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Reconciliación.



PARTE 3 - FINAL


Levantó la mirada del aquel hombre y lo besó. En toda su vida nadie había confiado en él, como Erwin lo hacía, nadie lo había amado como Erwin lo hacía. No había nadie más a quien Levi quisiera entregar su corazón más que a Erwin.

—Lo siento Erwin...— decía Levi mientras marcaba cada disculpa con un beso —lo siento Erwin—

El rubio solo alzó la mirada.

—No Levi. Ya no te disculpes... te amo, te amo solo a ti...— dijo y se apoderó de aquella boquita.

Levi se quitó el abrigo y también se quitó la pañoleta de su cuello, para luego quitar la chaqueta de Erwin y quitarle también el colgante, para seguir con la camisa y comenzar a repartir besos por todo el torso del mayor.

Erwin se puso de pie, junto a Levi, y besando su boca, fue hasta la puerta donde puso el seguro y así evitar una posible interrupción.

Sin dejar de besarse, fueron desprendiéndose de sus ropas, las manos de ambos iban recorriendo la anatomía del otro, reconociéndose, sintiéndose.

Levi tomando la iniciativa, era novedoso y sorprendente, y a Erwin le estaba gustando que Levi fuera quien diera pie para devorarlo.

—Las cortinas no están echadas...— susurró Levi en los labios del rubio — nos verán...—

—No me importa... que todos vean cómo te hago mío...—

Sus ropas iban quedando esparcidas por toda la oficina, a medida que iban quitándosela.

—Eres un bastardo pervertido...— susurró durante un seguido en que separaron sus bocas para respirar — pero me encanta que lo seas...—

Entonces Erwin acomodó el abrigo que yacía cerca de ellos, y lo usó como manta, para encimarse sobre Levi.

Su mirada ahora era tierna, y con dejó de tristeza.

—Te amo Levi... a menos que muera, no hay otra forma en que deje de amarte—

Las palabras de Erwin solo hacían que Levi se sintiera aún peor, había hecho una escena cuando todo solo era rumores de gente mal intencionadas, que no eran felices ni dejaban a los demás serlo.

—Lo siento...— volvió a disculparse Levi.

Erwin lo calló con sus besos, que iban desde su boca hasta su cuello y bajando por su torso pálido, y marcado solo por el sistema de correas.

Erwin apoyado en una de sus manos para soportar su peso, llevaba la otra hasta el pantalón abierto del joven, para introducirla dentro y encontrarse con un miembro duro y erecto, que luchaba por ser liberado de la prisión de tela en la que estaba.

—Erwin...— susurró Levi al sentir la enorme mano de su superior entre sus piernas­.

Erwin se deleitaba con las expresiones que Levi le mostraba.

Dirigió su boca hasta el cuello del menor, la que empezó a devorar, lamiendo y besando...

La situación se volteó, cuando Levi, giró con Erwin quedando él sobre el rubio.

—Levi...—

—Cállate...—

Tomó las manos de Erwin, y las llevó hasta sus piernas, guiándolas desde ellas hasta su trasero, mientras él, frotaba su hombría contra la del rubio, quien emitía leves gemidos a tan placentero roce.

—Levi...— gimió otra vez Erwin, mientras sus grandes manos, estrujaban suavemente el trasero de Levi.

El pantalón del moreno, fue arrancado sin miramientos por Erwin, quedando ahora Levi desnudo sobre él, y quién volvía a arremeter contra Erwin.

—Tengo hambre...— susurró Levi — voy a comer— añadió mientras descendía por el cuello y torso de Erwin, hasta llegar hasta su miembro.

Erwin desde su posición, observaba. Estaba volviéndose loco. Que Levi tomara la iniciativa... estaba excitando al rubio.

Su miembro también retenido por su ropa, se sacudía violentamente, también luchando por poder liberarse.

Erwin se sentó cuando Levi, llegó hasta su miembro liberándolo al fin de su cárcel.

Levi, mirando hacia arriba, empezó a engullir aquel miembro primero lamiendo la punta, para luego introducirlo en su totalidad en su boca.

Erwin apoyado en sus brazos para no derrumbarse sobre el piso, levantaba su cabeza hacia el techo cerrando los ojos, Levi estaba engullendo todo sin piedad, y Erwin estaba sintiendo que se correría antes si quiera de poner su miembro en el interior de Levi.

—Levi... ah...— Erwin apretaba sus manos, y su cuerpo sufría de leves espasmos, lo que hacia que sus piernas también quisieran cerrarse —Levi... voy a cor...—

No alcanzó a terminar la frase, cuando Erwin tensaba todo su cuerpo, al sentir como su miembro llenaba a Levi de su esencia.

—Estoy disculpándome contigo Erwin...— dijo Levi, apartándose del miembro de Erwin y limpiando la comisura de su boca.

Levi continuó jugando con el miembro erecto de Erwin y este, terminó de limpiar esa boquita que estaba muriéndose por besar.

Cuando al fin pudo alcanzarla, las cosas volvieron a voltearse.

—Eso estuvo realmente increíble Levi... sueles dejar todo en mis manos cuando se trata de hacerte el amor—

—No digas estupideces— contestaba Levi mirando desde abajo a Erwin —bésame— añadió y jalo del colgante que Erwin llevaba colgado de su cuello.

La lengua de ambos se encarnizaba en una furiosa batalla por controlar la cavidad contraria.

El sonido de sus besos inundaba la oficina, y era acompañado por el jadeo y la difícil respiración de ambos.

—Ya no puedo esperar...— dijo Erwin mientras levantaba las piernas de Levi — no creas que solo tu tienes hambre... yo también estoy famélico—

Su mirada fue a parar al miembro de Levi que estaba tan duro como el de su novio.

—Quiero degustar de esto— añadió y se lanzó hasta aquel miembro que solicitaba atención.

Levi al igual que Erwin, gemía sin escrúpulos, repitiendo una y otra vez el nombre del hombre que devoraba su hombría entre sus piernas.

Al tiempo que Erwin saboreaba de Levi, sus dedos iban jugando y preparando ese pequeño agujero que Erwin amaba tanto profanar.

Introdujo un dedo mientras seguía engullendo hasta el tope el miembro de Levi.

No solo introducía sus dedos en el joven, sino que también jugaba con los testículos del menor, el que se retorcía del placer, tanto, que el joven debió de correrse unas dos veces al menos.

Levi estaba sobre el abrigo, estremeciéndose por las estimulaciones de Erwin, el que no se detenía en absoluto.

—Necesito poseerte Levi, ya no puedo seguir aguantando... necesito entrar en ti—

Sus palabras iban acompaña de besos por todo el delgado cuerpo de su subordinado, para terminar, comiéndose la boca de Levi.

Sus dedos, entraban y salía, aflojando aquella zona, haciendo movimientos circulares y de tijeras para repetir una y otra vez la acción.

—Desearía llevarte a nuestra habitación y tomarte allí, pero no soy capaz de resistir tanto...—

Tras dilatar aquella zona, Erwin quitó sus dedos, robando un gemido de placer por parte de Levi, para separar las piernas del joven y posicionarse entre ellas para penetrarlo al fin.

Erwin tomó su miembro entre sus manos y puso la punta en esa entrada, y poco a poco empezó a entrar.

—Demonios...—

—Ven aquí...— susurró Levi, y mientras Erwin entraba, se inclinó para alcanzar la boca de Levi,

Pero Levi se separaba de él de vez en cuando, cuando su cuerpo intentaba acoplarse a la intromisión.

—¿Duele? — preguntó al notar que Levi mostraba expresiones de dolor algunas veces.

—¿En serio esa cosa es un pene? — preguntó Levi y Erwin se detuvo un segundo antes de seguir.

—Mi pene, no es un monstruo si es lo que te preocupa— sonrió, hasta le pareció divertido el hecho de que Levi dijera eso sobre su hombría.

—Pues esa cosa que llamas pene, es enorme...— dijo y besó a Erwin — puedo soportarlo, continua por favor—

Erwin nuevamente sonrió y hasta soltó una suave risita.

—No es que sea más grande, eres tú quien se ha estrechado.... Tendré que hacerme cargo de eso... de habituar ese trasero tuyo, a que se acostumbre a mi—

—¡Idiota! — susurró y sonrió, para finalmente besar a Erwin otra vez.

Erwin, continuó entrando en Levi, las expresiones de Levi, cambiaban a media que introducía su miembro...

Tras unos minutos, Erwin al fin introdujo completamente su sexo en Levi.

—Erwin...—

—Ya estoy dentro de ti... estas tan estrecho Levi... sentí que me correría solo con intentar penetrarte—

Levi solo abría y cerraba su boca tratando de recuperarse, per Erwin no daba tregua. Empezó a dar estocadas al inicio, suaves, para que Levi pusiera acostumbrarse.

Los movimientos de cadera, eran lentos pero profundos, y constantes. Pero Levi, empezaba a mover su cadera, buscando más.

—Erwin... — jadeaba — Erwin...—

El mencionado tenía su cabeza escondida entre el cuello y el hombro del menor, pero sin detener las estocadas, miró esos ojitos adormilados que lo habían enamorado, y que lo enamoraban cada día que pasaba.

—Te amo Erwin— decía Levi y Erwin volvía devorar esa boquita de la que constantemente salían groserías.

Las embestidas empezaron a aumentar, sus cuerpos empezaban a inundar la oficina, al igual que los jadeos y gemidos de ambos hombres que estaban inmersos en el placer.

Varias veces cambiaron de posición para disfrutar mejor del acto del sexo, pero para ellos, no solo era sexo, era entregarse a la persona que tanto amaban.

Erwin estaba sentado en la silla de su escritorio, y Levi sobre sus piernas. El menor estaba cubierto por su chaqueta, y se aferraba fuertemente a Erwin.

Ambos, ahora disfrutaban de la compañía del otro. Erwin envolvía en sus brazos ala menor que ahora yacía dormido en ellos.

Besaba su frente, apartaba el cabello sudoroso del rostro del menor, lo estrechaba aun con más fuerza...

Erwin miró el reloj de pared de su oficina.

—04:00 de la madrugada...— luego bajó la vista hacia su novio que dormía plácidamente.

Tras besarlo varias veces más, decidió despertarlo.

—Levi...— le llamó con suavidad —Levi mi amor, despierta...— susurró en el oído del menor.

Removiéndose un poco, Levi abrió sus ojitos y empezó a restregarlos, y parpadear, para enfocar la oficina.

—Tu camisa está sucia, por eso te puse la mía—

Le quedaba larga de las mangas y hasta los muslos de largo.

—Te ves tan adorable llevando mi ropa...— dijo Erwin y besó al pequeño otra vez.

—Será mejor que regresemos a nuestro cuarto... no quiero que nadie sepa lo que ocurre aquí cuando perdemos el control— volvió a besarlo.

Levi y Erwin empezaron a vestirse otra vez, pero Levi, iba vestido con la camisa de su novio.

Medio vestidos, regresaron a la habitación, no sin ates evadir a algunos soldados que hacían sus rondas nocturnas.

Una vez en la habitación, Levi cayó rendido en la cama. Pero a Erwin le sorprendió más el hecho de que Levi ni se preocupara por bañarse, sino que simplemente se desvistió otra vez y se metió en la cama.

Erwin lo siguió. Se metió en la cama y casi de inmediato, Levi se pegaba a él.

—Ya no volvamos a pelear por rumores de mierda...— dijo Levi mientras Erwin besaba su negra melena.

—No pasará otra vez—

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