necesito saber quien es, quien es la horrible persona que me causó aquel sufrimiento.
ENTRE TANTAS COSAS, ya había llegado febrero. La nieve se había fundido en los alrededores del colegio, pero aún seguíamos teniendo el aire frío y las lluvias. Habían muchas nubes de color grises, haciendo del jardín un lugar fangoso y resbaladizo (me he caído ya un par de veces).
Hoy estoy muy cansada, es por eso que aunque me duela faltar a la primera clase de aparición, pero en realidad mi cuerpo duele. El profesor Snape dice que soy un abominación al igual que mi padre, pero aún así, hace unos meses accedió a hacer una poción para las noches de luna llena.
La primera vez fue raro, y tuve que pasarla sola. Me fui a la cabaña de Hagrid, y le pedí que si podía quedarme cerca.
"No me trasformare, lo juro"
Le dije. Y efectivamente, no me trasforme como mi padre, pero sentí todo lo que él: las emociones al mil, dolor en el cuerpo, ojeras como mapache.
En especial el dolor del cuerpo, porque no cuando te caes y te duele y ya. Era muy diferente, sentía como si alguien agarrara mis huesos y los removiera una y otra vez. Era extraño.
Por eso, despues de esos meses, ya se que la poción le permite al hombre lobo mantener su mente humana durante la transformación. Sin embargo, como mi transformación no es completa, me ayuda a calmarme aunque sea un poco.
Snape no fue tan malvado en ese aspecto, solo que me hizo prometer que no le diría a nadie sobre esto.
─ ¿Tus compañeros te siguen molestando? ─le pregunté a Luna, cuando vi uno de sus aretes rotos, además, que a su juego de tres pulseras, le faltaba una.
Era de esas cosas que ella misma hacía, y he visto muchas veces que comienzan a molestarla por eso. Yo no le veo nada malo, pero las personas pueden ser crueles.
─ Una de mis compañeras pasó corriendo por mi lado, seguro fue casualidad, eso dijo ─me contó, con la mirada perdida mientras colocaba unos dijes en los mechones de mi cabello, me gustaba eso, es un estilo algo gitano ─. Y bueno, se rompió. Lo arreglare cuando mi padre me envie mis demás herramientas.
─ ¿Y tu pulsera? Nunca te las quitas, falta una. ─señalé.
─ Oh, debieron ser los Nargles.
To solté un suspiro. La verdad no sé a ciencia cierta si aquella criatura existe, pero de lo que estoy segura, es que el año pasado, me enteré que los compañeros de Luna eran quienes escondían sus cosas, no los tales Nargles.
─ ¡Uh! ¡Espera!
Sentí como sus manos salieron de mi cabello, así que giré a verla.
─ Ya que se me perdió una pulsera, y tengo dos, y ya no es un número bonito para pulseras, mejor te doy una y yo me quedo una...
Ni siquiera me dejo decir algo, solo se sacó una de sus pulseras, y la coloco en mi muñeca.
─ Gracias.
─ Y ya estoy terminando el sombrero de Sookie.
─ En definitiva quiero verlo ─sonreí ─. Y gracias por la pulsera.
Ella volvió a su trabajo: mi cabello. Yo comencé a contarle cómo me sentí en mi última luna llena, y me iba dando consejos o comentarios al respecto.
─ ¿Sabes que comentare el próximo partido de quidditch? ─me dijo, y yo sin pensarlo, ya estaba tan feliz como una lombriz ─. Espero no te estrelles contra mi.
─ Nah, eso solo era con el pesado de Smith.
─ ¡No le digas a nadie que seré comentarista!
─ Ni una sola palabra.
─ Milan, ¿si jugaras?
─ Lo haré hasta que Katie Bell regrese. ─me encogí de hombros, soltando un suspiro, pues extrañaba mucho a mi amiga.
─ ¿Perdonaras a Harry? ─preguntó Hermione, quien estaba a mi lado haciendo una redacción para DCAO, teníamos que hacer casi veinte centimetros de pergamino.
No bueno es que como ya nos reconciliamos, hacemos tarea juntas. Además, me está ayudando a ponerme al corriente, pues todo el tiempo que mi madre estuvo molestándome, baje mis calificaciones.
Hermione no pregunto que me había pasado, creo que porque tiene miedo que nos pongamos a discutir. De todas formas, agradezco que no preguntara, apenas se lo confesé a Harry, ni mi padre a ciencia cierta lo sabe.
─ ¿Tu perdonaras a Ron?
─ Ron no me hizo nada. Pero no.
─ Bueno, yo no perdonaré a Harry. ─seguí con mi redacción, pensando en qué estará haciendo el nombrado ahora.
Siempre quedamos en vernos a media noche, el sale con su capa de invisibilidad y coordinamos donde vernos. Por ahora nos funciona.
Tampoco he podido saber quien es el informante de mi madre. No me llegó otra carta. Tampoco puedo discutirlo con Theo, pues siempre que lo busco, no lo encuentro, o si lo hago, me pide perdón y se va, dice que está ocupado.
─ ¿Cuando es tu próxima luna llena?
─ El...─pare de hablar, solo para levantarme del suelo y ver el calendario que había en el tablón de anuncios de la sala común ─. Estoy muerta.
─ ¿Que paso?
─ Es el veintiocho de febrero
─ El cumpleaños de Ron...
─ La noche antes del cumpleaños de Ron. Merlin ─refunfuñe, dejándome caer otra vez junto a ella ─. Voy a estar muriendome ese día. Voy a ser un desastre.
─ Seguro lo entendera. ─medio.
─ ¿Así que tu entendiste lo de...?
─ ¡Milan!
─ Bien, bien ─repetí ─. Dejaré de molestarte ─suspire ─. De todas formas, aunque me este muriendo, le daré a Ron su regalo, y ahora dejaré de hablar de él antes que me mates.
Nos quedamos en silencio, pero ya era habitual entre nosotras. Cada una hacía su tarea, porque era importante para nosotras, por eso no nos molestaba no hablar.
Ya llevaba más de la mitad de la tarea, me tome un breve descanso para darle amor a Sookie, y seguí con lo mío.
─ Acabe.
─ Yo igual.
Ambas suspiramos. En ese momento abrí mi mochila y saqué una pequeña lata llena de galletas, era un encargo de mi padre, Tonks lo había traído. Pues ambos, desde el incidente de mi madre, me hicieron prometer que no reciba nada de nadie, en especial si es comida o algo así.
─ No se que contarte, y no podemos ir a dormir, aún es temprano.
─ Y no quieres ir a la habitación.
─ Lavender dice muchas cosas sobre mi, no bonitas precisamente. Parvati y Padma siguen sin hablarme como antes, así que no tengo muchas cosas que hacer en la habitación.
─ Por eso antes te ibas muy temprano y llegabas muy tarde.
─ Exacto.
─ ¿Sabes dónde puede estar el pelirrojo innombrable?
─ Más fácil es buscar a Lavender, siempre paran juntos.
─ Debe estar con el innombrable de lentes.
Me causaba gracia fingir que no me hablo con Harry, ni que nos llevábamos bien. Por ahora es muy divertido, sin embargo, cuando Ron y Hermione se enteren, nos ira muy pero muy mal.
─ No hablemos de los innombrables ─sonrió, se le había hecho gracioso el hecho que los llamara así ─. Mejor hablemos de como yo te explicare todo lo que paso en la clase de apareción que te perdiste. Te irá bien, siempre te va bien en ese tipo de cosas.
─ Lo malo es que tendré que dar mi examen aún luego de mi cumpleaños. Tu y el innombrable rojo podrán hacerlo ahora.
─ Solo son unos mes.
─ Lo único que me consuela es que eres más vieja que yo. ─sonreí, casi huyendo para evitar que me tire zapes.
Efectivamente, ella también se había levantado y comenzaba a corretearme.
Como dije: preciosa normalidad.
ESTABA CON UNA SUDADERA GRIS, me había colocado su capucha y me había ido a lechucería apenas me había despertado.
Febrero le había dado paso a marzo y el tiempo no cambió mucho, aunque además de llover hacía más viento. Todos los estudiantes manifestaron indignación cuando en los tablones de anuncios de las casas apareció un letrero que informaba sobre la cancelación de la siguiente excursión a Hogsmeade.
Sin embargo, eso no me importaba en lo absoluto, tal vez más tarde, pero ahora mismo no.
Le había escrito a mi padre, asegurándole que estuve bien en luna llena (que fue ayer), además, de esta manera podía preguntarle como estaba (pues mi papá si se transformaba completamente en luna llena). Así que solo me quedaba esperar su respuesta.
Se que era tarde, pero tenía el regalo de Ron. Era sábado así que no teníamos clases ni visita a Hogsmeade, así que tendría que encontrarlo rápido.
Fuí al Gran Comedor, si no lo encontraba ahí, al menos podría desayunar, porque aunque este muy agotada y pareciendo mapache andante, mi hambre le ganaba a todo eso.
─ ¿Esa no es la sudadera de Harry? ─preguntó Hermione cuando me senté junto a ella.
─ ¿Esta? ─me hice a la loca, dándome cuenta que eso era cierto, sin embargo, podía usar una excusa ─. Ah, es cierto. Es la que usaba en tercer año, incluso me había olvidado.
─ Oh, si. En ese año te robabas su ropa.
Yo solo asentí, no cuestiono nada más.
─ ¿Como amaneciste?
─ Siento que cada vez me acostumbro más a la sensación, aunque sigue doliendo. Alguien me toca en cualquier parte del cuerpo, y me pongo a chillar. ─dije con algo de dramatismo, pero era cierto.
Estuvimos comiendo y charlando. Yo comí un montón, parecía un pozo sin fondo. Ella me comentaba sobre cosas de clase, y más cosas sobre las clases de aparición.
De pronto, y cuando estábamos saliendo del Gran Comedor, Harry Potter nos intercepto.
─ Escapemos del innombrable de lentes. ─refunfuñe, dispuesta a seguir avanzando con Hermione, y luego voltear para darle un guiño disimulado al azabache, sin embargo, lucía muy serio, como si esto no fuera uno de nuestros actos.
─ Ron esta en enfermería, lo envenenaron...¡Larga historia! Vine a avisarles y...
Antes que él pueda seguir hablando, ya tenía a dos chicas abalanzándose contra él (Hermione y yo), es especial Herms, quien de pronto ya tenía una expresión de absoluta preocupación, pálida como cera, preguntando que había ocurrido.
Harry se puso a caminar, mientras nosotras le seguíamos el paso. Nos iba a contando que paso, aunque no entendimos muy bien. Algo tenía que ver Slughorn. y también unos dulces. Todo muy extraño.
Llegamos a enfermería y nos dimos con la sorpresa que no nos dejaban pasar, al menos hasta que lleguen las ocho de la noche, así que solo nos quedaba esperar. Aunque cada vez que entraba o salía alguien, nos colábamos unos segundos para ver a Ronald.
[...]
Cuando llegó la hora, claramente ya era de noche. La enfermería estaba en completo silencio; habíamos corrido las cortinas de las ventanas y habíamos encendido la lámpara. Hermione, Ginny y Harry estaban sentados al borde de la cama de Ron, mientras los gemelos y yo estábamos sentado en sillas a los lados.
─ Está más pálido que Hermione cuando...─pare de hablar cuando sentí una dura mirada sobre mi, así que me dedique a jugar con mi cabello, aquel que aún tenía esos pequeños adornitos que Luna me había puesto.
─ ¿Cómo pasó exactamente, Harry?
El azabache nos comenzó a contar, esta vez, a diferencias de las dos anteriores, si preste más atención.
─... y entonces le metí el bezoar por el gaznate y él empezó a respirar un pocomejor. Slughorn fue a pedir ayuda y acudieron la profesora McGonagall y la señoraPomfrey, que lo subieron aquí. Dicen que se pondrá bien. La enfermera cree quetendrá que quedarse en la enfermería una semana, tomando esencia de ruda...
─ Puaj, ruda. ─solté, no me gustaba el olor de esa hierba ─. Aunque, te pondra mejor. ─dije, cuando Ron puso una cara de asustado.
─ Que suerte que hubiera un bezoar, ¿no? ─comentó George.
─ La suerte fue que hubiera uno en la habitación. ─puntualizó Harry. Se le helaba la sangre cada vez que pensaba en lo que habría sucedido si no hubiera dado conaquella piedra.
A Hermione la vi estremecerse, ella está muy preocupada desde la mañana. Casi me rompe el brazo de tanto sacudirlo cuando se ponía nerviosa.
Seguimos platicando de lo que pasó, pero en un momento tuvimos que bajar el tono de hablar cuando vimos a Ron quedarse dormido, pero eso no impidió que sigamos con la conversación.
─Entonces, ¿el veneno estaba en la bebida? ─preguntó Fred con voz queda.
─ Sí ─contestó Harry, que no dejaba de pensarlo y se alegró de esa oportunidadpara hablar del asunto otra vez─. Slughorn nos lo sirvió...
─ ¿Pudo ponerle algo en la copa a Ron sin que tú lo vieras?
─ Supongo que sí, pero ¿por qué iba a querer envenenarlo?
─ Tal vez quería envenenarte a ti ─mencione, encogiendome de hombros ─. No es muy loco pensarlo, es decir, todos quieren...ya sabes. Por todo el rollo de ser El Elegido.
─ Entonces, ¿crees que Slughorn es un mortífago? ─preguntó Ginny.
─ Todo es posible hoy en día. ─repuso Fred ─. Tambien el profesor podría estar bajo una maldición imperius.
─ Y también podría ser inocente ─señalo Ginny ─. El veneno podía estar en labotella, y en ese caso quizá querían envenenar al propio Slughorn.
─¿Quién iba a querer hacer eso?
─ Dumbledore dice que Voldemort pretendía que Slughorn se pasara a su bando─explicó Harry ─. Por eso el profesor estuvo un año escondido antes de venir aHogwarts. Y...quizá Voldemort quiera quitarlo de en medio, o quizá creaque podría resultarle valioso a Dumbledore.
─ Pero tú dijiste que Slughorn pensaba regalarle esa botella a Dumbledore porNavidad ─le recordó Ginny, pero yo solo fruncí el ceño porque no conocía aquella información ─. Así pues, también cabe la posibilidad de que elobjetivo del envenenador fuera el director.
─ Entonces es que el envenenador no conoce muy bien a Slughorn ─intervinoHermione, abriendo la boca por primera vez en varias horas; tenía la voz tomada,como si estuviera resfriada ─. Cualquiera que conozca a Slughorn sabría que muyprobablemente se quedaría con un licor tan exquisito.
Sea cual sea la verdad de lo que pasó, la desconocíamos.
[...]
Esa misma noche, luego de despedirnos de los señores Weasley que llegaron a ver a su hijo, y luego de escapar de Filch, ya nos encontrábamos en la sala común. Hermione por todo el tema con Ron nos deseó buenas noches y se fue, mientras yo decidí quedarme un poco más porque quería terminar la tarea del profesor Snape.
Harry por su parte, también se quedo, solo que antes que tuviera oportunidad de acercarse a mi, Cormac McLaggen se había acercado a él.
Me sorprendió un poco también ver que a estas horas los algunos alumnos de primero seguían despiertos, porque yo a esa edad me dormía a los ocho, sin embargo, recorde que era sábado, así que estaba bien.
─ Deberías lavarte las manos con el jabón azul ─le dije a Alyna, cuando vi sus manos negras ─. Ese quita la tinta de la piel, mil veces me paso.
─ Gracias. ─dijo con una sonrisilla, sin embargo, a diferencia de otros días, salió corriendo, directo a su dormitorio, siendo seguida de sus amigas.
Yo me quede jugando con Sookie, esperando pacientemente a que Harry termine con lo suyo y se ponga la capa de invisibilidad.
Y así fue, un tiempo despues, me uní a él en el manto de lo oculto y fuimos a parar en nuestro lugar, al cual hace mucho tiempo no ibamos.
Nos subimos a aquel ventanal, y nos acomodamos. El paso su brazo por mis hombros y tiró de mi para quedar más cerca. Yo me acurruque a su pecho, para así tener un mejor ángulo del cielo estrellado.
─ Esta sudadera se me hace conocida.
─ Si, es tuya, ¿algún problema? ─dije, con falso enojo.
─ No. Ninguno. Se te ve bien, esta vez no te queda demasiado grande como en tercer año.
─ Era la única cosa holgada que tenía, y si pudiera robarte más cosas así, lo haría. Sin embargo, no puedo, porque Hermione se daría cuenta que si nos hablamos.
─ ¿Así que nada del informante?
─ No.
Estábamos conversando de cosas mejores. No se como empezamos a discutir sobre qué galletas eran mejores, pero lo hicimos, fue divertido.
HOY ERA EL DÍA DEL PARTIDO, antes de ir fui a ver a Ron, le pregunte como estaba y me tuve que ir para platicar de unos últimos movimientos con Ginny.
─ Espero que Katie venga pronto.
─ ¿No te gusta jugar?
─ No es eso, Gin. Claro que me encanta jugar, pero me gustaría obtener el puesto por mi talento, no porque debo sustituir a una amiga que casi muere.
─ Si esto te consuela: lo haces muy bien.
─ Gracias. ─sonreí, y ella me devolvió el gesto.
Harry vino apresurado, entró a los vestuario y se cambió a toda prisa. Ginny le pregunto porque llegó recién, y él contesto que tuvo un encuentro con Malfoy.
De todas formas, todo el rollo con Draco pasó a segundo plano, pues empezó a actuar como capitán, dándonos instrucciones antes de salir al ruedo.
Vimos como Harry y el capitán del equipo de hufflepuff se estrecharon la mano, dando inicio al partido. Esta vez jugaba como cazadora.
─ Allá va Smith, de Hufflepuff, con la quaffle ─informó una voz suave por losaltavoces, haciendome sonreir de inmediato. Esa era mi chica ─. Smith hizo de comentarista en el último partido y Milan Lupin chocócontra él (yo diría que a propósito, o al menos eso pareció).
Escuche como los chicos que observaban el partido decían cosas como: ¡Lupin es una salvaje! ¡Saquenla del juego!
Pero saber internamente que personas como Hermione y Ron me apoyan, me tiene tranquila.
─ Smith se despachó agusto con Gryffindor; espero que lo lamente ahora que tiene que jugar contra ellos...¡Oh, miren, ha perdido la quaffle! Cortesía de Milan. Esta chica me cae bien,es muy simpática...
Luna me dijo que le gustaba poder hacer esto, así que me encontraba muy feliz por ella, y mucho más porque Smith no puede alcanzarme. Soy una loca volando en mi escoba.
─... pero ahora ese gordo de Hufflepuff le ha quitado la quaffle a Ginny; norecuerdo su nombre, se llama Bibble o algo así... No, Buggins...
─ ¡Es Cadwallader! ─la corrigió la profesora McGonagall a voz en grito, yprovocó las risas del público.
Ese tal Cadwallader anotó unos puntos, y el estúpido de Mclaggen nos gritó a Ginny y a mi porque dejamos que le arrebataran la quaffle. ¿Que demonios le pasaba?
─ ¡Haz el favor de estar atento a lo que haces y deja de gritarle a mis cazadoras,McLaggen! ─bramó Harry dando media vuelta para mirar a su guardián, podía escucharlo, me encontraba muy cerca de ambos.
─ ¡Pues tú no das muy buen ejemplo! ─replicó McLaggen, furioso y con lasmejillas encendidas.
─ Y ahora Harry Potter se ha puesto a discutir con su guardián ─dijo Luna concalma mientras los seguidores de Hufflepuff y Slytherin lanzaban vítores y silbidosdesde las gradas ─. No creo que eso lo ayude a encontrar la snitch, pero quizá sea unahábil estratagema...
Harry volvió al ruedo, y Ginny y yo minutos despues anotamos un gol cada una. Los chicos de gryffindor celebraron este pequeño logro, sin embargo se vio opacado porque Cadwallader anotó otro punto, consiguiendo el empate.
Luna comenzó a distraerse, ya no se enfocaban en cantar los puntos, ahora solo y trataba de dirigir la atención del público haciaotras cosas, como en las formas de las nubes o la posibilidad de queZacharias Smith, que hasta ese momento no había logrado conservar la quaffle másde un segundo (por mi), sufriera algo llamado «peste del perdedor».
─ ¡Setenta a cuarenta a favor de Hufflepuff! ─gruñó la profesora McGonagallacercándose al megáfono de Luna.
─ ¿Ya? ¿Tanto? ─se extrañó Luna─. ¡Oh, miren! El guardián de Gryffindor leha cogido el bate a un golpeador
Gire en pleno vuelo. Era cierto: McLaggen, por algún motivo que sólo élconocía, le había quitado el bate a Peakes y estaba haciéndole una demostración de cómo golpear una bludger para darle a Cadwallader, que volaba hacia ellos. Estaba loco. Afortunadamente antes que yo invocará a mi varita y le tirara una maldición, Harry se acercó a él.
Pero eso no me tranquilizo, es más, casi pierdo la cordura al ver lo que pasaba. Me distraje un segundo y volví la mirada, viendo como Harry tenía sangre corriendo por la cara, y se soltaba de su escoba.
No me puse a analizar más la situación, simplemente emprendí vuelo hacia él, tomándolo apenas en el aire. Pesaba más que yo, apenas podía sostenerlo con un brazo y mantener el equilibrio de mi escoba.
Afortunadamente los maestros me ayudaron.
En ese momento se me olvido nuestro trato de parecer que nos odiamos. No podía dejarlo caer. Harry es una de las personas más importantes que tengo, lo salvaría de todas las formas posibles, incluso si eso me llevaba a que el informante de mi madre le cuente todo esto y vuelva a torturarme en cartas.
O en la vida real, frente a frente. No importaba. Yo soportaría cualquier tipo de dolor por él, eso lo puedo jurar.
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