✘0 7
―Hola, mamá. ―YoonGi observó a JiMin hablando por el celular descartable que acababan de comprar. El pelinegro había insistido en pagarlo, y sí, tuvieron una pequeña discusión al respecto, pero JiMin ganó, así que le dejó hacerlo con la condición de pagar las llaves. ―Lo lamento mucho, perdí mi celular... No lo sé, realmente no lo sé.
Se dedicó a mirar la carretera de camino a la universidad, echando pequeñas miradas a JiMin, el chico sonreía ligeramente.
―¿Su equipo perdió? ―miró al muchacho cuando preguntó aquello casi sin aire, parecía haber visto un fantasma, pero de pronto su expresión cambió nuevamente y suspiró aliviado. ―No, no. No se preocupen por mí, quédense allí el tiempo que quieran... Sí, está bien. Gracias ma, también te amo. Adiós.
―¿Estás más tranquilo? ―preguntó mirándolo con curiosidad.
―Sí. Estaba preocupado porque volvieran antes de lo esperado, no quería que estuvieran en peligro. Y el equipo de mi hermano perdió así que me asusté pensando que volverían, pero decidieron quedarse un poco más ―explicó con alivio. Él sólo entendió la mitad de lo que estaba hablando, pero sonrió de todos modos. ―No sé porqué te cuento esto, no creo que te importe― dijo de pronto con una mirada nerviosa y una muy pequeña sonrisa avergonzada.
―Está bien, quiero escucharte, además dijiste que te gusta hablar, yo soy mejor escuchando― alegó. Realmente estaba causándole molestia el que JiMin creyera que era una molestia. ¿Qué tenía que pensaba eso todo el tiempo?
―Um..., bien, creo― murmuró mirando la ventana con el ceño fruncido ―¿Y tus padres? ―preguntó entonces. Se encogió de hombros.
―Cada cual en su casa, creo. No me comunico mucho con ellos― contestó restándole importancia, honestamente, sólo saber que seguían vivos era suficiente.
―¿Por qué no? ―interrogó JiMin. Parecía interesado ahora.
Volvió a encogerse de hombros. ―Simplemente no somos ese tipo de familia.
―Oh.
Después de aquello, JiMin permaneció callado el resto del camino hasta la a universidad. El silencio se le hizo tenso por algún motivo, pensó que él era el único que lo sentía y que quizás estaba pensando cualquier cosa, pero de ratos miraba las manos hechas puños de JiMin y se preguntaba qué tenía ahora, o incluso si acaso había dicho algo malo. Sin embargo, no se atrevió a hablar.
Estacionó el auto en el parking de la universidad, y JiMin sólo pudo suspirar con pesadez, al parecer reacio a la idea de tener que quedarse ahí.
―¿Estás bien? ―le preguntó entre curioso y preocupado por el hecho de que se había callado de repente.
JiMin lo miró con una mueca de sorpresa, que le hizo quedarse mirándolo confundido.
―Sí, sólo...― miró hacia afuera, a donde los alumnos llegaban caminando entre conversaciones casuales.
―Estaremos bien― tranquilizó él, dándole una mirada rápida.
―Por supuesto, quitando que somos un blanco fácil. Sí, estaremos bien.
Rodó los ojos y bufó. ―Tu optimismo me mata―, se quejó con molestia―Sé que no es el mejor momento, pero no podemos perder clases, al menos yo no, ellos no se arriesgarán a hacernos algo cuando todos los estudiantes están aquí. ―Él seguía siendo un estudiante becado después de todo, no podía perder ninguna clase, y si bien no estaba seguro de estar completamente a salvo, tampoco pondría en riesgo sus carreras.
―Ayer no me dio esa impresión― murmuró JiMin mirando por la ventana.
Suspiró con cansancio, entendía el miedo de JiMin, él mismo lo sentía, pero tenían que asistir a la universidad, no podían quedarse todo el tiempo escondidos en el departamento aunque fuera una muy buena idea.
―Sólo cálmate, ¿quieres? ―pidió con otro suspiro.
JiMin respiró profundamente antes de acercarse y dejar un beso en su mejilla, como cada mañana.
―Gracias― dijo el menor en un murmullo suave y se bajó del auto, ignorando las miradas curiosas y acusadoras de los metiches.
Suspiró viéndolo caminar con la cabeza en alto, no pudo evitar sonreír un poco ante esa expresión de suficiencia que solía utilizar JiMin en la universidad, nadie creería la cara de niño perdido y desesperado que tuvo por la noche.
Con un último suspiro, bajó del auto y tomó su mochila para encaminarse a clases.
No estaba demasiado emocionado por asistir, ese día tenía que asistir a gramática inglesa primero, y aunque le gustaba el inglés, no soportaba a la mayoría de los estudiantes de esa clase. Eran..., odiosos, muy odiosos. Realmente eran pocos los alumnos a los que podía descartar de esa descripción, JiMin por ejemplo. Aunque admitía que si no estuvieran en contacto 24/7 como estaban ahora, seguiría pensando que era odioso.
De cualquier manera, no tenía opción, eso le pasaba por meterse en una universidad donde pocos conocían el significado de trabajo duro.
Reprimió el impulso de perderse clases, ya no estaba en la secundaria para hacer esas tonterías, así que sin más, se metió en los pasillos del lugar y caminó hasta su facultad.
No tardó mucho en llegar allí, en el salón sólo habían un par de personas conversando tranquilamente, y para su desgracia, su grupito de amigos estaba allí.
No lo malinterpreten, no es que realmente los odiara, porque si así fuera, no se juntaría con ellos, es sólo que a veces, entraban justo en el grupo de personas odiosas que antes había descripto. ¿Por qué? Fácil, tenían esa maldita e inexplicable costumbre de creerse extranjeros.
La mayoría en el traductorado y profesorado de inglés, hablaban en inglés todo el puto tiempo, pero más allá de eso, se burlaban de las otras facultades y carreras creyéndose superiores por manejar otra lengua, sin mencionar, que al ser niños ricos, habían heredado de sus padres esa enfermiza cuestión de hablar de otros todo el tiempo.
Bien, quizás estaba juzgando demasiado, pero si nadie más le daba otra impresión ¿cómo cambiarla?
―Hey! YoonGi!― llamó una de sus compañeras, EunHa, con un claro acento inglés ―falso, obviamente―, moviendo su mano para que se acercase. Resopló y caminó hasta ellos. Eran un total de cuatro personas.
―Hey dude, how're you doing? ¹―preguntó DongHae estirando su puño.
Lo chocó con pereza antes de contestar. ―Bien, ¿Y ustedes? ―respondió simplemente, tomando su lugar.
―Won't you ever speak in English? ² ―preguntó esta vez HyoLyn riendo divertida ante su actitud.
―No tengo la necesidad, estoy en Corea― se encogió de hombros. Ellos sólo rieron y negaron con la cabeza, y él decidió ignorarlos.
Resolviendo que no había nada en la conversación del resto, que le fuera de interés, tomó sus libros y repasó silenciosamente lo último que había dado el profesor Kim NamJoon, el hombre que resultó ser pareja del hombre a cargo de la investigación de su caso. Con diversión recordó la frase el mundo es un pañuelo, o a lo mejor la cantidad de personas en Seúl no afectaba el hecho de que era pequeño y todos se conocían con todos.
Su mente se mantuvo en verbos y pronombres hasta que oyó algo que captó su atención en demasía.
―Know, he's so idiot and arrogant, I can't believe that their are spending time together ³― dijo EunHa hablando a DongHae, a HyoLyn y a SungDeuk. Frunció el ceño y siguió escuchando.
―I'm not sure, JiMin doesn't look like that kind of person, I think you are exaggerating⁴― murmuró HyoLyn en defensa. Él suspiró intentando detenerse de hacer algo estúpido como golpearlos. Otra vez estaban hablando de JiMin, como si no tuvieran algo mejor que hacer.
―Hey man, why are you spending time with JiMin? I saw you coming to classes together ⁵ ―preguntó DongHae al ver que él estaba prestando atención. Resopló con clara molestia.
―Para empezar, les voy a pedir que se dirijan a mi en coreano porque se ven y se oyen como verdaderos idiotas, y segundo, lo que yo haga o no haga con JiMin, es problema mío― cortó drásticamente, sin ganas de seguir oyendo estupideces.
―¡Vamos, YoonGi! Ustedes se odian, ¿cómo es que ahora pasan tanto tiempo juntos? ―preguntó SungDeuk dirigiéndole la palabra por primera vez en el día. ―Debes admitir que es un idiota arrogante que se cree mejor que todos nosotros.
―Yo nunca he dicho-...
―Además, es gay, ¿lo sabías? ―inquirió EunHa con asco. Sólo la miró incapaz de decir algo, sabía que si lo hacía terminaría pasándose del límite. Sentía su sangre comenzar a hervir.
Ladeó la cabeza, y descubrió a HyoLyn mirando con reproche a EunHa.
―No me digas, ¿te chantajeó para que lo trajeras? ―preguntó DongHae, y él se preguntó si acaso estos chicos alguna vez usaban su cerebro realmente.
―Vamos, admite que es molesto y odioso, encima es maricón, qué asco― Insistió SungDeuk.
Cerró los ojos mientras los demás seguían y seguían hablando, seguían mencionando la enemistad entre JiMin y él, y seguían burlándose y fingiendo asco al saber de la homosexualidad de JiMin.
Él no era de armar líos tontos por ir en contra de la gente, pero esto en serio estaba irritándole.
―¡Está bien! ¡Es odioso, molesto, maricón, arrogante, idiota y todo lo que ustedes quieran pero dejen de joder de una maldita vez! ―Les gritó furioso y exasperado levantando la cabeza y alejando sus manos de su pelo antes de terminar arrancándoselo.
Mentira. JiMin no era nada de eso, era amable, inseguro, cuidadoso, se preocupaba mucho por los demás y de dejaba llevar demasiado por lo que decía el resto de él.
Se quedó estático cuando sus ojos se encontraron con los de JiMin parado justo frente a él. Su corazón y su respiración se detuvieron al ver como los ojos dolidos del menor se endurecía sin dejar de mirarlo fijamente.
―Vaya, Min― espetó con desagrado y fingida arrogancia ―¿Sabías que la furia hace mal al corazón? Deberías ir a clases de yoga― recomendó con burla. Sus amigos tras él rieron por lo bajo. Y después de guiñarle un ojo burlón, quiso alejarse, pero YoonGi se levantó rápidamente y tomó su brazo.
―Espera, JiMin-...― se quedó helado ante la fría mirada que le dio el más chico, quien luego miró su brazo siendo apretado por su mano, y volvió a mirarlo a los ojos.
―No me toques― espetó antes de soltarse abruptamente para caminar hasta su asiento.
Sus labios temblaron y se dejó caer en su asiento con pesadez, ¿cómo pudo ser tan idiota? Dejar que esos imbéciles siguieran hablando estupideces y seguirles la corriente para que cerraran la boca, por favor que alguien le diera un premio a la estupidez porque se lo merecía.
Mierda, JiMin debía estar odiándolo en ese momento, y no era para menos, pero realmente no había sido su intención, sólo quería que esos idiotas se callaran.
Un murmullo intenso resonó por todo el salón, seguramente todos comentando lo que acababa de pasar, y él, sin saber qué hacer, enterró el rostro en sus manos pensando en que debía resolver esto urgentemente.
Pero antes de poder siquiera mover un pie, el profesor Kim entró al salón callando a todos.
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Apenas terminó la clase a la que por cierto no prestó atención, vio a JiMin salir disparado del salón y no dudó en tomar sus cosas y correr tras él lo más rápido que pudo.
―¡Espera, JiMin! ―llamó rápidamente alcanzándolo, y corrió hasta detenerse frente a él, impidiéndole el paso.
El menor lo miró despectivamente. ―¿Qué quieres? No estoy de humor para discutir contigo― escupió sin quitar esa expresión gélida de su rostro.
―Respecto a lo que oíste-...
―¿Qué oí? Yo soy sordo― se encogió de hombros y siguió caminando. Pero él le tomó el brazo nuevamente. ―Por el amor de Dios Min YoonGi, déjame tranquilo, no quiero escucharte y no voy a escucharte así que suéltame antes de que arme un escándalo aquí mismo― gruñó entre dientes.
―Por favor JiMin, tienes que escucharme― suplicó en susurro, sin dejar de mirarlo a los ojos.
―Ya escuché suficiente― cortó y se zafó de su agarre para seguir caminando por el pasillo de la universidad.
Sólo pudo quedarse quieto viendo por donde se había ido el menor, sintiéndose idiota, patético y miserable. De verdad el menor estaba en todo su derecho de comportarse así y de mandarlo a la mierda, pero no había sido su intención, realmente no imaginó que él podía estar allí y escucharlo todo, y ahora se sentía tan pero tan malditamente mal, deseaba que hubiera una máquina del tiempo para volver a atrás y evitar decir la estupidez que dijo.
No supo cuanto tiempo se quedó en el pasillo, de hecho no se dio cuenta del tiempo hasta que vio a los alumnos empezar a desaparecer de su alrededor y supo que iba a llegar tarde a su clase de matemáticas; clase para la cual tenía que cruzar todo el campus universitario.
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Cuando sus clases del día por fin terminaron, salió del último salón al que asistiría en el día, siendo ya bastante tarde. Con un suspiro se dirigió a la entrada de la universidad, pensando en hablar con JiMin muy seriamente apenas lo viera.
No sólo se había tenido que aguantar un regañó del viejo de matemáticas, sino también que no había cazado ni la mitad del tema del que hablaban en clases, todos sus pensamientos se habían visto dirigidos a lo mal que se sentía y lo mucho que quería hablar con JiMin y disculparse. Se sentía tan terrible, y conociendo a JiMin, ahora este no dejaría de insistir en que era una molestia y seguramente intentaría mantenerse lejos de él como en los primeros días y él no quería eso. Le había costado tanto hacer que JiMin se abriera un poquitito a él y ahora lo había arruinado por idiota, por seguirle la corriente al resto en vez de defender a JiMin como había pensado.
Era tan imbécil.
Cuando llegó a la puerta de entrada, se sorprendió al ver a TaeHyung y a HoSeok, pero no a JiMin. Frunció el ceño y se acercó rápidamente a ellos.
―¿Dónde está JiMin? ―preguntó seriamente para luego echar una mirada alrededor. No lo vio por ninguna parte.
―Hola, chicos, ¿Cómo están? Bien ¿Y tú, YoonGi-...?
―TaeHyung no tengo tiempo para tus estúpidos juegos, dime dónde demonios está JiMin― siseó apretando los puños, la desesperación empezando a tomar posesión de su cuerpo. TaeHyung y HoSeok lo miraron extrañados y con el ceño fruncido.
―Se fue hace como tres horas, YoonGi― dijo HoSeok sin entender su actitud.
―¿¡Qué!? ¿¡Y lo dejaron que se fuera solo!? ―interrogó exasperado. TaeHyung chasqueó la lengua y lo miró mal.
―Discúlpame, pero no sabía que tenía que hacer de niñera de alguien mayor de edad― respondió con molestia. Él sólo pudo gruñir y lanzarse a correr hacia su auto.
―¡No debieron dejar que se fuera solo! ―espetó antes de meterse al auto y encender el motor para salir de allí lo más rápido posible.
Superó la velocidad permitida en la carretera y se pasó varios semáforos en rojo, tampoco se detuvo a pensar en posibles multas, lo único en lo que podía pensar era "Por favor, por favor, no dejes que nada malo le ocurra a JiMin, por lo que más quieras, te lo suplico", sin dejar de mirar al frente y apretar sus manos en el volante.
Llegó al departamento en tiempo récord, no le importó dejar el auto estacionado incorrectamente, sólo rogaba que JiMin estuviera en el piso. Así que corrió escaleras arriba tan rápido como su físico se lo permitió, hasta que alcanzó el cuarto piso y con desesperación llegó a su apartamento, sólo para encontrarse a JiMin acurrucado en la puerta, con las rodillas al pecho y el rostro enterrado entre sus brazos.
La calma volvió a él como un choque de adrenalina, su cuerpo entero, incluso su respiración, tembló viendo al chico allí, con el cabello despeinado y al parecer cansado. Y caminó hasta él jadeando por el esfuerzo.
JiMin levantó la cabeza y lo miró con una ceja alzada. ―¿Y a ti qué te pasó? ―inquirió aún distante, sus mejillas estaban rojas, parecía haber estado dormitando. Sólo pudo mirarlo dolido y suspirar negando con la cabeza. ―¿Podrías abrir la puerta? ―preguntó JiMin. Recordó que aún no tenían el juego de llaves para él. Asintió con la cabeza pasando saliva y se acercó a la misma sacando sus llaves del bolsillo.
Inmediatamente JiMin se levantó para dejarle lugar, pero no lo miró, sólo mantuvo la vista fija en el piso. Eso apretó su corazón en su pecho de manera dolorosa.
―JiMin...― intentó hablarle.
―Por favor sólo abre la maldita puerta― susurró el menor con exasperación.
Hizo lo que JiMin le pidió, y le dejó entrar primero, una vez dentro, cerró tras él y miró al menor dejar su mochila en el sofá para luego dirigirse a la cocina, sin embargo, lo interceptó en el camino.
―¿Por qué te fuiste de esa forma? ¿Estás demente? ―interrogó en susurro, desesperado porque JiMin viera el miedo que le provocó. ―No tienes idea del susto que me diste― dijo, y sin haberlo planeado, se lanzó contra el chico, apretándolo fuertemente entre sus brazos. JiMin se puso rígido enseguida.
―Sí lo tengo, me hiciste lo mismo anoche― respondió seco y fue su turno de tensarse recordando. ―Suéltame― ordenó fríamente. Él sólo lo apretó un poco más y finalmente lo dejó ir. JiMin lo rodeó y se metió en la cocina.
Lo siguió en silencio y lo vio tomar algo para beber del refrigerador.
―JiMin, sobre lo que escuchaste hoy-...― quiso hablar, pero el menor volvió a interrumpirlo.
―No necesitas corregir lo que dijiste o intentar engañarme para hacerme sentir mejor― cortó sin mirarlo ―Sé que me odias, no tienes que negarlo, después de todo, fue mi error pensar lo contrario― habló por lo bajo, él se desesperó al ver que JiMin no quería mirarlo.
―¡Pero yo no-...!― JiMin levantó una mano y finalmente se volteó, pero aun así no se dignó a verlo a los ojos.
―Si tienes hambre, dejé la cena lista en el refrigerador, caliéntala. Yo me voy a dormir, espero que aún no te moleste que duerma en tu cama, cualquier cosa puedes patearme al sofá, no me opondré― murmuró por lo bajo saliendo de la cocina.
Volvió a suspirar y apretó la mandíbula sintiéndose impotente y molesto.
En serio, en serio era un idiota.
¹: Hola amigo, ¿Cómo estás?
²: ¿Nunca hablarás en inglés?
³: Lo sé, él es tan idiota y arrogante, no puedo creer que estén pasando tiempo juntos.
⁴: No estoy segura, JiMin no parece ese tipo de persona, creo que ustedes están exagerando.
⁵: Oye hombre, ¿Por qué estás pasando tiempo con JiMin? Los he visto llegar juntos a clases.
Palabras: 3087.
A veces siento que esta historia me supera, por eso tardo tanto en actualizar 😞, lamento mucho la demora.
Espero que les haya gustado el capítulo a pesar de la peleita del YoonMin. Y espero que no tenga muchos errores xd
No olviden votar y comentar!
Los amo❤.
Lu Shi 🔥💕
-te odio, Lu- editado por Ru 080220
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