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✘0 4

—En serio debes dejar de hacer eso —gruñó cuando Min prácticamente saltó de su lado llevándose las sábanas con él, como cada mañana desde hacía tres días cuando al despertar se daba cuenta de que estaba aferrado a él. Min no respondió, sólo se frotó el rostro con frustración. —Buen día —saludó levantándose, quedando a su lado.

—Buen día —respondió el mayor con voz ronca, mirándolo de costado por un momento.

Se desperezó y estiró un poco, para luego voltearse hasta la mesita de noche y apagar el molesto despertador y suspirar. —Usaré la ducha. —Si bien había parecido un aviso, estaba pidiendo permiso mientras se levantaba y caminaba hasta su bolso. Aún no se acostumbraba a la idea de convivir con Min, en su casa, ni mucho menos usar sus cosas como si fueran propias. Sólo debía seguir buscando donde quedarse, el mayor no lo había apurado para irse en ningún momento, pero él se sentía un estorbo, sobre todo porque sabía que Yoongi no lo soportaba mucho que digamos.

—No necesitas avisar ni pedir permiso, ya te lo he dicho—respondió el mayor desde su lugar. No respondió, sólo se dirigió hasta el baño y se encerró allí para ducharse rápidamente rememorando su rutina del día, recordando todo lo que debía hacer.

Mientras se lavaba repasó las materias que tenían ese día: gramática inglesa, traducción científico-técnica y fonética.

Podía soportarlo.

Y mientras se enjuagaba el cabello recordó sus cosas desparramadas en la sala, la noche anterior había dejado todo allí porque estaba tan cansado, que apenas acabó su tarea se dirigió a la cama, Min ya estaba dormido cuando llegó, el muchacho parecía realmente agotado, incluso había ojeras bajos sus ojos.

Yoongi entró a la ducha justo después de él, hasta ese momento ya estaba vestido, así que en lo que esperaba que el agua para el café se calentara, guardó todas sus cosas intentando no olvidar nada.

Estaba preparando el café cuando Min apareció tras él completamente vestido y secando su teñido cabello, intentó no reparar en el silencio pesado entre ambos, pero realmente no lo soportaba. Él era una persona conversadora, parloteaba casi todo el tiempo, pero porque le gustaba charlar, sin embargo, los últimos tres días con Yoongi habían sido de puro silencio. Eso le desesperaba.

Sabía que Min no era una persona realmente habladora pero él sí, además lo había escuchado hablar antes. Recordaba perfectamente los debates y las "peleas" entre ellos, ya sea dentro o fuera de clases. El mayor siempre contestaba con argumentos fuertes y coherentes, justo como él, y le parecía tan grato tener a alguien con quien discutir sabiamente, que amaba los debates con él, el contrario era una persona rica en conocimientos y es por eso, que por mucho que le costara admitirlo, debía reconocer que lo admiraba.

Además, en sus peleas reinaban los sarcasmos inteligentes, las ironías curiosas y las mandadas a la mierda con elegancia.

Reconocería, por única vez, y sólo para sí mismo, que él amaba pelear con Min.

—¿Pasa algo?—se sorprendió al oír su voz  y lo miró confundido. —Te quedaste tildado por un momento—murmuró el mayor, entonces él notó su mano estática con la cuchara llena de azúcar justo sobre la taza. Sacudió su cabeza y vertió la sustancia blanca dentro.

—Lo siento, estoy distraído —se excusó, sin saber realmente porqué, a Min no le importaba, o al menos eso creyó.

—¿Estás nervioso o algo?

Enfrentó los ojos del mayor mientras le entregaba la taza humeante—¿Tanto se me nota?

—Tus labios.

Parpadeó sorprendido ante esa respuesta.—Bueno, soy nervioso, necesito llevarme algo a la boca. Es una mala costumbre —explicó, sabiendo que Min había notado una vez más esa manía de succionar su labio inferior. Podría decirse que tenía algo así como una pequeña fijación oral un poco más notoria que la de la mayoría de la gente nerviosa como él.

—Me sorprende que no te comas las uñas—comentó el mayor antes de dar un sorbo a su café. Él sonrió apenas revolviendo un poco el suyo.

—Lo hacía. Realmente no estoy seguro de cómo dejé de hacerlo, sólo sé que necesito succionar más de lo que necesito morder.

—¿Entonces los chicles no te sirven?

Se extrañó ante la repentina curiosidad del rubio.  —Sí, pero prefiero chupar —contestó y dio un sorbo a su café, Min asintió con la cabeza.

—Personalidad oral-pasiva.

Rodó los ojos - Tienes una fascinación con Sigmund Freud, ¿verdad? —Yoongi se encogió de hombros.

—Tú también debes tenerla, o no tendrías ni cochina idea de lo que estoy hablando.

—Admito que es interesante.

—Pero dime porque estás nervioso. Es decir, pareces un poco más ansioso de lo que estabas cuando llegaste—habló en voz baja. No pudo evitar ladear su cabeza.

—No pensé que eras tan observador —admitió con sinceridad. —Me pone nervioso el silencio, en mi familia siempre significó que pasaba algo malo, así que me desespera, y... considerando nuestra situación... —confesó, no sabía si a Min le importaba pero ya qué.

—Lo siento, yo realmente no sé cómo iniciar una conversación.

—No te preocupes, Min—interrumpió antes de que el mayor dijera algo más —No estás obligado a llevarte bien conmigo, pronto me iré y dejaré de molestarte —dijo sin mirarlo, para luego beber un poco de su café.   —Creo que ya sé a qué hotel voy a ir.

Porque sí, no es que había llegado a acomodarse en casa de Yoongi y ya. Había buscado hoteles y lugares aunque sean de mala muerte, para poder dejar al mayor tranquilo, sinceramente no quería ser una molestia para él.

Realmente no pudo descifrar la expresión del mayor en ese momento, y honestamente, no estaba seguro de querer saber que pasaba por su cabeza.

Min decía que tenía un amigo gay, que se había duchado con él y todo lo demás, pero más allá de eso, él se sentía como un estorbo, no quería causarle problemas, sabía que no lo soportaba y le había sorprendido el hecho de que lo dejase quedarse con él, ni hablar de dormir juntos, pero por muy cómodo y seguro que se sintiera con él, no quería causar más problemas.

—Será mejor que nos vayamos rápido, o llegaremos tarde—apuró, y bebió el contenido de la taza de una sola vez. Min lo imitó y enseguida se encontraron llegando al estacionamiento del edificio.

—Si tanto te molesta el silencio podemos conversar...—se sorprendió cuando oyó la voz grave del mayor  apenas subió al viejo pero agradable auto.—Pero tendrás que iniciar tú la conversación, porque yo soy realmente malo para eso.

Si no estuviera hablando de Min YoonGi, realmente podría jurar que el mayor parecía avergonzado.

—No tienes que hacerlo Min, me la paso parloteando con TaeHyung durante las clases—excusó al mayor, no tenía que esforzarse, no es como si realmente pudiera cambiar la opinión que tenía el rubio sobre él, después de todo, reconocía ser una persona irritante.

—¿Por qué siento como si estuvieras intentando protegerme de ti mismo?—No pudo evitar sorprenderse ante esa pregunta, y miró al mayor con ojos grandes, éste le devolvió la mirada fijamente, sin doblegarse mientras encendía el motor. Al final, Min triunfó, él no pudo sostenerle la mirada.

—No es eso, sólo... —se quedó a la mitad, de qué servía darle excusas a alguien que no le importaba, no es como si Yoongi quisiera saber realmente, así que se encogió de hombros.  —Sólo no quiero molestarte, me recibiste en tu casa, es lo mínimo que podría hacer.

Sentía la mirada fija y pesada del mayor sobre él cuando arrancó, salieron del estacionamiento y se sintió aliviado al dejar de tenerlo insistente sobre él.

—Si realmente me molestaras no te habría recibido.

Pasó saliva nervioso ante esa confesión. —No es como si te importara en realidad.

—¿Por qué sacas conclusiones tú mismo? —preguntó Min con molestia, él resopló.

—Bien, ¿quieres hablar? —quitó su vista de la ventana y lo enfrentó, aunque este no lo miró, su vista seguía centrada en la carretera—Hablemos. ¿Por qué elegiste la carrera de arquitectura?

El mayor suspiró.—Me gusta diseñar edificios, desde niño me ha gustado todo lo relacionado con las matemáticas, dibujar, diseñar, crear, calcular... así que sólo pude pensar en eso cuando tuve que elegir una carrera. —Bueno, no espero que el mayor contestara, y menos con tanta sinceridad.

—¿Y qué tiene que ver con el inglés? —preguntó realmente curioso, él conocía al mayor sólo porque este era su compañero en las clases del traductorado. Por favor, él era demasiado estúpido para las matemáticas, no había forma de que estudiara algo de eso, sin embargo, era bueno para aprender con fluidez otros idiomas, así como para bailar.

—No se relacionan mucho, excepto porque quiero tener una firma internacional.

Abrió los ojos asombrado y curiosamente alegre con la sinceridad del mayor.—¿Una firma internacional? ¿En serio? ¡Eso es increíble!—miró al mayor con una sonrisa.

—¿Y tú? ¿Por qué el traductorado?

—Bueno, tengo facilidad para aprender idiomas, así que decidí que quería dedicarme a ello, aunque también quería hacer danzas...—confesó echándole un vistazo a la carretera.

Por favor que recorrido dure un poco más...

—¿Y eso? —Min parecía realmente sorprendido.

—Haré danzas, sólo que primero trabajaré y luego me dedicaré a bailar como hobbie, ya que de esa forma me hace más feliz —sonrió pensando en que algún día tendría su propio estudio en su casa.

—Eso... es algo que me gustaría ver—murmuró el mayor, y por el tono de voz, supo que no tenía planeado ser escuchado, y realmente no supo qué decir después de ello. El silencio los atrapó pesado y algo incómodo, pero realmente no sabía cómo seguir la conversación, no sabía cómo incitar a Min a que siguiera hablando con esa calma que le hacía pensar que podía escucharlo todo el día.

Pronto reconoció que estaban cerca de la universidad, y tomó su mochila mientras Yoongi se detenía justo donde lo había hecho los últimos tres días, a dos cuadras de la entrada al campus.

—No tienes que bajarte aquí...—se volteó a verlo sorprendido, el muchacho había hablado justo antes de que abriera la puerta, pero no lo miraba, sus ojos seguían fijos en el frente.

—No quiero que te vean conmigo, la mitad de la universidad habla de nosotros y a la mayoría le molesto, te tiraran mierda de seguro—habló tranquilamente, ocultando su malestar detrás de esas palabras. Es decir, a él no le molestaba en absoluto que los vieran juntos, pero... no sabía que pensaba Min al respecto.

—¿Qué te hace pensar que me importa lo que digan?

—No quiero causarte problemas.

—No me molesta que me vean contigo JiMin. Si a ti no te molesta que te vean conmigo, entonces no veo motivo para esto... —Bajó la mirada, no entendía la necesidad del mayor en insistir. —Además... son dos cuadras en las que podría sucederte cualquier cosa...

—Oh...

No pudo evitar el pequeño suspiro de sorpresa, eso explicaba mucho a decir verdad...

Es decir, incluso si los días anteriores habían sido tranquilos, ellos seguían en una situación peligrosa, y realmente él estaba poniéndose en riesgo y... realmente no pensaba que Yoongi pudiera ser tan descorazonado de no preocuparse cuando ambos estaban en dicha situación...

—Yo... está bien, Min. Si realmente no te importa podemos ir juntos—aceptó con un suspiro.

El mayor no contestó y condujo en silencio lo que restaba del camino.

En cuanto finalmente se detuvo en el estacionamiento del campus, ambos suspiraron sabiendo lo que se venía al ser relativamente populares. Era una estupidez, pero estarían en boca de todos los estudiantes, después de todo, ellos se odiaban, entonces, ¿cuál sería la explicación para que llegaran juntos?

—Tienes que dejar de pensarlo tanto—pronunció Min con voz grave, miró su perfil fijamente, deteniéndose un momento en su extremadamente blanca piel.

—No puedo hacerlo —confesó tomando una vez más su mochila. Sería un caos cuando lo vieran bajar, si es que no lo habían visto ahí dentro aún. Se volteó a mirar al mayor una vez más pero desechó de su cabeza lo que tenía pensado hacer considerando que estaban en el campus.

—Y debes dejar de intentar protegerme de ti mismo—murmuró como si supiera que se había avergonzado de repente por la forma en que había estado agradeciéndole esos días.

Suspiró pesadamente, debatiéndose si debería hacerlo y es que, no tenía otra forma de agradecerle que no lo dejara solo. Finalmente resopló y echó una mirada rápida hacia afuera. Entonces tomó el rostro de Min con una de sus manos y lo obligó a mirarlo.

—Eso es algo que yo decidiré —murmuró antes de inclinarse y apoyar sus labios contra la pálida y fría mejilla, quedándose mucho más tiempo del necesario, simplemente queriendo sentir un poco más la suavidad de la piel contraria contra sus labios, y para su poca sorpresa, Min no sólo no se alejó, sino que se empujó ligeramente contra su toque. Incitándolo a seguir un poco más.

—Nos vemos después —habló sin mirarle y salió rápidamente del auto, ignorando todas las miradas sorprendidas y curiosas de una buena cantidad de alumnos chismosos.

   ━━━━ ♦ ━━━━   

No miró a TaeHyung mientras tomaba un poco de café mirando su libro sin prestarle atención, podía sentir la insistente mirada del menor sobre él. Pero lo ignoró, sabía perfectamente que quería el chico, pero no tenía pensado hablar demasiado así que sólo siguió fingiendo ignorancia.

—¿Entonces no vendrás conmigo? —insistió el menor. Él sólo rodó los ojos, llevaban una hora y media en la biblioteca y el menor seguía insistiendo.

—Te dije que tengo que terminar esto—dijo aun mirando las palabras del libro, realmente se sintió frustrado al no poder entender lo que estaba leyendo incluso si sabía de qué trataba.

—Puedes terminarlo en cualquier otro momento. Ven a mi casa, te llevaré luego. —Él sólo pudo suspirar.

—TaeHyung, no estoy en mi casa, por eso no puedo irme contigo.

—Te llevaré a donde sea—puchereó.

Rió por lo bajo negando con la cabeza. —Será otro día, deberías irte o se hará más tarde— murmuró mirándolo un momento. Un curioso sentimiento de melancolía lo atrapó de repente, se fijó en el rostro del menor. ¿Cómo decirle a su mejor amigo que probablemente estaba siendo buscado por uno de los políticos más importantes de Corea del Sur? ¿Cuál sería la explicación para sus ojos que repentinamente se habían llenado de lágrimas?

—¿Qué te pasa, JiMin? Has estado extraño estos días, y perdiste tu celular y... —lo interrumpió levantándose y acercándose a él, el muchacho lo miró extrañado levantándose para hacerle frente.

Y lo abrazó fuertemente, tomándolo por sorpresa. —Prometo que voy a contártelo, pero no me presiones. Ve a casa—murmuró suavemente, apretándolo, disfrutando del calor de su mejor amigo por un momento. TaeHyung devolvió el abrazo luego de bufar.

—Bien, no te obligaré a decirme, pero quiero que me cuentes todo.

—Lo haré—prometió con una sonrisa y se alejó. Sin más, TaeHyung se despidió en silencio y salió de allí.

Guardó sus cosas, decidiendo que no tenía ganas de nada y bufando con cansancio. Saltó en su lugar cuando la voz de Min habló grave tras él.

—¿Sabes conducir?

Lo miró con una mano en el corazón.—Casi me matas, idiota. Sí, sé conducir.

—Bien—fue lo único que contestó antes de lanzarle las llaves. Las atrapó en el aire algo sorprendido, pero terminó por suspirar y lo siguió hasta el auto.

No fue sorpresa que el mayor se durmiera en el camino.

  ━━━━ ♦ ━━━━  

Miraba el folleto del lugar donde pretendía quedarse los próximos días, no era realmente malo y era barato. Sólo esperaba que el dinero que tenía fuera suficiente.

Suspiró y apoyó los codos en la pequeña mesa redonda mientras se frotaba el rostro con cansancio. Estaban otra vez en casa de Min, había preparado algo sencillo para comer, estaba procurando pagarle la estadía siendo servicial, había notado que en general, el mayor se la pasaba en los libros y tareas, no se alimentaba bien, apenas dormía realmente, y tenía un buen desorden. Así que como mínimo, le agradecía de esa forma, y dejando un beso en su mejilla al salir del auto.

Debían haber pasado cuatro días desde la persecución, y tres días desde que estaba en esa casa, y ya sentía que perdería la cabeza. Realmente se estaba volviendo loco y estaba aterrado de estar solo, pero le había dicho al mayor que sólo serían unos días, él no podía aprovecharse de eso.

Se levantó de la silla y se tiró en el sofá con pesadez, la televisión estaba encendida pero el volumen estaba bajo, aunque miró la pantalla no pudo prestar atención al programa, su cabeza estaba por estallar en cualquier momento, así que sólo cerró sus ojos descansando un momento, recostando su cabeza en el respaldo.

Oyó los pasos de Min llegar a la sala y moverse un poco, pero no le prestó mucha atención, al menos hasta que este habló.

—No tienes que irte, Park... —abrió los ojos y miró con cansancio como la figura delgada del mayor, vistiendo sólo su pantalón de dormir, se movía hasta sentarse a su lado. Supo que había visto el folleto.

—Prometí que sólo serían unos días—contestó con voz ronca, debía admitir que el sueño le estaba ganando.

—¿Y crees que seré tan imbécil como para dejarte solo? —suspiró el mayor, él sólo pudo mirarlo en silencio un momento.

—No quiero molestar.

—No lo haces. —El mayor fijo sus orbes oscuros en los suyos.   —Te seré honesto, Park; estoy cagado de miedo, los dos sabemos que nuestra situación puede parecer tranquila ahora, pero que ni bien nos encuentren intentarán matarnos. Y sí, estoy asustado, y me siento mejor teniéndote cerca. Estamos juntos en esto. —No pudo evitar sentir un deje de alivio cuando lo oyó decir eso, pero él seguía sintiéndose un estorbo.

—Si te soy honesto, también estoy asustado, pero yo realmente...

—No intentes buscar excusas—interrumpió el mayor.

Él resopló con los ojos cerrados y luego lo miró molesto. —No te agrado,¿para qué quieres tenerme aquí? Dices que no te molesto incluso sabiendo lo que soy, pero ¿qué pasa si hago esto? —se acercó al mayor dejando sus rostros a milímetros, y lo empujó hasta recostarlo sobre el sofá, Min en ningún momento rompió el contacto visual. —¿Qué pasa si hago esto? ¿Eh? ¿Qué harás si quiero besarte? ¿Y qué me dices de hacerte mío? —habló en susurro, amenazante, intentando asustarlo, podía sentir la respiración caliente del otro sobre su piel y no dejó de mirarlo a los ojos mientras apresaba sus brazos sobre su cabeza.

—Sólo estás buscando una excusa para que te eche a patadas —contestó el mayor y él sonrió sarcástico.

—Te recuerdo que no soy yo quien huye cuando descubres que te aferras a mí para dormir.

—No tiene nada que ver, Park. Sé que no harías nada de eso. Sólo quieres que te eche. —No pudo evitar gruñir molesto ante eso.

—¿Y tú cómo sabes que no lo haré? ¿Qué te asegura que no soy un violador? No me conoces.

Min rió suavemente y él sólo pudo sentirse irritado. —Te conozco lo suficiente como para saber que no eres ese tipo de persona. Además, si hubieras querido hacerlo realmente, lo habrías hecho hace rato. Es obvio quien de los dos es más fuerte y seguro no tendrías problema en forzarme. —Suspiró sintiendo verdaderas ganas de golpearlo, pero fue sorprendido cuando Min acercó más su rostro aun con una sonrisa, y casi salta de su lugar al descubrir sus labios resecos tocándose suavemente, apenas rozándose mientras el mayor lo incitaba a hacerlo. —Vamos, hazlo y demuéstrame que estoy equivocado.

—Idiota—dijo soltándolo y alejándose. Sólo pudo mirar a otro lado intentando entender porqué demonios Yoongi no huía de él como la mayoría de la gente.

—Hacer que te echen te hace poder tragarlo con más facilidad, ¿verdad?—No le contestó, le dio la espalda.—Si quieres irte, tendrás que hacerlo por tu cuenta, no tengo planes de correrte de aquí. Fui sincero con lo que pienso, realmente me hace sentir cómodo tu presencia. Pero en fin, haz lo que quieras.

Dicho eso el mayor abandonó la sala, dejándolo completamente inmóvil. Y miró el techo, pensando por un momento, ¿acaso tan acostumbrado estaba a recibir rechazo, que sólo eso esperaba?

Había esperado que ante esa amenaza Min saliera huyendo, esperaba que lo echara y que hiciera todo más fácil para él, pero realmente no había esperado esa reacción del contrario, pero... Tampoco sabía qué era sentirse aceptado así que... ¿Qué demonios debía hacer?

Al final suspiró y siguió el camino a la habitación. Cuando llegó, Yoongi miraba la venda en su brazo sentado en su cama.

—¿Realmente no te importa? —preguntó apoyándose en el marco de la puerta.

—¿A ti sí?

Suspiró una vez más y se acercó a él. —Deja que yo te cure—murmuró sentándose a su lado, y Min quitó sus manos, dejándole todo el trabajo.
























Palabras: 3481.

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Bye bye~

corregido por Ru 080220

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