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𝟬𝟭𝟵 | golden hair girl

019. ┊໒ ⸼ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗡𝗜𝗡𝗘𝗧𝗘𝗘𝗡──

── 𝗀𝗈𝗅𝖽𝖾𝗇 𝗁𝖺𝗂𝗋 𝗀𝗂𝗋𝗅 •˖* 📼 ☄️

HACE UN RATO HUBO UN AJETREDA PLATICA, aunque... esta llego al punto de un enfrentamiento verbal, protagonizado por la señora Weasley y por tío Sirius. Lo que llevo a que ellos terminen contandonos un poco más sobre como se manejaba la Orden,  bueno, personas como mi padre, tío Canuto, Haley y Tonks, pues la señora Molly no estaba deacuerdo, incluso mando a Ginny a la cama, y por poco tambien nos manda a dormir a los demás, pero sabía que Harry nos contaría lo que le dijeran, así que no tenía caso.

Ellos nos contaron cosas que veniamos sospechando, aunque añadieron algunos detalles que nos hicieron decir "Tiene sentido", pues nos hicieron cerrar algunas teorías locas que armamos. Así como una especie de arama extraña y muchas cosas más.

Luego de eso, y por el temperamento de la señora Weasley, fuimos mandados a nuestra habitación sin opción a quedarnos a conversar entre nosotros, así que me fuí con Hermione a la habitación que compartimos con Ginny, pero obviamente no dormimos, simplemente nos pusimos nuestras pijamas y nos sentamos de piernas cruzadas en mi cama.

Y esto de pronto se convirtio en un juego, porque la señora Molly pasaba cada cierto tiempo, para así verificar que estemos dormidas, pero cuando escuchabamos que se iba, volviamos a la platica.

─ Creo que ya no pasara, podemos hablar tranquilas ─les dije a ambas, dejando que Sookie se acomodé en su cojin para que así duerma entre mis pulseras ─. Deja de preocuparte con por la puerta, la estas mirando demasiado, Hermione.

─ No es eso, Milan. ─aseguró, empezando a dejar a su gato a un lado, para luego colocarse a mi lado y tomar mi mano.

─ Hermione, no nos desconozcamos ─murmuré en un tono cómico, haciendola rodar los ojos mientras me llevaba hacia la puerta ─. Seremos regañadas. 

La castaña miro unos segundos más la puerta, pero luego giro con una sonrisa.

─ Harry me va a odiar por esto ─negó divertida, para luego encogerse de hombros  ─, pero que importa. Milan, feliz cumpleaños. 

─ ¡Me toca, me toca! ─Ginny dio saltitos, llegando a mi lado con una gran sonrisa en rostro ─ ¡Feliz cumpleaños!

Abrí mi boca de par en par ante el saludo de ambas.

─ Había olvidado mi cumpleaños. ─balbucee.

─ Y la cabeza, si no la tuvieras pegada al cuerpo ─bromeo Hermione, soltando mi mano y poniendosé en la puerta ─. Quedate ahí.

Yo asentí, mientras ella tomaba la perilla, girandola y susurrando algo a alguien que yo aún no veía.

Segundos después, la castaña se hizo a un lado y logre ver como Harry entro corriendo. Casi de inmediato, una sonrisa apareció en mi rostro, lo vi aproximarse a mi, para darme un gran abrazo, incluso me levanto unos centimetros de suelo, haciendome reír.

─ Feliz cumpleaños...lamento no tenerte un regalo pero...─justifico, mientras me dejaba en suelo firme ─, pero prometo que te dare un gran regalo.

─ Tenerte aquí esta bien, con eso basta. ─sonreí de oreja a oreja, pues nunca había logrado pasar uno de mis cumpleaños con Harry, siempre nos encontramos lejos, cada uno en su respectiva carta.

A lo mucho recibia una carta de él, y luego un obsequio llegando a Hogwart, pero este año fue diferente y me encanta.

Pero, antes de seguir mirando a Harry, escuche un "plin", haciendome estremecer, aún no me acostumbro a la aparición repentina de los gemelos, siempre logran espantarme.

─ Hola y feliz cumpleaños, Lala ─dijeron ambos al mismo tiempo, dejando una bolsa grande en medio de la habitación ─. Adiós, Lala.

Y así como llegaron, se fueron.

─ Saquesé ─Ron empujo a Harry hacia un lado, y vino a abrazarme ─, feliz cumpleaños, Mily.

Yo reí divertida por la actitud del pelirrojo, y mientras me dejaba apachurrar por mi mejor amigo, logre ver como Harry lo miraba indignado por empujarlo.

─ Estaremos un rato y luego nos iremos o mamá nos va a matar. ─explicó y yo asentí.

─ Y no hagamos mucho ruido. ─nos advirtió Hermione.

Los cinco nos sentamos en el suelo, comenzando a sacar diferentes cosas que los gemelos habían traído, en lo general eran dulces y galletas, además, venía con esto una nota que aseguraba que no tenían nada, que podíamos comer tranquilos.

Platicamos de varias cosas en voz baja, por temor a que nuestras voces llegen los oídos de la señora Weasley y todos terminemos castigamos. Pero hey, es mi cumpleaños, espero que si nos descubre, pase por alto el castigo, yo se que ella me adora.

─ Me estoy llenando de puras galletas con crema, pero es que estan deliciosas, las amo. ─admití, dejando caer mi cabeza en el hombro de Harry.

Ron, Hermione y Ginny nos dieron unas miradas, y supe a lo que se referían, pues nosotros usamos esas mismas miradas cuando las chicas de Hogwarts intentan tener una cita con los gemelos.

Y la verdad es que aquella acción, siempre la hago, es de manera inconsiente, la persona que se sienta a mi lado siempre debe sufrir las consecuencias de Milan Lupin, pues nunca me quedo quieta, y problemente sus brazos terminen pintados, o llenos de pegatinas, o como en este caso, con mi cabeza recargada en su hombro. Lo vi como algo normal.

Yo me encontraba apunto de protestar, pero alguien tocando la puerta me interrumpio, haciendo que las chicas nos miremos entre si.

Las tres asentimos. Hice rapidamente a Harry levantarse, tome su mano y lo lleve hacia el armario, empujandolo dentro de este. Hermione por su lado, levanto a Ron de un tiron brusco, y a puros empujones, hizo que este se escondiera de bajo de la cama. Ginny, se oculto de inmediato de bajo de las sabanas, simulando estar dormida.

Una vez los chicos escondidos, me acerqué a la puerta, abriendola un poco y dandome con la sorpresa que era Haley, quien metió su cabeza por la puerta y dijo:

─ Te la robo Hermione, no la esperes despierta. 

Luego, la rubia practicamente empezó a tirar de mi, llevandome por el pasillo hasta llegar a la habitación que mi papá y tío Sirius compartían.

Abrió la puerta y me dió un empujoncito para así entrar.

─ ¡Feliz cumpleaños lobita! ─exclamaron ambos adultos, llegando hasta mi para envolverme en un gran abrazo grupal, a los cuales ya me estaba acostumbrando, los obligare a darme uno siempre en mi cumpleaños.

Y una vez el par de adultos me dio la oportunidad de respirar, Haley se acercó a mi para así felicitarme.

─ Tengo una pregunta ─murmuré, señalando las camas, las cuales estaban unidas, haciendo así una grande ─, ¿desde cuando estan durmiendo así? ¿Algo que decirme? ─enarque una cecja, mirandolos divetida.

─ Los descubrieron, chicos. ─empezó a decir Haley, soltando una suspiro y tratando de aguantar las risas.

─ Muy graciosas ─solto papá, empujandonos hacia la cama ─, queríamos pasar tiempo contigo, porque mañana todos...menos Sirius, iremos a montar guardias.

─ Si, no se preocupen. ─sonreí, mientras nos acomodabamos.

El ambiente era en realidad muy bueno, podía sentir mucha paz y seguridad con ellos tres aquí, además que pude admirar como se llevan demasiado bien. Desde que Haley llego, han sido inseparables, incluso cuando cada uno tiene sus labores dentro de la Orden.

Pero bueno, yo me sentí una niña pequeña muy feliz entre ellos.

─ Es increíble lo rápido que creciste ─murmuró papá con melancolía, viendome desde su posición.

─ Ha sido muy lento. ─refunfuñe con falso enojo, alargando la última palabra para así agregarle dramatismo.

─ Si es cierto...Es muy chaparra, ¿no creen? ─inquirió Haley con burla, mientras seguía jugando con mechones de mi cabello.

─ No te burles de mi sobrina favorita ─acusó tío Sirius, señalandola con el dedo ─, eso solo lo puedo hacer yo.

─ Como a esta hora llegue contigo a la casa de los Potter. ─empezó a decir papá, y basicamente era la historia que me contaba todos los años, siempre.

Él se aparecía en mi habitación a estas horas, y contaba como fue el mejor día de su vida.

Y...tambien se que él siempre omite la parte en la que mi madre nos abandono apenas dió a luz, dejando a papá muy asustado. Él no sabía como hacerse cargo de una bebe, así que lo único que se le ocurrio, es pedirle ayuda a tía Lily, la madre de Harry, que hace poco, había tenido al mencionado, pues nuestros cumpleaños no son muy alejados.

─ James pego un grito al cielo, tan alto que hizo que Harry despertara, y entonces, tu veías la casa hecha un desastre de un momento al otro. Y solo Merlin sabe como Lily pudo cargar a dos bebes y hacerlos dormir.

─ ¿Y yo? ¿Estaba pintada o que? ─se quejó Haley, cruzandose de brazos y mirando a papá muy indignada.

─ Si, y luego llamamos algunos del equipo, entre ellas Haley, que llego con varias cosas, pero tal vez tuvo que traer cadenas en vez de pañales, porque James y Sirius estaban peleando para saber quien sería tu padrino, y despues...

yo me quede dormida en medio de los tres adultos . . .







PARA CUANDO ME DESPERTÉ, ya estaba completamente sola, así que salí de ahí, yendo hacia la habitación que compartía con las chicas, para así poder tomar un poco de ropa y cambiarme. 

Ginny me pregunto, y la verdad no me molestaba tener este tipo de cumplaños, cero convencional, no es que los anteriores hubiera tenido una gran fiesta, no. Basicamente se resumía en que papá y yo pasabamos tiempo juntos, o una vez vino Hermione, y luego juntas fuimos donde los Weasley.

Y aunque este año fue diferente, el hermoso momento que pasamos hoy en la madrugada con mis tíos y papá, quedara grabado en mi mente por el resto de mi vida.

En fin, al llegar con Hermione, me informo que debemos desayunar rápido para luego ir a ayudar con las doxys en el salón. Así que eso hicimos, y media hora después, ya estabamos listas para seguir ayudando con la limpieza.

Sin embargo, por ser mi cumpleaños, pude tener algunos beneficios, como ir con tío Sirius a darle de comer a Buckbeak en vez de ponerme una especie de cubrebocas y ayudar a eliminar a las doxys.

─ Tu Cookie esta encantada en la habitación de mi madre ─comentó él muy contesto─, puede tomar todo lo que quiera, de todas formas algun día quemare ese lugar.

─ Se llama Sookie ─corregí con una sonrisa en rostro ─, y la bandida se ha llevado todas mis joyas a quien sabe donde. Pero no importa, la mayoría de ellas eran regaladas...

La sonrisa se fue de mi rostro, y los recuerdos llegaron a mi.

─ ¿De alguien importante? ─inquirió tío Sirius cuando yo me quede callada, solo acariciando el pelaje del hipogrifo.

─ Era alguien importante, pero ahora ya no. ─murmuré.

─ ¿Quien era ese alguien importante

Me mordí el labios inferior. ─ Un chico de Slytherin, y ahora ya no somos ni amigos.

Solté un suspiro, recordando la manera en la que termino todo, con una pelea de menos de cinco minutos se arruino una relación de largos tres años.

─ No todos los de Slytherin son malos, lobita, algunos solo cargan con el legado familiar, y tienen que seguirlo aunque no les guste...¡Cuantas veces les he dicho que no toquen el timbre! ─exclamó él de pronto ─. Lo siento.

Yo asentí, viendolo irse.

Me senté en el suelo de la habitación, esperando a que mi pequeña mascota se dignara en venir a los brazos de su mamá leona, pero parecía que estaba entretenida con todo lo brillante que había en este lugar.

Tiempo después, me sumergi en mis pensamiento, pero creo que no duro mucho, pues me vi interrumpida por Haley, quien se adentro en la habitación con varias cosas en manos.

─ Lo siento, Milan por no quedarme más tiempo contigo, pero tengo que irme con Emma a nuestros deberes ─me informó, dejando varias cosas en el suelo junto a mi ─. Son cosas que llegaron a tu casa, pasé por ahí y pensé que las quedrías.

Ella dejo un beso en mi frente y se fué rápidamente, haciendose una coleta mientras se perdía entre las sombras del pasillo.

Revise lo que había entre las cosas, lo primero que resalto ante mis ojos fue la carta de Cedric, la iba a leer ya mismo, pero de bajo había una carta más, la cual no tenía remitente, y aquello me causo mucha curiosidad, además, que lucía algo pesada.


Mills, 

Entiendo que te resulte extraña esta carta, pero es tu cumpleaños, no podía evitar saludarte, lo creas o no..olvidalo. Bueno, espero que al contrario de mis intenciones, esto no te cause un trago amargo.

Felices quince años años, chica de los cabellos de oro.

Theodore


Pase las manos por mis mejillas, para después sacar lo que había dentro del sobre, encontrandome con una cadenita, la cual constaba de un dije que podía abrirse y cerrase, de esos que puedes poner un par de fotos dentro.

Solo que este ya tenía todo puesto: en una de sus caras tenía el nombre "Mills" grabado, y en la otra, había una foto mía, la cual él me había tomado cuando estabamos en tercero.

Incluso cuando hemos terminado, sigues buscandome . . .







UN TIEMPO HABÍA PASADO, la señora Weasley nos tuvo trabajando duro por un par de días más, y estuvimos tan ocupados que apenas nos dimos cuenta que ya era miercoles, es decir, mañana Harry tenía que ir a su audiencia en el Ministerio, y queda demás decir que esta completamente nervioso.

─ Si ya no puedo volver a Hogwarts, ¿seguiras siendo mi amiga? ─me preguntó, mientras me veía encerrar a Sookie en el armario.

─ Primero, todo va a salir bien, tengo un buen presentimiento; y segundo, no podrás librarte de mi por nada del mundo. ─dije casi en un tono de amenaza divertida, pues lo hice reír por unos segundos.

Termine de cerrar la puerta del armario.

─ ¡Y te quedas ahí! ─solté en dirección a Sookie, sacandole la lengua a pesar que se que no me podía ver. Luego, giré sobre mis talones, hacia Harry, extendí mi mano y le sonreí ─. Venga, vamos a cenar antes que vengan a llevarnos a puros empujones.

Él se demoro un poco, pero al final tomo mi mano, entrelanzando mis dedos con los suyos mientras nos dirigiamos al comedor.

─ ¿En verdad crees que todo salga bien? ─me preguntó otra vez, pero esta vez con un tono bajo, y podría atreverme a decir que incluso tenía la voz temblorosa ─. Porque tengo miedo, Milan.

─ Es normal el miedo ─le comencé a decir, balanceando nuestras manos mientras avanzabamos ─, es un sentimiento humano. Yo me preocuparía más si no tienes miedo.

Harry asintió, convencido de mis palabras, mientras bajamos las escaleras de la ancestral casa Black.

─ ¿Porque esto? ─inquirió él luego de unos segundos, señalando con su cabeza nuestras manos ─. No...no me molesta, pero, ¿porque?

Yo suspire.

─ Leí en un libro que me regalo Hermione, que muchas veces el contacto humano te ayuda a calmarte, te hace sentir seguro ─me encogí de hombros ─, y vi que lo necesitabas. Desde él almuerzo estas de un lado al otro con nervios y demás. Pensé que era buena idea.

─ Gracias. ─esbozo una sonrisa, parando su caminar al pie de la escalera, soltando el agarre de nuestras manos para girar a verme.

Su mirada conecto de inmediato con la mía, y cuando menos me di cuenta, ambos estabamos a pocos centimetros del otro, tanto que podía sentir su respiración mezclarse con la mía.

Pasaron mil y unas cosas en ese tiempo, mi corazón dio un vuelco, y parecía que pronto se saldría de mi pecho de seguiamos así. La tensión se sentía, pero ninguno de los dos sabía como seguir...al menos no consientemente. Pues puedo asegurar que nuestros corazones sabían perfectamente que pasaría, o que queríamos que pase.

─ ¡Chicos, a cenar! ¡La comida de enfría!

si tan solo no nos hubieran interrumpido . . .

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