𝟬𝟭𝟴 | the future
018. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗘𝗜𝗚𝗛𝗧𝗘𝗘𝗡──
── 𝗍𝗁𝖾 𝖿𝗎𝗍𝗎𝗋𝖾 •˖* 📼 ☄️
ESTABA SENTANDA ENTRE PAPÁ Y TÍO SIRIUS, era como media noche cuando los dos adultos tuvieron la genial idea de ver las estrellas, en realidad mi tío tuvo la día. Pues mi papá estaba agotado, ayer fue luna luna llena, y siempre termina así.
De todas formas, aquí estabamos, viendo el cielo nocturno desde el techo de nuestra casa, y comiendo cosas cero saludables, pero a quien le importa.
─ Adoro que no tengamos vecinos ─comenté, buscando entre las bandejas más chocolate y varitas de regaliz ─. Siempre podemos hacer lo que sea sin molestar a nadie y sin que nadie nos moleste.
─ ¿Pues que hacen aquí? ─cuestiono tío Sirius con diversión, girando a verme con una gran sonrisa ─. ¿Hacen fiestas todos los días?
Yo reí, mientras papá negaba divertido. ─ No, pero Milan adora su silencio, o su caos. Segun su humor.
─ Igual a ti.
─ Es mi hija, que te puedo decir. ─dijo papá con orgullo, colocando su mano en mi cabeza para así despeinar mi cabello.
─ Pero sacó la belleza del tío Canuto.
─ Sirius, eso no es geneticamente posible.
─ Claro que si. ¿Tú que sabes de genetica? ─le interrogo indignado, para luego suspirar con nostalgía.
Nos quedamos en silencio, mientras veíamos las estrellas. Ambos estaban muy quietos, mirando el cielo mientras parecía que recordaban el pasado. Por otro lado estaba yo, que me limitaba a comer los dulces que habías traído aquí arriba.
─ ¿Te imaginas esto con Harry y los demás? ─preguntó tío Sirius, girando a ver a papá.
─ Con James trayendo un millon de dulces para su ahijada, con Lily y Harry riendo a más no poder...con Haley y Marlene regañandonos por subir a la techo con los niños, con Peter...
Papá se quedo callado de repente.
─ Yo tambien me ponía a imaginar algo parecido en mis noches más oscuras. ─termino por confesar Sirius.
Y luego, volvieron a quedarse callados, sin embargo, esta vez por un perido más corto que la vez pasada, siendo tío Canuto quien decidió volver hacer de esta noche un momento feliz y no tan nostalgico.
─ ¡Pero hey! ─soltó, mirandonos con una gran sonrisa ─. Estamos aquí, los tres, y es perfecto. Somos el pequeño equipo maravilla, y aunque pronto tendremos que irnos a la antigua casa de mi madre por aprobación de Dumbledore, hagamos de este un momento que recordaremos con una gran sonrisa.
─ Hagamos eso. ─papá coincidió con él.
─ Si, cuando todo esto acabe ─comenzó a decir tío Sirius muy emocionado ─, seremos una familia; Milan, Harry, Remus y yo.
espero que eso sea verdad, tío Canuto. . .
ESTABA CONVERSANDO MUY AMENAMENTE CON HERMIONE Y RON, hace un rato ya habíamos escuchado a varios miembros de la orden salir a por Harry, no sabiamos que iban a hacer exactamente, pero todo el verano lo estuvieron cuidando, haciendo rondas y turnandose unos con otros.
─ Estas muy tranquila. ─señalo Hermione de pronto, cambiando radicalmente el tema, pues estabamos hablando de teorías locas sobre de que se trataban las reuniones de la orden, y algunos planes para poder escuchar de contrabando.
─ Hermione, ella ya esta de pie ─se burlo Ron, rodando los ojos ─ ¿Crees que eso es estar tranquila?
─ Estoy de pie porque sinceramente me cansé de estar sentada. ─confesé, y aunque era cierto, tambien era porque sabía que Harry iba a llegar, sabía que era hoy, pero no en que momento, y eso me traía completamente ansiosa.
─ Claro, no es porque tienes miedo que Harry se asuste de tu rudo nuevo estilo, así que te preparas para huir.
Yo me cruce de brazos, fulminandolo con la mirada. ─ Ron, por favor, callate antes que te tiré de las escaleras...¡Harry!
Chille de repente, para luego sonreír de oreja a oreja al verlo luego de tanto tiempo. Él estaba parado en la puerta, congelado viendonos aquí. Pero claro, yo no pude resistirme mucho a este juego de miradas y corrí hasta él, abrazandolo con emoción.
Harry se demoro un poco, pero correspondió a mi abrazo, sin embargo, no fue un abrazo como me lo imagine, él se sentía diferente, algo le pasaba, así que decidí separarme.
─ Lo siento por solo enviarte una carta muy aburrida en todo el verano. ─murmuré apenada, terminando de soltarlo.
─ Y-yo...tú...tu...─me señalo, viendome de pies a cabeza.
Se veía tan lindo, parecía un niño chiquito viendo un dulce...o tambien parecía Ron admirando los muslitos de pollo antes de comerselos, lo cual era basicamente lo mismo.
─ Denle cinco segundos, debe agarrar señal ─se burlo Ron de su mejor amigo, riendosé mientras yo lo amenazaba con la mirada ─. ¡Tierra llamando a Harry! ¿Estas ahí? ¡Escapa del planeta Milan!
─ Oh, si ─sonreí, sacudiendo un poco la cabeza cuando él comenzó a esbozar una sonrisa señalando mi cabello ─. Si, lo corte hace un tiempo, la verdad es que yo quería quedar calva, pero mi padre no me dejo.
Dije con falsa tristeza, alejandome de Harry para que así Hermione tambien lo abracé.
─ ¿Como estas, Harry? ¿Estas enfadado con nosotros? ─pregunto con preocupación ─. Seguró que sí, ya sé que apenas te enviamos cartas, pero es que no podiamos, Dumbledore nos hizo jurar que no te diríamos nada, oh, y tenemos tantas cosas que contarte, y tú a nosotros.
─ Dejalo respirar, Hermione ─pedí, acercandome al armario para dejar golpesitos en este a modo de llamado ─. Anda, vamos.
La lechuza blanca hizo un ruidito con el pico, volando desde lo alto del armario hasta posarse en el hombro de Harry.
─ ¡Hedwig! ─chilló el azabache.
─ Estaba muy enfadada ─explicó Ron, enseñando su dedo indice, donde tenía unas heridas que ya estaban sanando ─. Casi nos mata a picotazos cuando nos trajo tus últimas cartas. Menos a ella.
Ron giro a verme, entrecerrando los ojos con falso odio.
─ Casualmente la carta para Milan llego, y Hedwig se la dejo en las manos muy amable, ah, pero a mi...¡Casi pierdo un dedo, Harry!
─ ¡Oh, vaya! ─exclamó Harry, viendo la herida en el dedo de su amigo ─. Lo siento, pero necesitaba respuestas.
─ Y queriamos dartelas ─confesó Ron ─. ¿sabes lo que fue convivir con estas dos locas aquí? ─ambas lo miramos, ahora el pelirrojo debera cuidar su camino, porque podra caerse casualmente por las escaleras en cualquier momento ─. Ellas no paraban de decir que harias alguna tontería si seguías aislado. Pero es que Dumbledore nos...
─...los hizo jurar que no me contaras nada ─completo Harry con sequedad ─. Si, Hermione ya me lo ha dicho.
El ambiente se volvió tenso de repente. Un silencio incomodo reino el lugar, mientras Harry solo miraba y acariciaba a su lechuza, como si tratase de creer lo que le dijimos. Estaba enojado.
Realmente lo estaba.
─ Por lo visto, Dumbledore creía que eso era lo mejor. ─comentó Hermione luego de un largo rato de solo estar en silencio.
─ Ya ─soltó Harry.
─ Creo que pensaba que donde estabas más seguro era con los muggles...─comenzó a decir Ron, mientras yo solo hacia muequitas viendo la expresión de enojo de Harry.
─ ¿Ah, si? ─preguntó el azabache, arqueando las cejas ─ ¿Unos dementores los ha atacado este verano?
─ No ─negué, cruzandome de brazos, no quería enojarme con él por su actitud, todo lo contrario, necesito que lo suelte todo, pero tambien necesito que sepa todo lo que ha venido haciendo la orden, o bueno, lo que nosotros sabemos ─. Pero es por eso que los miembros de la Orden de Fenix se han turnado para mantenerte vigilado...
─ Pues no ha funcionado muy bien, ¿no crees? ─comenzó a levantar cada vez más la voz ─. Al fin y al cabo he tenido que cuidarme yo solito, ¿no?
─Dumbledore estaba furioso ─contó Hermione con una voz casi atemorizada ─. Nosotros lo vimos. Cuando se enteró de que Mundungus había abandonado su puesto antes de que terminara su turno... Daba miedo verlo.
─ Pues mira, me alegro de que se marchara ─replicó Harry con frialdad ─. Si se hubiera quedado, yo no habría hecho magia y seguramente Dumbledore me habría dejado en Privet Drive todo el verano.
─ ¿No estás..., no estás preocupado por la vista del Ministerio de Magia? ─preguntó Hermione confundida, pues pensabamos que estaría asustado.
─ No. ─respondió Harry, con aire despreocupado.
Se que esta mintiendo. Hogwarts lo es todo para él, me lo ha dicho en varias oportunidades.
─ Como sea, ustedes pudieron mantenerme informado de lo que pasaba ─se cruzo de brazos, ahora si mostrando lo que en verdad sentía: enojo ─. No vendran a decirme que no conocen más formas de enviar mensajes sin lechuzas, ¿verdad?
─ Harry, debes calmar...
─ Debes sacarlo todo, anda ─pedí, interrumpiendo a Hermione, y recibiendo una mirada de desconcierto de la misma ─. Sea lo que sea que te digamos, no nos vas a creer. Estas enojado, lo comprendo. Ahora, dale, gritalo, puedes hacerlo. Somos tus amigos, tu familia, sacalo todo.
Al parecer eso fue como un detonante para todo lo que estaba guardando dentro:
─ ¡Yo llevo un mes atrapado en casa con los Dursley! ─comenzó a gritar ─ ¡Y yo he hecho cosas mucho más importantes que ustedes tres, y Dumbledore lo sabe! ¿Quién salvo la piedra filosofal? ¿Quién se heshizo de Ryddle? ¿Quien les salvo la vida cuando atacaron los dementores?
─ Shh, dejalo seguir. ─se susurre a Ron cuando este quiso intervenir.
─ ¿Quien tuvo que pelear con dragones y esfinges y todo tipo de bichos repugnantes el año pasado? ¿Quien vio que él había regresado? ¡¿Quien tuvo que huir de él?! ¡Yo!
Ron ahora se encontraba parado con la boca abierta, congelado, sin saber que decir. Mientras Hermione esta a punto de comenzar a llorar.
Y yo tambien, la verdad, pero pasar tiempo con Harry me ayudo leerlo por así decirlo.
─ ¡No creo que les preocupara mucho contarme que pasaba! ─nos siguió gritando ─ ¡Supongo que se han reido de lo lindo, aquí juntitos! ¿Verdad?, ¡Escondidos!
─ No, Harry, nosotros enserio queriamos contartelo...
─ ¡Lo sentimos mucho, Harry! ─dijo Hermione desesperada, con los ojos bañados en gruesas lágrimas ─ ¡Tienes toda la razón!
Y a pesar que ellos dos trataban de calmar a Harry, él azabache me miro a mi. Pude notar como respiraba entrecortadamente, su pecho subia y bajaba con furia, seguía enojado, aunque un poco menos que antes.
─ ¿Ya acabaste? ─pregunté, hablando por primera vez luego de aquella explosión de emociones que tuvo.
Él asintió como niño chiquito, mientras regulaba su respiración.
─ Ven aquí ─pedí, abriendo mis brazos, para así darle a entender que venga a darme un abrazo.
Harry se demoro unos segundos, pero al final vino, y me abrazó fuertemente. Este si era el abrazo que esperaba, se sentía diferente, se sentía bien. Así que lo disfrute, dejando palmaditas en su espalda a medida que se iba calmando.
─ Queriamos decirtelo, pero las cosas son así, Harry. La gente que esta aquí, trata de hacer lo mejor para tu seguridad, ¿si? ─comencé a explicar con calma ─. Te queremos, y nunca te hubieramos ignorado, es más, ni siquiera nos hemos podido divertir, porque nos hacia falta alguien.
Poco a poco nos fuimos separando del gesto, encontrandonos con Hermione y Ron sonriendo, así, sin más, solo viendonos.
─ ¿Que es esto? ─preguntó él refiriendosé a la casa, y estando un poco más tranquilo.
─ Es es cuartel de la Orden del Fénix ─respondí con una sonrisa ─. Es una sociedad secreta, la dirige Dumbledore; el la fundo. Y ahora la forman los que lucharon contra Quien-tú-sabes, la última vez.
─ ¿Quienes son ellos?
─ Mucha gente ─contesto esta vez Ron, un poco más animado ─, pero creemos que son más.
─ A cada uno le dan una misión diferente, algunos reclutan gente, como es el caso de Emma Longbottom y Haley Romanoff.
Harry me miro confundido. ─ Pero...¿no me dijiste que Haley había muerto?
─ Larga historia, la cual te contare despues, por ahora solo debes saber que esta viva y...¡uh! ─chillé ─. Te vas a desmayar cuando te cuente la historia.
MI PADRE Y TÍO SIRIUS ESTABAN CONVERSANDO DE ALGO EN LA COCINA, supongo que hablan de lo que Dumbledore les había ordenado, y terminaba de planear todo antes de irnos de aquí. Así que los deje solos, pues evitaban decir algunas cosas en frente mío y supongo que estanran más comodos así.
Yo subí a mi habitación, y comencé a redactarle una carta a Hermione, para luego colocarsela en el pico de la lechuza familiar, para que así pueda llevarsela.
Una vez culmine, fuí hasta mi armario, tomando todo lo necesario para ponerme a pintar, tomando mis pinceles para ponerme a hacer otro cuadro, pues mientras los dos hombres de abajo hacian sus cosas, yo estaba muy aburrida y sin nada que hacer.
Estaba haciendo esto muy a gusto, escuchando la canción que sonaba en la radio de una emisora local, pero de pronto, giré al sentirme observada.
Se trataba de aquel cuervo que nos acechaba en Hogwarts, solo que ahora se encontraba aquí, en mi ventana.
─ Oh no, ahora me persigues ─mencione, señalando al cuervo ─. Esto ya esta dando miedo.
Mire por unos segundos más aquella ave, mientras comenzaba a sujetar a Sookie entre mis manos.
─ ¡Papá! ─llamé, retrocediendo cada vez más hacia la puerta de salida de mi habitación ─ ¡Tío Canuto!
Creanme, no pasaron ni cinco segundos para cuando los adultos llegaron, ellos se colocaron en frente mío, haciendome retrocer incluso aún más.
─ ¿Cual es la amenaza, lobita? ─preguntó mi tío, apuntando a todos lados con su varita.
─ ¿Porque ese grito? ─papá tambien se encontraba con su varita en mano ─. ¿Milan?
─ ¡El cuervo! ─chillé, señalando a la ventana.
Ambos adultos giraron a verme confundidos, bajando sus varitas y con expresiónes que decian "¿Es un chiste?"
─ Tú amas a los animales, por eso quieres a Sirius. ─se burlo papá, mientras el nombrado lo miraba indignado.
─ ¿Porque el cuervo te da miedo? ─inquirió tío Canuto en su lugar.
─ Tío, ese cuervo nos observo todo el año en el colegio, a mi y a Harry. ─conté, abrazando a Sookie, y ambos se pusieron de otra forma, preocupados ante aquella premisa.
─ Si, ¡Y Remus, no sabes, tú hija y el pequeño James! ─se escucho una nueva voz en la habitación ─. Ya hueles a suegro.
De pronto, el rostro de ambos adultos era un poema, no sabía si reírme o preocuparme. Ante aquella repentina voz, mi padre fue el primero en girar, seguido de él, tío Sirius.
Yo por mi parte, me asome por un lado, para así poder ver lo que ellos, y cuando lo hice, me quede procesando todo unos segundos.
Una mujer de aspecto amable, alta, rubia y muy hermosa había aparecido frente a nosotros, ella se encontraba con una gran sonrisa en rostro y los ojos cristalizados, comenzando a abrir sus brazos en señal de querer un abrazo. Pero de inmediato, eso fue cambiado por una expresión de indignación, y comenzó a cruzarse de brazos.
─ ¡Iban a reunir a la banda! ¿Sin mi? ─se llevo una mano al pecho como si en verdad se le hubiera roto el corazón ─. Me duele muchisimo, pero considerando...
─ Que tu estabas muerta. ─completo papá en un balbuceo.
─ Haley...tú habías muerto con los Mckinnon...lloré una semana entera por ustedes...─señalo Sirius.
─ Larga historia, compren el libro ─sonrió ─. Ahora, ¿un abrazo antes que mi linda sobrina nos siga mirando como si yo estuviera loca?
Ambos adultos dieron grandes zancadas, acercandosé a la rubia, envolviendola en un abrazo, y esta no se resisitió para nada, simplemente se dejo apachurrar por los dos. Ella disfrutaba el gesto.
Luego de unos minutos, ellos tres se dieron cuenta que había un menor aquí que necesitaba explicaciones, muchas explicaciones.
─ Ustedes dos ─la rubia los miro a ambos ─, ¿me dejaran abrazar a mi linda sobrina?
─ Tu linda sobrina no querra abrazarte cuando sepa que eres el mismo cuervo que le robo su lobo de peluche cuando tenía cinco.
─ Era un lobo muy feo. ─señalo Haley, haciendo una mueca divertida.
─ Claro que no ─defendio mi padre con indignación, pues el me lo había regalado, e incluso personalizado ─. Tenía trajesito, con corbata y todo, y un pequeño maletin con chocolates dentro.
─ ¿Como no estuve aquí para burlarme de ti, Remus? ─se preguntó tío Sirius.
─ Muy graciosos ─papá entrecerro los ojos ─. Pero fui padre soltero, tuve que hacer feliz a mi hija como fuera.
─ Eres un gran padre. ─sonreí, saltando a sus brazos y dejando que me apachurrara a más no poder.
─ ¿Y bien? ─siguió cuestionando Harry, pues quería saber hasta el minimo detalle de lo que había ocurrido.
─ ¿Y bien que? ─contraataque.
─ ¡Voldemort! ─exclamó él, haciendo que Ron, Hermione y yo hicieramos un muequita ante la mención del nombre ─ ¿Qué pasa? ¿Que esta tramando? ¿Que haremos nosotros para detenerlo?
─ Harry ─intervine ─, ¿que parte de "no nos dejan participar en sus reuniones" no entendiste?
─ No tenemos muchos detalles ─comentó Hermione, calmando el ambiente ─. Pero si una idea general.
─ Verás, Fred y George han inventado unas orejas extensibles ─comenzó a explica Ron, mientras yo evitaba reír al recordar el día en que hicieron malavares para que la señora Weasley no las lanzara al tacho de basura.
─ ¿Orejas...?
─ Extensibles, si, son muy utiles. Pero tuvieron que dejar de usarlas porque la señora Weasley no las aprueba, pero las llegamos a usar antes que nos descubran ─empecé a contarle ─. Y por lo que ahora sabemos, es que estan siguiendo a unos conocidos mortifagos, los vigilan.
Me sentía algo rara, pues logre oír en una oportunidad a Moody decir que iban a vigilar a...mi mamá.
─ Otros, como antes de había dicho Milan, se dedican a reclutar a más gente ─intervino Herms, sacandome de mis tristes pensamientos al acordarme de esa mujer.
─ Y otros montan guardía no se donde ─concluyó Ron, tratando de pensar sobre donde podrían hacerlas ─. Siempre estan hablando de guardias.
Yo rodé los ojos al darme cuenta que el pelirrojo aún no lo había pillado.
─ No sera me que vigilan a mi, ¿verdad? ─dijo Harry con sarcasmo.
─ ¡Ah, claro! ─exclamó Ron, entendiendo recién.
─ Pero hay algo que no entiendo ─concluyó el azabache ─. Ustedes dijeron que estuvieron ocupados...si no los dejaban entrar en las reuniones, ¿que hacian?
─ Pues ayudabamos a descontaminar la casa ─respondí, estremeciendome por todas las cosas que encontramos ─. Estuvo varios años vacia, y se crió de todo, apenas hemos limpiado unas cuantas zona...¡Ah!
Chillé, sintiendo dos fuertes estampidos, eran Fred y George, que desde que aprendieron a aparecerse...ocupan aquello para todo. En muy mala hora aprobaron su examen de aparición.
─ Esta es la vez número sesenta y tres que asustamos a Milan, ya casi alcanza las veces que hemos asustado a Ginny. ─dijo Fred con orgullo, mientras lograba ver como en su mano llevaba las orejas extensibles.
─ Estamos intentando oír que pasa ahí, la reunión de hoy en importante. ─añadió George ante mi mirada.
─ Pues ni se molesten. ─les dije.
─ ¿Y eso porque? ─cuestiono Fred con desconcierto.
─ Si, Lala, ¿donde esta tu espiritu aventurero?
─ Fred, George, su madre le hizo el encantamiento de impasibilidad a la puerta de la cocina. ─revelé, haciendo a ambos fruncir el entrecejo.
─ ¿Y eso como lo sabes? ─Fred se cruzo de brazos.
─ Tonks me explicó como descubrirlo, solo tienes que lanzar algo así el lugar que crees que fue encantado, y si no hace contacto, pues si la han impasibilizado. Merlin, Tonks es increíble.
─ ¿Y a quien le importa lo que Remus diga? ─preguntó Tonks, comenzando a buscar las tijeras por los viejos cajones de esta casa ─. Es decir, es tu padre, le va a gustar.
Nymphadora tonk es una joven bruja, muy alegre y con un tono de cabello diferente cada día (si no es a cada hora) . Desde que me la presentaron cuando tuvieron la primera reunión de la Orden aquí en la antigua casa de la madre de tío Sirius, ella y yo hicimos click, y desde ahí nos convertimos en grandes amigas.
A pesar que siempre esta en una misión u otra, se las arregla para pasar tiempo conmigo.
─ No me preocupa como reaccionara papá ─confesé, y era verdad ─, es decir, él siempre me dejo decidir desde pequeña: que ropa me ponía, que comía, que libros leía ─suspiré, al no tener una madre, fue muy díficil para papá criarme él solo, así que de alguna u otra manera, me enseño a ser independiente ─. El verdadero problema aquí es, ¿y si no quedo linda?
─ Milan ─tía Haley se levanto del suelo, pues ella tambien se encontraba aquí, quería pasar tiempo de calidad conmigo antes de la siguiente reunión ─. ¿Has pensando en que pasaría si desiste de la idea?. Luego te arrepentiras de no hacerlo, y de eso no se trata de la vida, cariño ─me sonrió, colocando una de sus manos en mi mejilla ─. Eres hermosa, Milan, no te debe importar lo que digan las personas, lo que importa es como te sientas tú con ellos, y tambien se trata de las experiencias.
─ Si ─afirmó Tonks ─. Si tu te sientes bien estando calva, hazlo. De todas formas, es cabello.
─ Bien ─termine por aceptar ─. Venga ya, haganlo de una vez antes que papá venga a verme.
Ellas comenzaron a divertirse, era como una pequeña hora para las chicas. Ambas me contaban anecdotas de su juventud, en especial tía Haley, que me contaba como eran ella y papá de más jovenes.
Pues eran mejores amigos, así que me entere de cosas que papá nunca me había dicho, supongo que por pena, pues mucha de ellas eran bromas fallidas que terminaban con castigos interminables.
En fin, poco a poco todo comenzaba a tomar forma, ellas habían hecho un trabajo increíble conmigo.
─ ¿Y? ─pregunté, levantando de la silla ─ ¿me veo linda?. Porque yo me siento linda.
─ Milan, te traigo chocolate para que pases el rato...─la voz de papá de escucho, adentrandosé a la habitación, y luego quedandosé muy callado y quieto de repente.
Yo solo sonreí, viendo como tía Haley y Tonks se encogían de hombros, tratando de esconderse detrás mió.
─ Hija mía...Merlin...estas hermosa ─balbuceo mientras su sonrisa de ensanchaba ─. Muy hermosa.
─ Gracias. ─sonreí yo tambien ante ello.
─ Parece ser ayer cuando nadie podía separarte de mis brazos porque llorabas.
─ Soy testigo ─Haley levanto la mano con una gran sonrisa ─. Es más, tengo fotos.
HARRY SE HABÍA APROXIMADO A MI LUEGO DE GRITAR, y esta en todo su derecho, pues le habíamos contado como aparecía en páginas del El Profeta, donde lo narraban como un chiflado, como un mal chiste, una especie de "Falso Dios"
La verdad es que me imagine que vendría a decirme sobre como se siente luego que le contaraamos todo, pero no, es más, dijo algo que me dejo congelada.
─ Te ves muy linda con tu "Rudo y nuevo estilo", te queda bien. ─soltó Harry, dejandosé caer a mi lado, pues me encontraba sentada en las escaleras.
─...g-gracias. ─tartamudee, y la verdad no se exactamente de repente me sentí nerviosa ante su presencia, así que me limite a mirar mis botas, al menos hasta que caí en cuenta ─ ¡Escuchaste lo que Ron había dicho!
─ Puede ser ─se encogió de hombros, soltando una risilla, para luego mirarme ─. Tú carta fue la que más espere, y la que menos me revelo cosas.
─ No la escribi yo, bueno, si, era mi letra, pero las mayoria de las palabras eran las de tío Sirius ─le confesé ─. La primera carta que hice, al parecer revelaba mucho sobre la Orden, y no era lo indicado.
─ Ahora lo comprendo, bueno, un poco...─paro de hablar por unos segundos mientras me seguía observando ─. Pero ahora no quiero hablar de eso, quiero...ya sé, ¿cómo has estado?
─ Bien, pero, ¿porque la pregunta?
─ Es que...te vi rara cuando mencionaste que estan vigilando a mortifagos.
Yo suspire, dejando caer mi cabeza en su hombro, y haciendo que él se acomodé ahí mismo, pasando su brazo por mi espalda para darme un poco de confort.
─ Prometo pronto superarlo, pero esa mujer no colabora, al parecer la quieren vigilar por que esta actuando raro, y no lo sé, su sola mención me pone sensible. ─solté, con los ojos un poco cristalizados.
─ Siempre estaré aquí contigo, ¿okey? ─me prometió ─. Ella nunca llegara a hacerte daño, me asegurare de eso. Ya veras que con esto...la Orden del Fenix, venceremos a Voldemort, los mortifagos caeran, y tendremos años normales y felices.
─ Gracias. ─le dije, se escuchaban tan bonitas sus palabras, y era la segunda persona que me prometía un gran futuro de felicidad y calma, así que me siento con demasiadas esperanzas.
Esto pasará, y seremos una familia feliz, todos juntos.
¿verdad?
Harry comenzó a abrazarme, y se supone que debe ser al reves, yo debo consolarlo a él, ayudarlo, sin embargo, él siempre me ayuda, me calma cuando pierdo el control.
Y de pronto, e interrumpiendo nuestro momento, se escucho un golpe, y luego no pude evitar reírme, pues Tonks había caído frente a nosotros, al pie de las escaleras.
─ ¡Tonks! ─regaño la señora Weasley, pues sabía que se a vecina.
─ ¡Lo siento! ─gimoteo Tonks, aún en el suelo ─. Es ese ridiculo...
Pero sus disculpas fueron interrumpidas por un espantoso y ensordecedor grito.
Le hice señas a Harry para que se tapara los oídos, mientras veíamos a la señora Weasley y a mi padre tratar de cerrar las cortinas, y luchar con los demás cuadros que habían despertado gracias a aquel grito, aunque tambien eran insultos y demás cosas de parte de la madre de Sirius, que no era muy fan de la gente que ahora se reunia aquí.
─ ¡Callate, vieja arpía! ¡Callate! ─bramo tío Canuto, saliendo de una de las puertas y dirigiendose rápidamente a las cortinas, para así tratar de cerrarlas.
─ ¡Tú! ─rugió, mirando con los ojos como platos a su hijo ─. ¡Traidor,engendro, vergüenza de mi estirpe!
─ ¡Te digo que te calles! ─le gritó mi tío de vuelta, y haciendo un esfuerzodescomunal, papá y él consiguieron cerrar las cortinas.
De pronto cesaron los gritos de la anciana, y aunque todavía resonaba su eco, el silencio fueapoderándose del vestíbulo.Jadeando ligeramente y apartándose el largo y negro cabello de la cara, tío Canuto, ─elpadrino de Harry─, se dio la vuelta.
─ Hola, Harry ─saludó él ─. Veo que ya has conocido a mi madre.
━━AUTHOR NOTE'S.
Milan y Harry entrando a su lover era, omg.
Tengo tanto para este acto, tambien estoy emocionada por Milan en Hogwarts, Umbrigde, ay, estoy emocionada.
¿Ustedes tambien? ¿Les va gustastando como va el fic?
pdta: gracias por el apoyo que le estan dando a la historia <3
¿Que si me hicieron acordar a Milan y Harry? si, y no me escondo.
━ With love, Lucy Rhee (Potter)
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