07
YU MIRABA SU TELÉFONO Y SU ARMARIO, CUESTIONANDO SI SUS OPCIONES ERAN DEMASIADO O SI ERAN MUY POCO, SOBRE TODO PORQUE hace años no tenía una salida fuera de las típicas actividades que Shun solía organizar como grupo para comer o simplemente distraerse de las pantallas.
—Creo que deberías dejarte eso—Snake comentó desde la puerta de la habitación bebiendo de una humeante taza de café— sobre todo porque el verde se te ve bien.
—No seas ridículo—comentó mientras que pasaba una mano por su cabello— ¿estás seguro que no es muy simple?
—¿Quieres ir demasiado producida?, no creo que sea razonable que tú te hayas arreglado demasiado y el simplemente usa unos jeans y una playera con un gato—se encogió de hombros— además, así estas bien, estás lo que se define por "casual".
—Bien bien...—suspiró mirándose al espejo— ¿crees que deba...
—¿No crees que estás exagerando demasiado?—el chico entró a la habitación, dejando la taza sobre el escritorio para sentarse en la silla frente esté— es solo una salida a comer.
La chica infló sus mejillas en un intento de pucherito y suspiró, acomodando el suéter y tomó una bolsa café para meter lo necesario ahí dentro.
—¿Y a dónde irán?
—No lo sé, solo se que viene a las siete y quedan veinte minutos...—respondió soltando un suspiro para voltear a ver a su amigo— ¿qué debo hacer?—llevó sus manos a su cintura del nerviosismo.
—Usa maquillaje natural—respondió mientras se ponía de pie para acercarse a su amiga— siéntate en la silla y déjamelo a mí.
—Snake...—le miró y el chico sonrió inocente— si la cagas no tendré tiempo de arreglarlo.
—Confía en mí—tomó una paleta y una brocha— y si no sale bien, te prometo que voy a pagar todos tus gastos por un mes.
—¿A qué te refieres con eso?—se sentó para verlo acercarse.
—Si quieres una bolsa prada o un chocolate, lo compraré— se explicó, posando la brocha sobre una sombra de tonalidad vino.
Miró a su amiga y sus manos, dudando si sabotear por escasos segundos la salida por meros pensamientos intrusivos, sin embargo, decidió hacer las cosas bien, porque un mero capricho suyo no podía arruinar la felicidad de su amiga.
CHENG ESPERABA PACIENTEMENTE JUGANDO CON SU CELULAR MIENTRAS QUE MIRABA SU CELULAR, apenas diez minutos faltaban para las siete y estaba un poco inquieto, sobre todo porque según Gordito y Smiling había exagerado al vestirse demasiado "bien" pero no tenía tiempo para cambiarse, sobre todo porque había recurrido a la insistente ayuda de Gato para poder verse bien.
Si Cheng
Pecesita, ¿ya estás lista?
Pecesita <3
Si (๑╹ω╹๑ ) ¿y tu?
Si Cheng
Si :)
Pero no lo estaba, sobre todo porque realmente la moral le había caído junto a las dudas de si valía la pena engatusar a una mujer para mantener la posición de ZGDX junto al ego masculino que conllevaba ser un jugador, porque lamentablemente y de manera inconsciente le jugaba demasiado en contra.
—Bien... es solo una comida—se recordó estacionando fuera, mirando el reloj de su muñeca, indicando las siete en punto.
Antes de siquiera tomar su teléfono, la vio salir mientras que los otro cuatro la seguían como bebés patito para asegurarse de que todo saliera bien y sonrió bajando del auto para recibirla.
—Buenas tardes—saludó acercándose.
—Tienes hasta las diez jovencito—Nobleman dijo mirando su muñeca desnuda, simulando ver un reloj.
—Está bromeando—Dino sonrió golpeándolo en la espalda con algo de fuerza— pero si puedes traerla antes de la media noche, estaría perfecto.
—Diviértanse—Midnight levantó sus pulgares— y coman delicioso.
—No olvides avisarnos cuando llegues y cuando vuelvas—Snake pidió y luego miro a Chessman— cuídala.
—Creo que ya es demasiado—hizo una mueca la chica— no va a pasar nada y tampoco tengo doce años, ahora, largo.
—Adiós—los cuatro agitaron sus manos y hablaron a coro mientras se alejaban, quedándose frente a la puerta fingiendo hablar simplemente para espiar.
—Aveces no son tan molestos...—comentó riéndose la chica.
—Es comprensible, yo también sería así de duro si alguien quisiera salir con la mid de mi equipo—se encogió de hombros— ¿estás lista?
—Mmm... creo que podemos cuidarnos solas—murmuró y asintió— si, ¿a dónde iremos?
Y ambos se acercaron a la puerta del copiloto, donde rozaron sus manos para abrir la puerta, haciéndolos reír.
—Lo siento, ¿ibas a abrirla?
—Bueno, mi madre me ha enseñado que cuando invite a una señorita a salir, debo abrir la puerta—se excusó.
—Oh, creía que esos chicos solo pertenecían a las comedias románticas —bromeó mientras ladeaba la cabeza.
—¿Con qué tipo de hombres te relacionas?—preguntó confundido y ella apuntó a sus espaldas, aguantando la risa— ¿nadie te abre la puerta?
—Créeme que en los ciberdeportes, eres el único que abre la puerta—palmeó su hombro y llevó sus brazos a sus espaldas.
LA CAFETERÍA DE PERRITOS HIZO QUE LA MIRADA DE YU SE ILUMINARA COMO DOS faroles, sobre todo cuando Cheng estacionó y le comentó que estaba lleno de cachorros.
—¿Te gustan los perros?—preguntó quitándose el cinturón de seguridad.
—Realmente me gustan los peces—admitió mientras que la imitaba, mirándola después— pero si, los prefiero más que a los gatos, ¿y tu?
—Oh, a mi me gustan mucho los animales—se sinceró— aunque me aterran los gansos—y soltó una risa al notar una mueca en la cara de Chessman— es broma, ¿por qué me aterraría un ganso?
—Bueno, eres una caja de sopresas, pecesita—sonrió mientras acomodaba un mechón tras su oreja que se había colado en su rostro— si me dices que los unicornios son azules, lo creeré.
La pelinegra tragó saliva mientras su corazón latía con rapidez, sintiéndose levemente nerviosa.—¿Deberíamos entrar, no?
—Es cierto, la reserva es a las ocho y faltan siete minutos—revisó su celular para ver la hora— espera aquí.
Cheng bajó del auto mientras que guardaba el celular en su bolsillo del pantalón para rodear el auto y abrir la puerta, ofreciéndole su mano— ¿vamos?
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