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dos en el reencuentro.

Nov 22, 1985.
9:13AM.

Jungkook desayunaba solo en la cafetería de su localidad.
Resolvía el crucigrama del periódico, tenía sus gafas colocadas, sólo las usaba para leer, no en su día a día.

—ahí cabe “crepa”.—  señalaron el papel frente a él.

Levantó la vista y era Bratt, con una sonrisa.

—dudo honestamente que “crepa” sea la capital de Canadá.— respondió con risas.

—da igual, ¿cómo te sientes?— él dijo emocionado.

—¿sobre qué? — Jungkook guardó el periódico en su mochila.

—sobre tu graduación, Doctor.—

—oh.— sonrió y rio despacio. —bien, aunque estoy considerando fuertemente hacer una especialidad en neurología o tal vez cardiologia.—

—¿no te bastó de escuela Jungkook? Serían cinco años más.— levantó las cejas.

—¿tengo algo mejor que hacer?— se quitó las gafas al hablar.

—conseguir novia.— se recargo en su asiento frete a Jungkook. —vamos, no somos los mismos niños de preparatoria.—

Jungkook soltó la risa. —Bratt, tengo 23 años, no tengo prisa.—

—yo sí, quiero sobrinos, mis hijos tienen que tener con quién jugar.— levantó las manos.

—¿embarazaste a Symone?— Jungkook ni siquiera se mostró sorprendido.

—no.— asustado. —digo, gracias a Dios aún no.— miro al cielo.

Jungkook sonrió. —entonces déjame ir a mi tiempo.—

—claro, sólo que yo creí que terminarías casándote con
Linda.— Bratt dijo mientras levantaba la mano para llamar a la mesera.

Linda es la ex novia de Jungkook, habían terminado apenas hace un mes, después de una relación de un año.

Jungkook movió la cabeza de un lado a otro con una sonrisa.

—un jugo fresco de naranja por favor.— es lo que Bratt ordenó.

—eres bastante entrometido.— Jungkook dijo en cuanto la mesera se marchó.

—soy tu mejor amigo, eso tengo que hacer.— Bratt tomó un pedazo de la mitad del sandwich que Jeon no se terminó.

—lo sé, come rápido, mi turno en el hospital comenzará en una hora.— le puso su plato enfrente.

4:50PM

Jungkook estaba en el área de internos, comiendo con su equpo de trabajo. Algunos ya eran doctores y otros estaban en servicio como Jeon.

Entró uno de los doctores encargados.

—Jeon, Presley, se acabó su tiempo diriganse a urgencias.—

Tenían 15 minutos de haber empezado su descanso.

Y una doctora habló. —apenas comenzó su hora.—

—está bien, dejemos morir pacientes, coman tranquilos.— el doctor habló serio.

—no hay problema, terminé de comer.— Presley respondió mientras tiraba la bolsa de su emparedado a la basura.

Jungkook guardó su pasta y también se paró, ambos fueron caminando a urgencias juntos.

—¿terminaste de comer?— Ella le preguntó.

—no, pero no importa, no tengo hambre hoy y sólo haremos guardia.— él respondió.

—¡Menor, 12 años, Varon, vía respiratoria obstruida!— se escucharon las indicaciones del paramedico quien metía al mencionado en una camilla.

Enseguida Jungkook preguntó. —¿qué se le atoro?—

—un dulce, no tan pequeño.— el paramedico se apartó.

Ella empezó a colocar la bomba del respirador en la nariz del niño. Pero no reaccionó bien a ella.

Lo conectaron. Los signos vitales del niño empezaron a bajar.

Jungkook tomó un bisturí y un tubo, lo empezó a cortar.

—se está ahogando, ¡llamen a un doctor principal!— ella. —no, no, no, Jungkook ¿qué haces?— mirando cómo se acercaba a él.

—una traqueotomía, no tenemos tiempo.— Jungkook se puso el cubrebocas.

—le vas a abrir la garganta al niño, no estás autorizado para eso.—  ella lo miró fijamente.

Pero a él no le importo, estiró el rostro del pequeño y marcó donde abriría.

—iré por un doctor.— ella iba a irse pero la voz de Jungkook la detuvo.

—te necesito aquí, si comienza a sangrar demasiado me ayudarás a controlarlo.—

Ella conectó miradas con él un segundo y lo aceptó. —si me castigan por tu culpa, Jeon.— amenazó mientras se colocó el cubrebocas.

Jungkook cortó y enseguida metió el tubo. Los guantes ya se habían llenado de sangre y estaban esperando reacción.

Poco a poco empezó a repirar por ahí y los signos subieron.

Ambos suspiraron.

—gracias Linda.— Jungkook dijo quitándose el cubrebocas.

—bien hecho, Jeon.— ella haciendo lo mismo.

—¿debería castigarlos?— El doctor encargado llegando a la camilla.

Ambos se quedaron callados con los ojos bien abiertos, mirándolo.

—prefiero felicitarlos, ésto es lo que hace un verdadero doctor, ahora le salvaron la vida al niño y le compraron más tiempo para poder quitar lo que obstruye, ahora retirense, terminaré el trabajo yo.— el doctor entró.

Ellos salieron.

7:03PM.

Jungkook salió del turno y se dirigió a casa.

Su padre aún no llegaba del trabajo así que él tomó una ducha mientras dejó agua hirviendo.

Preparó pasta alfredo, para cenar con él. Después de todo se habían vuelto muy cercanos, su padre siempre ha sido comprensivo y lo ha apoyado en todo lo que él desea hacer.

Su padre llegó y parecía tener mucha prisa pues aventó su maletin al sofa y comenzó a desabrocharse la corbata. —¡Jungkook! ¡Qué bueno que ya te bañaste!—

—¿por qué? ¿haremos algo hoy? Preparé la cena.— apagó el fuego, estaba lista.

—eso desayunaremos, hoy cenaremos con los Kim y vamos algo tarde, ponte traje.— el señor miró su reloj.

Jungkook se sorprendió tenían un par de meses sin ir a cenar con la familia.

Ambos subieron, su padre se baño y él se colocó su traje negro, decidió ponerse corbata tono vino tinto, se puso su reloj plata y acomodó bien los cordones de su zapato.

—¿estás listo? — su padre entró a su habitación.

—sí, pero veo que tú no.— dijo entre risas al ver el cabello de su padre, se lo acomodó.

—¿por qué estás tan entusiasmado?— Jungkook curioso.

—hijo, sabíamos hace días pero nadie te dijo nada, hasta éste momento.— lo miró fijamente y sujetó sus hombros. —hoy regresa Taehyung.—

Jungkook sintió en su estómago una mezcla extraña de emoción, confusión, nerviosismo y todas las demás emociones pero de su boca sólo salió un simple. —que bien.—

Inclusive su papá se extrañó de esa reacción, esperaba más pero sin cuestionar se puso su saco y bajaron hacia la casa de los vecinos.

••

Jungkook estaba sentado en la sala de los Kim, habían bastantes personas. Digo, no esperaba que fueran sólo ellos dos, sus manos sudaban y no lo entendía.

Podía escuchar a su corazón latir cada vez más rápido. No veía caras conocidas, su padre estaba con los padres de Taehyung en la cocina, mientras que él y todos los demás conocidos de los Kim estaban en la sala.

Y como de película, de las escaleras bajó Taehyung.

Jungkook se paró y se puso a la orilla del final de las escaleras.

No había cambiado mucho desde ese entonces. Cabello risado, ojos atigrados feroces, de una buena altura, su cintura bien marcada con ese delicado traje negro, no llevaba corbata y sus labios llevaban esa linda sonrisa, idéntica a como Jungkook la dejó de ver.

Parecía que nada había cambiado en él, ni una sola cosa, los años tampoco pasaron.

Jungkook se sintió abrumado, daba pasos hacia atrás cada vez más, apenado.

Taehyung al fin bajó y saludo a los amigos y amigas de sus padres.

Jeon lo vio tan distraído y alegre que sólo pudo apartarse y caminar a la cocina.

—¡Jungkook! Hijo, saluda.— su padre al verlo.

Jeon saludó a los padres de Taehyung, con sonrisas y apretones de mano.

—perdón por no haberte dicho nada, queríamos que fuese una sorpresa.— la señora Kim dijo.

—sí que lo fue, pero me da gusto que haya vuelto a casa.— Jungkook respondió nervioso mientras servía un poco de agua natural en su vaso.

—¿y ya lo saludaste?— el señor Kim habló.

—por lástima no, huyó antes de que pudiese decir “hola, te eché de menos”.— entró diciendo Taehyung, mientras caminó a Jungkook y terminó diciéndolo mientras lo veía a los ojos.

Jeon se sintió avergonzado, lo vio correr de ahí.

Taehyung rompió la tensión cuando lo abrazó por arriba de los hombros fuertemente.

Jungkook correspondió suavemente el abrazo. Estaba al borde de templar.

—ven, vamos al patio, estoy abrumado de tanta gente.— el menor de los Kim dijo mientras se separaba.

—Kim Taehyung acabas de llegar y estas personas están aquí para verte, no puedes esconderte.— su madre tocando su cadera.

—serán sólo unos minutos.— Taehyung sujetó de los hombros a Jungkook sacándolo hacia el patio.

Estaban solos ahí.

—¿no piensas saludarme?— Taehyung con su bonita sonrisa.

—sí, claro, ¿cómo estás?— Jungkook balbuceo mientras sólo pensaba en lo último que le dijo a Taehyung hace cinco años.

—bien, espero que tú también.— respondió con una sonrisa coqueta.

—sí.— Jungkook al verlo sonrió también.

—¡OH!— sorprendido. —¿dónde están tus brackets Jeon?— tocó su cara.

—no los tengo desde hace un año.— apenado por el toque.

—quedaron perfectos, hay muchas cosas en ti distintas.— lo soltó. —pero no hagamos ésto incómodo, platicame cómo ha sido todo.— caminó a sentarse en una banca, con comodidad.

Jungkook no pudo retener más esa pregunta que se hizo todo éste tiempo, la cuál no tenía respuesta aún y no lo dejaba tranquilo. Antes de ir a sentarse con él habló; —¿por qué no me dijiste que te irías?— serio.

—Jungkook, te dije no quería que esto fuese incómodo ... — suspiró y le pidió con su mano tomar asiento a su lado. —no pude decírtelo, éramos tan unidos y sabía que sería triste, quise evitar el mal momento.— dijo mientras Jeon estaba sentado a su lado.

—yo te hubiese entendido.— Jungkook respondió.

—no dije que no lo hicieras, pero yo no soportaría tanto.— Taehyung agachó la vista.

Jungkook quería reprocharle en cierto modo, pero no pudo. Se apiado de él, no lo podía evitar. —sólo no lo vuelvas a hacer eh.— dijo chocando su hombro con el de él.

Taehyung rio. —te lo prometo.—

Jungkook sonrió de vuelta. —así que ya eres todo un fotógrafo, ¿cierto? —

—sí y tú eres el gran Doctor Jeon, mi madre me lo dijo, me da gusto, eres brillante.— tocó la rodilla de él suavemente.

Jungkook miró su mano, su delicada mano en su rodilla, suspiró. —se siente bien tenerte de vuelta.—

Taehyung sonrió. —también te extrañé.— sin quitar su mano.

Abrieron la puerta de la cocina y era el señor Kim, observó la mano de su hijo en la rodilla de Jungkook y no fue del todo su agrado. —¡Taehyung, ya ven aquí!— gritó serio.

Jungkook se quedó ahí sentado y el chico se levantó yendo hacia donde su padre ordenó, lo jaló del brazo un poco hacia adentro y cerró la puerta.

Jungkook miró al cielo y suspiró.

No pudieron verse más, entretenían a Taehyung en pláticas absurdas y aburridas sobre su viaje las amigas de su madre y ni hablar de la horrorosa charla con los colegas de su padre.

Jungkook y el señor Jeon se marcharon rápido a su casa, estaban cansados de su jornada laboral ambos.

Ya mañana sería el día de verse, al fin de cuentas Taehyung ya estaba aquí y había prometido jamás irse.

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