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[Capítulo 3]


Las estrepitosas carcajadas embargaban la habitación del omega, ambos aromas se  mezclaban formando el aura hogareño. Un aura que por cierto tiempo Min Yoongi ha extrañado, y ahora estaba agradecido porque por fin su espalda estaba destensada y sus sonrisas eran completamente genuinas.

—¡Te  lo aseguro! —Jimin gritaba por lo contento que estaba al redactar su anécdota.  

Yoongi sonreía y tapaba su boca o estaría escupiendo su bocado de agua. Trago con fuerza  el agua y por fin dejó salir la carcajada qué opresaba su garganta.

—Fue un momento muy vergonzoso. —Jimin volvió a beber un poco de su limonada negando con diversión.

—Trágico, diría yo. —Yoongi pescó otro pedazo de pollo y lo metió a su boca. Park se apuro en beber y alzó sus manos negando, mientras se removió para unir sus rodillas y volver acomodarse un poco más cerca del omega qué no notó su movimiento.

—No me juzgues. Yo de verdad pensé que me invitaría a bailar, pero solo quería su chaqueta. Él era mi amor platónico. —explicó.

—¿Y que pasó con él? —Yoongi sintió esa curiosidad de saber. 

—Se convirtió en mi mejor amigo. Ya esta casado. —alzó sus hombros sin tomar importancia. 

—¿Y... tu?— preguntó tanteado el omega. 

—Divorciado — respondió al mismo tiempo que rasco su cabeza—. Las cosas no funcionaron. Él se cansó de tanta presión social y me dijo que su amor no era tan grande como para soportar la pesadez de mi familia. No lo juzgo, nadie está preparado para entablar relaciones cercanas con la mayoría de mi seres querido. —Yoongi captó la ironía en sus frase final.

—Suena algo complicado. —Sin embargo, no quiso opinar más al respecto.

—Lo fue — el alfa sonrió de lado—. Al menos no se casó conmigo solo por mi dinero. No es fácil ser casado. 

Yoongi suspiró y acuno su cara entre sus palmas de las manos desviando su mirar a la pared adornada de relives dorados y papel tapiz rojizo. 

—Claro que no lo es. — le confirmó al igual que acompañó al sus piro del alfa. 

—Debe estar muy feliz tu alfa por el bebé. — El alfa deseaba urgar un poco.

Yoongi regreso su mirar al alfa y le sonrió. Hablar de su matrimonio fallido le daba solo un poc de vergüenza, pero tan sería inútil contradecirlo cuando fue el alfa quien lo ha salvado de estar en las calles.

Pero aun así, no sabía si era su amor o por el hecho de que no quiere más lastima.

—Sí. Ella esta muy complacida con la noticia. Pero se la pasa mas en la oficina que con nosotros. No pasa nada de todas formas, el lazo me hace saber que nos quiere bastante. — claro que mintió. 

—¿Entonces por que estabas solo? —Jimin no pudo evitar preguntar.

Lo que no sabía era que el omega estaba tan acostumbrado a ocultar lo miserable que es estar casado con un fantasma. Las llamadas con sus padres y su amigo eran la experiencia de los engaños. 

—Sali con un amigo y no pensé que fuera a llover, y por tonto dejé mis pertenecías en su auto. — continuo mintiendo.

—Pero tu amigo no tuvo la iniciativa de regresarte tus cosas. Deber ser un enemigo en realidad. —Jimin no tenía ni un pelo de tonto, pero respetaba ciertas líneas.

—No, de verdad es un buen amigo, pero tiene una vida muy ocupada y no pude siquiera avisarle de mis cosas; mi celular estaba en el bolso. 

Jimin lo miró fijo, sin desviar, ni parpadear su ojos de la cara del omega. Yoongi se incomodó al instante. 

—No te notas como un omega extremo que vive la vida al segundo —Jimin le sonrió comprensivo—. Salir sin nada en plena lluvia, debe ser la experiencia al rojo vivo. 

—¿Acaso me estas estudiando? —Yoongi cambió el tema, alzando su ceja y mostrando una sonrisa ironica.

—Trató, pero se me complica con tan lindas facciones. —lo halagó el alfa. 

—Soy casado. No deberías decirme eso. —el omega se sonrojó por completo.

—Sí, perdóname —se disculpó Jimin y fue cuando se alejó —. Estoy siendo muy osado. 

El omega volteo hacia el reloj y se dio cuenta de que ya era de madrugada. La lluvia había estado parando en ratos, pero de nuevo esta se escuchaba por el ventanal de la habitación y el reflejo de los truenos.  

—Te ayudo a recoger las cosas. —Jimin comenzó a recoger la mesita de en medio y el ambiente se fue despegando de aquella comodidad. 

—Jimin... —Yoongi lo llamó al mirarlo desde abajo, pues el alfa ya se ha levantado— Gracias por hacerme compañía. Saber que por un momento fui escuchado, no sabes cuanto me alivia. 

Jimin dejó de nuevo las cosas en la mesita y se arrodilló quedando de frente a él. Min solo lo seguía con la mirada.

—Eres muy bonito para que estes solito. Pero a partir de ahora encontraste quien te corresponda a cualquier queja. —Jimin acarició su mejilla y Yoongi cerró sus ojos. — Amo rodearme de personas que siempre tienen algo que contar y estoy seguro que escuchar tus días tras días, es algo muy atractivo e interesante.

Min estaba paralizado, no por miedo ni tampoco por sensible, era efecto de comprensión a estar atado a un recuerdo y al "que hubiera pasado" y por primera vez aspiro el aroma del alfa.

Ambos parecían acorralados en un tiempo de muchos segundos, pero serían tan cortos a un minuto. 

El alfa se paró o haría que Yoongi faltara a su matrimonio, aunque tenga la corazonada de ser un omega infeliz. 

—Trata de dormir, estas a salvo  aquí.

El omega asintió y el alfa continuo caminado por la habitación hasta dejar todo organizado y a gusto de él.

—Gracias, Park Jimin. —agradeció antes de que el alfa saliera de la puerta a lo que Jimin solo se inclino y cerró la puerta.

Pero nunca imagino una sola cosa, al pasar su manos por su vientre cubierto por la bata, lo acariciaba de lado a lado sintiendo que la ternura y a su vez la emoción de ser un padre.

—Nunca serás cómplice de la soledad, mi amor.



[...]

Los golpes incesantes  en la puerta despertaron con prisa a Jimin. Los golpeteos huecos de sus pies descalzos contra el piso  fueron apresurados como el de su corazón. 

"Todo va bien"

Él abrió su puerta sin pensarlo y detuvó entre sus brazos al omega que era su vecino. Yoongi se dejó caer completamente débil y adolorido de todo su cuerpo, colgandose de la parte de atras del cuello hasta engancharse para sotenerse.

—¡Yoongi! ¡¿Qué ha pasado?! —Jimin mas que alarmado se dejó caer al piso con el omega— ¡Yoongi, por la luna! — pegó una vez en su mejilla de manera leve y luchó por mirarlo con las penumbras de la luz, hasta levantarlo de nuevo — Todo va a estar bien lindo omega, tranquilo. 

El alfa temía por él; lo llevó hasta su cama y lo acostó con cuidado. El omega estaba sudando y se quejaba adolorido de su cuello, su mano jamás la quitó solo siguió abrazando a Yoongi por la espalda. 

Su aroma agrio, áspero y pesadamente nauseabundo  invadía en feromonas, pero Jimin nunca tapó su nariz. Al contrario, respiraba su cabeza con la esperanza de que el sufrimiento del omega pasara mientras la ambulancia llegara. 

—Yo la amaba... —habló bajo, gimiendo adolorido— Me enamoré pensado que era mi todo...

Lagrimas fluian tanto que se escurrían por la cara del omega y llegar a humedecer la almohada.    

—Shh, shh —lo callaba el alfa— No te esfuerces, no hagas fuerza en hablar... 

—Voy a perderla..., tengo miedo de perder a mi bebé —apretó su vientre— Lo único que me ha mantenido feliz, también me lo quitará.  

—No lo vas a perder... —Jimin sentía que sus brazos no servían de nada. El cuerpo de Yoongi se  debilitaba conforme a la espera— Mantente consciente, omega... vamos no te rindas.

La tristeza dio ese cambio brusco  a los aromas. Y fue en aquel momento cuando Jimin tapó su nariz, odiaba olfatear la tristeza a su alrededor. Yoongi que cada vez perdía la cordura, pero nunca soltó su vientre.

—Vamos Yoongi, mantente aquí conmigo. No me dejes. —Jimin le rogaba tal como si su vida dependiera de ello. 

Y aunque solo fueron unas horas de conocerse, perecía una eternidad en cuanto lo estaba deseando verlo dichoso. 

—No permitas que me dejen con vida si mi cachorra  muere... —Yoongi no dejaba de llorar y con su débil mano apretó el agarre que mantuvo el alfa en su vientre. —Sí ella mure, deja que me vaya también...

El omega empezó a balbucear. 

—Ambos la cuidaremos... nadie morirá —Jimin se dejó llevar por sus lagrimas en desesperación.

Min Yoongi sonrió por la seguridad de sus palabras. Porque aunque fuera un corto rato, agradecía regresar a lo que era su vida antes de saber de la alfa.









...

ALICIELITO.

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