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―Esto sería más fácil si no apretaras tanto ―gruñó JiMin estirándose para apagar la alarma. Pero la única reacción de YoonGi fue apretar su pecho con la espalda del menor y cerrar el abrazo con fuerza. JiMin resopló con frustración, y él enterró en rostro en la nuca del menor antes de soltarlo.
JiMin no le dirigía la palabra desde hacía dos días, a menos claro, que sea para quejarse de que lo estaba apretando demasiado o para decir que la cena estaba lista, y eso lo estaba volviendo loco, porque no importaba que tanto quisiera disculparse, JiMin lo ignoraba. Ni siquiera había vuelto a besar su mejilla como antes.
El menor se levantó de un salto y comenzó a moverse por la habitación vistiéndose, sin dirigirle la mirada en ningún momento. Él sólo pudo sentarse en la cama y observarlo.
―JiMin-...
―Iré a preparar el desayuno ―interrumpió y salió del cuarto mientras se colocaba una camisa.
Suspiró echando la cabeza hacia atrás, y sin más se levantó y se vistió para salir corriendo detrás del menor.
Cuando llegó a la cocina, JiMin estaba haciendo tostadas y preparando café.
―JiMin ―le llamó nuevamente. El chico sólo suspiró, pero no volteó a verlo ―¿Vas a ignorarme todo el tiempo?
JiMin hizo un sonido de frustración antes de girar y mirarlo furioso.
―¿Qué quieres? ―preguntó el menor exasperado. ―¡Has estado todo el tiempo molestándome desde hace dos días, no entiendo qué demonios es lo que quieres! ―soltó furioso― ¡Ya dijiste lo que querías decir, ¿qué más quieres ahora?!
―¡Hablar contigo! ―expresó soltando su propia frustración― ¡He querido disculparme y lo único que has hecho es ignorarme!
―¡Ya dijiste lo que tenias que decir! ¡Me odias! ¡Lo entendí! ¡Me ha quedado perfectamente claro! ¡No tienes que disculparte!... No quiero que lo hagas ―dijo lo último en susurro, desviando la mirada.
―¡Yo no te odio! ―se quejó con el ceño fruncido, sin poder evitar la desesperación y la confusión en su rostro. ―¿De dónde demonios sacaste eso?
JiMin rió sin gracia y rodó los ojos. ―¿De dónde lo saqué? Por favor, toda la universidad sabe que el misterioso Min YoonGi odia al idiota Park JiMin. Y ha quedado claro con lo de otro día ―gruñó volteándose para sacar el pan de la tostadora. Inmediatamente se acercó a él y tomó su brazo para girarlo y obligarlo mirarlo.
―JiMin, yo no te odio. Jamás he dicho eso, lo de el otro día fue un error ―habló rápidamente, no quería que JiMin volviera a interrumpirlo, quería decirle la verdad correctamente y que todo esto quedará en el olvido y volvieran a su relación como estaba antes de todo ese revuelo. ― Ellos estaban hablando y me desesperé, y en vez de defenderte sólo los incentivé. Fue mi error, lo admito, pero yo no pienso eso de ti, jamás pensé eso de ti. Por el contrario, hasta donde sé, eres tú quien me odia.
Por lo mirada de extrañeza en el rostro de JiMin, pudo decir que algo allí andaba mal, e intuía que ambos habían sido unos idiotas.
―Yo jamás te odié ―dijo JiMin en voz baja, la sorpresa y confusión en su rostro eran casi palpables― Desde que te vi por primera vez en clase, he querido ser tu amigo. Cuando tuvimos aquel debate, en la clase de filosofía, sólo podía pensar en que quería que la hora terminara rápido para poder acercarme a ti y hablar contigo ―confesó en voz baja, aún sin salir de su confusión― Te admiraba, y quería estar cerca de ti, pero tú corrías lejos de mí y luego empecé a escuchar de todo el mundo que te parecía idiota, insoportable y que me odiabas.
Su ceño fruncido se profundizó escuchando aquello y miró aturdido a los ojos igualmente confundidos de JiMin.
―Yo jamás dije eso. También quería ser tu amigo, pero era demasiado tímido para acercarme por mi cuenta, y luego los rumores y-... ―se detuvo cuando se oyó a sí mismo y de pronto todo tuvo sentido, tanto, que quiso golpearse contra la pared más cercana. Suspiró con pesadez y dejó caer su cabeza en el hombro del chico, ignorando que este se pusiera completamente rígido. ―Hemos sido unos tontos. ―JiMin suspiró cerca de su oído. ―Nos hemos dejado llevar por lo que ellos decían creer de nosotros...
―Hasta que lo volvimos real ―coincidió JiMin.
Cerró los ojos intentando mantener oculto el impulso de abrazar al menor. Aún sin poder creer que todo ese tiempo, hubiera dejado que lo que oía de las personas alrededor lo hubieran hecho decidir alejarse de una persona como JiMin.
―Pero... ¿Por qué ellos harían algo así? ―preguntó JiMin en voz baja. El rodó los ojos y resopló, levantando la cabeza para mirar a JiMin.
―Debieron pensar que las "peleas" en la clase eran reales y personales, en vez de sólo debates de clase.
―Eran reales ―corrigió el menor seriamente.
―No ―cortó mirándolo a los ojos. El menor parecía estar intentando procesar lo que estaba pasando. ―Tú lo dijiste, las hicimos reales al dejarnos llevar por lo que los otros decían.
Con un suspiro, el menor volvió a su anterior tarea de terminar de preparar el desayuno en completo silencio. Un silencio que lo puso ansioso.
―¿JiMin?
El menor se giró y le entregó una taza, la tomó cuidadosamente, y se fijó en la mirada baja del chico.
―Es sólo que..., de pronto es un locura pensar que todo este tiempo tuve una idea errónea de ti por culpa de otros, me siento tonto, creo ―murmuró tomando su propia taza. Sin embargo el sólo sonrió levemente.
―Pero, lo bueno es que ya lo sabemos, ¿No? ―dijo. JiMin lo miró y asintió con la cabeza.
―Sí, aunque pudimos haber resuelto esto desde hacía mucho tiempo y ahorrarnos las escenitas ―comentó antes de dar un sorbo a su café. El comentario sólo le hizo sonreír más, y JiMin también estaba sonriendo un poco, sólo que se cubría con la taza. ―Pienso en todas las veces que discutimos y usamos el sarcasmo y los insultos, y me hace sentir ridículo. Al parecer nunca fue necesario para llamar tu atención ―espetó con algo de burla.
―¿Querías llamar mi atención? ―preguntó divertido, algo pícaro también, y JiMin rodó los ojos, de pronto lucía mucho más relajado.
―Quería darte verdaderos motivos para odiarme ―confesó.
―No te odiaba, pero sí me irritabas.
JiMin sonrió con suficiencia. ―Sabiendo eso puedo morir en paz, parte de mi cometido se cumplió.
Por algún motivo, el hecho de ver a JiMin más relajado de lo que nunca había visto, lo hizo sentir condenadamente bien. JiMin por fin parecía tranquilo a su alrededor, sin esa arrogancia falsa que lo acompañaba en la universidad, ni esa desconfianza extrema de cuando estaban solos. Era sólo JiMin bromeando, bromeando con él.
―Apurémonos o vamos a llegar tarde ―murmuró el menor riendo y negando con la cabeza.
Asintió con la cabeza y se acercó a la encimera de la cocina y tomó un pedazo de pan, JiMin en cambio, se dirigió a la sala, seguramente a tomar sus cosas que habían quedado desordenadas de la noche anterior, después de hacer su tarea.
Unos minutos más tarde, se encontraban en la carretera, en el viejo cacharro que él tenía como auto. Un silencio cómodo los rondaba y YoonGi no pudo evitar sonreír ante la comodidad que trajo el "pacto de paz" que había ahora entre ellos.
―Háblame de ti ―pidió antes de poder detenerse. JiMin pareció ligeramente sorprendido por el pedido pero, no se negó.
―Uh, no sé qué quieres que te cuente ―contestó por lo bajo. Él sólo se encogió de hombros, le daba igual, él sólo quería oírlo hablando de algo, lo que fuera. Si JiMin quería hablar de algoritmos y logaritmos y todo lo terminado "itmos", podía hacerlo, y él lo escucharía, había decidido que oír a JiMin hablar le encantaba.
―No sé, él otro día parecías interesado en mí familia y me dio curiosidad de la tuya ―se encogió de hombros.
―Oh, sí, dijiste que ustedes no eran ese tipo de familia ―recordó JiMin―, del tipo unido, quiero decir.
―Pues no, nos queremos y todo pero, la distancia está bien para nosotros ―respondió encogiéndose de hombros, su familia simplemente no era así― ¿Y ustedes?
―Sí ―contestó JiMin rápidamente― Aunque no siempre fue así. ―Su voz sonó con algún tipo de pesar, mientras miraba al frente pensativo. Y él se preguntó qué peso podría estar cargando JiMin.
―Uhm, ¿quieres contarme? ―preguntó cuidadoso, si JiMin negaba, lo aceptaría y cambiaría el tema por completo.
Vio a JiMin pasar saliva por el rabillo del ojo, y por le expresión neutra en su rostro, YoonGi pensó que él no querría hablar, pero JiMin lo sorprendió manteniendo su tono suave.
―Siempre fuimos los cuatro, papá, mamá, mi hermano menor, JiHyun y yo ―comenzó― Papá y mamá siempre se amaron mucho, sin embargo, cuando yo tenía doce años, mamá tuvo un amante, y papá lo descubrió, eso llevó literalmente a la destrucción de nuestra familia. Ellos se divorciaron y mamá ganó nuestra tenencia y veíamos a papá todos los fines de semana... ―hizo una pausa, YoonGi siguió conduciendo, más curioso que antes, pero incapaz de apurar a JiMin. ―Pero ellos estaban tan perdidamente enamorados del otro... ―continuó, su voz se había vuelto lejana, como si recordar eso lo llevara a un lugar muy lejos de allí, uno donde JiMin no parecía querer estar―, que entraron en depresión. Mamá lloraba todas las noches, tuvo depresión severa, papá se volvió alcohólico, y ambos perdieron sus trabajos, pero estaban tan encerrados en su pesar, que no les importó no tener como darle de comer a sus hijos.
YoonGi se quedó perdido en eso un momento, JiMin había sonado enfadado, no podía estar hablando literalmente..., ¿O sí?
―Así que empecé a tener pequeños trabajos, ayudaba en una florería, luego fue un mercado, después en el negocio de la esquina..., hacía cualquier cosa para poder llevar algo de dinero a casa, para que JiHyun tuviera para comer. Terminé perdiendo un año de escuela ―dijo esta vez calmado. Él aprovechó el semáforo en rojo para mirar a JiMin estupefacto, sin poder creer completamente lo que estaba oyendo.
―¿Literal? ¿En serio? ―No ocultó su sorpresa, era algo impactante oír algo así, ahora parecía haber vivido en una nube de algodón la mayor parte de su vida. JiMin asintió con la cabeza. ―¿Y entonces? ―inquirió curioso.
―Se dieron cuenta de su error cuando los de servicios sociales aparecieron en casa. Empezaron a ir a terapia, hicimos todos terapia, grupal e individual, y finalmente ellos se casaron de nuevo ―acabó encogiéndose de hombros.
Piso el acelerador cuando la luz se puso verde, y miró al frente sin saber qué decir.
―Estoy..., impresionado, creo ―fue lo único que dijo.
―Nunca se lo había contado a nadie ―murmuró JiMin con la cabeza gacha.
―¿Te sientes mejor?
―Sí..., creo que sí ―habló el menor por lo bajo mirando sus manos pensativo. ―Es extraño..., soltarlo de una vez por todas pero... ―suspiró pesadamente, casi con alivio― creo que me siento mejor.
Sonrió levemente, aunque aún se sentía impactado por la información recién adquirida de JiMin, era extraño estar escuchando algo como eso y era extraño hablar de temas tan personales con él después de todos los malentendidos.
Se sorprendió al darse cuenta que estaban entrando en la universidad. El camino se había hecho más corto de lo que generalmente era, así que con algo de pena estacionó donde siempre y se quedó mirando al frente una vez que apagó el motor.
Ambos se mantuvieron en silencio un momento y luego sintió el movimiento de JiMin mientras esté tomaba sus cosas.
―Oye JiMin-... ―Justo en el momento que volteó el rostro, JiMin estaba acercándose para, como cada mañana, dejar un beso en su mejilla, así que en ese momento, los rostros de ambos estaban muy juntos, sintiendo la respiración del otro sobre la piel, sus narices rozándose y sus labios casi tocándose.
JiMin se alejó rápidamente avergonzado y él desvió la mirada.
―Lo siento ―dijeron a la vez, eso les provocó una ligera risa baja. Luego JiMin lo miró fijamente a los ojos y mordió su labio inferior con una mirada insegura.
―YoonGi, hay..., algo que me gustaría preguntarte, he querido preguntarte desde hace días ―confesó algo tímido. YoonGi se quedó mirando con fascinación esa faceta, pero no tardó en responder.
―Adelante.
JiMin lamió su labio. ―¿Por qué..., uh, por qué me llevaste a la cama, aquella vez que, bueno, el día que llegaste tarde a casa? ―preguntó en un murmullo, YoonGi pudo apreciar sus mejillas tornándose ligeramente coloradas y él mismo se sintió algo avergonzado, sabiendo la respuesta a eso. ―Sé que puede parecer una tontería pero, no lo entiendo y yo, uhm, quiero saber... ―casi susurró lo último.
Él miró a JiMin fijamente, observó detenidamente cada fina y elegante facción en su hermoso rostro, y se deleitó con la repentina vergüenza en sus ojos pequeños. Sin embargo, la expresión seria no abandonó su rostro, quería ser honesto, y para eso necesitaba seriedad.
―Yo sólo..., tenía que quitar esa expresión de tu rostro ―confesó en voz baja. JiMin lo miró entre sorprendido y confundido― Cuando llegué, y vi que estabas esperándome con esa expresión de pánico en tu rostro, yo sólo pensé que tenía que quitarla, e hice lo primero que me vino a la cabeza. Confieso que actué por impulso, pero no me arrepiento de haberlo hecho.
Esta vez JiMin parecía realmente sorprendido, quizás avergonzado, sin embargo sonrió ligeramente. ―Sí, yo tampoco me arrepiento ―dijo en voz baja, y se acercó, tomó su rostro, y con cierta dulzura, besó la comisura de su lado derecho. Él sólo pudo apoyarse en el toque, disfrutando cada eterno segundo de ello. ―Nos vemos luego ―sonrió JiMin, y salió del coche.
Palabras: 2293.
Quedan sólo tres partes gente, prepárense para la bomba ☺🔥
Gracias por leer! 💕
Lu Shi 🔥
editado por Ru 080220 -ya te amo otra vez-
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