𝟬𝟰𝟮 | Milan's fall
042. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗙𝗢𝗥𝗧𝗬-𝗧𝗪𝗢 ──
❛ 𝖬𝗂𝗅𝖺𝗇'𝗌 𝖿𝖺𝗅𝗅 ❜
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EL FIN DE SEMANA ERA UN TIEMPO QUE PODÍA APROVECHAR. Algunos lo usaban para seguir estudiando, otros para dormir, y yo, lo uso para cumplir con la misma rutina que hago cada vez que tenemos permiso de salir.
Siempre con mis ahorros, voy a comprarme un libro o dos, luego paso por un gran batido de chocolate y me voy a un rinconcito solitario del Lago Negro para así leer sin interrupción de nada ni de nadie. Es un tiempo para mi y mis libros, tiempo de calidad.
Aunque ahora que tengo novio, lo agrego a mis planes, es por eso, que en un rato vendrá a reunirse conmigo, pero por mientras, seguire con mis malvados planes de manipular a la vendedora para que pueda hacerme una rebaja, y así con suerte, poder comprarme tres libros que probablemente me acabe de leer en un día.
─ Auch. ─solté al salir de la tienda, pues me había chocado con alguien.
Me agaché, recogí la bolsita de tela con mi dinero y lo guarde en mi bolso, para de inmediato levantarme y acomodarme la falda con las manos.
─ ¿Milan?
No tarde mucho en reconocer la voz de Cedric.
Aunque si. Tal vez él estuvo en Hogsmeade todo este tiempo y no me hubiera dado cuenta que era él. Bueno, no es que este con otro rostro o camuflado como Tonks, pero en estos meses sin vernos, había cambiado un montón.
Era más alto, se estiro un par de centimetros. Su estilo de antes había cambiado, y ahora usaba ropa más formal, aquellas túnicas que portan los magos mayores, así que eso le daba un aire más serio.
─ ¿Te conozco? ─pregunté, fingiendo demencia ante su presencia.
─ Así que tienes un lado.
─ No tengo un lado. ─me balancee sobre mis talones.
Es decir, si, Hazel es mi amiga, y supe todo lo que ella pasó luego de la ruptura, pero por eso no le dejaré de hablar. Cedric Diggory ha sido mi amigo estos años, un buen amigo. No puedo simplemente ignorarlo.
─ Me comentarón que estabas aquí para custodiar, ¿es verdad?
─ Junto a Tonks, sí. ─asintió.
Nos quedamos en silencio por largos minutos, uno enfrente del otro. Creo que no sabíamos de qué más hablar. Es muy difícil buscar un tema de conversación cuando hay cosas prohibidas que no podemos discutir libremente, además que, antes siempre solíamos burlarnos de nuestras parejas, o cosas divertidas que pasaban en la escuela...pero ahora todo es extraño.
─ ¿Como has estado?
─ Bien, dentro de todo ─sonreí de lado, para no ser grosera ni preocuparlo, porque el castaño tiene complejo de hermano mayor ─. ¿Y tú?
─ Bien, dentro de todo.
Otra vez aquel silencio. Uno el cual odiaba. Es como sí luego que saliera de la escuela, todo hubiera cambiado para mal, y los vínculos de amistad se hicieron cada vez más delgados, y en cualquier momento se podía romper.
Espero no sea así.
─ Me enteré que Harry es capitán del equipo este año ─mencionó ─. ¿Te presentaras a las pruebas o tendrás una reunión en privado con el capitán para obtener pase libre? ─se burló.
─ Creo que no me presentaré ─aquello lo tomó por sorpresa, así que decidí seguir hablando ─. Las tareas y clases me estan consumiendo, y tener entrenamientos...creo que me voy a morir en cualquier momento.
Colocó su mano en mi cabello, revolviendo este. ─ Si te gusta, encontrarás un tiempo. Solo no dejes de hacer lo que te apasiona.
─ Extrañe a mi psicólogo personal.
─ Y yo a mi mejor clienta.
Nos sentamos en una banca cercana y conversamos sobre cosas que nos habían pasado durante todo este tiempo, y fue difícil tratar de ignorar lo que ha venido haciendo mi madre, pero me las arregle demasiado bien.
Un tiempo después, y cuando Tonks lo llamó, nos despedimos y yo seguí con mi rutina.
ERA MUY TEMPRANO EN LA MAÑANA. Creo que eran las cinco. Ni Hermione se había levantado para estudiar, pero yo sí, necesitaba tomar un poco de aire.
Es por eso que me encontraba fuera de la lechucería. Esta vez, no estaba sentada en mi ventanal predeterminado, pues no estaba estaba con Harry, y la verdad es que no quería hacerlo, me daba flojera treparme y luego bajar cuando quiera irme.
Así que en su lugar, para pensar un rato, que quede justo afuera. Apoyando mis codos en la fría piedra, viendo el panorama hermoso que me ofrecía esta torre.
Es perfecto como ningún alumno se queda aquí más de dos minutos por decisión propia. Tal vez sea por el olor, o el ruido que hacen las aves...pero a mi me parecía perfecto para pensar.
─ ¿Puedo pregunta porque no quieres presentarte a las pruebas de Quidditch de gryffindor? ─la voz de Draco se hizo presente.
Y de cualquiera persona sería lindo, porque eso quiere decir que se preocupa por ti, pero no de él. Porque eso lo dijo en un tono burlón, lo cual solo me hacía querer salir corriendo escalinata abajo.
─ Que asco este lugar ─soltó con desagrado ─. Debes tener mejores gustos.
─ ¿C-cómo te enteraste? ─titubee, girando sobre mi misma, avanzando hacia un lado con lentitud, para así poder huir apenas tenga oportunidad.
Quería que respondiera, porque se me hacia raro que el supiera que no hare las pruebas. En especial porque eso era algo que comente en mi sala común, y hasta donde sé, ninguno de ahí se habla con alguien de Slytherin.
─ Eso no importa.
Tome una bocanada de aire, dándome cuenta que desde que él apareció aquí, estuve titubeando y mostrandome asustada, pero ya no sería así. Es por eso que acomode mis postura y me crucé de brazos, viéndolo con firmeza.
─ Déjame en paz. Ya tengo suficientes problemas en mi vida como para agregarte a mi lista, así que sigue con tu vida, y déjame a mí hacer la mía ─le pedí con voz muy seria ─. No todos somos hijos de papi y mami con la vida resuelta.
─ ¿Mi vida resuelta? ─bufó ─. Tienes buen sentido del humor, señorita...
─ Dices Grey y te metere tu varita por donde no te da el sol.
Él no terminó su anterior frase. Así que seguí con esto.
─ Malfoy, entonces, explicame ─pedí ─. Y de paso, dime que tienes que ver tu en todo esto, que tengo que ver yo, y apuesto a que lo de señorita Grey y tu cambio de actitud hacia mí, tiene que ver mi madre. Así que escupelo.
─ Te crees muy importante.
─ Dime.
─ No te dire nada.
Yo resople. ─ Tu no querrás tener una vida tranquila, pero yo si.
─ ¿Vida tranquila al lado de Potter?
Enarque una ceja, y sin mostrar un ápice de miedo, comencé a avanzar hacia él con despreocupación.
─ ¿Y una vida a tu lado estaría mejor, Malfoy? ─le pregunté en un susurro, notando como me sostenía la mirada, aunque por el movimiento de sus manos, puedo notar que no esperaba que me acercara ─. No intentes jugar conmigo, porque no soy débil como seguro piensas. Así que ahora vete, si no quieres que tire tu cádaver al lago.
─ Vaya, vaya ─soltó en un tono burlón ─. Grey tiene carácter.
─ Más del que te imaginas. Y soy Lupin, para tu información.
Ninguno de los dos apartó la mirada, y no me mal interpreten. No estoy tratando de coquetear con él o algo por el estilo, pero si él cree que puede intimidarme, yo también puedo hacerlo.
─ Aléjate de ella, Malfoy. ─la voz de Harry se escucho.
El azabache se encontraba claramente furioso. Tenía su varita levantada en dirección a Draco, y parecía que con cualquier movimiento que este hiciera, mi novio le lanzaría un hechizo que lo dejaría días en enfermería, o en la tumba.
─ Ese imbécil no vale la pena ─murmuré, colocando mi mano en el pecho de Harry, sintiendo como este subía y bajaba ─ Vamonos, amor.
En realidad no tuvimos que irnos, porque Draco Malfoy se fue rápidamente de aquí. Claro, no sin antes mirarnos a ambos con odio.
Harry por su lado, se guardó la varita dentro del uniforme, mientras yo retrocedía unos pasos para apoyarme en los bordes del balcón.
─ ¿Porque estas aquí tan temprano?
Me preguntó, para sin decirme nada o algo, colocar sus manos en mi cintura, y con un poco de fuerza, me alzó como muñequita, para que así pueda sentarme en el barandal, el cual, al igual que el de los ventanales, era lo suficientemente grueso como para estar estable y no caerme.
Ahí mismo, se acomodó de tal manera que quedó entre mis piernas, mirando hacia arriba para verme a los ojos, pasando sus brazos por mi espalda, para así hacer de cinturón y hacerme sentir más segura.
─ Solo quería tomar aire fresco.
─ ¿Sabes que nuestra sala común está en una torre con ventanas, verdad? ─me recordó, con un poco de humor, aunque luego, cambió su expresión ─. Antes de ser novios hemos sido amigos, muy buenos amigos, ¿recuerdas?
Yo asentí.
─ Así que tengo el poder de darme cuenta que estas mal, o algo te atormenta. Así es, conozco mucho a mi novia.
─ Solo no quería presentarme a las pruebas de Quidditch. ─conteste, removiéndome un poco ─. No me dejes caer, por favor.
─ Claro que no, no te dejaría caer ─aseguro, y cuando pensé que cambiaríamos de tema, no fue así ─. ¿Algo más te sucede?
Mordí mi labio inferior, mientras buscaba una respuesta convincente que hiciera que me creyera y no siguiera con el tema.
─ Es que...─solté un suspiro, mirando hacia abajo ─. Volví a pensar en mi antigua casa, aquella que destruyo mi madre ─comencé a contar ─. Eso es todo. Creo que por eso tampoco quise hacer las pruebas, pensé que si estaba triste no pasaría.
─ Aquí estoy para ti, así como tu estas para mi ─aseguro, y eso fue un golpe para mi corazón, porque en cualquier momento yo debería dejarlo por su bien ─. Y harás las pruebas, porque todo Gryffindor sabe que eres una gran buscadora, de las que no se ven muy seguido por aquí.
─ Me lo pensaré.
─ Lo harás.
─ ¿Porque estan tan seguro de eso, joven Potter?
─ Porque la voy a convencer de hacerlo, señorita Lupin.
NUESTRO HORARIO ERA FALSO. Sí, así como lo dije. Aquellos espacios en blanco eran un simple ilusión. Las horas que pensamos que estaríamos durmiendo o disfrutando con amigos, se vieron intercambiadas por horas de prácticas y tareas.
Nosotros, los pobre alumnos de sexto no teníamos ni un solo minuto de descanso, porque cuando creíamos que por fin teníamos un rato libre, nos llenaban de montones de tareas, o teníamos que usar ese espacio para estudiar como si tuviéramos exámenes todos los días de la semana.
Este año las clases eran más complicadas, lo reconozco.
Incluso materias que antes se me hacían llevaderas o fáciles, este año me hacian batallas, como las lecciones de la profesora McGonagall.
Los hechizos no verbales no son lo mío, así que me vi en la obligación de practicar cada vez que podía. Y aquello lo agarre como excusa para no leer ninguna de las cartas que llegaban con mi nombre. Es decir, no se si eran de mi padre, de Grey o del mismísimo ministro de magia...¡Yo no les contestaría!
Yo no quería distraerme. Ya me conocía, y los días que leía las cartas de Mihrimah Grey me mando, estuve muy perdida en mis pensamientos, recordando otra vez lo que pasó en el ministerio, y lo que podría pasar si ella se acercaba a mi.
Incluso, intente no hablar con Harry por tres días, pero no pude. Apenas dure un día, y luego deje mis libros de lado y me dedique a pegarme a él como chicle.
Será muy difícil alejarme de él...pero mi madre...
─ Yo creo que deberíamos hablar con él ─murmuré, uniendome a la conversación de mis amigos, porque me había adentrado mucho en mi tarea de Aritmancia que no había participado en esto ─. Es lo correcto.
─ P-Pero mañana se celebran las pruebas de selección de quidditch! ¡Y tu vas a ellas, Milan! ─objetó Ron, señalándome ─. ¡Y tenemos que practicar ese encantamiento aguamenti para el profesor Flitwick! Además, ¿que quieres explicarle? ¿Como le diremos que odiabamos su asignatura!
─ ¡No la odiabamos! ─chillé.
─ Claro que no. ─Hermione coincidió conmigo.
─ ¡Eso dirán ustedes, porque yo todavía recuerdo los escregutos! ─soltó el pelirrojo, estremeciéndose al acordarse del momento ─. Y creeme, nos hemos salvado por los pelos. Ustedes no lo oyeron hablar del idiota de su hermano; si nos hubiéramos matriculado en Cuidado de Criaturas Mágicas, ahora estaríamos enseñando a Grawp a atarse los cordones de los zapatos
─ Es insoportable no poder hablar con Hagrid. ─resoplo Herms.
─ ¿Quizá luego de las prácticas? ─inquirí, cortando un pedazo de pan que luego me metería a la boca ─. Prácticas a las que por cierto, no iré.
─ Vamos a ir luego de las prácticas ─señaló Harry ─. A las que por cierto, Milan irá. Aunque si, Ron tiene razón, no creo que sea posible ir a conversar con Hagrid, no hoy en la mañana al menos ─terminó por aceptar ─. Se ha apuntado mucha gente. No entiendo porque de repente el equipo despierta tanto interés.
─ ¡Vamos, Harry! ─dijo Hermione con impaciencia ─. ¡Lo que despierta interés no es el quidditch, sino tú! Nunca habías provocado tanta fascinación, pero, francamente, no me extraña, porque nunca habías estado tan atractivo.
─ Su novia esta aquí, te recuerdo. ¡No le digas atractivo a mi novio! ─refunfuñe con falsos celos, pues había logrado comprender a qué se refería con todo esto.
Era verdad. Harry siempre había estado en el ojo público, y más ahora, que la gente conoció la verdad sobre él, llamándolo "El elegido". Y bueno, con todo eso que salió vivo tras enfrentarse al Señor Tenebroso....tiene a todo el mundo fascinado.
En especial a las chicas. Como a esa tal Romilda Vane, quien lo observa por mucho tiempo durante las comidas, y luego también en la sala común.
─ Y por si fuera poco, creciste mucho en este verano.
─ Yo también crecí mucho, pero claro, nadie le hace caso a Milan. ─seguí burlandome.
Tiempo despues, y antes de poder seguir hacienda drama, lechuzas llegaron con el correo, entrando por las ventanas, salpicando varias gotas de lluvia en el proceso.
─ ¿No ves una lechuza tuya? ─inquirió Hermione, y yo negué.
─ De todos modos, no quiero recibir correo. ─me encogí de hombros, viendo como Harry y Ron recibían por fin sus ejemplares de Elaboración de pociones avanzadas, libros nuevos y recien sacados de la tienda.
─ Mira que bien. ─comentó Hermione encantada, mientras yo soltaba risillas ─. Ahora podras devolver ese libro garabateado...
─ Hermione, solo estas así con Harry porque le salen las pociones sin seguir las "reglas oficiales". ─señalé, haciendo una voz aguda para decir esto último.
─ Claro, como si a ti no te molestara que a él le salgan las pociones y no a ti. ─recrimino.
─ Yo no soy la que se queja a cada rato de eso ─le saque la lengua, para despues ver a Harry, quien nos miraba confundido por esta pequeña discusión ─. Me alegra que te vaya bien en pociones. Además, en ese libro no hay nada peligroso, solo consejos, así que...¿porque no usarlo?
─ Y por eso la amo. ─soltó Harry, acercándose a mí para dejar un rápido beso en mis labios.
Después, él usando magia, arrancó el lomo de ambos libros, y los intercambio. De tal manera, que aquel viejo ejemplar del Príncipe Mestizo, ahora tenía una tapa completamente diferente, y parecía a simplemente vista un libro nuevo.
Mientras Hermione se seguía quejando, decidí leer El Profeta. Y en varias páginas, hablaban sobre ataques de dementores, y una detención.
Se trataba de Stanley Shunpike, aquel chico que trabajaba en al autobús noctámbulo, quien había sido sospechoso de ser mortifago.
De inmediato le mostré eso con los demás, comenzando a compartir ideas posibles sobre los sucesos que íbamos leyendo.
─ Quizá intentaba aparentar que sabía más cosas de las que en realidad sabía ─argumentó Ron ─ .¿No era él quien aseguraba que iban a nombrarlo ministro de Magia cuando pretendía ligar con aquellas veelas?
─ Sí, era él ─afirmó Harry ─. No sé a qué juegan, mira que tomarse en serio a Stan...
─ Supongo que pretenden demostrar a la comunidad mágica que son eficaces ─discurrió Hermione ─. La gente está muerta de miedo.
─ Es cierto, a las gemelas Patil, sus padres quieren llevárselas a casa. Y a Eloise Midgen...creo que ya se marcho. Si no mal escuche, su padre vino por ella anoche ─comencé a decir con pena, al menos por las gemelas, quienes son mis íntimas amigas, a parte de Hermione ─. Y lo que escuchamos ayer de la madre de Hannah Abbot...
─ En Hogwarts estamos seguros. Aquí hay aurores y un montón de hechizos protectores nuevos. ¡Y tenemos a Dumbledore!
─ Me parece que no lo tenemos mucho. ¿No se han fijado? ─repuso Herms.
─ Al igual que con Hagrid, la mayoría del tiempo en estas semanas, sus sillas han estado vacías, chicos. ─señale, y ambos giraron a comprobarlo. Dándose cuenta que era cierto.
─ Creo que se ha marchado del colegio para hacer algo con la orden ─murmuró Hermione ─ Las situación parece grave, ¿no?
ESTABA DIRIGIÉNDOME A MI SALA COMÚN. Harry se había ido con Ron, y probablemente Hermione estaba estudiando, así que luego de clases, todos nos separamos. A mi me dolía un poco la cabeza, y por eso decidí ir a mi habitación a dormir un rato.
De pronto, sentí un empujón. Giré de inmediato pensando que se trataba de Malfoy molestándome otra vez, como hoy en el desayuno cuando pretendió que vaya a sentarme con el en la mesa de Gryffindor.
Afortunadamente se trataba de Hazel.
─ ¡Milan! ─chilló ─. Hola, oye, ¿me escondes en tu sala común? Es urgente, código amarillo.
─ Perdón, solo atiendo códigos rojos en este momento. ─me burle, fingiendo no saber a que se podía referir, así que seguí avanzando.
Era un poco obvio saber que era código amarillo, y más cuando yo hable con él en Hogsmeade, enterandome que estaba en periodo de prueba aquí por una semana, acompañando a Tonks.
Vi a Hazel lanzarme una mirada de preocupación ─. Milan, código amarillo...Es decir, Cedric. Escóndeme o me lanzare de esa ventana.
─ Eso ya lo sabía. De hecho, me encontré con el innombrable hufflepuff en Hogsmeade. ─conté, haciendo una mueca de lado ─. Así que mi sala común es un búnker para ti, si eso es lo que quieres.
─ Si, gracias. Te parare con lo que me pidas más tarde.
Ambas comenzaron a subir las escaleras que dirigían a la Torre de Gryffindor. Así que despues de pasar un sin fin de cuadros y escuchar a fantasmas hablar, llegamos donde la Dama Gorda. Le dije la contraseña, haciendo que el cuatro de corra hacia un lado, dejándonos entrar a la mi sala común.
─ Wow...
─ La de ravenclaw es maravillosa. Estuve muchas veces ahí. ─sonreí, comenzando a guiar a Hazel hacia unos sofás, los cuales estaban alejados del centro de la sala.
Una vez sentadas, logre ver como mi pequeña yo estaba subiendo hacia las habitaciones, así que me pareció adecuado comentarle a Hazel sobre eso.
─ ¿Te acuerdas del año que nos conocimos? ─ella asintió ─. Bien, si ves una versión así de mía, pero en chiquito, no te espantes. Hay una niña que es mi viva copia
Luego de eso, nos quedamos en silencio por unos cuantos segundos, y pude notar como mi cabeza palpitaba de dolor. Pero, decidí ignorarlo, pues es verdad quería conversar con Hazel.
─ ¿Quieres hablar del innombrable? ¿Algún chisme nuevo para mi? ¿Algo?
Tomó una bocanada de aire, notando como sus manos temblaban.
─ Bueno, no tengo chismes, solo eso de Cedric, es tan incomodó ─ formó una mueca ─. Y triste
─ ¿Hablaron? ─interrogó ─. Es decir, el a mi no me dijo nada relevante, ni sobre ti. Habló de Harry y sobre su nuevo trabajo con Tonks.
─ Sí, hablamos una vez, tomamos café frío, cargo mi mochila y se puso de amable como siempre, es imposible. Me hace sentir tan... raro, ni hablemos de que es imposible no cruzarme con él en cada pasillo, es como si el destino quisiera hacerme sufrir.
─ Es entendible. Es reciente lo que pasaron ─murmure ─. Nunca he tenido ex...bueno, no hablemos de mi, sigamos contigo. No digo que olvides a Cedric, pero podrías seguir, no lo sé, te he visto con ese chico de ravenclaw...
Un chico de cabello negro, que parece ser simpático. Lo he visto un par de veces junto a Hazel este año.
Estaba tratando de recordar el nombre de él (aunque no creo saberlo). Fruncí el ceño, y más cuando Hazel giro a verme tan rápido como pudo, su rostro comenzó a tornarse rojizo.
─ ¿Q-Qué? ¿Q-Quien? No se de qué me hablas, ¿Ravenclaw? Solo conozco a Milan, digo, a Cho, Eugene, Luna y Allan, no se de quien, ¿De que? ¿Qué?
─ Supongo que el chico es Allan ─sonreí con burla, al ver como mi amiga comenzó a hablar extraño ─. ¿Qué me dices de él? ¿Lo odiamos? ¿Le tengo que tirar una maldición imperdonable la próxima vez que lo vea?
─ No lo odiamos, él es... lindo y lindo, digo, es un buen amigo ─aclaró la última palabra lo más que pudo ─. Lo conocí en una biblioteca cuando llevaba a Neville a una de sus citas, resulta que tenemos demasiado en común
─ Así que es ¿doble lindo? ─enarque una ceja ─. Bueno, me seguiría burlando de ti, pero creo que ya tienes suficiente por hoy. Entonces no lo odiamos y al parecer te cae bien, como amiga, esta bien por mi.
─ Gracias ─suspiró ─ ¿Crees que seria raro que saliera con alguien más? No hablo de él específicamente pero, creo que me acostumbre tanto a Cedric que se siente raro.
─Solo tu corazón puede decidir cuando tiempo es necesario para salir con alguien ─aconseje, porque soy fiel creyente que no existen tiempos para amar ─. Y no te sientas mal por querer a alguien más, es la naturaleza humana.
─Bueno, eso tiene sentido ─admitió ella luego de pensarlo ─. Quizá sea momento de cerrar esa etapa, ¿No? Como dicen los muggles: seguir adelante.
La mire un tanto confundida, no sabía que se interesaba por los muggles.
─Leí mucho sobre muggles, lo siento.
─ Te llevarias bien con el señor Arthur, el adora todo lo que tenga que ver con muggles.
─ Invítame a casa para navidad e iré, ya tengo harta a Cho con eso ─recordó ─. Ahora tendré que atormentarte a ti con el tema.
─ Al parecer a alguien le gusta mucho la navidad ─solté una pequeña risilla ─. A mi tambien. Y más cuando lo paso con los Weasley, los gemelos me suelen llenar de pequeños obsequios, que solo Merlín sabe de donde sacan.
─ ¿Bromeas? Tengo una obsesión con la navidad, es la mejor época del año ─ella sonrió ─. Y si, los gemelos tienen tantas ideas, los extraño mucho, me han enviado algunos dulces pero no los he visto desde que se fueron del colegio, ¿Ellos están bien?
─ Más que bien, su negocio les va de lo mejor. Me contaron que se les acabó muchos artículos de la tienda la semana pasada.
─ Sí, bueno, la gente necesita sonreír en estos tiempos tan locos ─recargo su mejilla sobre la palma de su mano ─Por cierto, el otro día Neville me dijo que te has caído saliendo del gran comedor, ¿Qué fue lo que pasó? ¿A quién tengo que enviar con Rowena?
Oh, claro. Ese día.
Entre una carta de mi madre diciendo que debía sacar calificaciones perfectas, y Draco molestandome, termine muy nerviosa y me tropece al tratar de irme de ahí.
─ En realidad estaba huyendo de Malfoy. No me hacia nada, pero con eso de que al parecer...¿le gusto? ─mencione confundida ─. Ya no se que hacer.
Dije, aunque en realidad no quería revelarle nada.
Pero a veces hablo más de la cuenta.
─ No quiero que nada salga mal con Harry, pero ya comienza a desconfiar de mi...creo que tendremos que terminar.
─ Primero me muero yo antes de que ustedes terminen ─negó ─. Y no sabía que Malfoy tenía sentimientos.
Hazel frunció su ceño un segundo, tratando de analizar la situación.─ Ahora que lo mencionas, también ha estado muy pegado a Eugene, quizá esté saliendo con lo dos. ─se burló.
─ ¿Eugene y Malfoy? ─pregunté anonadada ─. ¿Que sigue? ¿Tú y Allan? Digo...perdón, tenía que decirlo para seguir viviendo.
La vi sonrojarse otra vez ─. Volviendo al tema... sí hubiera estado ahí cuando te caíste me hubiera burlado primero y después te ayudo.
─Claro, molestarme a mi para ignorar tus sentimientos ─bufé ─. No me quejo. Pero si, hasta yo me hubiera burlado.
Me acomode en el sofá, viendo como Harry y Ron pasaban hacia las habitación de varones, conversando entre ellos.
Sabía que tarde o temprano mi relación con él no sobreviviría a la crueldad del mundo. Ahora mismo estaba tratando de no hacer que se preocupe por mi, ni Harry ni mis amigos. No lo merecen, ya sufrieron demasiado.
Tal vez mi destino siempre fue estar junto a mi madre, del lado de los mortifagos.
Merlin, ya no se ni lo que digo.
─ Esto se esta tornando muy serio, pero quiero decírtelo ─mire a Hazel a los ojos ─. No te quedes con las ganas, apaga tu cerebro un rato y solo escucha tu corazón...ayúdate de tus amigos. Nunca estás sola.
─ Lo haré, creo que he estado usando tanto mi cabeza que se me quemaron las neuronas ─ bromeó, haciéndome reír ─. Gracias, Milan, pero si sale mal tendrás que soportarme.
─ Te puedo soportar ─asentí repetidas veces, tocándome la cabeza y dándome cuenta que el dolor de cabeza solo crecía ─. Hazel, te quiero, pero tengo que reunirme con alguien, y ya voy tarde. Eres bienvenida a quedarte aquí, es tu sala común.
Me alise la falda con las manos.
─ Aunque, si quiere puedo cancelar...
Antes que pueda seguir hablando, la vi negar.
─ Solo ve, creo que me quedaré un rato más y entonces saldré. Gracias por refugiarme.
Yo comencé a irme, no sin antes despedirme a mi peculiar forma.
─ Siempre es un gusto ayudarla, señorita Longbottom ─hice un ademán de quitarse el sombrero y hacer una reverencia ─. Hasta vernos otra vez, bella dama
Ella aún desde el sofá vocifera ─ ¡Le diré a Harry que su relación terminó y empezaste una conmigo!
Luego de eso salí corriendo de ahí, directo hacia Madame Pomfrey.
HARRY SE LO HABÍA PROPUESTO...y lo había conseguido. Él me había insistido tanto y sobornado un montón con besos, que terminé viniendo a las pruebas.
Estas estaban siendo muy largas, tal y como Hermione había previsto. Se había presentado la mitad de la casa de Gryffindor. Desde tiernos y asustadizos alumnos de primero, hasta alumnos de séptimo curso, que parecía que solo habían venido a intimidar a los demás.
Y dándole un punto más a mi mejor amiga, ella tenía razón. Esta vez habían muchas chicas queriendo entrar al equipo, y no con las intenciones precisamente de jugar. Como esa chica: Romilda Vane. Ella es guapa, no lo negaré, pero no me da buena espina, incluso ni sabía montar en una escoba.
En fin, unas horas despues, yo seguía esperando en las gradas, junto a Katie Bell, una dulce y talentosa chica que gracias a una excelente presentación, había conseguido conservar su puesto. Así que luego del visto bueno de Harry, ella vino a mi lado, para así darme unos cuantos consejos para mi propia prueba, y así alcanzar el puesto de buscadora del equipo.
─ No solo debes concentrarte en las snitch dorada, Milan ─me dijo, mientras seguíamos viendo las pruebas ─. He notado que te concentrar mucho en ellas, y muchas veces te olvidas de las bludger, y muchas veces los golpeadores te han salvado de la muerte. Así que aunque estos sean buenos, no debes confiarte.
─ Esta bien.
─ De hecho, darás las pruebas junto a los nuevos golpeadores, así que ten mucho cuidado con tu cabeza.
─ Ahora me dio miedo.
─ Nada de eso, mujer ─animó, y luego su rostro se iluminó, como si por fin se acordara aquello que quisiera decirme ─. Debes volar muy bien, hazlo muy excelente, lucete, saca todo lo que tengas.
─ Lo haré.
Lo haré. Porque no solo vine aquí gracias a las palabras de mi novio, si no, que vine por mi propia cuenta.
Quiero demostrarle a mi madre que ella no ganó. Que no puede obligarme con sus cartasa dejar de ser quien soy, dejar lo que amo y a los que amo por simples palabras escritas por alguien que no me importa.
Estoy tratando de ser valiente.
Bueno. Estuve con Katie un rato más, viendo como Harry se las arreglaba para sacar a los chicos de otras cosas que solo habían venido a molestar. Así que luego de eso, y cuando me lo indicaron, tuve que ir al campo junto a mi escoba, subiéndome a esta y esperando más indicaciones.
Escuche cómo formaron dos equipos para la selección de nuevos golpeadores.
Se supone que nadie hace pruebas específicas para ser buscadores, pues siempre en los entrenamientos los capitanes son los que cumplen ese papel, o se lo designan a un cazador o golpeador.
Pero desde el gobierno de Angelina, hicieron el puesto oficial. Es más, el año pasado estuvo Harry, y luego yo lo reemplace cuando lo suspendieron.
Este año veremos que tal.
─ ¿Lista? ─me preguntó mi novio, llegando a mi lado antes que me eleve en el aire.
─ Lo estoy.
─ Solo tienes que hacer la prueba de vuelo y evitar las bludger. No te preocupes, lo harás genial ─soltó ─. La prueba de la snitch lo haremos ya con el equipo conformado.
─ ¿Eso está bien?
─ Angelina lo hizo conmigo. ─se encogió de hombros
Yo asentí, viéndolo irse a dar la señal para que empiecen estas pruebas. Así que le di unos golpecitos al suelo con mi pie, para así comenzar a volar, sintiendo el viento revolotear mi cabello.
La verdad era que esto es una prueba suicida. Porque los nuevos aspirantes eran muy malos, al menos la mayoría. Ellos a veces ni lograban golpear las bludger, y los que lo hacían, las dirigian a mi cara en vez de al equipo contrario, aunque eso me ayudaba a lucirme en el vuelo.
Me aferraba a mi escoba con ambas manos, dando volteretas en el aire, esquivando las bludger con mucha agilidad.
Poco a poco la gente de ambos equipos fue disminuyendo, y solo quedaron los que estaban resistiendo, no caían o eran golpeados.
Un chico me tenía en su vista, y la verdad es que probablemente Harry lo escoja; tiene muy buena puntería. Era delgado, pero todos sus tirón siempre iban hacia su objetivo (yo), así que sería excelente jugador.
En fin, el las gradas el público le hacía barra a sus amigos. Yo por ejemplo, tenía apoyo de Luna, Katie y Hermione, lo que me traía más que contenta.
─ ¡Milan, concentrate! ─grito mi mejor amiga, cuando me quede quieta por unos segundos.
Yo seguí con lo mío, viendo como bludger's intentaban derribarme, y muchas veces, no por decisión de los golpeadores, si no porque lo hacían de casualidad. Lo que me llevaba a esquivarlas, incluso colocándome de cabeza.
Angelina en los entrenamientos me había hecho más segura. Había dicho que mi modo de volar era muy bueno, y que no deje de hacer. La morena decía que buscadora era mi puesto, porque me esforzaba mucho en atrapar la Snitch, y no me daba miedo nada en el aire, que incluso podría estar de pie en la escoba y estaría normal.
Bueno, una vez más, esquive el lanzamiento de otro golpeador, pero no corrí la suerte con el siguiente tiro...ni con el siguiente.
Es como si la bludger hubiera ido de frente a mi cara, y aunque intente girar, por alguna razón que desconozco no lo hice bien, y una de ellas terminó impactada contra mi muslo derecho.
Parecía que a mis manos les habían puesto jabón, porque se resbalaban de mi palo de escoba.
Pero aunque yo estuviera a punto de caer, los golpeadores seguían haciendo su prueba, volando y tirando las bludger de un lado al otro.
Cuando pensé que ya me había estabilizado, una bludger más fue hasta mi. Intenté girarme, pero esta vez no pude más con mis manos, así que me aferré con mis piernas a la escoba, encontrándome de cabeza.
Trate rápidamente de volver a sentarme en la escoba, y cuando lo estaba logrando, aquella bludger dió contra mi rostro, y sentí como todo dio vueltas en mi cabeza.
Después todo negro.
narrador omnisciente.
Todo en el campo se congeló por unos minutos, viendo como Milan Lupin de lo que estaba volando y esquivando las bludger con toda agilidad, ahora estaba cayendo al parecer inconsciente.
Harry no dudó mucho en que hacer, tomó su escoba y emprendió vuelo lo más rápido que pudo, viendo como su novia caía a la velocidad de la luz.
Nadie sabía que había pasado exactamente, muchos de ellos estaban sorprendido, y los amigos de Milan, preocupados más que nada. Pues era muy extraño que durante toda prueba se lució, y en estos últimos minutos se había vuelto torpe con las manos.
Potter llegó justo a tiempo, antes que su novia cayera y se estrellara contra el suelo. Con cuidado, el aire la sujeto entre brazos, cuidando su cabeza (aunque vio claramente que el brazo de Milan había impactado con fuerza en el suelo), de todas formas, creyó que eso solo había sido un espejismo, y la bajo poco a poco al suelo.
Una de las manos de Harry acarició con suavidad el rostro de la rubia, rogando a Merlín que despertara. Él quería saber que tanto había afectado esa caída a su novia, porque logro ver como un delgado hilo de sangre caía desde su sien.
─ Vamos, Milan, despierta, por favor. ─pidió, apartando algunos mechones de su cara.
Soltó un suspiro de alivio de pronto, notando como ella abría los ojos con lentitud.
─ ¿Estás bien? ─preguntó, y antes de esperar respuesta alguna, ya pretendía irse ─. Te llevare a enfermería.
Estaba a punto de irse con su novia en brazos, pero fue detenido de inmediato.
─ Yo la llevo, tu debes terminar esto ─señaló Hermione, aproximándose para ayudar a su mejor amiga a mantenerse de pie, porque aún, parecía estar muy aturdida por el golpe ─. La temporada de partidos se acerca, y aún queda la prueba del guardián.
─ N-no se que...m-me paso. ─titubeo Milan, parecía que estaba con miedo.
Harry Potter se acercó a ella, dejando un rápido beso en la frente de su chica.
─ Te dije que no te dejaría caer.
Milan sonrió, tratando de ocultar el dolor que sentía. Lo hacía en especial para no preocupar a sus amigos, no preocupar a Harry, y siga con lo suyo. Ella no sabía porque había fallado, es decir, ella no se considera una persona perfecta, pero volar como lo estaba haciendo era lo suyo, pero de un momento al otro, el tacto se sentía resbaloso, y las bludger parecía que se habían hechizado solo para atacarla.
Pero bueno, Hermione pasando su brazo por la cintura de su amiga, logro llegar rápidamente al castillo, aunque Milan parecía cada vez más desorientada.
─ Debes ir a ver...las pruebas de Ron. ─balbuceo la rubia.
─ Va a pasarlas, primero debo llevarte a enfermería.
Theodore Nott sabía que la chica Lupin haría las pruebas para entrar al equipo de Quidditch, así que luego de desocuparse, planeaba verla de lejos, para no causar problemas. Sin embargo, se había retrasado con una tarea que debía de entregar.
Así que cuando estuvo libre, se dirigió al campo, y cuando estuvo a punto de salir, se encontró con Draco regresando al castillo, caminando con prisa, como si hubiera hecho algo malo y tenía miedo que lo descubrieran.
Nott no le prestó atención a eso, y siguió con su camino, perdiendo de vista a Malfoy, quien desapareció entre los pasillos. Pero, esto solo lo llevo a él a ver como dos chicas caminaban, una en especial iba muy lento, y sus pasos eran muy torpes. Además, la chica que estaba a su lado, intentaba ayudarla, pero esta se resistía.
Luego de acercarse un poco, no se demoró en reconocer que se trataba de Milan Lupin, así que acelero su paso, llegando a su lado.
─ ¿Qué pasó? ─preguntó, sin miedo a hablar con Hermione Granger.
─ Se golpeó durante entrenamiento, y cayó de la escoba ─contó, tratando de tomar la mano de su amiga y ayudarla a caminar ─. Pero es terca y quiere caminar sola.
─ ¿La atraparon?
─ Harry la atrapó antes que se estrellara contra el piso...pero creo que se golpeó la cabeza y el brazo.
─ Claro, sigan hablando como si y-yo...no estuviera aquí.
Murmuró Milan, evitando hacer muecas de dolor para que su mejor amiga pueda ir a ver a Ron dar las pruebas, porque aunque Hermione lo niegue, le hacía mucha ilusión verlas, porque de otra manera, hubiera usado el tiempo de entrenamiento para estudiar o adelantar tareas.
─ Hermione, estoy bien ─aseguro, apretando sus puños y dándose cuenta que estos seguían un poco resbalosos ─. Ve a ver las pruebas de Ron.
La castaña dudo en hacerle caso a su mejor amiga, pero al final, terminó accediendo a eso, pues en verdad quería ver que Ron Weasley entrara al equipo de Quidditch este año. Además, que apenas terminaran las pruebas, ella y Harry irían a enfermería. Así que termino yendose.
Una vez Granger ya no estaba en el radar, Theodore rodo los ojos.
─ ¿Dejaras de fingir?
─ ¿Dejarás de leerme? ─contraataco Milan, mientras seguía avanzando a velocidad de un caracol.
─ Llegaras en tres años sin ayuda.
─ ¿Y que preten...?
Antes que ella pueda hablar, Theodore ya se había aproximado a la chica, y con cuidado de no lastimarla más de lo que parecía estar, la alzó en brazos.
Milan intentó protestar, pero sintió un inmenso alivio al no sentir todo su peso sobre sus piernas. Le dolía la cabeza, tal vez por el golpe que se dió, y si se ponía muy exigente, la bludger que impactó contra su muslo, también le aquejaba.
─ ¿Que te paso?
─ Soy mala volando.
─ Eres mala mintiendo.
─ Al parecer no, porque nadie se ha dado cuenta. ─murmuró ella.
Theodore llevo a la enfermería tiempo despues, empujando la puerta con su hombro para así abrirla y pasar.
Madame Pomfrey al escuchar las puertas abrirse, levantó la mirada de su viejo libro de curaciones, y soltó un suspiro al ver de quien se trataba.
─ Esta niña me va a matar cualquier día.
─ Yo tambien te quiero, Poppy. ─se escuchó balbucear a Milan.
La mujer negó con desaprobación, era la segunda vez que ella venía a enfermería, lo cual la sorprendía, porque la chica Lupin siempre venía cuando ya estaba al borde de la muerte, pero esas dos veces llegó por cosas chiquitas, como alergias y dolor de cabeza.
En fin, Madame Pomfrey fue hasta el estante, y de ahí sacó una poción, vendas y todo lo que necesitara.
─ Deja a la señorita Lupin en la cama, yo la atenderé.
▬▬ 𝗟𝗨𝗖𝗬'𝗦 𝗦𝗣𝗔𝗖𝗘 🐝
Ya le están quitando a Milan todo lo que le gusta. Primero el quidditch...despues sus notas...y despues qn sabe.
Yo digo que le cuente todo a Harry y huyan de Gran Bretaña. Cambien su nombre y se conviertan en muggles y vivan felices para siempre.
▬ With love, Lucy Rhee (Potter)
▬ palabras; 6614.
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