𝟬𝟮𝟬 | you will regret...
020. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗪𝗘𝗡𝗧𝗬 ──
── 𝗒𝗈𝗎 𝗐𝗂𝗅𝗅 𝗋𝖾𝗀𝗋𝖾𝗍... •˖* 📼 ☄️
SALÍ CORRIENDO DEL LADO DE TÍO SIRIUS CUANDO LLEGO HARRY, quien por su expresión, supe perfectamente que había sido absuelto de los cargos que le imponía el ministerio. Lo abracé tan fuerte como pude.
─ Viste, no había por que preocuparse. ─murmuré con una gran sonrisa en rostro.
La verdad es que antes estaba nerviosa, estaba pensando en Harry. Hogwarts lo es todo para él, es su hogar, su lugar seguro, quitarle eso hubiera sido un golpe muy duro para él.
─ ¡Lo sabía! ─gritó Ron, dandole puñetazos al aire mientras yo me separaba poco a poco de Harry ─. ¡Siempre te libras de todo!
─ Estaba clarísimo que tendrían que absolverte ─soltó Hermione muy aliviada al oír de la noticia─. No podías acusarte de nada.
Claro, por eso ella estuvo todo este tiempo muy pálida y con las manos temblorosas. Pero no la culpo, yo estuve igual o incluso peor.
─ Pues estan todos muy aliviados teniendo en cuenta que creian que me absolverían. ─comento Harry, sonriente.
─ Pues Milan no se ha sentado ni un solo segundo desde que te fuiste. Parecía esposa esperandote...¡No me pegues! ─pidió Ron espantado cuando me acerque a paso firme a él ─. Harry, ¡tú novia se volvio salvaje!
─ ¿Novia? ─inquirió tío Sirius desde lejos, acercandosé al señor Weasley ─. Remus tiene que saber esto.
─ ¡Ronald Weasley! ─refunfuñe, comenzando a perseguirlo, pues comenzó a huir del lugar.
Estaba a punto de alcanzar a Ron, pero al ver que Harry de lo que estaba riendo por nuestro acto, cambio de semblante a una muequita de dolor, abandone a Ron y fui por él sin pénsarmelo dos veces.
─ ¿Que pasa? ─pregunté con preocupación.
─ La cicatriz ─murmuró, tocandosé la frente ─. Pero no es nada, no te preocupes por mi, ¿si? ─me aseguro y yo asentí.
siempre me preocuparía por ti . . .
LOS DÍAS SIGUIENTES TRATAMOS DE PASARLO LO MEJOR POSIBLE; papá, Tonks, y Haley se la pasaban fuera, rotando en guardias o reclutando gente, por lo que no podían pasar tiempo conmigo, y lo entiendo, se porque hacen esto, y se que me quieren muchisimo, así que los pequeños minutos que pasan a saludarme, lo aprecio mucho.
Por otro lado, los chicos y yo tratamos de conversar o jugar a algo mientras limpiamos, para así no morirnos del aburrimiento.
Otro tema en cuestión, y algo que he notado, es que Harry y yo nos habíamos acercado más de lo normal, conversabamos mucho, habían muchas sonrisas de por medio, incluso una que otra vez Ron y Hermione nos tenían que avisar de la hora, pues de pasaba volando cuando estabamos juntos.
Pero poco a poco, nuestro momento de ir a Hogwarts de acercaba, y con eso la actitud rara de tío Sirius con Harry, y con practicamente todos los demás. Al principio actuaba normal, sonriente y amable como siempre, luego comenzó a estar malhumorado, hablaba con brusquedad, y después, ya solo se la pasaba en el cuarto de su madre con Buckbeak, no salía de ahí.
─ ¡No te sientas culpable! ─exclamó Hermione en dirección a Harry, cuando este estuvo cabizbaja mientras limpiabamos el armario de moho ─. Tu lugar está en Hogwarts, y Siriuslo sabe. La verdad, creo que su actitud es muy egoísta.
─ No digas eso sobre tío Canuto ─medie un tanto enojada ─. Solo que se sentira solo cuando nos vayamos, los demás estarán en sus tareas de la orden. Un poco de empatía.
─ ¡Tendrá compañía! ─replicó Hermione ─. Ahora esta casa es el cuartel generalde la Orden del Fénix, ¿no? Lo que pasa es que se había hecho ilusiones de que Harryviniera a vivir con él
─ No, no lo creo ─intervino Harry ─. Cuando le preguntési me dejaría venir a vivir aquí, no me dio una respuesta clara.
─ Porque no quería hacerse más ilusiones ─sugirió Hermione hábilmente─. Yseguro que él también se sentía un poco culpable porque creo que, en el fondo,confiaba en que te expulsaran. Así los dos serían unos marginados.
─ ¡No digas tonterías! ─saltamos Harry, Ron y yo al unísono, pero Hermione sólo seencogió de hombros.
─ Mejor dejemos de hablar de eso y terminemos de limpiar. ─medio, para no seguir con esta pelea.
EL TIEMPO PASO VOLANDO, tanto que ya era el último día de vaciones. La señora Weasley me alcanzo mi lista de útiles. Casi de inmediato comencé a ver los nuevos libros que habían, solo eran dos. Probablemente Dumbledore ya contrato a un nuevo profesor para Artes Oscuras, escuche que tenía muchos problemas para encontrar uno.
─ ¿Que te pasa? ─le pregunte a Mione cuando la vi muy colorada, nosotras tan solo estabamos viendo la lista de libros, pero se puso así.
Ella no respondió, solo se levanto y comenzó a caminar rápidamente, tanto que se podría considerar correr. Yo la seguí muy confundida, ella no me había dicho nada, ni un indició, y nuestras listas son iguales, no él porque de su actitud.
─ ¿Ustedes... también...? ─preguntó Hermione una vez entro a la habitación de los chicos, pero antes que pueda interrogarla, ella soltó una chillido ─. ¡Lo sabía! ─gritó emocionada blandiendo su carta ─. ¡Yo también,Harry, yo también!
─ No ─se apresuró a decir Harry, dejando algo en la palma de la mano de Ron ─. Noes mía, es de Ron.
Casi de inmediato comprendí todo, y sentí como un peso se fue de mis hombros, estaba tan aliviada, feliz. Tanto que comencé a dar brinquitos muy emocionada.
─ ¡Bien! ─exclamé, asintiendo, mientras todos me miraban como si estuviera loca. ─ ¡No soy prefecta!
Ellos me seguían mirando confundidos, supongo que ahora ellos no entienden el porque de mi actitud, pues siempre es un gran orgullo ser prefecto, pero para mi no.
─ Soy muy floja para ser prefecta ─comencé a explicarles ─. Me divertire más sacandolé canas verdes a los prefectos.
Miré a Ron y Hemione con una sonrisita maliciosa.
─ ¡Y esa es nuestra chica! ─señalo Fred, acercandosé a mi junto con su gemelo, para despeinarme el cabello, como ya era costumbre.
Todo luego de eso fue solo felicidad, Ron y Hermione estaban más que felices; los gemelos molestaban a su hermano y la señora Weasley desbordaba de orgullo por el nombramiento de su hijo como prefecto, tanto que le ofreció comprarle lo que el quiera.
El que no estaba muy feliz era Harry, pero yo solo me quede mirando, dejandome caer en una de las camas.
─Harry... ─empezó a decir Hermione con algo de timidez.
─ Felicidades, Hermione ─dijo Harry tan efusivamente que no parecía su voz; y,todavía sin mirarla, añadió ─: Es fantástico. Prefecta. Genial.
─ Gracias ─contestó Hermione ─. Esto... Harry, ¿me prestas a Hedwig para quepueda contárselo a mis padres? Se pondrán muy contentos. Bueno, creo queentenderán lo que significa que me hayan nombrado prefecta.
─ ¡Sí, claro! ─exclamó Harry con aquella espantosa voz efusiva que no lepertenecía ─. ¡Tomala!
Yo levanté mis cejas, esperando a que Hermione tome a la lechuza y se la lleve. La castaña miro a su mejor amigo con confusión, pero esta se disipo por la emoción de contarselo a sus padres.
Ella se fué, y yo deje a Harry refunfuñar dentro de su mente lo que sea que pase por esta con respecto a lo ocurrido.
─ ¿Terminaste? ─inquirí, haciendo que él gire a mirarme, soltando un ruidito antes de venir junto a mi, no sin antes guardar algo en sus bolsillos ─. Estas celoso de Ron, por primera vez. Si tan solo el lo supiera...no se lo diré.
─ ¿Como sabes que pienso?
─ Te conozco, Harry, no olvides que te conozco ─murmuré, mirando mis manos ─. Se que incluso se te había olvidado que en quinto eligen a los prefectos.
Él asintió, pero luego frunció el ceño. ─ ¿Y en verdad no te gusta ser prefecta? ¿O solo lo dijiste por Hermione?
─ No, la verdad es que no me gusta ─confesé ─. Ir a reuniones, vigilar a todos, hacer rondas, no es lo mío. Prefiero hacer cosas ilegales.
─ Estoy feliz por Ron y Hermione, pero...se siente extraño.
─ No te procupes, es normal...─pare de hablar ─, ¿que estas viendo?
Él miraba de reojo algo que guardaba y sacaba de su bolsillo.
─ Nuestra foto, la que me regalastes. Como es de bolsillo, cuando se que pueod perder el control, o cuando estoy triste...la miro. Es como tú con las flores. ─explicó, y casi me sonrojo.
Y se que él lo noto.
─ Iré a arreglar mis cosas en mi baúl. ─dije, al sentir mis mejillas arder.
Merlín, espero ser correspondida . . .
ÉL DÍA DE IRNOS LLEGO, Harry se había ido con tío Canuto convertido en su forma de animago, con Tonks, que se había transformado en una anciana, literalmente, y con la señora Weasley. Los demás ─al menos los gemelos y yo─, por nuestra parte, vinimos con mi padre.
─ Y no te metas en problemas, por favor ─pidió mi progenitor, cargando mi baul mientras yo sostenia la pequeña jaula de Sookie ─. Los últimos años he tenido demasiadas cartas de la escuela.
─ Yo no busco los problemas, los problemas me buscan a mi, lo juro. ─me excusé, acomodando mis cabellos, pues los gemelos ya agarron de costumbre despeinarme cada cinco segundos.
─ Entonces intenta que el numero de cartas baje ─dijo más divertido ─. Y cuidate, ¿si?
Yo asentí, mientras nos acercabamos al resto, que ya había llegado, nosotros al parecer fuimos el último grupo en llegar.
─ ¿Algun problema? ─le preguntó Moody a mi papá.
─ Ninguno.
─ De todos modos, informaré a Dumbledore de lo de Sturgis ─afirmó Moody ─.Es la segunda vez que no se presenta en una semana. Está volviéndose tan informalcomo Mundungus.
Papá asintió, despidiendosé de todos, incluído a Harry. No sé que le habrá dicho, pero él azabache soltó una risilla y me vio de reojo.
Finalmente, papá vino hacia mi, envolviendome en un gran abrazo.
─ Quiero que te cuides, mantengas un ojos abierto ─me advirtió, siempre lo hace ─. Te quiero mucho, hija mía.
─ Y yo. ─lo abracé más fuerte.
─ Lupin, haras llorar a tu hija ─medió Tonks, viniendo hacia mi para despedirse ─. Recuerda lo que te dije, Milan.
─ Claro que lo recordare. ─sonreímos ambas con complicidad.
─ ¿Que le dijiste? ─le preguntó mi papá a la joven bruja.
─ Nada. ─respondí.
"Tú eres la que manda sobre tu corazón"
"Golpea primero"
Frases de vida. Pero bueno, segundos despues, al escuchar un silbido, les di un abrazo más fuerte a ambos adultos, antes de subirme al tren junto a mis cosas.
Comencé a caminar por los pasillos, saludando a uno que otro amigo, así como a Hazel y Cho, a las cuales vi por el trayecto.
─ ¿Vamos a buscar nuestro compartimiento? ─propuso Harry.
─ Esto...─titubeo Ron.
─ Nosotros... Bueno, Ron y yo tenemos que ir al vagón de los prefectos ─dijo Hermione sintiéndose muy apenada.
─ Vale ─repitió Harry ─. Bueno, entonces ya..., ya nos veremos más tarde
─ Sí, claro ─dijo Ron lanzándole una furtiva y nerviosa mirada a su amigo, pero luego, sonrio con malicia ─. Además, tendrás a Milan, es decir, no soy yo, pero es buena compañia.
─ Estas eligiendo el camino de la muerte ─refunfuñe, viendolo irse con Hermione hacia el vagón de prefectos ─. Anda, Ginny, busquemos un buen sitio.
La pelirroja asintió, mientras caminabamos, viendo como los alumnos desde su compartimiento observaban a Harry con gran interes, dandosé codazos entre si y comentando cosas que no podía escuchar.
De pronto, todo aquello se disipo de mi mente, deje mis cosas a un lado y corrí en dirección a Neville, quien estaba en el último vagón, buscando tambien donde sentarse.
Le di un gran abrazo que él correspondió de inmediato.
─ Perdon por no mandarte cartas en todo el verano, pero prometo que lo compensare con tiempo de cálidad. ─le aseguré, mientras el me decía que todo estaba bien, que no tenía porque preocuparme.
─ ¡Hola, Harry! ─lo saludó Nevi cuando nos separamos del abrazo ─. ¡Hola, Ginny! El tren va lleno... No encuentro asiento...
─ Pero ¿qué dices? ─se extrañó Ginny, que se había colado por detrás de Neville para mirar en el compartimento que había tras él ─. En este compartimento hay sitio,sólo está Lunática Lovegood.
─ Ginny...─regañe, haciendo que ella se encogiera de hombros.
Luna Lovegood, una chica muy creativa hasta donde tengo entendido. ¿Como se de ella?
Pues digamos que al juntarme con los gemelos aprendí a hacer negocios, claro esta que yo no vendo galletas encantadas o algo por el estilo, yo doy tutorias o hago ensayos por unos cuantos galeones, aunque solo lo hacia para conseguir dinero para los regalos de mis amigos, tanto para navidad como para sus respectivos cumpleaños.
En una de esas sesiones, le enseñe sobre pociones a Luna, fue increible, ella es la que me animo a pintar en lienzos en primer lugar.
─ ¡Hola, Luna! ─le saludé con una sonrisilla timida ─. ¿Te importa que nos quedemos aquí?
La rubia nos miro por unos segundos, pero finalmente asintió, así que pasamos.
─ Gracias. ─sonreí, acomodandome en uno de los asientos, mientras Harry colocaba mi baúl en el compartimiento de equipajes.
El se había ofrecido y yo accedí.
─ ¿Que tal tu verano, Luna? ─inquirí, tratando de hacer una conversación ya que estaremos todo el trayecto aquí.
─ Bien ─respondió en un tono soñador, sin dejar de mirar a Harry ─. Si, me lo he pasado muy bien. Tú eres Harry Potter. ─añadío.
─ Sí, ya lo sé ─repuso el Harry.
Neville rió entre dientes y Luna dirigió sus claros ojos hacia él.─ Y tú no sé quién eres.
─ No soy nadie. ─se apresuró a decir Neville.
─ Tonterias ─solté ─. Luna, el es Neville Longbottom, va en quinto como Harry y yo. Y Nevi, ella es Luna Lovegood, va en el curso de Ginny, pero es de Ravenclaw.
─ «Una inteligencia sin límites es el mayor tesoro de los hombres» ─recitó Lunacon sonsonete.
El tren avanzaba traqueteando a través del campo. Hacía un día extraño, un tanto inestable; tan pronto el sol inundaba el vagón como pasaban por debajo de unasamenazadoras nubes grises.
Estaba aburrida, así que les dije a los chicos:
─ Iré a caminar por ahí, quiero saludar a Lee, o a Parvati. ─comenté, saliendo del compartimiento ante la mirada de extrañez de Harry.
Comence a caminar, buscando a alguien conocido por él tren, bueno, mejor dicho a alguien que sea mi amigo. Además, que al mismo tiempo buscaba entre mis bolsillo un poco del chocolate que me dio papá antes de salir, pero parecía que estos pantalones tenían bolsillos sin fondo.
─ Hola...Mills.
No tuve ni que girar la mirada para saber de quien se trataba, solo pase de largo, caminando apresurada, pero escuche sus pasos detrás mío.
─ Calma, Milan. Aún no llegas a Hogwarts, no puedes traer problemas. ─murmuré para mi misma, buscando freneticamente el chocolate de mis bolsillos.
Pero como mi nombre es Milan Torpe Lupin, tuve que hacer caer el contenido de mis bolsillos al piso. Me agache para recoger todo, volviendo a guardarlo, ya ni quería el chocolate, solo quería irme.
─ Vaya, si leíste mi carta. ─murmuro, y giré, pues no entendía como lo supo.
Tenía la cadenita que me regalo en manos, se me había caído. ¿Porque la traje en primer lugar?
Yo no la puse en mis bolsillos.
Le había dicho a Haley que la tirara...
─ ¿Algun día me dejaras en paz?
─ Debí luchar.
─ No te entiendo, pero tampoco quiero entenderte ─quiso acercarsé a mi, tendiendome la cadenita, pero yo retrocedí un paso, tratando de no gritar para no atraer miradas de los demás. ─. No, quedatela. No la quiero, no quiero tener nada tuyo, y si fuera posible borrar cada recuerdo que pase contigo, cada momentos desperdiciado, lo haría. Pero yo no soy así, y lo dejare como buenos recuerdos de una persona que solía conocer.
─ Milan...
─ Ahora, me iré y te pidó, que si alguna vez me quisiste, no me me dirigas la palabra, no me envies regalos. Adiós, Theodore Nott.
Giré sobre mi misma, caminando lo más rápido posible, afortunadamente, metros adelante, encontre a Jordan Lee, quien hizo unos cumplidos por mi cabello y me guió hasta el compartimiento que compartía con los gemelos.
─ ¿Quieres jugar con cartas? ─preguntó Fred y yo asentí con una sonrisa.
"No te preocupes, estás tan cuerdo como yo"
Le dijo Luna a Harry cuando este aseguro que unos caballos negros tiraban de los carruajes. La verdad es que yo no los veía, pero conociendo todo el mundo mágico, tal vez a aquellas criaturas solo las pueda ver unas personas en especifico, no me soprendería.
En fin, ya nos encontrabamos en el Gran Comedor, cenando luego de la selección de casa de los de primero, acompañada de la nueva canción del sombrero seleccionador.
─ Bueno, ahora que estamos dirigiendo otro magnífico banquete, les pido un instante de atención para los habituales avisos de principios de curso ─empezó a anunciar Dumbledore ─. Los de primer años, deben saber que tienen prohibido entrar en los bosques de los terrenos del castillo, y algunos de nuestros antiguos alumnos también deberían recordarlo...
Mire con complicidad a Harry, pero de nada sirvió, pues este parecía interesado en otra cosa, incluso se notaba preocupado, supongo que porque no ha visto aún a Hagrid.
─ ¿Quién es esa rara mujer vestida como una fresa? ─le pregunté a Hermione, que estaba a mi lado, recien había notado la presencia de la nueva mujer, no la había visto antes en el plantel, y durante la cena ni preste atención a la plana docente.
─ No se, pero se ve rara. ─murmuro la castaña.
─ Y me da mala espina.
─... Este año hay dos cambios en la plana docente ─siguió diciendo el director ─. Estamos muy contentos de darle la bienvenida a la profesora Grubbly Plank, que se encargará de las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas; además, nos complace anunciar que la profesora Dolores Umbrige, será la encargada de impartir la materia de Defensa Contra las Artes oscuras.
¿Porque ya huelo problemas?
ESTABA TRATANDO DE ANALIZAR EL DISCURSO DE LA FRESA, había dicho cosas extrañas, y tal vez le hubiera encontrado el hilo al asunto si no me interrumpieran aquellos gritos provenientes de los cuartos de varones.
Ron, que acababa de llegar, me dio una mirada y apunto a las habitación con su cabeza, así que fuí tras él sin dudarlo.
─ ¡Deja a mi madre en paz, Potter!
─ ¿Que pasa aquí? ─preguntó Ron sorprendido, mientras yo miraba a todos, tratando de buscar pistas sobre el alboroto.
─ ¡Está metiéndose con mi madre! ─gritó Seamus..
─ Harry no haría eso. ─aseguré, cruzandome de brazos.
Defendería a Harry a capa y espada si sería necesario. Yo no ocupaba un motivo, era algo que viene en mi de fabrica, por decirlo así.
─ ¿Qué? ─se extrañó Ron ─. Harry nunca haría eso. Conocimos a tu madre y nos cayó muy bien...
─ ¡Eso fue antes de que empezara a creer al pie de la letra todo lo que dice sobre mí ese asqueroso periódico! ─exclamó Harry, muy furioso.
─ ¡Oh! ─dijo Ron, que empezaba a comprender ─. Ya veo...
─¿Sabes qué? ─chilló Seamus acaloradamente, lanzando a Harry una miradacargada de veneno─. Tiene razón, no quiero compartir dormitorio con él; está loco.
─ Un día eres su amigo y al otro lo tratas así ─le dije a Seamus ─. Eres un completo idiota, en estos momentos se conocen a las personas.
─ Tu callate, estamos conversando entre hombre ─me dijo Seamus, para despues llevarse su mano a la boca en señal de sorpresa ─. Oh, espera, cabello corto, vestida como hombre, tal vez seas uno. ¿Donde dejaste lo femenino, Lupin? ¿En vacaciones con papi?
Aquello me enfurecio, y no fui la única, Harry estaba a punto de lanzarse contra Seamus si no fuera por Ron, que lo tomo de brazos, impidiendole aquello, además, que escuche que le dijo "Ella sabe como defenderse"
Di pasos firmes hacia Seamus y lo mire fijamente.
─ La manera en la que me vista y el largo de mi cabello nada tienen que ver con que tan femenina sea. Vamos ─le reté, viendo como cada vez se ponía más nervioso y retrocedía, alejandosé de mi ─, acercate...¡Y te mostrare lo femenino que es mi puño contra tu cara!
─ Es...q-que mi madre casi no me permite volver a Hogwarts y... ─titubeo.
─ Pero eso no te da derecho de tratar así a Harry ─le respondí aún muy enojada, saliendo de la habitación de los chicos, pero antes de irme, le dije a Seamus ─. Vuelve a decir algo como eso, sobre mi, sobre Harry o sobre algo más, te juro que te arrepentiras.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro