Era jueves por la tarde, justo después de que terminara la clase de Pociones, y Harry se dirigía al Gran Comedor para cenar. Dobló una esquina y entonces:

—Harry, amigo, lo siento mucho —le dio Seamus Finnegan una palmada en el hombro — Esto debe ser muy duro para ti.

Harry parpadeó. — ¿Qué? — Era solo Pociones, no era tan malo. Slughorn era mucho mejor que Snape, después de todo.

—¡Tu padre, amigo! —insistió Seamus, levantando una edición vespertina de El Profeta—. Ahora todo el mundo lo sabe, ya no tienes por qué ocultarlo...

—Mi padre ha muerto — dijo Harry rotundamente — Voldemort lo mató. Todo el mundo lo sabe...

Luego leyó el titular.

***

Para entonces, Draco ya había pasado más de un año con la terrible compañía del Señor Oscuro en la mansión de su familia y eso era suficiente para que se desarrollara lo que los muggles llamarían una respuesta pavloviana; se estremecía ante las voces fuertes, y en particular ante los gritos agudos. Se quedaba paralizado ante la ira de los demás a pesar de sus mejores esfuerzos por recomponerse. Temblaba y palidecía ante el sonido de los silbidos.

Afortunadamente, Hogwarts tenía muy poco de eso, por lo que su estrés este año se debía principalmente a la tarea que le habían encomendado completar:

— ¡¿QUÉ MIERDA ES ESTO?!

Draco casi se cae al suelo en su prisa por mirar en dirección a los gritos, la sangre se le escurría de la cara. No era el único en el pasillo que lo hacía; la expresión de Potter, o lo que podía ver de ella, no era menos que asesina, el periódico que tenía en las manos agarrado con tanta fuerza que podría romperse. Uno de los chicos de Gryffindor cuyo nombre nunca se había molestado en aprender estaba de pie cerca, luciendo confundido y divertido a partes iguales; Draco envidiaba los testículos de acero del tipo, porque si hubiera estado más cerca estaba bastante seguro de que su corazón se habría rendido, la visión se habría oscurecido en los bordes tal como estaba ahora...

—Respira, Dray —le dijo Theo al oído, acariciando suavemente su brazo. Theo sabía cómo eran los veranos en la Mansión Malfoy; había estado allí parte del mes de agosto.

—¿Quién se cree Voldemort que es? —gruñó Potter—. ¿Para soltar esta sucia mentira al mundo? — Devolvió el periódico a las manos del Gryffindor anónimo y se dio la vuelta para salir corriendo por el pasillo, con Granger y Weasley pisándole los talones. Sólo el excelente oído de Draco le permitió captar las palabras de Weasley al Niño-Que-Vivió cuando pasaron.

— Tu papá, aparentemente.

<< Su- su ¿qué? >> Oh, Merlín, eso tenía mucho sentido. Las manos de Draco temblaban. Potter era... era su hijo... Potter lo había estado siguiendo durante todo el semestre, vigilándolo , más de lo habitual, justo cuando el Señor Oscuro le había dado su misión, como si supiera lo que Draco estaba tramando...

Theo le entregó una poción calmante y Draco la bebió sin dudarlo un momento, apoyándose contra la pared.

***

"¡El Señor Oscuro lo cuenta todo! 1981 fue un asunto de familia".

"Lectores, esta semana hubo una noticia impactante: Aquel-Que-No-Debe-Ser-Nombrado se presentó para revelar la verdadera historia de la infame noche en el Valle de Godric...

El hecho de que Dumbledore ocultara al joven 'Harry Potter' no fue por la seguridad de James y Lily Potter, sino por un complicado intento de secuestro, que tuvo tanto éxito que el mundo lo creyó sin cuestionarlo, hasta ahora.

'Mi dolor y mi ira por la pérdida de mi heredero a manos de enemigos políticos que creí que pronto lo matarían fueron utilizados para perpetuar la narrativa de mi locura', afirma Ya-Sabe-Quién en la declaración escrita presentada al Profeta a principios de esta semana y que estimuló nuestra investigación..."

— ¿Y qué estará haciendo ahora, lectores, Ya-Saben-Quién? No podemos hacer más que preguntarnos —leyó Hermione en voz alta, cada vez más sorprendida con cada palabra—. Pero la pregunta más urgente de todas es; ¿cuál es el verdadero nombre de Harry Potter?

Miró a Ron, que estaba observando el lugar vacío en la mesa de Gryffindor donde normalmente estaría Harry. —Este es un artículo muy largo — murmuró, hojeando varias páginas más—. No han tenido un artículo con tantas páginas desde el Torneo de los Tres Magos.

—Y tienen una sección entera dedicada a eso —observó Ron, mientras pinchaba una de las páginas con el dedo—. Los periodistas tontos no pueden decidir si Harry ganó el Torneo por casualidad porque Ya-Sabe-Quién lo ayudó en secreto — una propuesta corroborada por la revelación de que Moody era Crouch Junior, y el ahora reconocido regreso de Voldemort al final de la Tercera Prueba, que solo había sido escasamente cubierta por los medios ese año debido a la supresión de la verdad por parte del Ministerio —, o porque, "como hijo de Ya-Sabe-Quién", es más poderoso que la gente de su edad y por eso es natural que haya ganado. ¡Qué maldita estupidez! — Pinchó una salchicha con el tenedor con una fuerza innecesaria—. ¡Harry se dejó el culo trabajando para ganar el Torneo, y todo el mundo lo sabe!

Hermione leyó rápidamente las últimas páginas de especulaciones; ¿qué tipo de magia podría haberse usado para reprimir esto?, afirmaba el periódico; ¿es un ritual de sangre ilegal la razón por la que nuestro Niño-Que-Vivió se parece tanto a sus supuestos no-padres?..

— Creo que deberíamos ir a buscarlo — le dijo a Ron. — Probablemente esté pensando en algo en el piso de arriba.

Ron terminó lo que quedaba de su plato, antes de apilar un montón de comida en el plato que no había sido usado por Harry. Un hechizo casero lo encantó para que se mantuviera caliente. — Sí — se volvió hacia ella, —vamos.

Decididamente ignoraron los murmullos y las miradas de los otros estudiantes mientras avanzaban.

La visión de una puerta en el pasillo del séptimo piso, frente al tapiz de Barnabas el Loco, era una buena señal. Harry podría haber pedido a la Sala que no dejara entrar a nadie más. Si no lo hubiera hecho, entonces habría recibido con agrado su compañía.

(O estaba tan enojado que lo olvidó.)

Intercambiaron una mirada antes de acercarse a las puertas dobles de madera pulida, ignorando las tallas algo amenazantes en los marcos de las puertas, y entraron.

El año pasado, a lo largo de muchas reuniones celebradas en la Sala de los Menesteres, se había determinado mediante la experimentación que la Sala se volvería un poco diferente para cada persona que la solicitara, incluso si su solicitud se formulaba exactamente de la misma manera. Algunos días, la sala del club del fiscal del distrito tendría paredes claras o papel tapiz brillante, con una hilera de plantas junto a un conjunto de ventanas en una pared; otros días, tendría los colores de la Casa o el vibrante púrpura del logotipo no oficial del club. Y algunos días, en particular los días de Harry, había sido... bueno, más como esto.

El lugar, forjado en piedra, sin ventanas y oscuro, tenía antorchas que apenas brillaban lo suficiente para iluminar el camino, colgadas de unas paredes que se inclinaban ligeramente hacia el interior hasta un techo alto y afilado, amenazadoramente sombreado como un cielo sin luna. La gran chimenea de piedra que era el punto focal del espacio tenía un fuego rugiente, pero el aire todavía se sentía frío: y contra el brillo de las llamas, la silueta de Harry a contraluz, las líneas de su figura tensas por la emoción contenida, tenían algo siniestro, proyectaban sombras nítidas teñidas con su rabia.

—Creía —dijo Harry en voz baja, cuando Ron y Hermione habían tomado asiento en la mesa redonda de Harry— que habían manipulado a Rita Skeeter.

Ron, sin decir palabra, colocó el plato y una servilleta enrollada con los cubiertos frente a él, sabiendo que tomaría tiempo para que el humor de su amigo mejorará. Harry captó el mensaje sin necesidad de que lo presionaran; se dispuso a cortar su comida en trozos meticulosos y uniformes, como siempre hacía en momentos como estos, mientras esperaba una respuesta.

Hermione esperó hasta que al menos hubiera comido un poco antes de darle una. —No es como si hubiera firmado un contrato —señaló—, y Ya-Sabe-Quién está... probablemente amenazando su vida, Harry. Si es que no está bajo el Imperius directamente.

—Tch —Harry comió, pensativo, y ellos se contentaron con dejarlo. Ron había robado una mantequera para su papa al horno; aplastó la manteca en el interior blando, luego comió también la piel, usando pedazos para limpiar el jugo y la salsa en el plato — Debería haberla denunciado al Ministerio al final del trimestre. Entonces no habría estado aquí para escribir en absoluto, el año pasado.

Ron hizo una mueca. —Es una especie de movimiento de Slytherin, ¿no? No es que la esté defendiendo, es solo que... Azkaban.

—Hm —Harry terminó su plato y lo apartó—. Aun así, habría sido... conveniente.

Ron le lanzó otra mirada a Hermione, como si dijera, oh, Dios. ¿Cuando Harry estaba lo suficientemente enojado como para empezar a sonar elegante? No iba a terminar pronto. — ¿Quieres que nos quedemos? — se aventuró a decir. — ¿Golpeemos a algunos muñecos, tal vez un entrenamiento? — La sala podría llegar a ser lo suficientemente grande como para acomodar la mitad de un campo de quidditch, incluso.

—No. Regresen a la Torre —decidió Harry después de un minuto — Me sentaré y pensaré.

—¿Estás segura? —preguntó Hermione—. Podemos...

— Déjame — Y así lo hicieron.

A solas, Harry se volvió para mirar fijamente el fuego. Hermione le había dejado una copia de "El Profeta" sobre la mesa; lentamente, a medida que pasaba la hora, comenzó a romper cada página en pedazos y a arrojarlos a las llamas. Había pensado que lo peor de este año sería lo que estuviera tramando Malfoy, pero no. Una vez más, la gente se estaba creyendo las tonterías que soltaba "El Profeta" , igual que el año pasado, y el anterior, y el segundo año.

Segundo año, cuando creían que era el heredero de Slytherin. Harry miró el trozo de papel que tenía en las manos; "¿cuál es el verdadero nombre de Harry Potter?" y soltó una risa burlona. Este escándalo estaba afirmando exactamente lo mismo.

Lo cual significaba que habría miradas asustadas en su dirección, otra vez, y murmullos cada vez que entrara en una habitación, << ... pero bueno, he tenido que acostumbrarme a eso >> pensó Harry oscuramente.

Si no podía recibir atención este año, si la elección era odio o miedo, esta vez elegiría su miedo.

Continuara ...

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