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𝟬𝟰𝟵 | reconciliations

049. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗙𝗢𝗥𝗧𝗬-𝗡𝗜𝗡𝗘 ──

❛ 𝗋𝖾𝖼𝗈𝗇𝖼𝗂𝗅𝗂𝖺𝗍𝗂𝗈𝗇𝗌 ❜

❪ ¿extrañaban milarry? Porque yo si <3 ❫

─ Milan.

Escuche como me llamaban, y como una mano estaba encima de mi pierna, moviéndome levemente. Me había olvidado por completo de donde estaba, o más importante: con quien. Simplemente mi mente de recién levantada hizo que me removiera un poco entre sueños, deseando dormir un rato más, porque parecía que hace apenas cinco minutos había logrado conseguir cerrar mis ojos.

─ Milan...

Esta vez sentí como mis dedos cosquillearon. Alguien estaba entrelazando sus dedos con los míos. Así que decidí abrir los ojos poco a poco, la cosa ya estaba extraña, y mucho más cuando me encontré a Harry Potter.

Cierto, estoy aquí con él.

─ En mis sueños te confesé todo, así que dime que el hechizo se rompió. ─murmuré de mala gana.

No porque estaba enojada con él (no del todo). La razón de mi mal humor era que no había dormido bien, hacía mucho frio y estaba en una posición muy incómoda. 

─ Sigue ahí. ─hizo una mueca con el labio, se notaba algo arrepentido.

─ ¿No podías preguntarme las cosas como una persona normal?

─ ¿Me hubieras respondido como una persona normal? ─contraatacó.

─ Te odio.

Me acomode la falda y me levanté apoyándome de su brazo, porque de otra manera no hubiera podido hacerlo. 

─ Tenemos clases, debemos cambiarnos y lavarnos. Recoger nuestras cosas. ─dije, girando hacia él, y mirando nuestras manos, notando como esa será una tarea muy difícil, además que nos espera tremendas regañiza de parte de nuestra jefe de casa.

─ Si quieres no vamos a clases.

─ Harry, no tienes más faltas en DCLAO, si no vas, Snape te reprobara. ─mencione, pues tenía el mismo problema que Ron con aquella materia, así que por eso sabía de su problema.

Una idea cruzó por mi mente. No diría que es una loca idea, pero si era muy repentina, y tomaría por sorpresa a Harry. Aún así, tomé una bocanada de aire, preparándome para esto, y luego para correr y esconderme en un rincón.

─ Mi mamá es mano derecha de Voldemort ─mencioné, diciendo aquello muy rápido, como si solo quisiera sacarlo de mi sistema ─. Ella me viene amenazando desde hace un buen tiempo. En un principio aludía que era porque tenía una relación sentimental contigo, pero terminamos y luego me quiso por mis habilidades. Me intente alejar de ti desde el año pasado, pero no pude, despues todo se arruino y...eso es todo.

Hable con tal velocidad que incluso me faltaba el aire, así que trataba de regularlo. Mire nuestras manos, pero para mi sorpresa, estas no se habían soltado. El hilo rojo molesto seguía enlazado en nuestras muñecas, haciéndome fruncir el ceño porque el hechizo debió romperse al confesar algo.

Y ya lo hice.

Me falta la segunda parte de mi plan: huir. De hecho, necesito desaparecer ahora mismo, porque estoy viendo la expresión en el rostro de Harry. Él comenzaba a hacerse internamente un millón y medio de preguntas, lo conocía, era más que evidente. Ahora tendremos terapia, o al menos el se dedicara a hablar mientras yo me quedo callada, porque yo no quería esto.

─ ¡Maldito hechizo! ─grité con desespero, no me gustaba estar aquí, no me gustaba estar atada a alguien.

Tenía ganas de irme, mis pecho estaba siendo aplastado por algo y quería huir, irme a un rincón y llorar por tres días. Apreté mi mano libre, haciendo que mis uñas se encajaran contra mi piel, comenzando a rasgar esta. Me estaba desmoronando.

─ ¡Y maldito tú! ─solté enojada al ver como del bolsillo de su capa sobresalía la punta de su varita ─ ¡La tuviste todo este tiempo! ¡Eres un completo idiota Harry Potter!

─ Quería que me digas la verdad, Milan. Si hubiéramos entrado a la sala común nunca me la hubieras dicho ─soltó, también alterado ─. Ayer tuvimos un avance tu y yo, podemos funcionar.

─ Merlín, Harry. Yo estaba con sueño, frustrada y con frío. Eras lo único que podía usar. Ese no es una avance ─explique, pasando mi mano por el cabello ─. Y Hermione, si estás ahí es mejor que vengas con algo que ayude a cortar mi mano.

La castaña se aproximo, pues había descubierto que estaba aquí. Ella ya tenía su uniforme puesto, y tenía su varita en manos. Sus hombros estaban encogidos, y apretaba los labios, indicando que estaba algo avergonzada por venir aquí.

─ Por favor, lanza un hechizo que corte mi brazo ─pedí, porque si esto se extendía más, sabía dónde podía terminar ─. No te denunciare por eso, lo juro.

─ No puedo hacerlo, y aunque podría, seguirías atada a Harry.

─ Ya le dije lo que tenía que decirle, ¡Y esto no se va!

─ ¿Tú madre te amenazo todo este tiempo?

La voz de Harry me hizo girar a verlo por unos segundos, pero me regrese a la chica Granger en busca de ayuda. No me importaba que la mirada de Harry reflejará tristeza o algo parecido. Simplemente quería irme.

─ Hermione, por favor ─pedí ─. Se que no nos hemos hablado en un tiempo, y que probablemente estés enojada, pero necesito salir de esto, tú sabes porque.

Ella incluso había logrado calmarme en una oportunidad.

─ ¿P-pero que hago? ─preguntó ella.

─ Explotar mi mano, no importa.

─ Milan, ¿por eso estuviste rara en el verano? ¿Por esto es que tuviste que mentirme? ─inquirió Harry.

─ Ya te lo dije. Si. No te preocupes...─pare de hablar cuando veía como Hermione se quedó boquiabierta cuando cuando algunas partes de mi capa de movieron, dejando ver partes de mi piel ─. Soy licántropo, si. Tengo cicatrices en varias partes de mi cuerpo.

─ No fue por eso...me sorprendió verte. No había notado las demás cicatrices.

─ Necesito quitarme esto. ─repetí.

─ Milan, cálmate ─ordenó Hermione, llegando a mi lado y sujetando mi mano libre, dándose cuenta que estaba clavando mis uñas en la piel ─. Anda, mira.

Avanzó hasta que llegamos al pequeño balcón de la torre de Astronomía, y con su dedo índice señaló el jardín, que se veía desde aquí. 

─ Son flores.

Trate de usar ese método para calmarme, era increíble como desde pequeña las flores han sido una gran herramienta para combatir con mis ataques. De alguna manera, estas me hacen concentrarme en lo lindas que son, y con ello, olvido por unos segundos lo que me pasaba, dándole tiempo a mi cerebro de regular mi respiración y volver a la normalidad.

















─ No tenías que hacerlo, no tenían que hacerlo. ─me corregí, apoyándome en el hombro de Ron.

Tanto él como Hermione habían faltado a sus respectivas clases para venir a quedarse con nosotros. No estábamos ya en la torre de astronomía, nos habían escondido cerca de la antigua cabaña de Hagrid, en un lugar algo oculto por la vegetación. Este día ningún curso tenía clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, así que este lugar estaba vació.

─ Yo tengo suficientes faltas, y ya me sé la mayoría de las clases. ─comentó Hermione.

─ Yo soy tu mejor amigo, así que debía estar aquí. ─señalo Ron.

─ Y yo estoy atado a ti. ─murmuró Harry, sonriendo apenas.

─ Aún no entiendo porque el hilo no desaparece, se supone tiene que hacerlo ─refunfuñe ─. Ya lo dije, conté lo que me pasaba. No tiene sentido.

─ De hecho ─Hermione interrumpió, leyendo un libro ─. El hilo rojo desaparece cuando la persona confiesa sus verdaderos pensamientos, sintiendo un alivio mágico al instante. ¿Lo sentiste?

─ No. Nada de nada.

─ Tal vez el hilo solo quiere unirlos un rato más, porque sabe que se quieren, es mágico, ¿no? ─se preguntó Ron, mientras yo le tiraba un pequeño zape en su pierna.

─ Aunque Harry y yo hagamos las paces, no creo que regresemos, ¿no es así?

Harry se puso de otra forma, miro hacia otro lado e intentó enfocar su vista en cualquier cosa que no sea nosotros. La verdad es que no esperaba decir eso, estoy más tranquila, y estoy segura de que no lo odio...quizá necesitemos tiempo, volver como amigos y ver si en un futuro las cosas cambian.

─ Las gemelas Patil preguntaron por ti hace unos días ─señaló Granger ─. Querían saber como te encontrabas, y si sabía que te había pasado.

─ ¿Qué les dijiste?

─ Que no sabía ─contestó, haciendo una mueca con los labios ─, así que solo se fueron.

─ Bueno ─me encogí de hombros ─. Cuando salió que soy licántropo, descubrí quienes eran mis verdaderos amigos. No te culpo a ti, así que no te sientas mal. Nos habíamos dejado de hablar desde mucho antes.

─ ¿Quieres hablar de lo que pasó? ─preguntó Ron.

─ No ─suspiré, la amistad de los cuatro ahora mismo parecía volver a la normalidad, era bueno sentir eso otra vez, una reconciliación de grupo sería increíble, pero para eso debo poner de mi parte, ¿verdad? ─. Nunca podré olvidar ese día.

─ Pasaron muchas cosas. ─comentó Harry.

─ Lupin y Tonks corrieron cuando cruzaste el fuego, y luego mi mamá grito cuando Harry fue tras tuyo, fue muy rápido ─añadió el pelirrojo ─. Nadie sabía dónde ni cómo te encontrabas hasta que escuchamos...tus gritos. 

─ Creí que no iba a contarla, a decir verdad, pero me sentí salvada cuando vi a Harry llegar a mi lado. 

No me había dado cuenta de lo que había dicho hasta que vi como la expresión en la cara del antes mencionado. Había dejado de mirar a la nada y en su lugar me miraba a mi.  

─ Hay luna llena el sábado. ─señaló Hermione

─ No me transformare. Soy algo así como un hombre lobo falso, no me transformo como uno, pero si siento todo lo demás. Las emociones al limite, mal humor, carne cruda.

─ ¿Carne cruda? ─se preguntó Ron, haciendo una mueca de asco.

─ Es rica, ¿okey?

─ ¡¿Ya la comiste?! 

─ Puede ser.

─ ¿Así que no necesitas tomar la poción? ─inquirió Hermione.

─ Noup. Papá dijo que no, aunque la primera luna llena, puedas o no puedas transformarte, el difícil.

─ ¿Y qué planeas hacer? ─me preguntó Harry.

─ Dormir. Suena a un buen plan. 

─ Buen plan. ─coincidió Ron.

─ En caso que no puedas, siempre podemos quedarnos despiertos en la sala común. Será sábado, el domingo no tenemos nada que hacer.

Me pareció muy lindo lo que los tres estaban haciendo por mi. En definitiva todo esto comenzaba a sentirse normal otra vez. Incluso Hermione y Ron no estaban peleando, lo cual era muy común por estos días.

─ Gracias, por esto. ─dije con sinceridad.

















SOOKIE SE HABÍA APARECIDO CON UNA CARTA EN LA BOCA, así que la tome y me acomode en el sillón. Harry y yo nos quedamos junto a la chimenea de la sala común para que no nos pase lo de anoche. 

─ ¿De quien es?

─ Supongo que de papá, mañana es sábado, quizá por eso quiera hablarme, o darme consejos. ─murmuré, viendo que gracias a la saliva de Sookie, la parte donde estaba el remitente se había borrado.

Abrí el sobre y tome la carta con mi mano libre, y desde que leí la primera línea sabía que no se trataba de mi padre. Ni siquiera cuide no tirar de la mano de Harry y dañarlo, tan solo comencé a romper la carta en pedacitos muy chiquitos, y al final tome mi varita y destruí aquellos restos que aún quedaban.

─ ¿Milan? ─preguntó Harry, frotándose la muñeca porque había tirado tan fuerte que se le había dolido.

─ Es ella, otra vez. Dice que regrese contigo y no leí el resto. Merlín, Malfoy tenía razón. ─murmuré sin darme cuenta.

─ ¿Draco Malfoy?

─ ¿Podemos irnos de aquí? No quiero que nadie escuche.

No me dijo nada, solo asintió. Al levantarnos del sofá, tomó mi mano y comenzó a guiarme hasta el cuadro de la Dama gorda. Hubiéramos salido de inmediato si no fuera porque Alyna se puso al frente, mirándome fijamente.

─ ¿Estas bien Milan? Te ves pálida.

─ Estoy bien. ─asentí, y por primera vez fue grosera con ella. Lo digo en el sentido que me fui sin decirle nada más, y sin mirar atrás.

Después de recorrer todo el camino, nos encontrábamos en el primer piso del castillo. Entramos a un salón vació y cerramos la puerta detrás de nosotros. 

─ Tenemos desde ayer el hilo rojo. Tuvo que ser alguien de aquí quien le dice las cosas a mi mamá ─mencioné, apretando los labios ─. ¿Pero quién?

─ ¿Malfoy no te dijo quien?

─ Draco no me dijo quien era, pero me dijo alguien vendía información sobre mis movimientos a mi madre.

─ ¿Y le crees?

─ Si, Harry ─asentí ─. No tenía motivos para mentirme.

Me quedé en silencio por un largo rato, pensando en quién podría ser. Ahora estaba más que confirmado. Antes desconfiaba de Draco cuando me dijo aquello, pero es más que evidente que tiene un informante.

¿Podría ser alguien de Gryffindor? No lo sé, tendría sentido, junto a ellos pasó la mayor parte del tiempo, quieran o no me ven en la sala común o en los pasillos, deben escuchar cosas, pero...¿Tanta como para poder informar lo suficiente a mi madre? 

Algo más importante: ¿Tan rápido?

─ Harry ─llamé ─. ¿Alyna tenía las manos negras?

─ Eso creo...debió mancharse con tinta o pintura ─me respondió con confusión, frunciendo el ceño y mirándome como si estuviera loca ─. ¿Porque preguntas?

─ No, nada. ─negué de inmediato, calmándome un poco.

No podía ser ella. Tiene once años y es muy tierna. No dañaría ni una mosca, quizá solo me estoy haciendo ideas por la sorpresa de ver otra de sus cartas.

Me senté por fin, haciendo que Harry se acomodará al lado. 

─ ¿Te sentías así al recibir cada carta?

─ Cuando las leía, si. Simplemente quería que ella se canse y deje de molestarme. Sabía cómo meterse en mi mente solo con palabras. Me hizo llorar un montón de veces, y cuando la vi ese día en la casa de los Weasley...tenía miedo.

Pare de hablar por unos segundos, recordando aquel día. Era como vivirlo otra vez.

─ A pesar que estuve estudiando para poder vencerla, y estaba muy segura de hacerlo, no pude. Ella es mejor que yo en muchos aspectos. Es malvada y aún no se porque aún me escribe ─solté ─. Dijo que esa era la última oportunidad que me daba para irme con ella.

Mire mi brazo, mire las cicatrices. Como dije antes, ese día era inolvidable, pasaron muchas cosas que no podría borrar de mi mente. Yo no quería ser licántropo, incluso cuando me dijeron que no me trasformare como uno. 

─ Tengo la piel arruinada, soy horrible ─comencé a llorar, y nisiquiera se porque lo hago, se supone ya había superado, estaba bien con eso, Merlin ─. Papá lloro cuando me vio así, no es justo, él no merecía eso. Siempre rogaba que yo no tuviera el gen. Él se alejó del amor, y ahora lo entiendo. Podemos pensar que estamos bien, que las cicatrices o la condición de licántropo no nos importa, pero...nadie nos va a querer así.

─ Yo te amo, Milan.

Me encontraba hablando muy rápido que tarde en darme cuenta lo que él había dicho. Giré a verlo, sorprendida por sus palabras. En ese momento termine de quebrarme, termine de soltar todo lo que tenía dentro.

No lo quería aceptar pero Harry Potter siempre me hacía sentir bien, de alguna manera que aún no comprendía siempre terminaba ayudándome, incluso sin hacer nada. Todo este tiempo que estuvimos distanciados, en realidad lo único que quería es hablar de eso con él, que me abrazara, que estuviera conmigo.

En su lugar solo lo aleje.

Me lancé a sus brazos, escondiendo mi rostro en el hueco de su cuello. Me quede sollanzo ahí mientras sentía como él dejaba palmaditas en mi espalda, y luego su mano en mi cabello, dejando caricias en ese. 

No podía dejar de llorar, no podía contenerme más, incluso había mojado todo el hombro de su capa, pero no parecía molestarle.

Uní mis manos por detrás de su cuello, y en ese momento caí en cuenta que el hilo rojo había desaparecido. Me separe de Harry y fruncí el ceño, sin entender el porque ya no estaba. Sin embargo, en este momento no tenía ganas de ponerme a pensar en los misterios de la magia. 

Ni tampoco quería pensar en las cosas que hacía. Habíamos estado distanciados durante mucho tiempo. Nuestra relación había sufrido altibajos, peleas interminables y malentendidos que parecían imposibles de resolver, pero ahora parecía que todo eso había quedado en el pasado. Esta bien, Harry no había dicho ni una sola palabra, pero ahora que yo me encontraba con la mente despejada, no pude evitar leer su mirada.

Tan solo tomé su rostro entre mis manos, y uní mis labios por los suyos. Fue un beso lleno de historias que habíamos compartido a lo largo de los años, llenas de amor, dolor, lleno de risas y promesas.

Me deje llevar por la dulce sensación de su boca contra la mía. En ese momento todo parecía encajar de nuevo, teníamos que llegar a esto porque era lo que el destino había preparado para nosotros. Incluso con obstáculos, teníamos que seguir luchando.

Sentí que sus dedos se entrelazaron con los míos, y nos terminamos separando del beso cuando tuvimos que tomar aire para seguir.

Merlin, como amo a Harry Potter.

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